7,5

Zaldiaran

Gonzalo Antón
Gonzalo Antón
País: España
Localidad: 01008 Vitoria (Álava)
Dirección: Avda. Gasteiz, 21
mapa
(+34) 945134822
Cierra: Domingos y martes noche
Precio: 55 vinos incluidos €
Precio menú degustación: Vino incluido, 56 €


  • Trufa Negra y Huevo
  • Carpaccio de Atún Sobre Mayonesa de Trufa con Jugo de Remolacha, Microvegetales y Pistachos
  • Coca de Sardina Marinada y Ahumada con Panacotta de Pimientos y Cebolla Roja
  • Kokotxas con Crema de Perejil, Salsa Verde y Guisantitos Pelados
  • Habitas con Bacalao, Tallos Confitados y Gelatina de Puerros
  • Cola de Cigala con Gazpachuelo, Tarama de Mejillón y Crujiente de Pasta Kataiki
  • Rodaballo con Pil Pil de sus Espinas Aligerado
  • Steak Tartar
  • Caracoles
  • Caracoles Rellenos de Perretxikos
  • "Cuajanuda": Cuajada de Leche de Oveja sobre Tocino de Cielo con Galleta de Naranja, Frambuesas, Arándanos y Pensamientos

  Zaldiaran es la personificación de un gran señor y de un empresario triunfador: Gonzalo Antón. Ese es el prototipo de cliente al que se dirige la casa. A un público distinguido y refinado que gusta de una cocina clásica evolucionada y/o con pinceladas creativas. Formulas historicas reinterpretadas y renovadas que traslucen la inmensa cultura gastronómica del propietario, gourmet que ha pasado por los más grandes restaurantes del mundo, cuyas cocinas han desfilado por el histórico Congreso Nacional de la Cocina de Autor, cuyos preambulos tienen lugar en 1984. Sentido del gusto, que además de Gonzalo, atesora el chef, Patxi Ezeiza, que transmite en los platos, que a su vez hacen gala de una gran técnica. Estamos ante una culinaria solida, erudita, inteligente y sensible...que persigue y logra que el cliente sienta placer, inmensa satisfacción y que se le atienda con la clase que demanda. Vamos una gran casa...en la que se sabe lo que hay que hacer y cómo tratar.
Treinta años siendo el restaurante de referencia en Vitoria garantiza un gran patrimonio gastronómico que se concreta en recetas históricas con impronta y en otras más novedosas consagradas por el tiempo. Eso se complementa cada año con una decena de innovaciones, algunas de las cuales, en función del éxito cosechado, pasan a instalarse en carta. Eso lo decidira el público, el éxito, las alabanzas recibidas...
Hay van las joyas de la corona. En las fiestas de San Prudencio, a finales e abril, los mejores caracoles de la ciudad, inmensos, de tamaño y sabor, rellenos de perretxikos, cuyos aromas llegan al cielo del paladar, a los que hay que sumar otros aportados por el jamón ibérico. También en primavera merecen el calificativo de estelares, por calidad y hechura – más bien crudeza –, los guisantitos lágrima con almejas, velo de jamón y micro vegetales; o las habitas con bacalao, callos confitados en su jugo y gelatina de puerros, audaz e impecable representación del salazón, inmaculado y jugosísimo, con el mérito añadido de los verdes atrezzos.También con tonos verdes y altísimo nivel culinario, hay que hablar de las fenomenales kokotxas de merluza con crema de perejil, espuma verde y guisantitos pelados. Cremosa, sabrosa y gozosa a más no poder resulta esta mayestática e intemporal combinación de sabores, actualizada en su puesta en escena: láminas de trufa negra sobre yema de huevo a baja temperatura, lascas de tocino confitado y espuma de patata...ahíta de placer mundano Trufa y huevo, en diferentes composiciones, que nunca faltan y que tanta gloria han dado al Zaldiaran. En similar línea de productos y sabores de siempre tratados con doctoralidad y vigencia se encuentra el revuelto de perrechicos; de los mejorcitos de Euskadi, exultante de fragancias cilvestres. Qué decir de las estivales pochas, quisadas con verduras y enriquecidas con cerdo ibérico, en verdad naturales, livianas y todo lo suculentas que en esa filosofía puedan estar. Hay que hacer referencia a otros timbres de gloria, como los absolutamente gulescos callos y morros con salsa de pimientos choriceros, el sempiterno steack tartar, noble por las carnes y el pichón con trigo sarraceno y salsa perigordina.
Las ostras, con independencia de la composición y las sopas andaluzas gozan de notoriedad. Ciertamente atractivo el cromático, por sabor y color, carpaccio de atún dispuesto sobre mayonesa de trufa, tintado con jugo de remolacha, engalanado con pistachos y microvegetales y lubricado con aceite de trufa negra. El salmorejo con costron de Joselito no puede ser más sutil y noble. Lo mismo podemos decir de la cigala, excepcional pieza, vuelta y vuelta, con gazpachuelo, esencia de mejillón y crujiente de pasta kataifi. Sin olvidar la coca de sardina marinada y ahumada con panacotta de pimientos y cebolla roja..un valor seguro de gusto universal. Y delicioso el rodaballo, grandioso en sí mismo, precisamente asado, con el único y memorable realce de un pil pil, un pil pil aligerado con la sustancia extraida a las espinas del propio pescado.
Los postres son otro capitulo grandioso que alterna propuestas vanguardistas con otras más convencionales, más en los sabores que en las formas. No dejar de probar por nada del mundo cuatro, por orden de preferencia: la copa de piña colada (rón, coco y piña); la crema de limón con granizado de gin tonic y sorbete de lima; el suflé de avellana con crema de romero y la “cuajanuda”: cremosa cuajada de oveja sobre sobre primorosa capita de tocino de cielo en cuya blancura aparecen trocitos de galleta de naranja, frambuesa, arándanos...y pensamientos. ¡Qué Placer! ¡Qué clase! ¡Qué belleza!.



8

El Portal de Echaurren

Francis Paniego
País: España
Localidad: 26280 Ezcaray (La Rioja)
Dirección: Padre José García, 19
mapa
(+34) 941354047
Cierra: Domingos noche, lunes, martes de enero a junio, del 22/6 al 01/07 y del 9/12 al 28/12
Precio: 60 / 100 €
Precio menú degustación: 60 y 80 €


  • Aceitunas Que no Son Aceitunas
  • Pan de humo, Ceniza y un Trozo de Tondeluna
  • Croquetas, Que le Quitamos a Mi Madre
  • Hierba Fresca o Comerse un Pradera de Alta Montaña
  • Las Semilla, Los Minivegetales y la Cigala
  • Asaduras ¿Asadurillas de Cordero, Gazpacho Riojano o Mole Poblano?
  • El Pez de Río Que Soñaba con el Mar
  • Merluza Asada Sobre un Pil Pil de Patata con Leve Toque de Vainilla
  • Sesos de Cordero Lacado a Mode de un Foie Gras
  • Callos de Piel de Cerdo
  • Queso, Aceite, Naranja y Helado de Calabaza

Francis Paniego lo tiene claro, su festín degustación aúna creatividad e identidad territorial, proyectando sus sentimientos y su inspiración en los productos locales y en las referencias gustativas de la región. Enarbola con orgullo la bandera de La Rioja, de la que Echarren es su mayor estandarte culinario en la historia, a la que impregna de espíritu de futuro. Sabores amables, armónicos, conocidos...vestidos con novedoras formas de alta confección. Uno recuerda esto y aquello...pero queda sorprendido por el diseño que escenifica el chef, que hasta se divierte con pequeñas travesuras, con trapantojos, como sucede en el primer aperitivo, unas aceitunas en aceite de oliva virgen que no son aceitunas, que en realidad son un pasta cremosa negra, muy agradable y dicharachera, teñida con tinta de chipirón para dar el pego, con la forma de las olivas, que esconde sabores tipicos de la calle del Laurel de Logroño, que recuerdan a anchoas, pimiento verde, queso...multiples referencias típicas. Magía y literatura a la que recurre Francis para sorprender al público, que tiene que estar muy atento, para identificar lo que hay en el plato. Porque cuando anuncia pan de humo, ceniza y un trozo de Tondeluna aparece un canapé de “mantequilla” de cabra, de una quesería de Ezcaray, coronada generosamente con trufa negra rayada. Enraiza con el viejo abreboca de la suntuosa restauración francesa que redefine con sabiduria propia.
Francis homenajea a su madre, Marísa Sánchez, Guisandera Mayor del Reino, asumiendo su mayor ícono, las croquetas, una excepcional obra de arte. Algo que no debe dejar de hacer nunca. Como nunca un gourmet debe dejar de comer, y unas cuantas, dadas sus cualidades: una costra crujiente y frágil da paso a una sutil bechamel, batida eternamente, aligerada y enriquecida con caldo de pollo, que aparece magnificada con manifiestos tropiezos de jamón. ¡Qué delicadas! ¡Qué sabrosas a la vez! De Campeonato Mundial.
Cambiamos de tercio. “Hierba Fresca, o Comerse una Pradera de Alta Montaña” es un plato técno, al más puro estilo Adrià, en que proyecta, al más puró estilo Bras, los sabores compastres y lácteos que Francis identifica con la tierra que le vió nacer. Retomamos una filosofía más neta, más palpable, con la inmaculada cigala, una pieza monumental, troceada y justo caliente, jugosa a más no poder, con un huerto de minivegetales y sermillas intercalado, además de recuerdos a ajoblanco, que en nada afecta al marisco, con los que el comensal puede jugar a su gusto; ahora pongo remolacha tras el bocado de cigala, luego alcachofa...más tarde mojo en la salsa. Un protsgonista principal estelar y pureza...pureza al antojo de cada cual. “Asaduras. ¿Asadurillas de Cordero, Gazpacho Riojano o Mole Poblano?”. Detrás de este ambiguo e insinuante título múltiples despojos de casquería convertidos en un paté rústico, ciertamente visceral, harto condimentado, que se acompaña de una yema, líquida y caliente, y que se adorna con una teja con incrustaciones de sésamo, que hace de corteza para mojar el huevo y cargar la pasta. No puede reproducir recuerdos más primarios y ancestrales aunque se vista para la ocasión. Insistimos que se incita constántemente a la fantasia de quién se sienta a la mesa, que no puede sospechar que se va a encontrar detras de “El Pez de Río Que Soñaba con el Mar”. Un cubo frío de trucha, cruda y marinada, con algas y vegetales, todo rejuntado, como una ensalada o una ensaladilla verde, más un manojo de berros y una delicada salsa con notas ácidas y acuosas, muy refrescantes. Esencial la merluza, que tantos éxitos a dado al chef, asada, perfecta de punto, dispuesta sobre una estirada y refinada crema de patatas levemente aromatizada con vainilla. Colosal, por producto, punto y realces y, en verdad, académica. Esencialidad y academicismo que volvieron a quedar de manifiesto en el seso de cordero, cocido emulando la textura de un foie gras, que se laca con un sustancioso y concentrado caldo de ave. Un pecado para quien guste de la casqueria pura y dura...sin grandes atrezzos. Otra minudencia, muy audaz, unos callos, pero no hechos con tripa, ni pata ni morros como complementos, sino con piel de cerdo. Sabor de siempre y una textura extrema que pringa de gelatinosidad los morros, que se instala en ellos y no se desprende. Cuchara cochina para saturar a Gargantua y Pantagruel en un mano a mano. Unos callos ibéricos que enloqueceran a los locos de los callos a la madrileña. Y concluyó la fiesta  con otro alarde de humanidad: queso, aceite, naranja y helado de calabaza, además de chocolate, frutos rojos...una orgia bien atemperada, magnificamente resuelta, en consonancia con la sensatez y madurez que distingue a Francis Paniego.



7,5

D´O

Davide Oldani
Davide Oldani
País: Italia
Localidad: 20010 Cornaredo. San Pietro all’Olmo (Milan)
Dirección: Via Magenta, 10
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(+39) 029362209
Cierra: domingos noche, lunes, 10 días en enero, Semana Santa y agosto
Precio: 30/45 €
Precio menú degustación: 33 €


  • Cebolla caramelizada con helado y salsa de parmesano
  • Cebolla caramelizada con helado y salsa de parmesano
  • Buey braseado con endibias y hueso a la sal
  • Buey braseado con endibias y hueso a la sal

En los alrededores de Milán, a unos minutos de la Fiera, se encuentra este sencillo, mejor, humilde restaurante, con escenografía de casa de comidas, donde se puede papear como en contadas mesas lombardas. Por tanto, si no importan las solemnidades y el encopetamiento, si de lo que se trata es de disfrutar gustativamente y de hacerlo a un precio irrisorio, este establecimiento aspira a su visita, y hasta clama por su presencia. Por tan sólo 12 € ofrece un menú del día insuperable y por 40, más vinos, una comilona a la carta llamada a entusiasmar a los más avezados gourmets por la profesionalidad con que suele concebirse y desarrollarse y, sobre todo, por el enorme placer que depara.

El patrón, Davide Oldani, es un alumno, que no discípulo, de Gualtiero Marchesi, con el que estuvo muchos años, en tiempos en que el gran maestro dictaba doctrina en Milán, en que Italia seguía sus pasos, los de la nueva cocina, que él lideraba. Después deambuló por otros reputados locales y regiones, lo que le permitió adquirir una vasta cultura, una sólida técnica y pulir su sentido del gusto. Fruto de todo aquello y de su hartazgo de pretenciosidad es este proyecto, sensato, posibilista, hasta excesivamente pragmático, en el que reinan, además de los valores señalados, la suculencia refinada y un clasicismo sabio. Por tanto, a D’O se va a jamar fenomenalmente una culinaria que mira a la tradición desde el equilibrio, desde la armonía, que se plantea como meta principal que el cliente salga ahíto de satisfacción.

La carta es corta, unos 12 platos más o menos, y atractiva. De clara identidad italiana con un manifiesto academicismo en la manera de construir. La cebolla caramelizada, con forma de pequeña tarta, con parmesano, dispuesto en salsa y helado, denota por enésima vez la intensidad refinada y el saber hacer. Una grata obligación. Impecable la ensalada de hinojo en cintas con naranja y sardinas a la siciliana – media salazón –, carnosas, naturales, proporcionando una sensación que se asemeja a crudas, salpicadas de pan. De una perfección inaudita los raviolis de brécol con gambas y verduras marinadas ¡Qué pasta! ¡Qué manjarosidad! Maravillosos los ñoquis con mantequilla de jengibre y flor de pera, aúnan familiaridad y contrastes. Soberbios los platos de carne: la lengua rustida, el zancarrón al aceite con tuétano a la sal gorda, etc. Y realmente novedosos por el corte – un escalope hermoso – y por la textura que de él se deriva, los callos de ternera fundentes lacados con salsa agridulce y complementados con escarola; colosales. Y así podríamos citar otras muchas propuestas que consagran la personalidad y los caracteres del proyecto y quehacer de Davide Oldani.

Ir a D’O tiene una única pega: está en taxi a unos 25 minutos del centro, con una tarifa de unos 33 €.



8,5

Fagollaga

Isaac Salaberria
Ixak Salaberria
País: España
Localidad: 20120 Hernani (Guipúzcoa)
Dirección: Ctra. de Goizueta, 68. Barrio Ereñozu.
mapa
(+34) 943550031
Cierra: Lunes, las noches de domingo, martes y miércoles, quince días en Semana Santa y del 24/12 al 31/12
Precio: 60/120 €
Precio menú degustación: 49 y 89 €


  • Chicharro a Baja Temperatura con Caldo Concentrado de Mariscos, Hierbas y Flores
  • Papada de Cerdo Ibérico Asada con Jugo de Carne Aromátizado y Cous-Cous
  • Guiso de Chipirones con su Gelée y Streusel de las Tintas
  • Bacalao al Horno sobre Sopa de Alubias y Lechuga de Mar con Arroz
  • Morros de Ternera en Fondo de Carne, Guisantitos, Sisas de Primavera y Mini Zanahorias
  • Pichón Asado con Parmentier, Piñones y Hierbas
  • Helado de Queso Fresco con Fresas al Txakoli

Isak Salaberria permanece fiel a su ser. Reinventa toda su obra, cambiando los complementos, salsas, guarniciones y adornos, sin alterar sustancialmente los ingredientes principales, las técnicas de hechura y el estilo. Casi todas las propuestas actuales están inspiradas en contrastadas recetas del chef, de platos que han dado grandes éxitos a la casa. Por ejemplo, el chicharro y la baja temperatura, un intemporal, en el que el pescado sale igual de inmaculado y jugoso, cocinado y crudo, como siempre, claro que con diferentes realces: unas hierbas, unas flores y un concentrado caldo de mariscos. Como se ve, todas las propuestas tienen sabores conocidos, muy reconocibles, llamados a conectar con todos. Se busca la manjarosidad de los ingredientes y la perfección en las ejecuciones, más, mucho más, que en impactar al cliente. Las construcciones denotan enorme reflexión y no aspiran a provocar ninguna controversia. Nobleza y saber hacer...en una filosofía evolutiva.
Quién no se acuerda de la celebérrima panceta de cerdo ibérico con néctar de leche de almendras y esencia de cerdo al aceite de eucalipto; apoteósica. Ahora la transformación del plato no es sino una variante: papada de cerdo negro, fundente, suculenta, saciadora, dispuesta sobre un fondo de carne aromatizado con especias y hierbas y acompañado con un fácil y suculento cous-cous. Cambiá la panceta por la papada sintiendo el mismo sabor, similar sabrosura, identica gelatinosidad...los accesorios resultan amigables y convincentes.
Otro histórico: cintas de calamar con caldo de cebolleta y tinta negra (ver en Grandes Platos). En esta ocasión la receta se ha complicado bastante sin que perdamos la referencia del plato anteiormente comido. El caldo se ha gelatinizado y va en el fondo del plato. El guiso de chipirones se funde con el, estando encima de aquel. Se cubre con un streusel de las tintas, que aporta una sensacion crujiente. Y unos vegetales adorna esta composición tan integrada y acabada. Sabores de siempre reinterpretados con el talento y la exquisitez sápida que distingue al cocinero.
Otros dos clásicos, que ahora van juntos. El bacalao al horno, como siempre, impecable, tan solo filtrado de calor, impregnado de una sopa de alubias blancas y lechuga de mar, que transmite ambos gustos, sobre la que sobresale infinidad de granos de arroz, otro habitual, a la manera de un guiso meloso de este cereal. Colosal.
Las lentejas guisadas con foie gras carecen de enjundia. El trozo de hígado se siente importante, pero al potaje le faltan matices de alta cocina. Queda en un cocido suntuoso, por el pedazo de carne. Requiere un poco de magia.
Perfectas las pechugas de pichon, puras, mantequillosas, jugosas, con un levísimo escabeche, que se brinda como un “siesno” de gracia, además de un excepcional parmentier a la vainilla con piñones. Impecable.
Los morros de siempre, altamente profesionalizados, con una salsa sustanciosa y estirada, que refuerza la gustosidad, que vienen engalanados con unos guisantitos de Hernani descomunalmente buenos, unas sisas enanas inclreibles y una zanahoras milimétricas clamorosas. Descomunal, increíble y clamoroso en su clasicismo refinado y sabio.
En idéntica tonalidad la copa de arroz con leche y las fresas maceradas en txakoli con helado de queso fresco.
Este es el menú degustación, que se puede pedir entero o algunos de estos platos en raciones enteras o medias. Hay otro menú a más corto y a menos precio, en una linea también innovadora. Y luego están la carta de clásicos de Fagollaga, al más puro estilo vasco, en consonancia con su centenaria vida.

 

 



8

Torre del Saracino

Gennaro Esposito
Gennaro Esposito
País: Italia
Localidad: 80069 Vico Equense
Dirección: Via Torretta, 9
mapa
(+39) 0818028555
Cierra: Domingo noche, lunes y de mediados de enero a mediados de febrero.
Precio: 90/140 €
Precio menú degustación: 70 , 85 €


  • Pequeña lasaña de cigala, anchoas y sepia
  • Pequeña lasaña de cigala, anchoas y sepia
  • Risotto de higos secos con albahaca y bacalao
  • Risotto de higos secos con albahaca y bacalao

Gennaro Esposito ha experimentado una transformación culinaria radical. Tan increíble que si hace dos años que no visita el restaurante dudará muy seriamente haber estado con anterioridad. No reconocerá ni el local, ni la carta, ni un sólo plato...nada de nada. Perdura el carácter afable del patrón, un cocinero ambicioso que tiene dotes para llegar lejos, un triunfador. No escatima en medios: reforma minimalista de la sala, fenomenales equipos de sala y cocina, en definitiva, ha estructurado muy seriamente la empresa. Y hoy como ayer destacan las cualidades innatas del personaje, entre las que nos permitimos destacar una gran capacidad de razonar y un asombroso refinamiento que ha evolucionado hacia la inmaculabilidad sápida. Pureza, liviandad, belleza , concreción mental... forman parte de un estilo personal y moderno que se distingue por la esencialidad. Una asombrosa renovación mental sustentada en criterios coquinarios universales que se aplican al paisaje y a los gustos tradicionales de la Campania. Los mariscos y pescados del Mediterráneo crudos, las mil y una formas de la pasta, el omnipresente tomate, la mozzarella, la ricotta, las hierbas, etc., hacen sentir y paladear el territorio. Productos, por lo general, excepcionales que contribuyen a crear una atmósfera encantadora.
Los candeli rellenos de pesto de gambas con infusión de algas constituye el primer fogonazo de originalidad, sensibilidad y exquisitez. Que se refrenda con la pequeña lasaña de cigalas, anchoas y sepia; el crudo en todo su esplendor expuesto en consumado equilibrio. Los espaguetis a la carbonara de erizos de mar demostraron por enésima vez la consumada cocción que se aplica a la pasta y la precisa sabrosura que se la impregna sin perder un ápice de su identidad. El risotto de higos secos con albahaca y bacalao confitado es un prodigio de contrastes y armonía, deparando infinita satisfacción intelectual y palatal. El huevo en el purgatorio con sublime salsa de tomate, láminas de trufa blanca y gambas crudas y calientes se sustenta en argumentos tan conocidos como irrefutables. El calamar ¡Qué sabrosura!¡Qué textura! relleno de un picadillo de frutos de mar y verduras y dispuesto sobre un lecho de tomate y judías verdes es otra exaltación de la manjarosidad expresada con sencillez y audacia. Portentoso, por calidad del pescado, por frescor, por jugosidad, por naturalidad, los salmonetes a la plancha adornados con crema de hinojo, pesto de olivas negras y sutiles ñoquis. Y en su progresión Gennaro Esposito incluso ha osado aligerar el pantagruélico babá napolitano al ron, que ahora se muestra mucho más etéreo, esponjoso y delicado.
Sube de calificación y puede volver hacerlo en los próximos meses a nada que perdure en el esfuerzo y siga madurando y puliendo el estilo.



8

Dolce Stil Novo

Alfredo Russo
Alfredo Russo
País: Italia
Localidad: 10078 Venaria Reale (Torino)
Dirección: Piazza della Repubblica, 4
mapa
(+39) 0114992343
Cierra: domingos noche, lunes, todos los mediodías salvo domingos, tres semanas en agosto y una en enero
Precio: 100/140 €
Precio menú degustación: 70-90 €


  • La frittata
  • La frittata
  • Pasta in bianco olio e parmigiano
  • Pasta in bianco olio e parmigiano
  • Puré de patata con crema de queso y trufa blanca
  • Puré de patata con crema de queso y trufa blanca
  • Lingua di vitello in salsa verde
  • Lingua di vitello in salsa verde

Versallesco restaurante de diseño emplazado en uno de los palacios más suntuosos y bellos de Italia convertido hoy en museo: La Venaria Reale, a 12 kilómetros de Torino.
Alfredo Rosso desarrolla una de las cocinas mejor estructuradas de Italia. Le distingue una línea bastante esencial en la construcción de los platos, con pocos elementos, muy moderna, tanto conceptual como estéticamente, si bien los sabores plasman referencias históricas, deparando sensaciones aterciopeladas y armónicas. Por tanto, aunque salsas y complementos traslucen las últimas técnicas de vanguardia, cuanto se hace llega a las entrañas del paladar. Además de inteligencia, reflexión, solidez, saber hacer…también se aprecian una y otra vez gustos muy naturales, puros, auténticos y colores muy vivos, siempre dispuestos en equilibrado cromatismo. Y otra virtud de este joven chef es lo metódico que se muestra, la regularidad en la obra, sin altibajos en la carta, estando plenamente garantizados los resultados en la vajilla.
La “frittata” de cebolla con alcachofas, jamón y costrones de pan, con el hilo conductor de una crema de huevo es un plato sencillo y efectivo. El pulpo a la plancha con polenta cruda y alcaparras de Sicilia reproduce sabores fáciles y conmovedores. Cremosidad y sabrosura a tope: puré de patata en quenelle con crema de queso y trufa blanca. La lengua de ternera fassona piamontesa con salsa verde de pan y perejil y primorosa ensalada de pequeñas hojas de valeriana, en disposición vertical, constituye una demostración de las características técnicas y prácticas que distinguen a esta culinaria: empleo de fenomenales productos, hechuras sabias e impecables que potencian la identidad de la carne, en este caso fundente, salsas familiares emulsionadas con métodos innovadores y complementos refrescantes y graciosos. Genial y perfecta la pasta en blanco de aceite y parmesano: un milhojas de finísimas láminas traslúcidas con pequeñas lascas cremosas del queso, rectángulo envuelto en una clamorosa espuma de aceite en la que se encuentran incrustados pequeños trozos crocantes del parmeggiano-reggiano. Otra pasta, siempre obligada, excepcional: los renovados y a la vez históricos ravioli de ricotta con espinacas y crema de espinacas. Uno de los grandes risottos de Italia, el que se acompaña de algas y cardo, ciertamente sabroso e inmaculado. En similar línea conceptual el trigo mantecado con calabaza amarilla, panceta ahumada y aceite de oliva crudo. Manjaroso a las no poder, crujiente y fundente, el cochinillo aderezado agridulcemente con miel y vinagre y exaltado con matices exultantes: jengibre, pepino, pepino, etc.
En pocas palabras, una nueva etapa con una línea evolucionista que puede culminar en grandes conquistas de prestigio.



9

Le Calandre

Massimiliano Alajmo
Massimiliano Alajmo
País: Italia
Localidad: 35030 Sarmeola di Rubano (Padua)
Dirección: Via Liguria, 1
mapa
(+39) 049630303
Cierra: del 6/8 al 31/8 y del 24/12 al 20/1
Precio: 100/170 €
Precio menú degustación: 150/225 €


  • Verduras Cocidas en Salmuera al Vacío en Frío con Crema de Semillas de Girasol, Puré de Zanahorias y Helado de Mostaza
  • Ensalada de Algas y Rúcola con Merluzo Cocido en Frío y Frutas, Dados y Helado de Manzana Verde y Jugo de Mango
  • Tomate, Berenjena, Pesto y Piñones
  • Ravioli de Mozzarella relleno de Mozzarella con Tomate, Berenjenas, Aceitunas y Orégano
  • Ravioli de Dentice Rellena de una Cuajada de Pistachos con Tomate y Alcaparra
  • Risotto con Remolacha, Esencia de Rosa, Jengibre y Melocotón
  • Mollejas Empanadas con Ensalada
  • Pichón a los Granos de Mostaza con Crema de Piñones y Puré de Albaricoques

Maximiliano Alajmo ha cambiado enormemente en los últimos años. Cierto es que tiene mucha obra consagrada, parte de la cual se mantiene en carta. Ahí esta el capuchino de sepia al negro, que nos muestra sabores italianísimos desarrollados en consumada armonía y con admirable técnica; ahí esta el insolente risotto de azafrán y regaliz, la osadía hecha arte, los contrastes absolutos en máxima sintonía; ahí está la batutta de carne piamontesa con trufa negra ; el mejor “tartar” conocido y con el atractivo de comer la carne con los dedos; Ahí están los canelones crocantes de ricotta y mozzarella de búfala con jugo de tomate; la suma sutilización de la cocina de mamma mia; ahí esta el cochinillo crocante y fundente con salsa de mostaza y polvo de café , nobleza obliga y ahí esta el pichón fortalecido con un paté de sus interiores, que recuerda a la caza, se lleva la palma, cambiando los realces, que si a las hierbas y a los granos de mostaza con crema de piñones y puré de albaricoques ...complementos siempre inteligentes con la garantía de una mente privilegiada.

Maximiliano está ocupado en reinventar la gastronomía nacional. Partiendo de recetas tradicionales, utilizando ingredientes típicos, readaptando técnicas… logra plasmar sabores tradicionales refinados, livianos, complejos, cromáticos…rediseñados. Alta culinaria de autor con inquebrantable memoria histórica. Constante filosofía que se aplica como un dogma inalterable. Ahí están las múltiples salsas de tomate, la mozarella, la ricotta, las carnes crudas, las pastas típicas y los risottos, los mejores del mundo con los de Carlo Cracco, por que ambos chefs consiguen una cocción uniforme, con una consistencia idéntica fuera y dentro, siempre al dente pero nunca crudos en el centro, y adornados de fuertes sensaciones. Y si antes hemos citado el celebérrimo risotto de azafrán y regaliz, que nunca hay que dejar de probar, este se propone junto a la creación del año, siempre espectacular, altisonante, desgarrador, como es el que viste de fucsia por la cocción con remolacha y expresa unos aromas exuberantes florales, nunca vistos en platos de este cereal, que lo proporcionan una esencia de rosas, unos trocitos de jengibre y una crema de melocotón en bolitas. No se puede tintar más y echar tanta fantasía a un plato de arroz.

Maximiliano Alajmo se lo trabaja muy mucho. Audaces y muy definidas las “ensaladas”. Es el caso del plato de verduras cocidas en salmuera al vacío en frío, una “ensalada viva cocinada”, valga la metáfora, que se acompaña con crema de semillas de girasol, puré de zanahorias y helado de mostaza. Maravillosa creación. Otro plato en similar sintonía y méritos: la ensalada de algas y rúcola con merluzo cocido en frío y frutas, dados y helado de manzana verde y jugo de mango. Máximo frescor y máxima ligereza. Volvemos a tener las hortalizas como estrella en esta ocasión renovadas en su mediterraneidad: dados y salsa de tomate, dados y puré de berenjena, pesto y piñones.
“Raviolis”, por aquello de la forma, sin pasta. El delicadísimo velo de mozzarela relleno de mozarella con tomate, berenjenas, aceitunas y orégano. El de una lámina de dentice rellena de una cuajada de pistachos con tomate, alcaparra y otros motivos inherentes al país y al cocinero.
Hay que echarle valor a la vida y ganarse unos cuantos vítores: anguila salvaje asada al espetón con salsa de piña y caviar.
Hay que poner toda la carne en el asador y demostrar la mayor amabilidad: costillas de cordero a las hierbas con una crepe de alubias y hortalizas con helado de cebolla y ensalada.
En estado de gracia.



7

Alameda (Fuenmayor)

Esther Álvarez y Tomás Fernández
Esther Álvarez y Tomás Fernández
País: España
Localidad: 26360 Fuenmayor (La Rioja)
Dirección: Pza. Félix Azpilicueta, 1.
mapa
(+34) 941450044
Cierra: Las noches de domingo y lunes, así como agosto
Precio: 70/110 €


  • Alcachofas fritas con salsa marinera
  • Alcachofas Fritas con Salsa Marinera
  • Croqueta de Jamón Ibérico
  • Kokotxas confitadas
  • Kokotxas Confitadas
  • Callos y Morros a la Riojana
  • Patitas de cabrito
  • Patitas de Cabrito a la Riojana
  • Chuleta a la Brasa

  Absolutamente nada ha cambiado en esta mesa en los últimos años; y eso en los tiempos que corren para un restaurante de excepcional producto que lo ofrece de manera natural, sencilla e impecablemente, es mucho decir. Y si algo ha cambiado es a mejor.
Tomas Fernández ha encontrado su ser en el trabajo. Su pasión convertida en obsesión es comprar. Adquiriere al precio que fuere los mayores manjares. Luego ha logrado un método de asado, muy argumentado, con ciertas particularidades. Aún asumiendo que en gastronomía todas las verdades son relativas, este personaje tiene un mensaje incontrovertible, que se refrenda cada vez que se hinca el diente a uno de sus chuletones, entre los primerísimos del país por valor intrínseco y añadido, y de ahí su calificación sobresaliente, honor que le sitúa como “primus inter pares”. Valores que hace extensibles a los pescados a la brasa. El rodaballo muestra buen tamaño, muchas gelatinosidad y grasa, apreciable jugosidad y un buen aderezo. Lenguados y besugos tambien aseguran el festín.
Esther Álvarez es una guisandera de pro a la que le distinguen un proverbial paladar e infabilidad en los resultados. Es capaz de marcar la diferencia en la tradición popular; y darle un toque de distinción y renovación. Ahí estan sus croquetas de ibérico, sobresalientes por corteza, cremosidad y sabrosura. La primera, fina, frágil, crocante…Sutileza que se hace extensible a la bechamel, muy trabajada, increíblemente delicada y sincera, apreciándose con generosidad el jamón. Sus alcachofas fritas, solo el corazón, impecablemente peladas, en su punto de hechura, con una soberbia marinera salpicada de jamón no tienen parangón ni en La Rioja ni en Navarra. Memorablemente cremosas las pochas con zanahoria y pimiento verde. Colosal el bogavante tibio ¡Qué calidad! ¡Qué tersura!¡Qué bravío! magnificado por una exquisita vinagreta elustrada con la esencia de la cabeza del crustáceo y una brunoise de tomate y cebolla. Impecable el plato de kokotxas en dos versiones: rebozadas y confitadas, propuesta que induce al comensal a relamerse en la duda irresoluble. También merecen todos los honores los chipirones a la plancha que se acompañan de cebolla confitada y/o salsa negra. Sensibilidad que se constata por enésima vez en las excepcionales manitas de cabrito a la riojana, diminutas, tiernas, fundentes, exquisitas, realzada por una consumada salsa de tomate, choricero, chorizo, jamón, el caldo de cocción… que aúna esbeltez y suculencia. Vuelve a transmitir su pasión riojana en toda la casqueria, antológicos los callos y morros, las lechecillas, la asadurilla y los sesos de cordero rebozados con distintas setas de temporada. Y para terminar una leche frita única en el país.



7

La Stanza del Gusto

Mario Avallone
Mario Avallone
País: Italia
Localidad: 80135 Nápoles
Dirección: Via Costantinopoli, 100
mapa
(+39) 081401578
Cierra: domingos y agosto
Precio: 90/110 €
Precio menú degustación: 60 €


  • Menestra de verduras
  • Menestra de verduras
  • Milhojas de manzana y bacalao ahumado
  • Milhojas de manzana y bacalao ahumado

Mario Avallone fue un entusiasta gourmet que tuvo la inmensa fortuna de no saber o no poder decir no a la irresistible vocación tardía que le tentó y que le ha llevado a convertirse en un restaurador innovador. Eso es, ni más ni menos, este ideólogo que se ha comprometido a actualizar la historia culinaria de la Campania sin alterar sus esencias. Se inspira en productos y recetas del terruño para luego proyectarlos y proyectarlas a una alta cocina vigente y asumible. No se constatan tentaciones de dar saltos en el vacío, a nadie se le pasan por la mente, entre otras razones, porque se es muy consciente de que por mucho que se quieran evolucionar los gustos en la región, éstos están profundamente definidos: evidente tendencia a los sabores regios y concentrados. No en vano estamos ante una población y una ciudad con comportamientos culinarios primarios, ancestrales y bastante encerrados en la identidad propia.

Mario llega tarde al oficio y eso determina que se aprecien ciertas carencias, como la solidez profesional, teórica y práctica, que dan los años de ejercicio. Su obra, aun teniendo una evidente voluntad moderna, lo es más en intención y formas que en realidad transformadora. Así, las verduras – achicoria y acelgas – con trozos de panceta fresca que nadan en su caldo, ilustrado con queso fresco, pecan de una convencional cocción que altera su color, textura y sabor; lo que no repercute en que el conjunto esté muy gratificante. Los espaguetis con boloñesa, magro e interiores de cerdo, alardean de una impecable cocción al dente y de un suculento refrito, sin embargo ocasionan un incendio gustativo en la boca, que arde por el picor; eso no es modernidad, sino atavismo. Son dos ejemplos de conceptos que deben revisarse, por cuanto no corresponden a valores vigentes. Que, en cambio, sí se encuentran en una elucubración surgida a partir de una ancestral merienda napolitana: cicoli y ricotta – rollo de chacinería de cerdo que cobija en su seno el queso – que se adorna con un bello y resultón crujiente de harina de lentejas salpimentado con pimienta negra. Soberbia la variación de bacalao: en delicada crema servida en copa, en tacos excepcionalmente rebozados y en tornasolado, jugoso y gelatinoso lomo salpicado de pimienta roja. Otro plato que contribuye al éxito de la casa es el filete de cerdo lacado, verdaderamente mantequilloso y sabroso.

La mesa más interesante desde una perspectiva sibarítica en la ciudad y la que nos ha de servir para escaparnos por un rato de las pizzas de L´Antica Pizzeria da Michele, en Via Cesare Sersale 1 y de Antica Pizzeria di Matteo, en Via Tribunali 94.



8

Gaig

Carles Gaig
Carles Gaig
País: España
Localidad: 08011 Barcelona
Dirección: Aragón, 214
mapa
(+34) 934291017
Cierra: Domingos y Semana Santa
Precio: 100/130 €
Precio menú degustación: 77 and 96 €


  • Sopa de tomate con mariscos y caldo de su cocción
  • Sopa de tomate con mariscos y caldo de su cocción
  • Brandada de bacalao trufada
  • Brandada de bacalao trufada
  • Arroz sucio de calamares con suave alioli
  • Arroz sucio de calamares con suave alioli
  • Amanita Caesarea con su jugo
  • Amanita Caesarea con su jugo
  • Lomo de bacalao con cebolla y almidón de arroz
  • Lomo de bacalao con cebolla y almidón de arroz
  • Mollejas de ternera con salsa de mostaza y pequeños tubérculos glaseados
  • Mollejas de ternera con salsa de mostaza y pequeños tubérculos glaseados

Carles es fiel a sí mismo y a lo que siempre fue profesionalmente. Se reafirma en su estilo y en sus características, reinventándose. Y decimos que reinventándose porque en los últimos tiempos, salvo el apartado de “los clásicos de Gaig”, ha cambiado sustancialmente la carta sin que cambien en absoluto las sensaciones. Se invierten los planteamientos de una misma receta, se alteran las combinaciones de elementos conocidos… platos distintos con sabores consagrados intemporales. Que salen mejor que nunca, porque evolucionan, se retocan, se perfeccionan. Siempre hay un pasito adelante, matices, nuevas formas… en un mensaje manifiesto. Estamos ante un maravilloso clásico, que sabe renovarse con inteligencia y sutilidad.
La mejor comida en 16 años visitando esta señorial y catalanísima casa. Más fina, más fresca, más noble… imposible: sopa de tomate con mariscos, en esta ocasión mejillones, berberechos y navajas, magnificada por el caldo de cocción de éstos. Impecable en su rusticidad suntuosa la brandada de bacalao trufada, con consistencia de rillettes, mascándose el salazón. Los arroces merecen siempre el calificativo de antológicos: carnaroli sucio de calamares con suave all i oli; mágico equilibrio de sabor con el cereal impregnado de justa suculencia. Esencialidad supina: Amanita Caesarea en su jugo. Otra joya de la corona, el bacalao, tornasolado, jugosísimo, con audaz brunoise de cebolla confitada nadando en un almidón de arroz y unas patatas. Más de tres elementos en una articulación son multitud: antológicas mollejas de ternera con salsa de mostaza y pequeños tubérculos glaseados. Y pusimos la guinda al festín con la innovación de la crema catalana, que ofrece otra “volatilidad” y otra delicadeza.
Platos inmortales que incitan al reencuentro. Hablamos del tartar de lubina y gamba con caviar de arenque, manjarosidad y naturalidad en su máxima expresión. Otro incunable, cuyos éxitos se pierden en los tiempos, si bien la receta siempre está en permanente revisión, buscando la textura al dente y una sabrosura no exenta de pureza, el arroz bomba del Delta del Ebro con pichón y boletus edulis. Otra referencia señera, los canelones tradicionales, que cuentan con el impagable valor añadido de unos aromas majestuosos, los de trufa negra. Y saber hacer que queda de manifiesto, por enésima vez, en la gulesca cap-i-pota reforzada por callos a la catalana, un guiso populista de alto refinamiento.