7

Katane Palace

Carmelo Chiaramonte
Carmelo Chiaramonte
País: Italia
Localidad: 95129 Catania
Dirección: Via Finocchiano Aprile 110
mapa
(+39) 0957470702
Cierra: Los mediodias y mayo
Precio: 40/70 €
Precio menú degustación: 37, 45 y 55 €


  • Bonito con helado y frutos variados
  • Bonito con helado y frutos variados
  • Brocheta de bonito a las brasas
  • Brocheta de bonito a las brasas

Antes de nada: este restaurante es un verdadero y hasta increíble chollo. O en otras palabras, no solo hace gala de una relación calidad-precio extraordinariamente positiva para el comensal, sino que además es barato a tenor del marco, servicio y, sobre todo, cocina. Ubicado en uno de los mejores hoteles de la ciudad lo regenta con total autonomía Carmelo Chiaramonte. Un chef que lo personaliza y que nunca se presta a dar más de 45 cubiertos. Por tanto, un pequeño restaurante en un hotel; no tiene nada que ver con un restaurante de hotel.

El cocinero a primera vista se asemeja a un pirata: el pañuelo que cubre su cabeza, las patillas, su llaneza en el trato, su listura natural, la franqueza con que expone sus criterios coquinarios...un personaje por descubrir. Un señor pirata que da lo mejor de sí y que ofrece los mayores tesoros del mercado. La honestidad y la nobleza son aromas que perfuman la sala. Así como también se capta inmediatamente el entusiasmo, la vitalidad con que se trabaja. Tiene la fuerza de la juventud y de quien esta convencido del éxito, que le sonríe; en poco tiempo se ha convertido en la meca gastronomica de la ciudad y en una de las primeras mesas de Sicilia, encontrándose en expansión. A nada que se adentre más en la alta cocina moderna, a nada que profundice en técnica, a nada que viaje...puede alcanzar prestigio internacional... cuanta con dones.

Gran parte del recetario histórico de la región se expone en esta casa con refinamiento y personalidad sin alterar los sabores tradicionales. Por tanto, una culinaria evolutiva que avanza conservando las esencias. Se pueden gozar versiones del macco de habas de Modica, de los espaguetis al negro de sepia con cigalas, de los tagliatelle frescos al jugo de cerdo con ricotta, de la caponata a la menta con cacao que acompaña a distintos pescados, de los ñoquis de patata con almendras tostadas, calabaza y salsa de brécol, del ravioli dentro de la Norma...formulas todas ellas meticulosamente ejecutadas y que poseen una idiosincrasia cautivadora. En esta línea merecen ser destacados dos platos populares que conservando su genuinidad han sido impregnados de talento y virtuosismo: los calamares, ejemplares, a la plancha, virtuosos, rellenos de la muy autóctona ricotta al limón y la menestra de grano duro con suntuosa y consumada exaltación de mejillones, cherne y otros tesoros marinos; una manera muy lúcida de ver el cuscus desde un territorio insular.

En fin, un lugar con encanto, un cocinero con mensaje, una atención sencilla y cariñosa y unos precios que incitan a la gula, una, dos, tres veces, las que el cuerpo aguante. En proyección.



7,5

Casa Grugno

Andreas Zangerl
Andreas Zangerl
País: Italia
Localidad: 98039 Taormina
Dirección: Via Santa Maria dei Greci
mapa
(+39) 094221208
Cierra: Los mediodias, salvo sábados y domingos, así como los miércoles.
Precio: 60/100 €
Precio menú degustación: 40, 70 y 80 €


  • Carpaccio de mero con camarones de red
  • Carpaccio de mero con camarones de red
  • Tortelli con berenjena y ricotta gratinada
  • Tortelli con berenjena y ricotta gratinada

En la muy turística Taormina, ciudad bella, bellísima, que ofrece una panorámica sobre el Mediterráneo impresionante, si bien excesivamente concurrida y explotada, con un ambiente despersonalizado de puro y duro negocio, se encuentra este sólido restaurante que habla un lenguaje cosmopolita. A ello, además de la clientela, no es ajeno el chef, Andreas Zangerl, nacido en Austria y forjado en cocinas de medio mundo. Su formación, su carácter, sus gustos...hacen de él un fiel exponente de la culinaria centroeuropea de clara influencia francesa. Erudición, técnica, refinamiento son cualidades que le distinguen. Esa identidad académica y metódica que caracteriza a alemanes, austriacos, belgas cohabita con el recetario italiano que plasma con la meticulosidad debida. Así los ñoquis con moluscos y crema de ricotta y nueces resultan deliciosos y muy típicos. Igual podemos decir de otra fórmula legendaria: el tortelli relleno de berenjena y ricotta levemente impregnado de pesto y sobre rica salsa de tomate; no puede ser más emblemático. Y refrendan lo dicho los macarrones de la casa con ragú de cochinillo y los tagliatelle con tomate y romero, además de crustáceos y pescado.

Entre los platos de corte internacional, la crema de patatas y puerros con hinojo silvestre y anguila ahumada hemos de calificarla de primorosa y bulliciosa, en cuanto es una sopa que transmite mucho calor sápido. Impecable la terrina de bogavante y verduras – pimientos, calabacín, tomate, etc. – ligada por una traslúcida y sutil gelatina. Las gambas en nido de pasta crocante con salsa de agrios y la sepia con muselina de patatas nuevas y hortalizas constatan el saber hacer del cocinero, que evidencia en todo momento una incuestionable profesionalidad.

La silla de cochinillo caramelizada a la miel con capuchino rojo, la chuleta de cordero en costra de pan con patatas al aceite de oliva y calabaza, el carré de ternera con alcaparras de Pantelleria testifican la esmerada selección de géneros y el tratamiento casi científico que se les dispensa. No puede salir más precisa la codorniz, jugosa y suculenta, caramelizada, lacada, con su huevo y bacon.

Postres en similar línea: muy gratificante la strudell de manzana con granizado de frutos rojos.

En resumen, una mesa culta en la que sobresale la regularidad.



8

Duomo

Ciccio Sultano
Ciccio Sultano
País: Italia
Localidad: 97100 Ragusa
Dirección: Via Capitano Boccheri, 31
mapa
(+39) 0932651265
Cierra: Domingos y lunes al mediodia de abril a setiembre y octubre a marzo domingos noche y lunes; así como del 24 de enero al 8 de febrero
Precio: 70/100 €


  • Caviar con miel, ricotta y lubina
  • Espaguetis con tartar de anchoas y huevas de atun y jugo de zanahoria

Ciccio Sultano, siciliano de pro, es el máximo exponente de la cultura gastronómica de la isla. Ama el producto, la suculencia y la copiosidad; caracteres que refrendan su afición por el comer. Esas cualidades, un tanto pasionales, se entremezclan con otras más cerebrales, como plasmar y auspiciar sabores nítidos, diferenciando en el plato los distintos componentes, así como evidenciar cierta apertura mental, que se constata en la asunción de ideas foráneas y en la imaginación, vertientes siempre expuestas de manera ponderada. En consecuencia, nunca comete excesos de fantasía ni sofisticación. Sus construcciones, por elaboradas que estén, resultan sencillas, apegadas a la tierra y a la realidad, con memoria, fieles al patrimonio histórico, llamadas a convencer a todos los paladares. Una culinaria evolutiva sin alardes conceptuales ni técnicos, muy humana, muy ética, que persigue la autenticidad y, sobre todo, logra proporcionar inmensa satisfacción.

De la excelsitud de los géneros dan fe las gambas blancas, rojas, cigalas y ostras que aparecen en distintos momentos del festín, bien crudas o cocinadas, siendo todas colosales por frescor y tamaño. La cuchara de caviar con miel, una gota, sabores que se exponen juntos e independientes, el primero depositado en la parte superior y el segundo en la inferior, dispuesta sobre otra cuchara, que contiene una crema ricotta con cebolla triturada y aceite que sirve de soporte a una lámina de lubina cruda, es un testimonio magnánimo de esencialidad, naturalidad, pureza...manjarosidad. El pichón, el puré de patata y la ostra, en tres espacios, de arriba abajo, representa al cielo, la tierra y el mar exquisita e inmaculadamente; tan solo requiere del comensal tres momentos sápidos. La ensalada de gambas, blancas y rojas, con chipirones, tomate, mozzarella...escenificación magnánima del orgullo nacional. ¿Qué decir de los ñoquis con albondiguillas de cerdo y sepia? Colosal exaltación del populismo reconstruido y manjarizado; al igual que el cuscus a la almendra con pescados y mariscos, además de su sopa, que llama a ahitarse.

La pasta, hecha por Ciccio con receta propia investigada, responde a las expectativas. Intrínsecamente gustosa y con una sensación táctil muy curiosa: al dente y carnosa. Se ilustra con distintos realces, entre los que es menester citar el acompañamiento de los espaguetis: un tartar de anchoas frescas y huevas de atún que desempeña el papel de guarnición y condimento y un jugo de zanahorias que hace de salsa líquida en el fondo del plato. Hay motivo, muchos motivos, para celebrar la artesanía e idiosincrasia con que el chef trata la sémola de grano duro.

Entre los pescados, el atún y los salmonetes se trabajan de mil maneras con combinaciones sápidas originales extraídas del paisaje y el paisanaje. Y el lomo y la chuleta – rellena de salami, queso ragusano, verduras y hierbas – de cerdo negro con salsa de chocolate picante es la enésima demostración de la exuberancia gustativa; sabrosura siempre refinada y liviana como corresponde a un sentir y actuar muy mediterráneo. Los granizados, como el de mandarina y manzanilla, la sopa de higos con canutillo siciliano (cannolo) y la cassata alcanzan la grandiosidad del gran cocinero siciliano: Ciccio Sultano.



7,5

Bens d´Avall de Sóller

Benito Vicens
Benito Vicens
País: España
Localidad: 07100 Sóller (Mallorca)
Dirección: Urb. Costa Deià, ctra. Sóller-Deià
mapa
(+34) 971632381
Cierra: Enero, febrero, noviembre y diciembre. Julio y agosto: Lunes todo el día y mediodías de martes a viernes. Resto del año: lunes todo el día y domingos y martes noche
Precio: 55/75 €
Precio menú degustación: 65 y 75 €


  • Foie gras caramelizado
  • Foie Gras Caramelizado
  • Carpaccio de Gambas de Soller
  • Fideuà de Calamares con Alioli Ligero
  • Duo de pescados
  • Duo de Pescados
  • Lechona Mallorquina Rellena de Verduras
  • Cordero Mallorquín

 Atrás quedaron los tiempos en que Bens d´Avall corría contra reloj rumbo a la cima de la cocina insular moderna. Benet dio tanto en esa maratoniana cruzada que diríase que en algún instante la pasión le robó hasta el aliento. Así es como el talentoso cocinero y mejor persona, exhausto y desalentado, menguado por la indigestión de un banquete de desasosiego, renuncia al sueño de trascender, habiendo trascendido ya. La cocina de Benet no irradia fulgurosamente en lo que a creatividad se refiere, sin embargo, su restaurante sigue siendo, en esencia, lo que siempre ha sido: un lugar conciliador para el alma y para el paladar; la magia de un emblema que nació en la virtud del carisma gastronómico balear. Almorzar en un anfiteatro de hermosísima luz mediterránea o cenar en el balcón de uno de los ocasos más bellos del planeta, al punto en que te llevas a la boca un pedacito del pasado y del presente de Mallorca, es una experiencia que sobrevive a épocas y paladares. Su obra, reflexión comprometida, perfecta simbiosis de técnica y sensibilidad, recrea en un menú degustación de cinco entregas un viaje por los sabores y olores de su cocina, a través de ejecuciones tan virtuosas que sobrecogen. Ya no hay quien peregrine a este templo de los sentidos en busca de exhibición conceptual ni preclariedad coquinaria, ciertamente de aquel cocinero visionario tan sólo quedan los rescoldos, sin embargo, casi sin querer, Benet ha conseguido algo todavía más difícil si cabe: convertirse en un clásico. Valgan de ejemplo las sopas mallorquinas de producción ecológica, agua de montaña y huevo de corral, que tantas veces han llenado y llenan de gozo a todo aquel que se aboca a su degustación plácida y sosegada. El Carpaccio de gamba roja de Sóller o el arroz brut que tantos paladares han seducido, entre plato y plato, por el susurreo de la leyenda viva de un pueblo. O la nunca suficientemente venerada lechona mallorquina, de suculencia extrema en la mantecosidad de una carne trabajada durante horas a baja temperatura, con costra crujiente acabada al horno de leña, acompañada de piel de naranjas locales y enebro o bien con parmentier y verduras de su huerto, conducen al delirio incluso al más tosco de los paladares. En cuanto a los postres, en esta ocasión remarco la excelencia del húmedo, compacto y adictivo gató de almendras mallorquinas.



8,5

L´Escaleta

Kiko Moya
País: España
Localidad: 03824 Cocentaina (Alicante)
Dirección: Subida Estación del Norte, 205
mapa
(+34) 965592100
Cierra: Lunes todo el día y las noches de domingo, martes y miércoles.
Precio: 60/115 €
Precio menú degustación: 40, 60 y 80 €


  • Queso Fresco de Almendras Tiernas con Hidromiel, Aceite de Oliva Virgen y Flores de Tomillo y Lavanda
  • Snack de Turrón
  • "Manteca" de Romero
  • Ensalada de Anguila Ahumada, Endivias y Vinagreta de Algarrobas
  • Yema en Salazón, Aliño de Garum y Huevas de Pescado.
  • Arroz Meloso de Pil Pil de Kokotxas de Merluza
  • Presa Ibérica con Cenizas de Cebolla, Tomillo y Humo
  • Super Mousse de Chocolate, Café y Avellanas
  • Leche Cuajada de Higuera
  • Cocochas con patatas y all i pebre
  • Cocochas con Patatas y All i Pebre
  • Cordero con Berenjenas y Miel de Azahar
  • Arroz de Caracoles con All i Oli de Hinojos y Hierbas.

 Kiko Moya es en gran medida un desconocido por la situación del restaurante familiar alejado de grandes núcleos urbanos o de interconexiones entre ellos. L´Escaleta se sitúa en la montaña Alicantina, cerca de Alcoy, a casi una hora en coche de Alicante, Benidorm o Valencia. Eso le posibilita estar muy centrado, pensando constantemente en su quehacer. A lo que ayuda también que es una persona a lo que le atrae poco lo mediático, preocupándose única y exclusivamente de su realización y trabajo. Todo ello le ha permitido tener ideas y marcar estilo. Sus platos miran al mundo pero desde una visión personal y centrada en el paisaje.  Hay mucha autenticidad en su ser y obra. También  mucha inteligencia, nada se hace  por que sí, o para impresionar. Propuestas sensatas, meditadas, profundas, evolutivas,  contemporáneas…sustentadas en los productos y tradiciones culinarias mediterráneas. Platos muy placenteros, que exhiben una  depurada técnica, impregnados de cierta magia, creativos y  sin alardes, que conmueven por su sabiduría y buen gusto. Una culinaria entusiasta, muy compensada, que, precisamente,   entusiasma por su equilibrio, por su acabado…por su ponderada distinción. Hay impronta y mucha sensibilidad…y excepcional sentido común.
Kiko ama profundamente Alicante y rinde homenaje a su producto estrella, el turrón, el mejor turrón del mundo se hace en Jijona, a través de un snack “salado” que reproduce su gusto desprendiéndole del dulzor. Paladeamos y masticamos almendras marconas en “merengue” seco ciertamente perfumado. Un vicio. Tan es así que tres nos zampamos. Inspirada en la mantequilla o en la manteca, siguió una espuma de romero, ciertamente etérea y perfumada, en verdad sutil pese a la profundidad que tiene, que volvió a hacernos vibrar. Es evidente que el chef recrea concretando, sin ningún artificio, huyendo del barroquismo. Esencialidad y talento que volvieron a evidenciarse con el sibarítico queso fresco de almendras tiernas adornado con flores de tomillo y lavanda dispuesto sobre una sencilla base amarga, picante y dulce de hidromiel y aceite de oliva virgen, concluyendo la obra de arte con unas almendras tiernas enteras. Sabores más nuestros, más naturales, imposible; eso sí,  con un maravilloso ingenio que trasforma formas y texturas. Ver en Grandes Platos.
Comproso a tope con la mediterraneidad: yema de huevo en salazón, distinta de la de Carlo Cracco, con aliño de garum, reinventado Roma, más huevas de pescados, en lascas y ralladas, un tanto más suaves y tiernas. Un enésimo  testimonio de una filosofía perfectamente definida: crear con pasión territorial. A continuación, salió a relucir La Albufera con una inspirada ensalada de anguila, ingrediente que casi siempre está en la carta de L´Escaleta,  gelatinosa a más no poder, reforzada gustativamente por un tenue ahumado, que era el ingrediente principal de una fresca ensalada en la que reinaba la  endivia, magnificada por una exultante vinagreta de algarrobas, que ponía color y astringencia al temperamento dominante.
Como la filosofía es incuestionable, primero o después tenía que salir a escena su majestad el arroz de Pego. Y el condumio más relevante de Alicante se juntó con su majestad la Kokotxa de merluza. Estas hechas al pil pil. El cereal embebido de un suculento fumet de merluza. La presencia era melosa…el arroz al dente, al dente español, no al dente italiano, con sabor a merluza, impregnado  cierta untuosidad, se corono con unas kokotxas al pil pil, que aportaban el contrapunto táctil a la gramínea, con la preponderancia sápida del arroz y la merluza. Antológica cuchara;  delicada sustancialidad.
Kiko Moya culminó el brillantísimo festín con una presa ibérica sublime. No hace falta, dijo una vez más, liarse la manta. Un grandioso trozo, perfecto de calidad, perfecto de punto, un 10 en inmaculabilidad  y jugosidad, con fragancias campestres y rústicas muy terrenales: una exultante ceniza de cebolla y tomillo. Humo que no era humo…era la genialidad de la mejor presa que jamás hayamos comido.
Chocolate, café y avellanas, sabores consagrados por la historia, bien armonizados, volvieron a testificar, que el secreto radica en la perfecta sintonía, en el perfecto equilibrio, en la sublime cremosidad, en supercremosidad del arte sin excentricidades. ¡Vaya mousse!
Esto es lo último y más rutilante, pero eso no nos debe pasar de una obra muy prolifera, que conviene descubrir o rememorar.

 

 



7,5

La Sucursal

Jorge Bretón
Jorge Bretón
País: España
Localidad: 46003 Valencia
Dirección: Guillén de Castro, 118.
mapa
(+34) 963746665
Cierra: Sábados al mediodía, domingos, quince días en Semana Santa y otros tantos en agosto
Precio: 60/75 €
Precio menú degustación: 45/70 €


  • Tartar de buey con liliaceas
  • Tartar de buey con liliaceas
  • Salmonete de roca y corales de codium
  • Salmonete de roca y corales de codium
  • Arroz meloso de ostra, almeja de carril y perla de su agua
  • Arroz meloso de ostra, almeja de carril y perla de su agua
  • Taco de buey, praliné de trompeta, salsifis y Jugo ahumado
  • Taco de buey, praliné de trompeta, salsifis y Jugo ahumado
Sigue en su línea de los últimos años. Cocina moderna asentada, firme, fácilmente asumible por toda la sociedad. Los platos tienen el suficiente ingenio y empaque para marcar la diferencia sin alterar gustos y valores asumibles. Evolucionismo distinguido. Originalidad, elegancia y armonía. Complejidad y belleza. Mucho oficio y bastante rigor; efectividad. Todo ello en un marco con mucho encanto impregnado de la profesionalidad de la familia Salvador; Javier es un personaje con carisma.
Una entrada académica, solemne, meticulosa, sustentada en motivos nobles e intemporales que cuentan con la complicidad de un pecaminoso guiño: el foie gras mi-cuit con trufa negra y cacao. Ocurrente, laboriosa y preciosista manera de ver el steak tartar; la carne picada aparece engalanada y cubierta por un suculento consomé gelatinizado de la propia vaca que lleva incrustados gajos de cebolla y varios encurtidos. Un plato que apasiona a Santos Ruiz. Más controvertido resulta el huevo de corral asado con una gustosa sopa de migas de pan fritas con grasa de pollo en la que nadan unas pequeñas sepias; y decimos lo de discutible por aquello que los cefalópodos sustituyen a los tradicionales acompañamientos cárnicos y, además, se le da un toque vegetal con las presencia de tirabeques. Si se come sin prejuicios, gustará, claro que gustara, es muy resultón.
Ostentoso y provocador, insolente por romper descaradamente con la mediterraneidad, el arroz con ostras y almejas de Carril, al que se remata con un toque tecno: perlas del agua de los mariscos. Más convencional dentro de la modernidad que caracteriza la cocina de Jorge Bretón, que ejerce en los fogones, el salmonete espinado, esplendido de calidad y punto de hechura, sabrosísimo y muy jugoso, con su jugo, bolas de nabo y alcachofas plateadas. Otro alegrón brindará el taco de buey con praliné de avellanas, jugo de pato y sake y ceniza de puerros; solemne la carne y rimbombante escenificación, sin que los mágicos atrezzos mermen un ápice la bondad intrínseca de la carne.
Y la mascletà se tira con los postres: refrescante y exótica, rompedora la manzana verde impregnada de té verde y aloe vera y sublime por virtuosidad y matices la panaccota con torrefactos, ganache de chocolate y papel de cacao.
 

 



9

Mugaritz

Andoni Luis Aduriz
Andoni Luis Aduriz
País: España
Localidad: 20100 Erenteria-Rentería (Guipúzcoa)
Dirección: Aldura Aldea, 20. Caserio Otzazulueta.
mapa
(+34) 943522455
Cierra: Domingos noche, lunes y martes todo el día y del 17 de diciembre al 20 de enero
Precio: 135 / 180 €
Precio menú degustación: 112 y 145 €


  • Caja de piedras y palos comestibles
  • Caja de piedras y palos comestibles
  • Carpaccio acompañado de un aliño agridulce, lascas de queso y briznas vegetales
  • Carpaccio acompañado de un aliño agridulce, lascas de queso y briznas vegetales
  • Menestra de verduras asadas y crudas, hierbas y brotes
  • Menestra de verduras asadas y crudas, hierbas y brotes
  • Estofado de xixas y guisantes
  • Estofado de xixas y guisantes
  • Escalope de foie gras de pato
  • Escalope de foie gras de pato
  • Sedosa kokotxa de bacalao
  • Sedosa kokotxa de bacalao
  • Rabitos de cerdo ibérico estofados y bañados, servidos entre hojas comestibles y
  • Rabitos de cerdo ibérico estofados y bañados, servidos entre hojas comestibles y un praliné de pimientas
  • Pastel jugoso de chocolate, crema fría de leche, pompas y cacao
  • Pastel jugoso de chocolate, crema fría de leche, pompas y cacao

Resulta asombroso el carácter esencial y sobrio de la obra culinaria de Andoni Luis Aduriz. Aquella caligrafía excesiva con que tiempo atrás se presentaban algunos platos ha desaparecido. En su lugar se aprecia ahora cierto despojamiento formal. No sobra ni falta nada, todo está en su sitio. A partes iguales, las propuestas están impregnadas de equilibrio, mesura y atrevimiento; en todas ellas hay un vigor argumental incuestionable. Se trate de un aperitivo o de una pequeña entrada, da lo mismo, las sutilezas palatales y los sorprendente registros gustativos siempre están presentes, si bien podrían y hasta deberían ser algo más expresivos.
Impactante la piedra comestible, en donde una pequeña patata envuelta en caolín aparece ilustrada con una refinadísima crema de ajos tostados. Le ocurre lo mismo a la calabaza espagueti, con almejas limón, almendra y avellana fresca. Delicadeza, sensibilidad y suculencia en la mezcla de hojas tiernas, hierbas
frescas y fritura de lenguas de pato. Los sedimentos de trigo tostado, con corales de buey de mar y esquejes de salicornia propician un deslumbrante juego de analogías que participa de los mismos atributos que el plato anterior. Y se entra en una de las claves de la grandeza de esta cocina al degustar una sinfonía vegetal auténticamente conmovedora y memorable: la menestra de verduras asadas y crudas, hierbas, brotes silvestres y cultivados y aliño meloso de zanahoria morada. Y seguimos sobrecogidos y disfrutando enormemente con la caña de “Alcaucil Camus” escaldada, con lecho de hojas carnosas y flor de alcachofa aliñada con grasa de jamón ibérico. Y, afortunadamente, más de lo mismo -y también estupefacción- con el bacalao glutinoso con resina de mastik y cremas gelatinosas de piñón y también con el potaje meloso de pan cubierto de carne de buey de mar aromatizado con hojas de geranio rosa. Continúa ininterrumpidamente el desfile de platos soberbios: longueirones (pequeñas navajas), condimentados con un jugo de alubias negras y perfumados con aceite de canela; el bogavante asado con un sofrito de hierbas y melocotones secos; el gallo con huevas de amaranto, hierbas escabechadas y pequeñas zanahorias salteadas; las hebras de raya doradas en una glasa tostada de mantequilla y con un brillo untuoso de cerdo; el solomillo de pato con complementos yodados y lascas de trufa de verano… Llega la apoteosis final con los frutos rojos embebidos en una decocción de hojas de naranjo y con las
nueces rotas, tostadas y saladas con crema helada de leche y gelatina de Armagnac.



9

Akelarre

Pedro Subijana
Pedro Subijana
País: España
Localidad: 20008 San Sebastián (Gipúzcoa)
Dirección: B. Igueldo. Paseo Padre Orcolaga, 56.
mapa
(+34) 943311209
Cierra: De enero a junio domingos noche, lunes y martes. De julio a diciembre domingo noche y lunes. Mes de febrero y primera quincena de octubre
Precio: 150/200 €
Precio menú degustación: 135 €


  • Carpaccio de pasta, piquillos e iberico con setas de temporada y parmesano
  • Carpaccio de pasta, piquillos e ibérico con setas de temporada y parmesano
  • Chipironcito, caldo de chipirón, lamina de cebolla y tintas rellena de los tentá
  • Chipironcito, caldo de chipirón, lamina de cebolla y tintas rellena de los tentáculos y pan frito
  • La red del pescador
  • La red del pescador
  • Navaja con pata de ternera
  • Navaja con pata de ternera
  • Caja de bacalao con virutas
  • Caja de bacalao con virutas
  • Rabo de toro y yuka en hebras
  • Rabo de toro y yuka en hebras
  • Tortola asada con un toque de mole y cacao
  • Tortola asada con un toque de mole y cacao

 

 

  

Lo decíamos el año pasado y se impone necesariamente  volver a repetirlo: “La cocina de  Pedro Subijana  se ratifica en su quehacer de los últimos años y enarbola con orgullo sus platos más insignes. Formulas tan legendarias  que han aportado un nuevo concepto del servicio en sala, mejor del acabado culinario en el comedor, como la langosta destilada en cafetera o las gambas con vainas flambeadas al alcohol de vino, ambos Platos del Año. Claro que Platos del Año ha merecido bastantes este gran chef, la mayoría siguen a disposición de la clientela, para rememorarlos o descubrirlos: huevo con caviar sobre puré de coliflor y mantequilla de cebollino;    moluscos en la red del pescador (percebes, ostra, almeja, navajas, berberechos,  mejillones y  borrajas bajo una  hermosísima malla de crema de arroz adornada con quisquillitas, algas y flores de cebollino); navaja con pata de ternera;  gin tonic; etc., y  otros que sin haber conseguido tal galardón lo hubiesen merecido como el chipirón cebra (por aquellos de los colores blanco y negro,   casi crudo con la guarnición de “a lo pelayo” dentro); el salmonete integral con fuselli;  la lubina   o merluza con percebes, perlas de aceite y rúcola,  el foie gras con una salsa de vino blanco,  escamas de sal – azúcar –  y  granos de pimienta negra, en realidad arroz venere y el cochinillo asado con “bolao” de tomate y emulsión de ibérico. Por lo demás, el pichón asado, en esta ocasión tórtola,  con un toque de mole y cacao es impecable y mágico, impecable por la calidad del producto y el punto de hechura y mágico por los contrapuntos dulces, amargos y picantes, excitantes. Estelar. Estamos, pues,  ante una culinaria sumamente erudita que se sustenta en 40 años de profesionalidad y que sabe proyectar el saber hacer con inquietud e ingenio.

En los últimos tiempos brinda  media docena de nuevas recetas. La más original y conseguida el carpaccio de pasta, pasta entremezclada con piquillos y esencia de Joselito, que lleva sobre las láminas, como contrapunto de naturalidad, setas de temporada, en este caso amanita caesaria y trufa de verano macerada en jugo de melasporum, además de lascas de parmesano, hojas y hierbas. Casi igual de eficaz, en una postura más  sobria intelectualmente, el chipirón pequeñito a baja temperatura con un soberbio caldo del propio cefalópodo y cebolla y una lámina de cebolla y tinta rellena de sus tentáculos crujientes. Más consensuado el taco de atún, vuelta y vuelta, sobre tartar de bonito, una mayonesa de cebollino y un olímpico caldo agridulce de pimientos morrones. Y en plan cultísimo y muy ornamentado, una constante en el quehacer del chef,  el bacalao,  perfecto de cocción, salpicado de un pan de gambas triturado, una juliana de pasta filo y unos callos embebidos de caldo de tomate. En pocas palabras, todo muy trabajado, muy complejo, muy meritorio. Muy, muy, muy…

 

 



7

Galileo

Flavio Morganti
Flavio Morganti
País: España
Localidad: 32710 Santa Baia – Pereiro de Aguiar (Ourense)
Dirección: Ctra. OU – 538 (carretera de Trives), Km. 11
mapa
(+34) 988380425
Cierra: Domingos noche, lunes y tres días en Navidad
Precio: 60/100 €


  • Jurel o chicharro con escabeche y sus verduras
  • Jurel o chicharro con escabeche y sus verduras
  • Raviolis de grelos rellenos de cocido gallego con salsa de varios quesos
  • Raviolis de grelos rellenos de cocido gallego con salsa de varios quesos
  • Carabinero tibio en consomé de carne, juliana de verduras, puerro y huevo de cod
  • Carabinero tibio en consomé de carne, juliana de verduras, puerro y huevo de codorniz
  • Filetes de gallo en tempura sobre risotto de calabaza con cordón balsámico
  • Filetes de gallo en tempura sobre risotto de calabaza con cordón balsámico
  • Chuleta gallega de vaca vieja
  • Chuleta gallega de vaca vieja

Flavio Morganti es un cocinero que poco a poco, sin alharacas, sin alianzas, se ha hecho un lugar importante en el panorama de la restauración gallega más actual; la suya es ya, sin duda, una de las mesas más destacadas de Galicia. Flavio, italiano del lago di Como, ejerció en su país natal y, durante 15 años, en Suiza, hasta que recaló en las cercanías de Orense, en la tierra de su mujer. Italia, Suiza, Galicia... buen cóctel, cuyos elementos se dejan notar en sus articulaciones y combinaciones. Su culinaria es académica y sosegadamente innovativa; le gusta hacer cosas nuevas amables, asumibles, sin ninguna estridencia, lo que queda patente en sus menús degustación, nunca fijos, siempre según el mercado, siempre según la idea que le surja en ese momento, o el producto en plena sazón. Tiene, como suele decirse, ‘mucha cocina’, inmenso oficio. La experiencia y el buen gusto se paladean.
Lo mejor en una visita a Flavio es dejarse aconsejar, acudir sin ideas preconcebidas, con un espíritu abierto y, por encima de todo, sin pensar que se trata de un restaurante ‘italiano’: no lo es, claro que no lo es. Es un gran restaurante cuyo chef nació en Italia, que es otra cosa, claro que pastas y arroces son algunas de las especialidades inexcusables.
Los garbanzos con callos de bacalao son un aperitivo contundente y suculento. También tiene su fuerza el canapé de rizos de foie gras con realce de frutos rojos. Ya metidos en platos, el jurel o chicharro brilla por su frescor y brillantez, se sirve con un escabeche y sus verduras, no repercutiendo la acidez, matizada, al pescado, ya que el vinagre se utiliza como un aderezo al final y no como un medio en el que hayan estado sumergidos los elementos. Otro plato sencillo y bien acabado son las kokotxas de merluza en un copioso pilpil verde perfumado con lima, una insinuación, salsa que en bondad supera a las papadas del pescado, buenas pero no excelentes. Muy logrados los raviolis de grelos rellenos de cocido gallego con salsa de varios quesos, autóctonos y parmesano, además de otras pinceladas cromáticas. Doctoral el carabinero tibio, por efecto del calor que le trasmite el impecable consomé de carne en el que nada, de sorber hasta no poder más, todo ello con una montaña de verduras en juliana, un pequeño puerro y un huevo de codorniz. Los filetes de gallo en tempura, perfecta la fritura por jugosidad y costra, sobre risotto de calabaza con cordón balsámico merecen una altísima consideración en tanto que nos parece una construcción integral lúcida desarrollada con encomiable precisión. La chuleta de vaca vieja gallega es de una nobleza excepcional, con mucha grasa infiltrada, si bien no soltaba sobre el plato toda la sangre que a nosotros nos gusta ver correr. No contento, el anfitrión nos agasajó con unos antológicos chorizos de su suegra, a la antigua usanza, acompañados de unas primorosas patatas también del terruño, que nos hicieron cantar el Galicia Patria Querida. Surtido de quesos, orujos, licor de hierbas… hasta pronto.



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El Campero

José Melero
José Melero
País: España
Localidad: 11160 Barbate (Cádiz)
Dirección: Avda. de la Constitución, local 5 C
mapa
(+34) 956432300
Cierra: Lunes (de octubre a marzo) y noviembre
Precio: 60 / 100 €
Precio menú degustación: 48 €


  • Ensalada de escabeche de atún
  • Ensalada de escabeche de atún
  • Ensalada de regañás con sardinas marinadas y queso payoyo
  • Ensalada de regañás con sardinas marinadas y queso payoyo
  • Ventresca de atún al Pedro Ximénez
  • Ventresca de atún al Pedro Ximénez
  • Galete de atún estofado con crema de garbanzos
  • Galete de atún estofado con crema de garbanzos
  • Ventresca y morrillo de atún rojo a la plancha
  • Ventresca y morrillo de atún rojo a la plancha

El año 2009 ha sido una magnífica temporada de capturas para el atún rojo de almadraba. Y, desde luego, al restaurante El Campero se va a comer atún, sin duda el mejor de Andalucía, aunque allí también pueden degustarse los más gigantescos peces del Estrecho de Gibraltar en lo que verdaderamente es un paraíso para ictiófagos: corvinas, pargos, meros, urtas, romeretes o chernas, lenguados, rodaballos y besugos de la pinta. Todo es obra de José Melero, propietario y factótum del establecimiento, quien, con sabiduría, ojo clínico, sensatez y conocimiento del medio, consigue los mejores productos de las vecinas lonjas de pescadores, apoyado además por un entusiasta equipo de cocina, liderado por José Manuel Núñez y Julio Vázquez, que proporciona el justo contrapunto culinario: cocciones precisas, milimétricas, algunas inteligentemente programadas en el incubador a baja temperatura, aliños suaves y elegantes matices orientales; en fin, enorme delicadeza y equilibrio solamente alterado por el barroquismo de algunas recetas, demasiado elaboradas para lo que demandan tan sublimes productos.
Dentro del menú del atún, que se ofrece a un precio realmente imbatible, se incluyen ricas salazones como la mojama, la hueva de grano o el ijar (ventresca); el sabroso lomo marinado en vinagre de jerez; las sorprendentes piruletas de huevas de leche (criadillas) del atún; la curiosa butifarra con salmorejo; dos de los platos más emblemáticos de la casa, ambos de influencia japonesa, como los extraordinarios tataki de lomo y sashimi de ventresca; la imbatible tríada de corazón, ventresca y morrillo a la plancha, este último verdaderamente memorable por su textura y sabor; diversos guisos (mormo encebollado, tarantelo en salsa de naranja, lomo mechado, centro de ventresca confitada con melocotón asado y Pedro Ximénez, falda de barriga con piñones), los sensacionales galetes estofados (la parte del atún equivalente al rabo de toro) con crema de boniato y un sensacional arroz meloso de contramormo con tomate seco. Pero además resulta que en El Campero no todo es atún, porque desde los sencillos boquerones recién capturados hechos a la plancha a los enormes pescados salvajes al horno o a la sal, pasando por las excelentes frituras de ortiguillas de mar o de taquitos de pescados de roca rebozados, todo es de primera.