8,5

Las Rejas

Manolo de la Osa
País: España
Localidad: 16660 Las Pedroñeras (Cuenca)
Dirección: General Borrero, 49
mapa
(+34) 967161089
Cierra: Las noches de domingo a jueves, lunes y la segunda quincena de junio
Precio: 100 / 120 €
Precio menú degustación: 80 €


  • Tomate, Cebolla, Olivas, Albahaca y Queso
  • Trufa de Perdiz al Chocolate con Migas de Pan de Especias y Foie Gras
  • Piñonada
  • Oatra con Escabeche de Caza Azafranado, Aire de Ostra, Setas y Eneldo
  • Sopa Fría de Ajo Morado de Las Pedroñeras
  • Ajoarriero Ahumado con Setas, Espinacas y Ajo Negro
  • Foie Gras con Taninos de Vino Tinto y Uvas Caramelizadas
  • Bacalao con Caldo de Ajo Negro y Judiones al Azafran
  • "Civet" de Liebre con Remolacha
  • Gazpacho pastor
  • Gazpacho Pastor
  • Galianos manchegos
  • Galianos Manchegos
 Manolo de la Osa es siempre Manolo de la Osa. Eso ya se sabe lo que significa: resulta imprevisible. Ejerce de Don Quijote y Sancho a la vez. Tiene un talento especial: tanto palatal como mental. Si está de subidón, es capaz de comerse el mundo. Y eso lo transmite en el plato.
Cocina de autor inmaculada y exquisita, sibarítica, que aúna mancheguismo y universalidad, variando los porcentajes en cada construcción. Refinamiento y suculencia salpicados de sumo talento.
Manolo le pone el ajo de Las Pedroñeras a la mantequilla, que aparece con ceniza espolvoreada, dando luz y color, a la manera de un alioli etéreo y sutil engalanado con motas. Asombrosa capacidad de síntesis en el aperitivo: anchoa en salazón rellena de crema de queso y con una brunoise de apio; un rulo apoteósico. Bien sabido es que nunca faltan las ostras en Las Rejas, sea la propuesta historiza que ha ganado el mundo en compañía de calabaza, cítricos y azafrán, o la última y genial en su ponderación, que se cubre de un aire de ella misma, se dispone sobre un delicadísimo escabeche de caza, se acompaña de setas y se anisa dulcemente con eneldo. No se puede crear con tanta sencillez y sabiduria. Genialidad a la que siguió otra genialidad también de sabores historicos con nuevas formas: tomatitos, pelados y explosivos, crudos e impregnados de aceite y hierbas, con puré de olivas negras, hojas de albahaca, sopa de cebolla y queso y crema de ajo. Esto es un ejercicio de inteligencia supina: sacarle chispa a los elementos más típicos de nuestra cultura. Apoteósica la trufa de perdiz: unas exquisitas bolas de perdiz y foie gras, con la textura de mousse, rebozadas con café soluble, trompetas de la muerte deshidratadas y trufa tamizada, y dispuestas sobre unas migas confeccionadas con pan de espécias y enriquecidas con trocitos de foie gras, además de naranja confitada y frambuesas liofilizada. A lo dicho, exquisito hasta lo indecible y rebosante de matices. Volvimos a disfrutar la legendaria sopa fría de ajo morado, ecológico, de Las Pedroñeras, un plato intemporal que sobrevive y sobrevira al paso del tiempo. Obligada por ser  la mejor sopa de ajo del país; y con gran diferencia. De la rusticidad refinada a la elegancia conceptual y sápida en estado puro: la piñonada. Piñones tiernos en etérea crema de piñones perfumada con trufa y salpicada con notas refrescantes y exíticas de piña y jengibre. La lucura: liebre cruda marinada al vacio con soja y miel largamente, que da la sensación de cocinada, con remolacha encurtida, láminas cocidas, frambuesas, cerezas, ciruelas, cebolla confitada, algas y aromáticos: todo ello salseado con un civet de remolacha. Ciertamente rompedor. Y concluimos con la versión más innovadora y aterciopelda que hasta hoy se ha hecho del gazpacho manchego, que pese a su ingelio y galas de pasarela preserva al 100% su esencia.
En pocas palabras, altísima culinaria inspirada en el costumbrismo, es ahí donde Manolo de la Osa se explaya como un artista. Un Artista de Pueblo universal.

 



8

Il Luogo di Aimo e Nadia

Aimo Moroni
Aimo Moroni
País: Italia
Localidad: 20147 Milano
Dirección: Via Montecuccoli, 6
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(+39) 02416886
Cierra: Sábados al mediodía, domingos, del 1/1 al 10/1 y tres semanas en agosto
Precio: 100/160 €
Precio menú degustación: 80 y 120 €


  • Brusqueta con tocino y tomate
  • Brusqueta con tocino y tomate
  • Paté de hígados de pichón y pato con crema de trufa blanca y brioche
  • Paté de hígados de pichón y pato con crema de trufa blanca y brioche
  • Bottoni rellenos de queso, jamón ahumado y vinagre balsámico, con consomé de pol
  • Bottoni rellenos de queso, jamón ahumado y vinagre balsámico, con consomé de pollo a la verbena
  • Verdure (da) amare
  • Verdure (da) amare
  • Risotto de carnaroli con puerros, cardo, avellanas y alcaparras
  • Risotto de carnaroli con puerros, cardo, avellanas y alcaparras
  • Pasta con liebre
  • Pasta con liebre

El restaurante de mi querido y admirado Aimo, hoy dirigido por su hija Stefania, ha definido con toda claridad su futuro. Tras ser uno de los mayores adalides de la cocina de producto de corte tradicional popular e italianísima, siempre impregnada de suma cultura y refinamiento, ha decidido compaginar su identidad de siempre, la que tanta gloria le ha dado, con una evolución hacia conceptos más actuales. Lo está haciendo pausadamente, con inteligencia, de manera muy reflexiva, manteniendo su identidad, lo que nos parece fenomenal, si bien impregnándola de otro espíritu, por lo que le felicitamos. O, lo que es lo mismo: se aprecia en las últimas construcciones mayor carga de alta cocina, un nivel superior en las articulaciones, con estructuras integrales en bastantes casos, así como la introducción sopesada, en varias ocasiones, de sabores más modernos, dentro de la pureza e idiosincrasia que viene distinguiendo a la casa. El resultado no es otro que si siempre se ha comido magníficamente en esta mesa, ahora mejor, con más méritos, ganando clientela gastronómica.
Un primer y sublime testimonio lo tenemos en la pequeña ensalada de primavera con habas peladas hechas un instante, almendras romanas de Noto y abundante juliana de sepia cruda, rubricada con una clarividente y sibarítica mermelada de limón. Inmaculabilidad sápida y táctil, naturaleza, liviandad, complejidad, conjunción, cromatismo... una creación rabiosamente contemporánea y virtuosa. Antes nos deleitamos con dos aperitivos legendarios. Un bouquet inspirado en la brusqueta, una montaña de tomate pelado y picado entremezclado con alcaparras y costrones de pan, adornado con hojas de albahaca e impregnado con un hilo de aceite de oliva; sublime en su simplicidad. Y, después, con un par de rodajas de salchichón fresco de Cinta Senese. El siguiente servicio correspondió a otra obra cumbre, por la que sentimos tanta fascinación como por la susodicha versión del pan con tomate, el tambien esencial y consumado, mejor perfecto, paté de hígados de pichón y pato con crema de trufa blanca, sobre un esponjoso pan brioche caliente; magnánimo. Profundo, distinguido y armónico el muy académico y a la vez personal, por aquello de los toques mágicos, consomé de pollo de Saluzzo, límpido, completamente desengrasado, perfumado con verbena, en el que nadan bottoni rellenos de queso squacquerone, jamón ahumado y vinagre balsámico. Otro plato que impresiona, las verduras amargas, que llevan por título “verdure (da) amare”, sabores que se manifiestan en todo su esplendor: radicchio rojo tardío, puntarelle, lampascioni, rape rosse, apio… sobre una sustanciosa crema tundente de queso, taleggio de Valtaleggio a leche cruda de rábano. Inexcusables los capítulos de pasta y risottos, en los que se van sucediendo los complementos. Un ejemplo lo tenemos en el vegetal y muy temperamental risotto de carnaroli con puerros de Cervera, cardo de Niza Monferrato, avellanas del Piamonte y alcaparras de Pantelleria; casi nada. Otro, en los fusilli, hechos a mano, con crema de trufa blanca, acciughe liguri y pan de farro crocante aromatizado a las hierbas. Y, entre los segundos, el pichón se lleva la palma, sean cuales quieran los realces: por ejemplo, a las habas de cacao de Venezuela ligeramente ahumado con trufa negra y puré de castañas. Sin olvidar el antológico cordero -¡Qué calidad! ¡Qué hechura!- perfumado con carvi y jengibre fresco más radicchio trevisano tardío y cebolletas estofadas y el suculentísimo cochinillo de cinta senese crocante con miel de romero y otros atractivos contrapuntos que cambian a tenor de la temporada: mostarda de frutas y legumbres, tosta de patatas, hinojo y jamón.



9,5

Etxebarri

Bittor Arginzóniz
Bittor Arguinzóniz
País: España
Localidad: 48291 Atxondo (Vizcaya)
Dirección: Plaza San Juan, 1
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(+34) 946583042
Cierra: Lunes, todas las noches excepto sábados, agosto y Navidades
Precio: 100/200 €
Precio menú degustación: 120 €


  • Croqueta de Pollo a las Ascuas
  • Tosta Caliente de Anchoa en Semi-Salazón
  • Ostras
  • Ostras a la Brasa con Algas
  • Espardeñas o Cohombros a los Aromas de Encina con Habitas Enanas Repeladas
  • Pulpitos a la Brasa con Cebolla Confitadas y Pincelada de Salsa Negra
  • Guisantitos de la Huerta de Bittor a la Brasa con Licuado de las Vainas
  • Revuelto Cremoso de Perretxikos Crudos
  • Perretxikos a la Brasa con Caldo de Espárragos
  • Kokotxas a las Ascuas con Emulsión de Aceite y Perejil
  • Angulas a la Parrilla
  • Anchoas a la Brasa
  • Bacalao a la Brasa con Pil Pil
  • Tórtola a la parrilla con remolacha y castañas
  • Tórtola a la Parrilla con Remolacha y Castañas
  • Manzana Asada con Helado de Leche Ahumada

 Este restaurante alcanzó el 8,5 en 2007 y el 9/10 en 2009, adelantandonos a reconocimientos generalizados posteriores. Por prejuicios, derivados de su sencillez y caserismo, no tuvimos el coraje de ponerle el 9,5, que ahora le otorgamos. Valgan como argumentos dos preguntas: ¿En cuántos restaurantes de España y Europa se ofrecen mejores géneros? No sabemos si hay alguién que le iguale. ¿En cuántos se come mejor? Probablemente en ninguno. Con más imaginación, con más parafernalia, con más arte, claró que sí...pero más auténtico, más noble, más placentero...lo dudamos.
Bittor Arginzoniz ha ingresado ya en los anales de gastronomía como el creador de la alta culinaria de la parrilla, lo que hace que el peregrinar hacia Axpe de chefs y gourmets de todo el mundo sea incesante. Nadie da crédito a lo que ha conseguido este inteligentísimo y audaz parrillero que, en su afán investigador, ha sustituido como energía el carbón de encina por las maderas, mucho más aromáticas, naturales y dietéticas, aplicando unas u otras en función del ingrediente que se vaya a disponer sobre la hoguera, encina para los pescados y cepas para las carnes, en ocasiones olivo, en otras sarmientos. Ha inventado ingeniosos instrumentos: sartenes enrejadas a la manera de un colador, sartenes agujereadas milimétricamente con láser, besugueras planas diminutas, etc.. Y hasta una olla con un hueco en el centro, como si fuera el crater de un volcán, para cocer al vapor de la leña algunos mariscos, como los mejillones.
Ha incorporado nuevos conceptos rebosantes de sabiduría: suprimir la doble cocción de las angulas – en agua y cazuela – para disponerlas directamente al calor de las ascuas; ha desespinado y extendido los dos lomos de las anchoas, uno como prolongación del otro y ha superpuesto dos piezas, una abierta sobre otra abierta, haciendo “de dos anchoas una”, para preservar la máxima jugosidad de sus carnes, que salen al punto rosa, nunca mejor dicho, pues sólo se hacen por el lado de la piel; ha sabido compatibilizar mágicamente la cremosidad de un risotto con la impregnación directa de humo al arroz; y, entre otras muchas cosas, ha consumado la revolución de la ostras, los percebes, el caviar y las espardeñas o cohombros. Lo último, la supresión de la fritura en la croqueta y el buñuelo y su resolución en la brasa. Croqueta de pollo rectanfular a las ascuas y el buñuelo relleno de naranja a su vez a las ascuas.
Infinidad de platos legendarios, todos ellos a la brasa. Quizás el más célebre sean las angulas, por clarividentes y certeras; en verdad únicas. Claro que no le va a la zaga la anchoa en semi-salazón, la mejor del mundo en su género, que potencia la naturalidad, el frescor y la carnosidad y minimiza la sal. Exactamente igual podemos considerar su chorizo artesano preparado con una masa de Joselito aderezada con choricero en vez de pimentón y curado en su caserio, insuperable en ternura y gusto. Y qué decir del bacalao, de una inmaculabilidad y jugosidad jamás vistas en este pescado en salazón, capaz de codearse e incluso superar las más virtuosas preparaciones al pil pil, por citar una receta cum laude. Para que no haya dudas: el más puntuado en este apartado de Especialidades. Otra matricula de honor originalísima, que ofrece una textura desconocida en este marisco: las ostras templadas en la brasa y dispuestas sobre un lecho de algas cocidas; mar más mar y nada más que oceanidad con un deje campestre. Que se hace extensible a las gambas rojas; a las cigalas reales o cigarras; y a las insuperables espardenyes, siempre todo al carbón, con habitas diminutas en primavera o pochas en verano, según estación. Ultimamente también pulpitos levemente braseados que se adornan con una cebolla confitada y una pincelada de salsa negra.  ¡Qué decir de los guisantitos lagima propios, de la huerta de Bittor, pasados por la brasa un minuto y servidos con un licuado de sus vainas! En parecido grado de excelsituz  las kokotxas de merluza al humo, que en esta ocasión se visten con una delicada y esbelta emulsión inspirada en la salsa verde. En esa misma filosofía se encuentran las setas a las ascuas, por ejemplo hongos, varían según estación, con berenjena o remolacha y su jugo; sin duda alta culinaria moderna al más elemental y encantador de los fuegos. Otra versión en sintonía: la yema de huevo con crema de patatas y trufa blanca o negra; impecable y exuberante. Los perretxikos o sisas en primavera alcanzan el cenit: el mejor revuelto, por cremosidad y aroma; el mejor crujiente, por fragilidad y pureza, con forma de lámina de pasta filo cubierta de láminas de la misma seta y tostada sobre las ascuas; el mejor plato neto , las sisas salteadas en sartén enrejada en identico fuego que se depositan en la vajilla sobre un caldo de espárragos y se refuerzan las fragancias desmenuzando más perretxikos; y hasta en un osado postre, en exuberante helado, en la que se infusiona en leche, brindando infinitas secuencias boscosas. Qué existe imaginación en la esencialidad, por supuesto que siempre en la sabia concreción, sí, claro que sí, hasta límites insospechados; valga como enésimo testimonio los mejillones al vapor de madera con jugo de zanahoria y polvo de choriceros. Qué decir de la audaz y nobilísima hamburguesa de ibérico o txistorra, de las dos formas se denomina, que tiene por protagonista al cerdo negro criado engordado con bellotas por Joselito, confeccionada, para ser exactos, con carnes frescas de presa, secreto y cabezada, condimentadas con pimiento choricero, ajo y sal, que se dora por fuera y permanece cruda, roja por dentro, y que se impregna levemente de las ascuas y se dispone sobre una base de patatas, que evoca unos ñoquis. Infinidad de ideas asombrosas, propias de un artista de los fogones, como la tórtola o becada a la brasa con remolacha y castañas.
Esta es la locura de los orígenes, de la naturaleza y la naturalidad. Mantequilla ahumada; tosta de panceta ibérica; el tuétano con trufa y apio; los caracoles a la paja, que se presentan con trocitos de panceta de ibérico y dispuestos sobre un fondo de salsa vizcaína; las tripas de bacalao sobre un soporte crocante de piel de bacalao; la anguila con la piel crocante y sus carnes gelatinosas con terrina de calabaza y polvo de cayena; la chuleta…aquí hemos comido auténticos 10. 10 en materia, 10 en punto, 10 en realces de brasa y 10 en una creatividad infinitamente más artística y vanguardista que la de tanto showman como figura en tantas listas fantasiosa de alta cocina.
Dos postres portentosos en idéntica filosofía: las magdalenas y la manzana asada a la brasa con helado de leche ahumada. Ahora, insistimos, también el buñuelo a las ascuas.
Si nos liberamos del academicismo francés, de la filosofía de la Michelín, que hasta recientemente no le concedio una estella, estamos ante una de la cocina más autenticas y talentosas del mundo. Una cocina que ha sabido ser ella y en la que se come como en el mejor restaurante del mundo.



8,5

Alkimia

Jordi Vilà
Jordi Vilà
País: España
Localidad: 08025 Barcelona
Dirección: Indústria, 79
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(+34) 932076115
Cierra: Sábados y domingos
Precio: 50/110 €
Precio menú degustación: 38, 65 y 84 €


  • Erizos de Mar con Suquet de Clara y Brotes
  • Coca de Trufa
  • Spaguetini de Calabacín con Frutos de Mar
  • Ostra Escabechada con Careta Picante
  • Gamba a la Mano
  • Terrina de Caza con Alcachofas y Néctar de Abeto.
  • Sopa de Cebolla con Huevo y Trufa
  • Garbanzos Especiales con Faisan
  • Rey con Cebollas Encurtidas y Aceitunas Negras

  Jordi Vila pasa olímpicamente de ejercer de vedette culinaria y de buscar la foto en los Holas gastronómicos. Desde el 2008 viene atemperando su mensaje, incidiendo en la honorabilidad y el sentido común, optando por una evolución realista. Hoy sus propuestas, siendo eruditas, y tanto que elaboradas, se han desprendido del arrojo de antaño y han ganado en solidez. Se decantan por la esencialidad y el virtuosismo, por una perfección llamada a complacer a una clientela heterogénea, que se siente feliz de comer fenomenalmente sin excesos técnicos ni pretensiones artísticas.
En consonancia con este posibilismo, la carta ha quedado reducida a tres menús. Uno que demuestra que el chef tiene las cosas claras y no se pone rojo para afrontar la crisis que esta asolando España y Europa y de la que nadie sabe cuándo y cómo saldremos. Económico él, por 38 € tres platos y un postre, más aperitivos, propuesta más sencillas e igualmente resueltas que las más confeccionadas. Eso ha hecho que el establecimiento este casi siempre lleno, lo que le da vida, ambiente…tan importante en estos tiempos. No se puede recibir más en consonancia con los tiempos y dónde se esta.
Otro llamado de “tradiciones contemporáneas” que va recogiendo los grandes clásicos de la casa, con variantes estacionales, además de estar sujeto a las fluctuaciones caprichosas del chef. Puede estar integrado, entre otras fórmulas, por la riquísima terrina de caza, ciertamente carnosa, suculenta y emperifollada, con alcachofas y néctar de abeto; por el celebérrimo arroz de ñoras y azafrán con cigalas; por el pescado temporada con espinacas, cebolla y tomate y por la impecable espaldita de lechazo churro con calabaza, además de por dos postres.
Y un tercero que lleva por título Alkimia, en el que Jordi Vila ofrece los platos más transcendentes. Entran y salen fórmulas consagradas que han contribuido al prestigio de la casa, como la genial gamba roja a la mano, justo cocida y caliente, que aparece sobre un lecho de sal gris de Guerande, perfumada audazmente con lima y laurel y como la muy virtuosa y sabrosísima ostra escabechada con careta glaseada dispuesta sobre un lecho de espinacas. Sin duda, dos creaciones fascinantes. Claro que hay propuestas más dulces, a las que quizás para un 8,5 les falte un poco de audacia, talento, contrastes, pero la verdad es que gustan, son comprensibles y magníficamente desarrolladas. Es el caso de la coca de trufa negra con papada y berenjena, muy fina y muy directa. Es el caso de los spaghetini, por aquello de la forma, en realidad piel de calabacín con pinta de pasta, que se presenta al dente e ilustrado con percebes, berberechos, cañaíllas y algas. Es el caso de la sopa de cebolla con yema de huevo y “trufa” de trufa negra. Es el caso del rey, impecable de punto, la mano es siempre proverbial, tanto en lo que afecta a jugosidades como a inmaculabilidad, con cebolla encurtida y aceitunas negras. Es el caso de los garbanzos especiales, en realidad noquis, con faisán. Vamos que todo es políticamente perfecto. Construcciones y sabores diplomáticos que sintonizan a las mil maravillas con todos los públicos, incluso cuando ofrece articulaciones más intensas y técnicas, como los chispeantes erizos de mar con suquet de clara y brotes. Clientela, repetimos, muy numerosa, que queda encantada de la excepcional relación calidad-precio y de la humanidad de una gran cocina que ha hecho de la versatilidad un dogma con licencias.



8,5

Clos des Sens

Laurent Petit
Laurent Petit
País: Francia
Localidad: 74000 Annecy
Dirección: 13 rue Jean-Mermot
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(+33) 0450230790
Cierra: Lunes, domingos noche y martes mediodía
Precio: 90/130 €
Precio menú degustación: 40, 90 €


  • Esféricos de guisante a la francesa
  • Esféricos de guisante a la francesa
  • Tarta fina de verduras sin pasta
  • Tarta fina de verduras sin pasta
  • Sencillamente cubo de buey de mar, sorbete de crustáceos
  • Sencillamente cubo de buey de mar, sorbete de crustáceos
  • Cangrejos de Léman con espárragos verdes
  • Cangrejos de Léman con espárragos verdes

Laurent Petit es un cocinero de raza. Posee el talento de un artista y la voluntad y la ambición de los triunfadores. Tiene las ideas muy claras, y es un convencido de sus sentimientos, que expresa sin cortapisas. Todo ello hace que nos encontremos ante uno de los cocineros conceptualmente más evolucionados de Francia. Sintonizamos plenamente con su filosofía, que transmite pensamientos, cualidades, sensaciones siempre frescas, siempre originales, siempre atractivas.

En ese empeño ha dado un salto cualitativo importante con la plasmación de un estilo propio, y sin referencias, que se concreta en la disposición de construcciones cúbicas impactantes al ojo y sorprendentes para el paladar. Una impronta que sabe compaginar en una misma articulación materias primas sensacionales con ideas y técnicas de vanguardia supeditando la alquimia a los manjares. Fantasía muy cerebral la suya. Las gelatinas, las esferas, el nitrógeno líquido...se hacen compatibles con la carnaza y la memoria histórica. No hay una sola excentricidad mental ni sápida. El equilibrio es dogma de fe, así como la meticulosidad en el trabajo: no hubo un solo error en nuestro último festín compuesto de cuatro aperitivos, seis platos y tres postres.

Colosal recibimiento. La esfera gigante de guisantes a la francesa, con el volumen de una yema de huevo, con regusto a bacon ahumado es un primer fogonazo que incita a la complicidad. Luego, tres primores: un helado blanco de cebolla pochada, un cornete dorado de Reblochon y una patata crocante y traslúcida con una hoja de perejil insertada y salpicada de pimentón.

La cocina se mueve en similares parámetros. La tarta fina de verduras sin pasta: rectángulos de pimientos, zanahoria, calabacín, sobre una base de berenjena, con flores de ajo, mejorana y romero, además de hierbas y tapenade representa la pureza ecológica de la naturaleza. La terrina de foie gras con “fera” (pescado del lago Leman) y manzana al jugo de tanino es en cuanto al hígado graso una de las mejorcitas que se puedan probar. La articulación de buey de mar (crabe) lo tiene todo: ingenio, belleza, exquisitez, exuberancia: las carnes se ofrecen con verduras y hierbas, aparece un sorbete que concentra todos sus jugos, tambien un dado de consomé gelatinizado, a su vez una sopa caliente y la locura, un polvo de su caparazón y pan, todo dispuesto cúbicamente. Los erizos perfumados con ajo confitado resultan perfectos en su sencillez. La lubina, jugosísima, sonrosada, a 44 grados en su interior, magnificada por aceite de oliva nitrogenado es un poema a la inmaculabilidad y al futuro. Y los cuatro servicios de cordero de leche con morillas es la enésima demostración de nobleza, magisterio, esfuerzo, ingenio, cromatismo..., en definitiva, de una entrega y una profesionalidad admirables.
Laurent Petit : más sólido y con más talento que nunca.



8,5

Château Cordeillan-Bages

Thierry Marx
Thierry Marx
País: Francia
Localidad: 33250 Pauillac
Dirección: 3, Place Camille Hostein
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(+33) 0556592424
Cierra: Sábado y martes mediodía, lunes todo el día.
Precio: 95 €
Precio menú degustación: 95 €


  • Remolacha y pequeñas alubias, King Crab snacké
  • Remolacha y pequeñas alubias, King Crab snacké
  • Suflé caliente sin cocción con ostras y champagne
  • Suflé caliente sin cocción con ostras y champagne
  • Lenguado y berros con fruta de la pasión en suspensión y crujiente de parmesano
  • Lenguado y berros con fruta de la pasión en suspensión y crujiente de parmesano
  • Pichón al té con pastas frescas ahumadas
  • Pichón al té con pastas frescas ahumadas
  • Brioche crudo y leche en fermentación
  • Brioche crudo y leche en fermentación
  • Chocopic trufado y chocolate helado
  • Chocopic trufado y chocolate helado

Conmovedor Thierry Marx. No hay muchos chefs en Francia más importantes que este hombre hecho a sí mismo. Que después de sufrir los horrores de la guerra en el Líbano emprendió su vida como cocinero forjándose con Alain Chapel y Joël Robuchon, entre otros. Mamó de tan históricos maestros una aptitud obsesiva. Sus construcciones llaman la atención por una identidad diferenciada; muchas resultan harto personales. En su caso por el arte culinario de vanguardia. Cada una de sus propuestas rompe moldes: busca denodadamente sorprender, impactar, epatar... Imaginativa y estéticamente el chef merece el sobresaliente; sobresaliente que se hace extensible al improbó trabajo que encierran una tras otra todas las construcciones. Sofisticadas, rebuscadas, recargadas...hasta la desnaturalización. Se supedita la inmaculabilidad, la pureza, el gusto a la espectacularidad artística. Se imponen las impresiones intelectuales sobre las carnales. En consecuencia, una gastronomía dirigida a gourmets iconoclastas que vayan de cómplices ansiando nuevas perspectivas. Indudablemente Thierry las ofrece, ha logrado dictar un mensaje propio, diferenciado, distinto y distante...un estilo ampuloso con formas futuristas.
Thierry, una persona humilde, bondadosa, potenciadora, ha sabido dar a su entusiasta servicio un protagonismo diferenciado en sala. El logro radica en cómo sirven la nata y la mantequilla, en cómo presentan y cortan los panes – excepcionales –, en cómo perfuman con diferentes artilugios los platos en sala, en cómo presentan con atractiva solemnidad el sarmiento de cabernet sauvignon…
Hay genialidades. La más deslumbrantes, el revolucionario risotto de soja germinada sin rabos con crema líquida de mascarpone enriquecida con ostras y trufas. El tomate mi-cuit, con caviar y ostras y crema gelatinizada de éstas, dispuesto en hileras, por capas superpuestas en uno, dos y cuatro pisos, lo tiene todo: distinción, pureza, cromatismo y talento. Los muy arquitectónicos y placenteros espaguetis con mollejas de ternera, hongos y trufas. El filete de buey al sarmiento con patatas confitadas y jugo a la quintaesencia ratifican el doctorado de un chef admirable. Salvo estos cuatro legendarios platos toda la carta ha cambiado. La composición de foie gras caliente salteado sobre melocotones con una reducción de oporto constituye una audaz estructuración de sabores convencionales. Maravillosa la fórmula de remolacha, gelatinizada, cruda, etc, que se mezcla con alubias y king crab. El suflé caliente sin cocción, con ostra y caviar en su seno y crujiente de agua de mar se nos antoja una fórmula increíblemente virtual. Un juego: té verde, jengibre, guisantes, huevos bajo presión...el comensal pierde todas las referencias y debe dejarse seducir. Fortísima contraposición: lenguado con berros y fruta de la pasión, en diferentes hechuras, más un crujiente de parmesano. Otra arquitectura: rodaballo relleno de algas a baja temperatura con un milhojas de legumbres a la pimienta y mantequilla de algas. Y colosal el pichón al té con pastas (espaguetis y raviolis) ahumadas e hinojo.
Portentosos los postres; rebosan fantasía y atesoran virtuosidad. Mágico el exquisito y etéreo brioche crudo con leche en fermentación. Alucinante la remolacha confitada con frambuesas y crema de pimienta. Y suculento y en verdad crocante el choco pics con chocolate helado.



Fusilli rellenos con aceite tricolor (2006)

Casa Otano
Cocinero: Jesús Angel Iñigo Luri
País: Spain
Localidad: 31001 Pamplona
Dirección: San Nicolás, 5
(+34) 627099673


Estos fusilli de gelatina de agua de tomates se ofrecen en tres versiones: rellenos de aceite de oliva puro, aromatizados con carabineros y condimentados con albahaca. El plato se complementa con una mozzarella rellena de yema de huevo y jugo de trufa cubierta con colorante alimentario de bronce y con una cuajada de leche de oveja y parmigiano-reggiano. El impacto estético es realmente impresionante. Fundado en 1913, este restaurante-bar-pensión Casa Otano es una verdadera institución del Casco Viejo.



Lubina, zanahorias y habas negras (2006)

Lubina, zanahorias y habas negras (2006)
The Grocery
Cocinero: Charles Kiely
País: EEUU
Localidad: NY 11231-4650
Dirección: 288 Smith St, Brooklyn
(+1) 718 5963335


En 1999, Charles Kiely y Sharon Pachter abrieron su propio local en los alrededores de los Carrol Gardens. En 2004, cuando la guía Zagat lo alzó al séptimo peldaño de la lista de los mejores restaurantes de Nueva York junto con establecimientos como Le Bernardin, Daniel, Peter Luger, Nobu, Bouley o Jean Georges, el restaurante adquirió una notoriedad inesperada. Afortunadamente, esta fama no hizo perder la cabeza a Charlie y a Sharon, que continúan deleitando a sus comensales a través de su cocina instintiva y original.



Caracoles “nuevo estilo” (2006)

Caracoles “nuevo estilo” (2006)
Le Chambard
Cocinero: Olivier Nasti
País: France
Localidad: 68240 Kayserberg
Dirección: 9-13 rue du Général de Gaulle
(+33) 0 389471017


Olivier Nasti, Meilleur Ouvrier de France en 2007, y su hermano Emmanuel siguen el camino iniciado por su madre Sylvette en el establecimiento familiar. Olivier disfruta reinterpretando platos típicos de su región. Sus caracoles de Weiss a la alsaciana “nuevo estilo” se cuecen durante tres horas en un caldo de cebolla, zanahoria, apio, chalota, ajo, tomillo y laurel. Se acompañan con un flan de ajo, una mantequilla de caracoles y una espuma de perejil.



Huevo en pasta filo con espárragos (2007)

Huevo en pasta filo con espárragos (2007)
Locanda della Tamerice
Cocinero: Igles Corelli
País: Italy
Localidad: 44020 Ostellato
Dirección: via Argine Mezzano 2,
(+39) 0533680795


Junto con Bruno Barbieri, Igles Corelli ha sido el alma del legendario Trigabolo di Argenta, uno de los restaurantes más famosos de Italia en los años 80. Después de la aventura del Trigabolo, que cerró sus puertas en 1993, Igles fundó el evento Saperi e Sapori (Saberes y sabores) y abrió su propio restaurante en el Delta de Po, en Ostellato, entre Ferrara y Comacchio. Comunicativo, entusiasta, gran divulgador, Igles Corelli se divide entre las asesorías, las clases de cocina y los fogones de su Locanda.