9

Sant Pau

Carme Ruscalleda
Carme Ruscalleda
País: España
Localidad: 08395 Sant Pol de Mar (Barcelona)
Dirección: Carrer Nou, 10.
mapa
(+34) 937600662
Cierra: Domingo, lunes, jueves al mediodía y tres primeras semanas de mayo y de noviembre.
Precio: 90/ 120 €
Precio menú degustación: 99 €


  • Ensalada de endivias blanca y roja con colas de cigala, olivas y salsa de plátan
  • Ensalada de endivias blanca y roja con colas de cigala, olivas y salsa de plátano
  • Ravioli vegetal con jamón
  • Ravioli vegetal con jamón
  • Arroz y trufa melanosporum
  • Arroz y trufa melanosporum
  • Tortilla de gambas
  • Tortilla de gambas
  • Pez loro
  • Pez loro

Carme Ruscalleda trasluce personalidad, carácter, independencia, amor al producto y a la estacionalidad, identificación plena con el territorio, rigurosidad, sensibilidad, refinamiento, complejidad sin recargamientos, cromatismo sin sofisticaciones… todo ello reafirmando una trayectoria, un sentimiento, unas cualidades, una perspectiva plenamente convencida de su ser.
La casa da vueltas sobre los mismos protagonistas, a los que cada temporada atrezza con distintas formas y colores, sin que altere sustancialmente el mensaje. Las gambas rojas, las cigalas, las espardenyes o cohombros de mar, los salmonetes, el pez loro o rasons, el bacalao… han sido siempre protagonistas estelares de la inspiración de esta talentosa cocinera. Ahí están propuestas tan legendarias como la tortilla de gambas, el arroz caldoso con gambas y las alcachofas con gambas; el cubo de escabeche de cigalas; el suquet de espardenyes o los cohombros de mar con espuma de nabos, licuado de espinacas, dados de biscote y judías del Ganxet; el salmonete desespinado relleno de verduras; el pez loro o galán con ñoras, salsa de curry, aceite picante y bizcocho de espinacas; el bacalao con col, patatas y alioli y la sopa de bacalao con setas y almendras, entre otras. Claro que hay otras construcciones históricas que han contribuido a la fama universal de la casa: el gazpacho de fresones; las diversas versiones de la ensalada de contrastes y también de las cocas; el canelón al revés; la albóndiga sorpresa; los filetes de lenguados con higos, salsa de las espinas, chutney de la fruta, almendras y el plato de cinco quesos con sus acompañamientos.
De la última hornada cabe destacar la ensalada de endibias blanca y roja con colas de cigalas, olivas y salsa de plátano; rebosante de confrontaciones armónicas; el ravioli vegetal con jamón Joselito, que integra las culturas nipona y española: calabacín, berenjena, zanahoria, daikon y dashi de jamón; el pez loro sin espinas y con escamas crocantes comestibles aderezado con pan integral y diversos tomates; el dentón con curry suave, mango, frutos secos y pimienta vainillada, una reinvención de anteriores versiones; y el cordero lechal tibio en escabeche con salsa de la cocción y patata nueva, que trasluce sabores tradicionales readaptados.



9

Dani García

Dani García
Dani García
País: España
Localidad: 29602 Marbella (Málaga).
Dirección: Hotel Puente Romano. Bulevar Principe Alfondo von Hohenlone, s/n
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(+34) 952764252
Cierra: Domingo, lunes y del 10 de octubre a principios de abril
Precio: 100/225 €
Precio menú degustación: 65 y 148 €


  • Tomate Nitro Relleno de Pipirrana con Ceviche y Ostras
  • Gazpacho de Cerezas con Nieve de Queso fresco y Anchoas
  • Gazpachuelo de Kimichi, Uvas y Erizo de Mar.
  • Afilado de Lápiz
  • Cup Cake de Zanahoria
  • Puchero con Hierbabuena y Caviar.
  • Pol Stricker de Ortiguillas
  • Carabinero y Rabo de Cerdo Iberico con Corteza
  • Croche Puré de Patatas con Chipiron y su Tinta
  • Veta de Atun Chilmole

     Dani García, a sus 38 años, ha hecho historia en la cocina andaluza. Lleva en candelero 16 calendarios, desde que empezara su andadura como chef en Tragabuches, en Ronda. Es el icono de la alta culinaria en la región, en cuanto fue el primer artífice de un estilo propio acorde con la identidad local y quien en todo este tiempo ha portado esa bandera por el mundo. Ha promovido un nuevo estadio y es la máxima referencia para todos los jóvenes de la tierra. Ha sabido diseñar una versión galáctica de los sabores populares intemporales. Ha reinventado casi todo el recetario histórico utilizando los conceptos y medios más avanzados. Representa el tecnoflamenco…ahora más atemperado y maduro con pinceladas cosmopolitas, algunas orientales, que aportan amplitud de miras y destellos exóticos sin afectar a la fuerte personalidad territorial y propia de que hacen gala sus platos. El estilo es el mismo que ha venido configurando a lo largo de su andadura…si bien con con la lógica evolución y los destellos oportunos. En esa lógica, la carta mantiene las grandes creaciones del chef e incorpora nuevas ideas que renuevan una obra que identifica al artista.
     ¿Qué ha cambiado en la nueva etapa que se ha iniciado en 2014 en Puente Romano? Por ahora, que el chef está centrado en sacar adelante los dos restaurantes que regenta en el hotel. Se nota, y mucho, que no está disperso en tantos frentes empresariales como antaño, que llevaron a tantas idas y venidas. Y ese volcarse en sacar adelante estos proyectos y este negocio se paladea en los platos…ciertamente más meditados y mejor ejecutados. Todos deseamos que esta estabilidad perdure en el tiempo…ya que es la única manera para consagrar y perpetuar el éxito. Talento y formación tiene para alzarse a las mayores metas internacionales…hay que incidir en la constancia y evitar a toda costa dispersarse.
Siguen con la magnimidad de siempre el celebérrimo tomate nitro relleno de pipirrana con ceviche y ostras, fruto de aquel periodo en el que Dani y Adrià introdujeron esa técnica en España, en el que van cambiando los complementos permaneciendo lo trascendental. Tan o más importante hemos de catalogar el aterciopelado ajoblanco malagueño con caviar de arenque, carpaccio de carabineros y cabello de Ángel, que lleva década y media de apoteósico éxito. Como tampoco ha podido remplazar el milhojas de foie gras, queso de cabra y manzana caramelizada, inspirado en la receta que tanta gloria ha dado a Martín Berasategui, distinguiéndolo con un poco de enjundia.
     Dani García ha hecho de las sopas frías andaluzas el mejor testimonio que se tiene. Hemos citado su mítico ajoblanco, pero que decir de su universal gazpacho de cerezas con queso fresco, anchoas y pistacho, una obra cumbre de nuestra culinaria contemporánea. Uno u otro ajoblanco, como la versión cuajada con caramelo de pimiento y lichis; uno u otro gazpachuelo, como el de kimichi con uvas y erizos de mar; uno u otro salmorejo, como el cremoso con granizado de guayaba, albahaca y perlas de mozzarella…un FESTÍN DE LA CUCHARA, refinada y original a más no poder ser y, sin embargo, con memoria histórica en lo esencial. Este es un restaurante, insistimos, de cuchara, que se extiende a los pucheros, siempre temperamentales, como el de hierbabuena y caviar, excelso por el fondo y los aromas más que por la bondad de las huevas de esturión, que ya nunca son lo que fueron, ni por asombro. CREMOSIDAD PERMANENTE. Afilando el lápiz es un yogur de foie gras con multitud de láminas de hígado graso y presencia de anguila ahumada que refuerza la consistencia sápida de la combinación. Más y más cuchara, una constante inalterable que está permanentemente presente, en la rotunda e ingeniosa versión de la sopa de pescado o en el cremoso puré de patata con chipirones y dibujos negros de sus tintas, al estilo Joël Robuchon, en un contraste cromático evidente en contraposición con afinidad sápida. La veta de atún chilmole refrenda, una vez más, la pasión por los líquidos, consomés elocuentes y delicados, armónicos, que son el hilo conductor de un producto excelso, láminas de ventresca, salpicados de toques foráneos, a los que se recurre para introducir motivos excitantes. El chorizo y rabo de cerdo ibérico, en realidad carabineros con la gelatina del apéndice y cortezas; el Pot Sticher de ortiguillas, la merluza thay, el pichón con melocotón…son una maravillosa convivencia que resulta más maravillosa cuando impera el ser andaluz y el ser de Dani.
      Como nunca.                                                                               Por lo demás, un marco idílico y muy verde en el que el lujo y el saber hacer llenan al más exigente.

 



9,75

Quique Dacosta Restaurante

Quique Dacosta
País: España
Localidad: 03700 Dénia (Alicante)
Dirección: Las Marinas, km. 3, con Rascassa, 1 (Urb. El Poblet)
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(+34) 965784179
Cierra: Lunes y Martes, excepto en verano. Para ver cierre: www.quiquedacosta.es
Precio: 180/220 € €
Precio menú degustación: 135/165 €


  • Pétalos de Rosa
  • Hojas...
  • Piedras de Parmesano
  • Helado Caliente
  • Tomates Encurtidos
  • Cañailla Sobre Algas con Jugo de Carne
  • Hoja de Tabaco con Caballa
  • Moshi de Queso Azul con Alioli de Miel
  • Fajitas de Pesto.
  • Turrón de Rosas,Vinagre y Fresas
  • Turrón de Almendras Amargas
  • Kokotxas de Jamón al Pil Pil
  • Gamba de Denia Cocida con su Bisque y Té de de Bledas
  • Bomba Ibérica
  • Chipirón de Caballa

 CHAMPÁN, CHAMPÁN y CHAMPÁN ….descorchemos, por favor,OTRA BOTELLA DE CHAMPÁN. ¡Hay Motivo!, que diria mi querido y admirado Gran Whoming. Y tanto ¡Hay Motivo!
A ver si conseguimos explicamos:  en nuestra última comida en Quique Dacosta Restaurante hemos sentidos las emociones y la grandiosidad de las mejores cenas en El Bulli; ni más,  ni menos.
A la altura de los Roca - Joan, Jordi y Pitu- y de Rene Repzepi; ni mejor, ni peor, distinto. Probablemente sea el número uno en genialidad y belleza. Seguramente le falta un estilo tan definido como tiene Rene y el empaque que atesoran los platos de los Roca, más “principales”. La estructura del menú, unas cuarenta creaciones, a imagen y semejanza de Adrià, condiciona de alguna manera que no haya espacio para construcciones contundentes, que Quique sabe hacer, antaño las hizo, pero que en este momento no las ha plasmado. No estaria de más concluir con un tiempo para la carnaza: foie-foie, atún-atún, cordero-cordero.
La cocina sigue la senda del año anterior, si bien con una inspiración creciente y hasta inimaginable. Verlo para creerlo. Asume el legado de las vanguardias del siglo XXI, de unos y otros autores, proyectandolo con identidad propia y una creatividad reflexiva inenarrable. Ni una excentricidad. Madurez plena. GENIAL, GENIAL, GENIAL...
Infinitos platos en un derroche de esfuerzo, imaginación, compromiso, técnicas, escenificación, servicio…un despliegue exacerbado de pasión y ARTE. Un arte inspirado en filosofías diversas que sobresale por el enfoque del autor.  Siempre prevalece el talento de Quique Dacosta, que impera por encima de las referencias. Pueden partir de una receta histórica, de un producto local, de una técnica de este o aquel cocinero, un trampandojo…,sea lo que sea, la composición lleva su rúbrica, la de un personaje que recita poesías culinarias. No se puede sentir tanto lo que se hace ni llegar tan lejos en las consecuciones. ARTE.
Tan solo se ofrecen dos menús: uno  que lleva por título “Universo Local”, con las fórmulas históricas del chef, y el estelar, con más de 40 servicios, “Made in the moom”. En este maremágnum gastronómico hay de todo y para todos los gustos.
Sobreviven ¡Bravo! unos cuantos platos de la temporada anterior; seguramente los más exitosos. Valgan como testimonio tres. Las cañaillas sobre algas con caldo de carne; impecables en su esencialidad y pureza. Las falsas kokotxas, que han pasado de llamarse al pil pil al pig-pig, que tienen pinta de merluza, emulando a la papada y lengua y que siguen sabiendo a jamón-jamón. Y la intemporal gamba roja de Denia, cocida y servida en papel de celofán rojo, como si fuese una regalo al paladar, el mejor regalo del mediterráneo, que se acompaña, en otra vajilla, de un sibarítico bisque de gamba con aromas de té de bledas.
El comienzo de la comida sumerge al comensal en un mundo de fantasia en verdad real. Una rosa como soporte, en cuyo cogollo y en medio de petalos naturales, aparecen otros del mismo color, rojos comestibles, que saben a manzana, impreganados de granadina y vinagre de frambuesas; pétalos de manzana, refrescantes y exquisitos, en forma de flor de bienvenida, que se ofrece junto a un cóctel, un gin tonic de manzana, para seguir con el despiste, que es el mejor brindis por la GASTRONOMÍA que se pueda hacer. GENIAL.
El segundo servicio, sobre un tronco de madera, siete motivos en escultural composición que forma un todo diverso: raices de ceps, hoja Dubonnet, hoja seca de maíz, hoja de castaña, hoja crocante de hierbas encurtidas, hoja de manzana...infinitos sabores y texturas naturales y transformados magicamente. GENIAL.
Quique ha hecho de la visualidad centro de su obra. En este caso sobre unas cuantas piedras, dos con idéntica fisonomia comestibles. Al hincarles el diente saben a una sibarítica crema de parmesano, ingrediente que tanto juego le ha dado a Dacosta , mientras que la costra, negra que la cobija, trasmite las sensaciones aromáticas y gustativas de trufa. GENIAL.

Como GENIAL hemos de calificar la hoja de tabaco, crujiente y neta de sabor, con caballa, que sale a la vez que un perfecto moshi de queso azúl con alioli de miel. Como GENIAL son las fresitas: turrón de rosas, fresas y vinagre de frambuesas. Como GENIAL es el cristal de almendra amarga. Como GENIAL hay que calificar a la bomba iberica; esponjosidad y suculencia rebosantes. Como GENIALES son las fajotas de pesto; exultantes y fluidas. Y así se suceden creaciones y creaciones fascinantes que han llevado a Quique Dacosta a la cúspide mundial.

 

 



7,5

Tristan Bistro

Gerhard Schwaiger
Gerhard Schwaiger
País: España
Localidad: 07081 Portals Nous (Mallorca)
Dirección: Puerto Portals, local 1
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(+34) 971675547
Cierra: Martes y enero.
Precio: 40/100 €
Precio menú degustación: 39, 49 y 59 €


  • Sopa de Patata con Verduras, Queso y Cecina
  • Tagliolini con Trufa de Verano
  • Salmonete Con Ravioli de Tomate
  • Costilla de Buey Asada y Glaseada con Frutas
  • Crema Helada de Lima con Coulis de Sandia

 
Una reconversión apropiada y a la que estará obligada, salvo excepciones, la hosteleria de lujo española. Aquel Tristán opulento que acogía a los magnates de los deslumbrantes yates de Puerto Portals, a los que se servia como si fuesen los dueños del mundo, lo eran y lo son, ha pasado a ser un bistrot informal a precios comedidos. Eso ha hecho que el establecimiento esté siempre lleno. Se paga poco, las vistas son las de siempre y la cocina sigue siendo magnífica. Platos humildes hechos por un cocinero portentoso: Gerhard Schwager, que domina cuanto toca. La sopa de patatas con verduras, lascas de queso y cecina, harto sabrosa, es importante en su austeridad. Vamos, que vale unos “céntimos”, en función de los componentes, y produce una inmensa satisfacción. El chef tiene esa sabiduría y posee un don innato para convertir una simple crema de queso, que se pone de aperitivo, gracias a las hierbas y verduras picadas que le añade, en un abreboca que crea adicción, que sacia el paladar sin dejar de ser refinada, refinadísima. Un plato importante son los tagliolini copiosamente salpicados de trufa de verano, cocidos proverbialmente e impregnados de mucho sabor, por efecto del doctoral tratamiento de la mantequilla y el queso. No puede estar mejor la pasta en sí misma, sin recurrir a ostentaciones marinas o de cualquier tipo. Esa es la clave, el chef sacar todo el partido posible y hasta el imposible a cualquier condumio, como queda de manifiesto en la ensalada de morcilla con hígado de pato salteado, huevo, cebolla y aceite de pepitas de calabaza.
Qué nadie se engañe, que estemos en un bistrot no quiere decir que todo sea barato, también hay platos sustentados en materias nobilísimas y bastante trabajadas. Es el caso del rodaballo, en su punto, jugosísimo, en costra de sal con riquísimos realces muy mediterráneos: ravioli de tomate y salsa de albahaca. O del lenguado empanado y con ragú de perejil, que sale impecable sin alardear de adornos.
Gerhard Schwager siempre fue un maestro en el tratamiento de las carnes. Valgan como testimonio el pato asado en entero, manjaroso y rosáceo, al que acompañan motivos académicos hechos doctoralmente: una salsa de manzana, un puré de apio, unos granos de mostaza y un rösti de patatas. En parecido nivel se encuentra la paletilla de lechona confitada a baja temperatura con albóndigas de perejil y ensalada de pepino. Y no deje de probar la antológica costilla de buey Wagyu asada y glaseada, suculenta en grado sumo, tierna hasta decir basta…un bocado apoteósico.
Las formas han cambiado, todo es más informal, menos ambicioso, pero se sigue comiendo de cine. El fondo de cocina esta ahí. Se paladea al instante y en cada instante.



7,5

Piccolo Lago

Marco Sacco
Marco Sacco
País: Italia
Localidad: 28924 Fondotoce-Lago i Mergozzo
Dirección: Via Filippo Turati, 87
mapa
(+39) 0323586792
Cierra: Los lunes, los domingos noche en invierno, enero y una semana en noviembre
Precio: 90 €
Precio menú degustación: 85/105 €


  • Acuarela de arroz Carnaroli madursdo tres años, cocinado cremoso con azafrán, la
  • Acuarela de arroz Carnaroli madursdo tres años, cocinado cremoso con azafrán, langostinos de agua dulce en costra de caparazón y salsa de polenta quemada
  • Carbonara al Koque
  • Carbonara al Koque

Un restaurante, el de los hermanos Sacco, Marco se ocupa de la cocina y Carlo de la sala y bodega, auténtico, en el que prima el rigor, el paisaje gustativo, los sabores tradicionales, la evolución en las formas...tantos y tantos valores ante los que el comensal se siente a gusto. Cuando uno degusta sus panes, por ejemplo, la focaccia o el de parmigiano-reggiano aprecia la inmensa cultura que hay detrás de cuando se hace y la meticulosidad con que se procede. Cuando uno comprueba la impregnación de los aromas de madera en los asados a la brasa sobre pescados o carnes para disponer luego fórmulas evolutivas y complejas le roban el corazón. Siempre hay mesura, se sopesa cuanto se oficia, nos encontramos ante una originalidad aplicada a la montaña, supeditada a su idiosincrasia. Culinaria, por tanto, profunda dentro de la modernidad.

La hamburguesa de trucha del Mergozzo, ligeramente ahumada por Marco, espolvoreada con pan rallado al vinagre balsámico, con cebolla en tempura y mayonesas de eneldo, páprika y curry explica a las mil maravillas la filosofía de la casa: sabores convencionales, innovación a la hora de articular, derroche de trabajo y elementos, ornamentaciones exhaustivas...con el común denominador del sabor, de la ricura, de la calidez sápida. Otra fórmula convencional y con carácter salpicada de contrapuntos chispeantes: flan de queso Bettelmatt con ligera mostarda de pera y salsa de arándanos silvestres especiada. Los ñoquis de patata enriquecidos con Bettelmatt más caracoles al ajo y perejil encarnan los más sencillos, suculentos y ancestrales valores; proporcionando una prosaica e inmensa satisfacción. La pasta proporciona grandes estímulos, como en el caso de paccheri con vieiras, tomate y albahaca, para merecer y recrearse en el sobresaliente ; los tagliatelle de harina de castaña, de un sabor y una textura únicos, que se ven adornados con tropiezos de lavarello, cebolleta y queso mascarpa ahumada; sin lugar a dudas, un momento cumbre para todo gourmet que se precie.

Atención a los pescados de lago, el lavarello con hongos, mousse de hierbas, gelatina...; el lucioperca al vapor con compota de ruibarbo, pure de zanahorias...; la anguila en doble cocción con endibia braseada y jugo de ternera al perfume de cítricos; siempre expresivos, siempre jugosos, siempre exuberantes en motivos. Y por nada del mundo hay que dejar de probar el carré de cordero a la brasa, inmaculado de sabor, impecable de hechura, en costra de pan y perejil con paté de su hígado, mollejas, jugo de cordero...la intemerata.

Por lo demás, ubicado sobre el mismo lago de Mergozzo, con unas preciosas vistas y un trato afable y muy profesional de Carlo.



7,5

Villa Fiordaliso

Riccardo Camanini
Riccardo Camanini
País: Italia
Localidad: 25083 Gardone Riviera
Dirección: Corso Zanardelli, 132
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(+39) 036520158
Cierra: Lunes, martes mediodía y 31/10 al 10/2
Precio: 100/170 €
Precio menú degustación: 105 €


  • Risotto de erizos de mar y microvegetales
  • Risotto de erizos de mar y microvegetales

Un palacio, sobre el lago de Garda, alberga este Relais&Château que propicia la contemplación y el solazamiento. La familia Tosetti, que atiende personalmente el hotel y el comedor (Max), cuenta para el éxito gastronómico del proyecto con un chef, Riccardo Camanini, verdaderamente apasionado de su trabajo y que hace gala de un enorme poder de reflexión. Un testimonio de la lucidez que atesoran sus construcciones lo tenemos en la manera en que impregna de sabrosura un pescado de lago, al que para mayor mérito presenta con una originalidad inaudita: en un tarro de cristal, como si fuera una conserva. El comensal abre la tapa, saca cuantos filetes de lucio quiere, calientes, a los que han filtrado calor preservando sus cualidades intrínsecas, pletóricos de jugosidad, que ha de depositar sobre la vajilla, sirviéndose a continuación una, dos o tres cucharadas de la salsa en las que aparecen sumergidos: aceite de oliva virgen con limón confitado y alcaparras, realce que aporta gracia sápida y untuosidad a las carnes del pez. Como complemento, en una porcelana diseñada con formas acordes a la articulación, se disponen escamas fritas del mismo lucio y polenta rústica de granos machacados a la piedra. Es evidente que detrás de esta receta hay audacia y mucha inteligencia, sabiduría, trabajo...una profesionalidad extraordinaria.

Riccardo aplica su listura con versatilidad. Un ejemplo de sencillez sublime, arcangélica, se encuentra en la anguila – la mejor que hayamos comido en años –, asada despacio a la brasa, que toma forma de popieta gigante, de textura interior gelatinosísima y exterior dorada, que rezuma fragancias de madera de olivo. La sublimación del producto y la hoguera. Tan grandioso que sólo necesita de unos ajos confitados en grasa de pato para culminar tan apoteósica obra.

Antes, variados y cualificados capítulos de pasta y arroz. El risotto de erizos de mar y microvegetales convence sin provocar entusiastas emociones. Lo mismo podemos decir de los espaguetis a la guitarra al humo, aceite, ajo, anchoa y queso de oveja de Fossa, una formula láctea y contundente, más gourmand que gourmet. La crema tibia de burrata con bacalao confitado, aceite y flores de borraja y las gambas de San Remo con puré de berenjena y gazpacho de hierbas son dos entradas que refrendan la intención y la idiosincrasia que distingue al chef.

Repostería muy técnica y sensible: el tiramisú en espuma es una delicia etérea y la crema brulle muestra una inconsistencia asombrosa.

En fin, una mesa sólida, con un proyecto culinario, con platos personales que rememoran gustos básicos y históricos, en los que la armonía es una conducta inalterable. Se encuentra entre el 7,5 y el 8. Y a lo dicho, un marco de ensueño, en el que se sumerge la mirada en la profundidad y belleza del lago de Garda.



8,5

Trussardi Alla Scala

Luigi Taglienti
País: Italia
Localidad: 20121 Milano
Dirección: Piazza della Scala, 5
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(+39) 0280688201
Cierra: Sábados al mediodía, domingos, tres semanas en agosto y navidades
Precio: 100/200 €
Precio menú degustación: 65, 130 y 150 €


  • Blanco y Negro de Sepia con Panacota de Erizos de Mar y Espagueti Frito
  • Crujiente de Arroz y Hierbas con Gamba Roja y Ternera Fassona Cruda con Alcaparras, Queso de Cabra, Limón y Agua de Manzana
  • Suero de Leche, Albahaca y Oliva Negra
  • Esencia de Gambas con Garbanzos Verdes y Avellanas Ralladas
  • Tomate Asado a 50 Grados 12 horas con Puré de Albahaca, Espaguetis y Parmesano
  • Risotto con Limón y Cúrcuma y Escamas de Aceite Congelado
  • Pechuga de Pato con Infusión de Ibiscus

Ubicado en el palacio Trussardi, situado en el corazón de Milán, ofrece una de las vistas más emblemáticas de la ciudad, que incluye la Scala y la plaza que se encuentra entre ella y las galerias Vittorio Emanuele. Ambiente de negocios, muy milanes, decoración impactante...un local para estar y en el que comer fenomenalmente. Oficia Luigi Taglienti, un joven e ilusionante chef, procedente de Cuneo, donde ya había conseguido el 8, capaz de complacer tanto al público social que acude a tan glamoroso local como a los avezados gourmets necesitados de fuertes impresiones. Cocina sociologica y ARTÍSTICA.
Sólo echar un vistazo a los fotos de los platos se perciben varias cualidades. En primer lugar la belleza cromática de las composiciones. También la esencialidad que las distingue; por lo general con contados elementos. Muy importante, la fuerte personalidad del chef, capaz de dictar un estilo diferente con claras señas de identidad italiana o propias: media docena de platos con tonalidad blanca, otros tantos sustentados en lácteos, la constante presencia de cítricos y la constante acidez, contrapuntos geniales en cada construcción, inmaculabilidad sapida, “liviandad dietética”...es una culinaria con espíritu juvenil, eso sí, maduro. Si no se eligen las versiones reinventadas de Lombardia, algunas de las cuales figuran en el menú degustación de 130 €, como el risotto al azafran con lagrima de tuétano a la plancha, el ossobuco a la Tablienti, el contrafilete de ternera empanado a la milanesa con alubias, amarena y echalotes al ajos, puede uno dejarse arrastrar a un mundo de fantasia, que por muy alucinante que sea, siempre preserva la pureza de los sabores y la memoria histórica trasalpina, con asumibles transgresiones.
Toda la tradición palatal trasalpina, piamontesa y ligura, se aprecia en el muy cromático y muy complejo, también informal y armónico, siempre elegante, siempre volatil, conmo todo en esta casa, crujiente de arroz y hierbas con gamba roja en tartar y ternera fassona picada y cruda, además de alcaparras, pecas de queso de cabra, limón, hierbas y flores, además de un chupito de agua de manzana. Fascinante aperitivo al que puede seguir otro minimalista no menos impresionante: unas cucharadas de agua, aceite, limón y regaliz...para que sepas lo que es sorber sin recato u elexir. Ya en platos, el primero del menú degustación de 150 € fue el titulado “blanco y negro de sepia”. Laminas del cefalópodo a la manera de un carpaccio redondo que esconde una cremosa mezcla de panaccota y erizos de mar con dejes refrescantes cítricos y “picantes” de pimienta. Vamos, el mediterráneo en exultante originalidad rubricada por encima con un medallón de tinta y un espagueti frito. Más mar y a la vez alucinante: coquinas, moluscos, rellenando una esferificación de agua de almendras salpicada de puntitos de café. ¿Quién da más? Bocados explosivos. Como la esencia de gambas con garbanzos verdes, tiernos, salpicada de avellana rayada. No puede ser vás sibaritico y más natural en su concreción. Otra, una osadía láctea más, siempre de bocado: suero de leche cremoso con albahaca y olivas negras. Un bombón ciertamente refrescante con sensaciones acidas, amargas y herbaceas. Reinventar Italia reproduciendo los sabores más emblematicos: un tomate entero asado a 50 grados 12 horas, queda como de conserva si bien vivo, vivísimo, con una hoja de  albahaca tibia, unos magistrales espaguetis al dente y parmesano desmenuzado. Para hacer un 10 no se necesita nada más que productos estelares y una idea ciertamente lucida, además de precisión. Pastas y arroces impecables, unos más convencionales en sus sabores y otros más transgresores: colosal risotto con limón, cúrcuma y escamas de aceite de oliva congelado, para espolvorear como si fuese un queso. Mas caña: medallón de foie gras sobre lecho de mozzarella. Manjarosa grasa al 2. No cesa en ningún momento la naturalidad y la acidez: pechuga de pato, cruda y caliente, roja por igual, sin tostar exteriormente, lacada de una infusión de ibisco. Y la trangresión se lleva a los postres, una cebolla al pan de oro o una menestra de chocolate blanco con guisantes, pina, erizos de mar y nuez moscada. Siempre quedara, dada la clientela que da lustre al lustre del palacio, el chocolate liquido con cacao, café y mascarpone.
Puede hacer historia en Italia, si el lujo y el vanguardismo se lo permiten. Es el primer año.

 



9

Michel Bras

Michel Bras
Michel Bras
País: Francia
Localidad: 12210 Laguiole
Dirección: Route de l’Aubrac
mapa
(+33) 0 565511820
Cierra: De noviembre a marzo, martes y miércoles al mediodía (excepto en julio y agosto), lunes todo el día
Precio: 100/140 €
Precio menú degustación: 95, 152 €


  • Gargouillou de verduras
  • Gargouillou de verduras
  • Anguila glaseada del Loira con alcachofas violetas
  • Anguila glaseada del Loira con alcachofas violetas

A principios de los años ochenta, la restauración francesa estaba en plena efervescencia. Girardet, Chapel, Maximin, Vergé, Robuchon, Senderens, Bocuse, Guérard y compañía vivían, quien más quien menos, su momento de gloria: Alain Ducasse perfeccionaba su estilo neoclásico en Juan les Pins, Pierre Gagnaire se dedicaba a la experimentación pura en un antiguo estudio fotográfico de St. Etienne, Marc Veyrat definía una línea personal en Annecy… En este contexto, la fama de Michel Bras, un joven cocinero autodidacta de Laguiole, minúsculo pueblo en el centro de Francia, empezó a traspasar sus confines.

Trabajando la sustracción, Bras ha creado un estilo que ha cambiado el curso de la cocina contemporánea. Pocos elementos distintos en el plato, uso de hierbas autóctonas recogidas apenas unas horas antes, abolición de natas y salsas, nitidez, minimalismo, sensibilidad, rigor, extremo respeto por la estacionalidad de los productos y un fuerte arraigo a las propias raíces. ¿Cocina territorial? ¡Mucho más que eso, a menos que en las praderas del Aveyron pasten los bogavantes y las lubinas! Se trata más bien de una cocina filosófica e intelectualmente influenciada por el Aubrac, una región virgen y salvaje donde el contacto directo con la naturaleza es inevitable. La genialidad y la sincera pasión de Michel Bras por todo lo bueno, bonito y auténtico han hecho el resto.

El “estilo Michel Bras”, que ha influido a decenas de cocineros de la última hornada, ha sido absorbido sin reservas por su hijo Sébastien, cotitular de la cocina, quien, bajo la tutela del padre, ha asumido la difícil tarea de evolucionar su filosofía. Los resultados de esta colaboración son prometedores: comenzamos con un sedoso canapé de boletos, tres deliciosos bocados en cuchara de salmonete con espinacas, pimiento con cereales y mollejas de cordero con salsa a la mostaza. Seguidamente, sucumbimos a la tentación de pedir el clásico gargouillou de verduras. Lo que aquí se produce es un fenómeno sobrenatural: la transformación en obra maestra de un simple plato de verduras hervidas es una hazaña imposible sin una enorme dosis de magia. Pero hay magia, ¡y hasta qué punto! Pasamos a una ventresca de San Juan de Luz con vinagreta de higos negros, brotes, queso blanco y hojitas anisadas; menos mágica que el gargouillou pero irreprochable. Proseguimos con mollejas y solomillo de cordero autóctono salteados con frutos secos, alubias coco, acedera de Guinea, polvo de cáscara de naranja y aceite al tomillo serpol; un plato de gran precisión y suculencia. Concluimos con una extraordinaria anguila del Loira glaseada, escalfada con un jugo muy líquido de aromas dulces y ligeramente ahumados, acompañada de alcachofas moradas y una juliana de rábanos y hojas de hierba de Santa María. Grandiosa. Llegado el momento del postre, tras una degustación de aligot, no podemos renunciar al irresistible coulant de chocolate®. Probablemente, después del melocotón Melba de Escoffier, el coulant es el postre más plagiado del mundo. Si Michel Bras se embolsara un euro por cada copia no autorizada, hoy sería multi-plurimillonario. Y, deben creerme, está a la altura de su fama.

Cuando un restaurante se encuentra en un lugar remoto como éste, es lícito preguntarse si verdaderamente “vale el viaje”. A nuestro entender, sí.



8

Saint - James

Michel Portos
Michel Portos
País: Francia
Localidad: 33270 Bouliac
Dirección: 3, place Camille Hostein
mapa
(+33) 0 557970600
Cierra: domingos, lunes, 15 días en enero y abril
Precio: 80/120 €
Precio menú degustación: 95 €


  • Helado de ajo con rebozuelos, chalota, pasta de aceitunas y anguila ahumada
  • Helado de ajo con rebozuelos, chalota, pasta de aceitunas y anguila ahumada
  • Bloque de apio helado con chocolate, crema de coco y caramelo
  • Bloque de apio helado con chocolate, crema de coco y caramelo

Marsellés de nacimiento, Michel Portos fue durante cuatro años segundo de cocina de Michel Troisgros en Roanne, luego abrió Côté Théâtre, su propio restaurante en Perpiñán, para finalmente desembarcar en el Saint-James de Bouliac. Con una técnica depuradísima, este gran conocedor de la materia prima, inteligente, inventivo y comedido transforma con maestría los extraordinarios productos que selecciona en tierras francesas -con especial atención a la zona de Burdeos y alguna que otra incursión en la vecina España-, creando platos de gran precisión, riqueza de sabores y marcada personalidad que a menudo alcanzan la excelencia.

La carta presenta muchas propuestas interesantes, pero nuestro consejo es pedirse el menú découverte, que se cambia día a día y permite a Michel Portos expresar lo mejor de sí mismo. Notabilísimos los platos que probamos en nuestra última visita, empezando por el aperitivo: una refrescante sopa helada de hinojo y piña con unas perlas de tapioca y una brocheta de mejillones de Bouchot a las finas hierbas. Los mejillones de Bouchot reaparecen en el primer, y logradísimo, plato, acompañados por una ensalada de tallarines al eneldo, una gelatina “temblorosa” de tomate y una cucharadita de caviar de Aquitania. Pasamos a un sorprendente helado de ajo con rebozuelos, chalota en vinagre, pasta de aceitunas moradas y anguila ahumada que nos prepara el paladar para una excepcional ostra a la brasa de leña con láminas de alcachofa y alubias coco de Paimpol aliñadas con un jugo de Bañuls, cardamomo y menta fresca. Continuamos con un taco de foie gras crudo, camarones de Madagascar, brotes de soja y mango verde, una composición que nos brinda sensaciones absolutamente inéditas. Le siguen los calamares con ravioli de tocino relleno de berenjena, pera y cilantro, condimentado con limón en salmuera, mojama y aceite picante -un plato completo pero de sabores limpios y precisos- y, justo después, unos menos convincentes cangrejos de río con hinojo al pesto de eneldo.
Reanudamos a lo grande con un soberbio rodaballo maridado con kumquat confitado, algas wacame y jugo de crustáceos: una obra maestra de los contrastes. Un excelente cordero cocido a baja temperatura con cebollas crujientes y un remarcable pichón con ruibarbo y limón confitado al romero cierran la comida.
Llega el turno de los postres, que arrancan con un bloque de apio helado con chocolate, crema de coco y caramelo, prosiguen con dos hojas de muesli crujiente rellenas de moras silvestres y helado de moras, y terminan con un cilindro de greuil a las hierbas, cerezas en aceite de oliva, gelatina de cerezas, almendras y estragón. Los tres están a la altura de las circunstancias.

Lo que más nos ha convencido de este menú son las combinaciones de alimentos, hierbas y especias, que crean contrastes a veces quizá violentos, pero absolutamente originales e increíblemente equilibrados. Michel Portos mejora año a año, siguiendo su camino firme y seguro, consolidándose como uno de los mejores chefs de la zona.



7,5

Goûts Et Couleurs

Jean-Luc Fau
Jean-Luc Fau
País: Francia
Localidad: 12000 Rodez
Dirección: 38, rue Bonald
mapa
(+33)0565427510
Cierra: Enero, 10 días en mayo, 10 días en septiembre, domingos y lunes
Precio: 30/70 €
Precio menú degustación: 69 €


  • Pradera
  • Pradera
  • Carpaccio de gambas con gelatina de coral y aceite de saúco
  • Carpaccio de gambas con gelatina de coral y aceite de saúco

Jean-Luc Fau es un personaje único en el panorama de la restauración. Desde que abrió su propio restaurante en Rodez, se divide entre su oficio de cocinero y el de pintor, actividades ambas en las que destaca y que en su caso se influyen mutuamente. Casi autodidacta, intelectual, intimista, audaz y, por encima de todo, extremadamente creativo, en dieciséis años, partiendo de cero, ha logrado construir un estilo muy personal y transformar su pequeño restaurante de Rodez en una de las mesas más interesantes de Francia.

Lo que más nos gusta de Jean-Luc es su tenaz e inagotable voluntad de experimentar. La suya es una trayectoria de continua evolución técnica, estética y gustativa que va de la búsqueda de los mejores tratamientos para exaltar la materia prima, la combinación de productos en apariencia incompatibles, la creación de audaces arquitecturas del plato y la puesta a punto de innovadores conceptos. El conjunto se asienta sobre una auténtica pasión, refinada sensibilidad y, last but not least, una gran generosidad: con un coste de 69 euros por 14 platos, el menú degustación de Goûts et Couleurs presenta una excelente relación calidad-precio.

Muchas fueron las creaciones dignas de nota en nuestra última visita, empezando por una ostra caliente con tocino, lichis y huevas de trucha que nos sorprendió por su gran armonía; siguiendo con unas gambas crudas, aplastadas y aderezadas con aceite de flores de saúco, rematadas por unos dados de mango y una gelatina de coral de aromas intensos pero impalpables; pasando por un delicadísimo calamar acompañado de albahaca, anís verde y una extraordinaria emulsión de tinta a la violeta. Fau continuó asombrándonos con la Pradera, materializada con gelatina de hierbas, setas enoki, mousse de hierba y jugo de trufas; un plato de cocina figurativa de gran impacto visual y gustativo. El pollo de granja, producto de calidad incontestable, se nos presentó sometido a una larga cocción al horno combinado con coco, fruta de la pasión y berenjena ahumada: ¡grandioso! El tuétano llegó a la mesa sazonado con sal, pimienta y un poco de azúcar, genialmente acompañado por un helado de mostaza de Dijon: ¡sublime! Terminamos con el maridaje imposible entre bogavante y riñón, una alianza atrevida resuelta con desenvoltura por Jean-Luc. El riñón, cocido sólo por el lado de la grasa, contrastaba perfectamente con el bogavante gracias a un puñado de risotto con tinta de sepia y una bisque, o crema de pescado, para armonizar el conjunto.

¿Es Jean-Luc Fau mejor cocinero o pintor? No sabríamos decirlo. Por lo que a nosotros respecta, lo importante es que no deje de cocinar.