Kyle Singler ha encajado bien los negros presagios que rodean a la NBA, herida de muerte tras la negativa del sindicato de jugadores a aceptar el ultimátum que le puso el lunes sobre la mesa la patronal. «Llevaban dos días negociando, pero no se ha llegado a nada. Ahora sólo me queda esperar nuevos acontecimientos», decía resignado el ala-pívot norteamericano.
Hasta que no haya una solución para el lockout más largo de la historia del deporte estadounidense, el rookie de los Pistons no podrá negociar su incorporación a la franquicia de Detroit, algo a lo que aspiran tanto él como sus representantes. «Me da pena que todavía no se haya arreglado esta situación en la NBA, pero también es verdad que me siento muy feliz en Alicante. Confío en que se resuelva pronto, aunque ahora me alegro de haber tomado la decisión correcta este verano porque me encuentro muy bien en el Lucentum», admitió Singler ayer en los micrófonos de Cope.
El jugador se trasladó junto a sus compañeros a la Institución Ferial Alicantina (IFA) para participar en una de las actividades de Costa Blanca en el seno de la muestra Lo mejor de la gastronomía.
De momento, lo que parece seguro es que el talento más sobresaliente de Duke seguirá en la ACB como mínimo hasta enero, dado que el cruce de acusaciones entre las distintas partes implicadas en el cierre patronal de la NBA no tiene visos de cesar en breve. Es más, los jugadores, que el lunes disolvieron su sindicato, han anunciado demandas judiciales antimonopolio para reivindicar lo que consideran que es suyo.
David Stern ha señalado al abogado de los baloncestistas, Jeffrey Kessler, como principal culpable de las desavenencias. El letrado ya amenazó el curso pasado con llevar todo el caso a los tribunales si los propietarios movían hilos para rebajar los ingresos, directos e indirectos, que percibe cada jugador.
El comisionado de la NBA tiene claro que se va a conseguir en un futuro un nuevo convenio colectivo, pero que en estos momentos existe el «peligro real» de que no se pueda disputar la temporada del 11-12. De momento, la fecha tope fijada para poder aspirar a una fase regular de 72 partidos -el 15 de diciembre- está descartada y, aunque nadie lo quiere admitir públicamente, los encuentros del día de Navidad, los que más beneficios reportan a la competición en concepto de taquillas y derechos televisivos, no tienen visos de poderse celebrar, sobre todo si entran en juego los plazos obligados en los que se mueven los tribunales de Justicia.
«El señor Kessler se salió con la suya y estamos a punto de entrar en el invierno nuclear dentro de la NBA», aseguró Stern, que se ha topado con la oposición pública y frontal del abogado que representa a los jugadores desde que éste afirmó a un importante rotativo norteamericano que el comisionado trataba a sus clientes «como trabajadores de una plantación de algodón».
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