9

Le Louis XV

Alain Ducasse
Alain Ducasse
País: Francia
Localidad: 98000 Monaco
Dirección: Hôtel de Paris. Plaza del Casino.
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(+37)798068864
Cierra: Martes y miércoles. El miércoles noche abren en julio y agosto. Diciembre y dos semanas en febrero
Precio: 225/350 €
Precio menú degustación: 150 - 180 €


  • Caldo de lechuga y berros de fuente, raviolis y ñoquis tiernos de ricotta, lámin
  • Caldo de lechuga y berros de fuente, raviolis y ñoquis tiernos de ricotta, láminas de pan
  • Calamares con alcachofas, limón confitado, olivas negras y alcaparras
  • Calamares con alcachofas, limón confitado, olivas negras y alcaparras
  • Conejo al vino tinto con radicchio trevisano a la plancha y panisses
  • Conejo al vino tinto con radicchio trevisano a la plancha y panisses
  • Cordero de leche de los Pirineos realzado con pimiento de Espelette, salteado de
  • Cordero de leche de los Pirineos realzado con pimiento de Espelette, salteado de tripas, habitas y cebollinos con ajedrea.

Es el restaurante con la clientela más rica del mundo. Sólo hay que echar un vistazo al aparcamiento: Ferraris, Rolls Royce...parece que se va a celebrar el Gran Premio Mundial del Lujo. 500.000 botellas con 6.100 referencias esperan a los campeones. Y son muchos: unas 100.000 solamente de champán se descorchan cada año entre el Hotel de Paris y el Hermitage que comparten el mayor tesoro vinícola de la hostelería. En Monte Carlo el que no es príncipe es rey, o algo más. Si no quienes son los llamados a comer con cubiertos bañados en oro y en un salón rebosante de pan de oro. Y con una corte de camareros dispuestos con levita diseñada para la ocasión. Para tan fantástica realidad, que tiene infinitamente más de realidad que de fantasía, Alain Ducasse y la Société des Bains de Mer han construido el Palacio con el que todo Príncipe de la Vida sueña.
De Alain Ducasse hay que decir algunos entre los muchos elogios a los que se ha hecho merecedor. Su preclara inteligencia le ha llevado a montar la más famosa y prestigiosa multinacional de alta cocina que existe. Dirige decenas de establecimientos entre los que es obligado citar los más reputados: Alain Ducasse au Plaza Athénée y Le Louis XV, ambos con tres estrellas en la guía Michelín. La verdad es que tanto el de París como el de Mónaco han sabido superar con creces las previsiones de la guía roja: perfectamente les podría otorgar cinco para ser coherente con su filosofía editorial. Se las merecen. Nunca la Michelín previo que se podría llegar tan lejos.
Resulta evidente que para montar este imperio de restaurantes se requiere una mente privilegiada, excepcional, que pasa, en primer lugar, por saber lo que gusta y desean los multimillonarios del mundo. Eso lo conoce mejor que nadie Ducasse; a los hechos nos remitimos. Y luego por saber organizar un entramado de profesionales que responda plenamente a las expectativas y a tantas y tantas y tantas exigencias como hay que satisfacer en el día a día. Nadie ha tenido ni por asombro su capacidad para crear y dirigir equipos. Ha formado la escuela de hosteleria más importante del planeta; sin la que no podría haber hecho triunfar su imperio. Frío, cerebral, matemático...infalible.
Practica la cocina humana perfecta. Respetuosa y hasta reverencial con el patrimonio cultural heredado, sea universal o local. Con una fuerte tendencia a inspirarse en las recetas populares. Recrea platos de gran raigambre esbeltizandolos y refinándolos hasta lo indecible. En definitiva, sibaritiza, y de que manera, la herencia de Escoffier y sobre todo los condumios del terruño, con especial predilección por los mediterráneos. Es un evolucionista que no se cuestiona en ningún momento la memoria gustativa. Reforma y reforma y reforma sutilizando hasta el infinito. Y reforma solidificando su obra sobre la más excelsa materia prima del planeta. No regatea un céntimo para conseguir las más oceánicas ostras, el más selecto tartufo, los más exquisitos pichones...manjares que son tratados con una precisión supina, cuasi insuperable. La técnica al servicio del producto y unos complementos rebosantes de erudición, sean guarniciones o salsas, verdaderamente elegantes y armónicos. Uno no puede por menos que exclamar una y mil veces ¡Qué primor! ¡Chapeau Monsieur Ducasse!
Frank Cerruti interpreta arcangélicamente a diario la partitura del mayor artista culinario neoclásico actual. Dos aperitivos que roban el corazón reflejando la pasión que el patrón siente por el paisaje y las costumbres: raviolis rellenos de hierbas con lima confitada y unas exuberantes “crudités” con salsa de hierbas (albahaca principalmente) y parmesano. Metidos en platos, sublime, augusta naturalidad vegetal: exquisito caldo de lechuga y berros en el que nadan diversos caprichos: raviolis verdes, noquis de ricotta y pequeñas hortalizas. Portentosos los calamares, enanos, de un bocado, exultantes de frescor, que se presentan salteados en compañía de idílicos contrastes: alcachofas, limón de Mentón confitado, olivas negras sin hueso y alcaparras, más unas pinceladas de salsa negra. Suculentísimo homenaje al bacalao, que se ofrece en inmaculadas y jugosísimas láminas, así como en gelatinosas tripas con suculento realce: salchicha, pimientos rojos, lechuga...gulesco. Fastuoso por calidad intrínseca y virtuosismo, tambien por trabajo, el cordero de los Pirineos – costillas, espalda, lomo, mollejas, riñón y asadurilla –, realzado sapidamente con polvo de pimiento de Espelette, que se dispone en medio de un huerto en el que sobresalen habas y cebolletas verdes a la ajedrea; inmenso. En igual tono el nobilísimo conejo, en diversas partes, con salsa de vino tinto, radicchio trevisano a la plancha y panisses. Y en consonancia con la mejor técnica repostera del planeta los postres, las mignardises y los chocolates. Así es, si así os parece, un
festín en el palacio Louis XV.



8

Perbellini

Giancarlo Perbellini
Giancarlo Perbellini
País: Italia
Localidad: 37050 Isola Rizza (Verona)
Dirección: Via Muselle, 130
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(+39) 457135352
Cierra: Domingos noche, lunes y martes
Precio: 120 €
Precio menú degustación: 60/110/120 €


  • Filete de salmonete sobre endivia caramelizada y frutos secos del bosque
  • Filete de salmonete sobre endivia caramelizada y frutos secos del bosque
  • Callos de ternera con endivia
  • Callos de ternera con endivia

Por las venas de Giancarlo Perbellini corre el arte, pero no en el sentido literal del término, pues la familia Perbellini hace alarde de una tradición histórica en el campo del arte pastelero veronés, o sea, el que nos ofrece el pandoro o las colombe pasquali.

Hay quien dice que esta impronta personal ha permanecido en muchos de sus platos, que, dentro de su complejidad, suelen caracterizarse por cierto matiz “dulce”. Quizá sea verdad, quizá, o sólo en parte.

Pero ahí no acaba su originalidad, si tenemos en cuenta que, para sentarse a su mesa, se entra en un local industrial de verdad en el que, en vez del comedor de empleados, encontramos un restaurante de estelar nobleza.

La hospitalidad de Paola, su mujer, podría justificar por sí sola la fidelización al local, aunque hay que decir que la profesionalidad de todo el personal es digna de mención.

A la hora de elegir, se nos proponen tres líneas principales, además de la carta normal.
La propuesta “Assaggi” reúne la mejor síntesis de los clásicos del establecimiento y sus creaciones más recientes.

El milhojas de cabra, berenjenas y tártar de buey sobre jugo de tomate ofrece un interesante juego entre acidez y temperaturas, pero no es sino una introducción al barquillo de sésamo, con tártar de lubina y queso de cabra con cebollino. La cucharita ligeramente bañada con regaliz deleita con una larga emoción dulce que justifica la longevidad del plato en la carta.
Otro toque de placer original procede de la pasta con judías del Adriático, una logradísima actualización de un plato típico regional. Dentro de la rotundidad general que llena el paladar, impacta la aportación, suave pero decisiva, del tomate confitado.

La Bassa Veronese es una tierra rica en cultivos varios, entre ellos el arroz, que aparece en algunos platos: con una agradable textura mantecosa con perejil y pescado variado; curioso y sabroso arropado dentro de un ravioli acompañado con vieiras y aceite de albahaca.

Extraordinario el conejo con parmesano sobre crème brûlée de hinojo y naranja.
Otro plato que echa por tierra la leyenda según la cual Perbellini sería un Cocinero Pastelero. Es bueno con el dulce, pero también sabe tratar con habilidad las demás vertientes del gusto.

Entre los platos principales se puede elegir tanto pescado como carne.
Una preparación clásica es la de las cigalas en distintas versiones, o el filete de salmonete, donde sorprende la combinación con la endibia caramelizada, a la que siguen los demás actores del reparto: achicoria, vieiras, fruta seca, etc.
En el capítulo de las carnes encontramos interesantes variaciones alrededor de la ternera (callos y mollejas) y una libre interpretación del pichón, maridado con plátanos, pimientos, estragón y aceite de anchoas. Aunque tiene muchos adeptos, esta propuesta no está entre nuestras preferencias. Es un plato “Thai”, del Far East, pero aquí no estamos más que en el Noreste… ¡y, encima, de Italia!
Pero bueno, se trata de matizaciones personales.

En Perbellini, los postres son un capítulo aparte.
Se abren con un gigantesco Teatro semoviente, seguido de una veintena de propuestas.
No hay que perderse el milhojas Strachin, que juega al doble sentido, pues el Stracchino es un queso de pasta blanda, si bien aquí es más tradicional hacerlo con nata montada.

La cocina de Perbellini se asienta sobre unas bases sólidas y una profesionalidad absoluta entre cocina y sala, por lo que constituye un destino seguro para paladares curiosos.
Al estar situado cerca de Verona y del Lago di Garda, entra en los circuitos de una clientela internacional que encontrará en los platos un toque personal en el que el vínculo con la tierra se expresa más como una cita de pasada que como un testimonio de pertenencia; se trata sin embargo de una cocina rebosante de propuestas inventivas que divierten y despiertan la curiosidad.



7

Locanda della Tamerice

Igles Corelli
Igles Corelli
País: Italia
Localidad: 44020 Ostellato (FE)
Dirección: Via Argine Mezzano, 2
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(+39) 0533680795
Cierra: Lunes y martes
Precio: 80/110 €
Precio menú degustación: 60/90 €


  • Risotto de cerceta con sabayón de Pecorino romano
  • Risotto de cerceta con sabayón de Pecorino romano
  • Ánade silbón envuelta en crepineta de cerdo con salsa de saba y compota de calab
  • Ánade silbón envuelta en crepineta de cerdo con salsa de saba y compota de calabaza.

Igles Corelli es un nombre destacado en la historia de la cocina italiana moderna y una cara conocida por sus frecuentes apariciones en TV.
Pero es un cocinero, así que hablaremos de él por lo que hemos visto en el plato.

La Locanda della Tamerice es un sitio al que hay que ir a propósito.
Queda lejos de las vías rápidas de la autopista.
No tiene un Coliseo al lado ni se celebra ninguna feria comercial o industrial en un radio de 30 kilómetros.
En invierno, la niebla es una compañía diaria, lo mismo que los mosquitos en verano.
A pesar de todo, el lugar tiene interés, ¡vaya si lo tiene!

El Delta del Po, con la cercana Laguna de Venecia, puede ser un lugar interesante para el descubrimiento gastronómico que, si no sois pescadores o cazadores, os puede sorprender y divertir.
Igles, buen conocedor del territorio, ha captado esta idea y lo que propone en su local os dará muchos motivos para volver, quizá por su rareza, pero también porque ha sido realizado con mano de autor.

El restaurante forma parte de un complejo más grande, integrado en el Parque Natural del Po.
Se puede llegar hasta ahí en coche, pero, si lo preferís, podéis disfrutar de un agradable fin de semana a caballo.
De hecho, este lugar puede convertirse en un auténtico paraíso para los apasionados de la hípica y la cocina.

En invierno, aun teniendo el mar a dos pasos, se sirve una cocina esencialmente de tierra, considerando que los pájaros no anidan sobre las olas…
Es cierto que se puede empezar con una Anguila marinada en vinagre balsámico tradicional de Módena de 20 años y servida con fruta de la pasión (quizá el punto de acidez sea algo excesivo), pero enseguida arrancamos el vuelo de la caza de pluma en un viaje dominado por el gusto y el placer.

Poco habitual el Tartar de becada, servido con una mostaza de peras sultanas.
Es un maridaje interesante, y lo sería todavía más si, en el emplatado, ambos componentes se dispusieran más alejados, indicando incluso la secuencia de degustación. Existe el peligro real de que se produzca cierta contaminación gustativa. Salen ganando las peras, pero es un pecado que la becada, muy delicada gracias a su elaboración, se nos repita.

Muy interesante el Risotto de cerceta, con un sabayón de Pecorino romano bastante logrado.
Las cercetas son una especie de pato que habita en la laguna y se nutre de pescado. Una carne peculiar, con personalidad.
También el Pecorino romano tiene su personalidad, aunque tratado así no resulta dominante.

El Ánade real que sigue a la becada es una de las piezas de pluma preferidas por cazadores y gourmets.
A la excelente selección de la materia prima se suma una acertada combinación con falda de cinta senese de Paolo Parisi y salsa de saúco.
Muy interesante por su rareza el Ánade silbón, también conocido como ánade penelope.
Tiene una carne agradable y original, que una cocción envuelta en crepineta de cerdo hace más cautivadora si cabe, y permite degustarla poco hecha, algo sangrienta por dentro. Lleva un excelente acompañamiento “autóctono”: salsa de saba (mosto de uva cocido) y compota de calabaza.

Los postres son divertidos, desde un Milhojas helado de sabayón hasta un Fardo de manzana y calabaza con sorbete de naranjo amargo.

La sumiller Valentina está capacitada, sólo le falta superar un poco la timidez del recién llegado para garantizar un viaje de Bacco original, como hizo, por ejemplo, con el Timorasso de Claudio Mariotto.
El servicio es sobresaliente: puntual, atento, discreto, competente en su interacción con el cliente.
Muy agradable el ambiente, con presencia de arte moderno fruto de la leve intervención de Pia Passalacqua, esposa del chef, reputada escritora gastronómica y su media naranja perfecta.



8

Madoninna del Pescatore

Moreno Cedroni
Moreno Cedroni
País: Italia
Localidad: 60017 Senigallia – Marzocca (AN)
Dirección: Lungomare Italia, 11. 5 km al sur
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(+39) 071698267
Cierra: Domingos noche (excepto verano) y lunes
Precio: 60/120 €
Precio menú degustación: 60/80/120 €


  • Tortellini de parmesano con carne cruda
  • Tortellini de parmesano con carne cruda
  • Solomillo ibérico de pata negra con hinojos crujientes
  • Solomillo ibérico de pata negra con hinojos crujientes

Moreno Cedroni es uno de los mejores embajadores de la cocina italiana moderna.
Su talento se manifiesta de diferentes formas, pues no sólo se expresa en la cocina, sino también como excelente comunicador, dotado de una simpatía natural. Se desenvuelve en escena como pocos, con un estilo agradable y discreto a la vez que pone en práctica, en los importantes eventos internacionales donde los chefs se interpretan a sí mismos y a sus platos.

La Madonnina del Pescatore es un poco el espejo de su alma y de esa otra baza que tiene al lado, su esposa Mariella.
Casi se diría que entramos en un centro de belleza en vez de en un restaurante, impresión a la que contribuyen incluso los trajes del personal, de estilo Armani.
La atención, amabilidad y profesionalidad de la sala no tienen parangón.

La carta contiene propuestas que alternan distintas líneas culinarias, para satisfacer las exigencias de una clientela variada.

Todos los platos están ordenados cronológicamente y, a través de su “censo”, describen la trayectoria recorrida por Moreno a lo largo del tiempo.
Una de las características que nos asombró desde un principio fue su personal capacidad para sintetizar la cocina de la región italiana de Le Marche. De hecho, en la tradición, el mar puede ser un protagonista aparente, aunque también lo son los territorios de interior, con productos de montaña que se sirven en las mesas tan sólo unos kilómetros más hacia adentro.
A este mix inicial se sumó más tarde la revolución copernicana fruto del encuentro con Ferran Adrià, hace ya unos años.
Superada una obligada presidencia de los J.R.E. (Jeunes Restaurateurs d’Europe) italianos, ahora Moreno puede desarrollar su arte con más tranquilidad, y nos ha parecido que logra un equilibrio extraordinario entre las características mencionadas anteriormente.

El menú degustación consta de unas 20 tapas o poco más, con transiciones siempre agradables y fuente de placer constante.

Siendo breves, podemos citar unos cuantos momentos memorables de una secuencia que fluye siempre a un nivel altísimo.
Así encontramos una original ensalada de mar con “aire” de limón; también nos han sorprendido especialmente las vieiras chamuscadas con puré de patatas. Es de destacar la técnica utilizada, gracias a la cual se consigue la sensación en boca de una vieira casi convertida en tuétano de buey.
La pota con berza, castañas y fondue reproduce esa tradición de mar y montaña de Le Marche. Lo mismo sucede con el potaje de lentejas con bogavante envuelto en tocino, un plato que lleva casi diez años en la carta.
Extraordinario el juego de texturas y temperaturas de los tortellini de parmesano con carne cruda (de Kobe), albahaca y tomate. El juego se repite en el rodaballo con alcachofas y foie. “Masticar” un solomillo ibérico de pata negra con hinojos crujientes es una experiencia de lo más interesante.

Y así podríamos seguir citando platos, pero nos detendremos en dos que merecen una mención especial.
Entre los quesos se ofrece un toma con mermelada de fresa y tomillo al limón que es un auténtico bombón, ni más ni menos, hasta el punto de que lo prepara directamente un pastelero. Resulta curioso el chocolate con erizos de mar y aceite a la mandarina.
A la lógica pregunta de cómo puede casar el chocolate con los erizos, la respuesta se encuentra en el sabor largo y delicioso del aceite afrutado.

La bodega contiene todo lo que uno pueda buscar y desear; aún así, resulta muy ilustrador realizar un recorrido de Bacco por los viñedos de Le Marche, una tierra con interesantes cepas autóctonas, además de viticultores ajenos a los tiempos y a las modas.

Una parada que colma de placer, que te acuna con giros de 360 grados, en un pequeño universo en el que no existe el tiempo, donde, durante unas horas, incluso podríais olvidaros de contemplar las olas del mar, ahí enfrente, a pocos metros de vuestro plato.



7,5

Don Giovanni

Pier Luigi di Diego
Pier Luigi di Diego
País: Italia
Localidad: 44100 Ferrara
Dirección: C.so Ercole I° D’Este, 1 (enfrente del Palazzo deg
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(+39) 0532 2443363
Cierra: lunes y mediodías
Precio: 60/120 €
Precio menú degustación: 35/55/65 €


  • Terrina de galeras crudas con tomates confitados a los tres pestos
  • Terrina de galeras crudas con tomates confitados a los tres pestos
  • Pato azulón relleno con anguila y espinaca
  • Pato azulón relleno con anguila y espinaca

En pocos años, el local de Pier Luigi Di Diego y Marco Merighi se ha hecho un lugar bajo el sol, a pesar de estar situado en Ferrara, una de las capitales de la niebla del norte de Italia.

Es como una pequeña bombonera, con pocas mesas y un ambiente íntimo a la vez que informal.
Al sentarse, una deliciosa duda asalta al comensal: ¿qué acompaña a qué: la cocina a la bodega o viceversa?

Di Diego, el chef, proviene de la escuela del Trigabolo, cantera de talentos a principios de los años 80.
Merighi transmite con mucha gracia y poco academicismo el placer de recorrer conjuntamente los senderos para descubrir el mundo del vino, del que es un aplicado cultor.
Se pueden beber caldos raros de puntos diseminados por la larga península italiana; los procedentes de la Borgoña están seleccionados con el microscopio del Taste Vin. Y, como nos ocurrió a nosotros la última vez, se pueden descubrir los grandes tesoros aún desconocidos que Bacco nos reserva en países como Austria y Alemania.

Los platos que proponen están estrechamente vinculados con el terruño y la estacionalidad.
Quizá Dios haya querido recompensar a Ferrara por ser una Capital de la Niebla ofreciéndole un vasto patrimonio de materia prima del cual servirse, tanto en el mar, como en la tierra, incluso con muchos productos de caza.
La carta ofrece muchas tentaciones, por lo que una próxima visita resulta inevitable ya que no siempre se puede comer todo lo que se quiere en una sola vez.

Por lo general, entre los entrantes predominan las propuestas del mar, que a menudo se presenta en crudo, con distintas variantes. Un gran clásico, por ejemplo, es la terrina de galeras a los tres pestos (de aceituna, albahaca y tomate). Además de estar deliciosa, se presenta con una atractiva estética.

Entre los primeros se puede encontrar una interesante sopa de cebollas tiernas con pimienta de Sichuán y rodaballo perfumado con eneldo, así como unos excelentes garganelli con anguila y piñones.
Matrícula de honor para las pastas, caseras, que Merighi introduce con una definición muy acertada: “cuando echamos la pasta, tiene que reírse, estar viva”.
Una operación difícil con el arroz, pero lo cierto es que el Risotto de becacina es un plato extraordinario, y no sólo por la rareza de esta ave.

Con los segundos se puede volver a partir del mar, de manera original, con maridajes que lo unen tanto a la tierra firme como a la montaña. Un buen ejemplo son las Vieiras gratinadas con fontina d’alpeggio (un queso de los Alpes), fundente de crustáceos y mostaza a la miel. Extraordinario, y más teniendo en cuenta que el gancho inesperado lo aporta el último componente.

La anguila es uno de los tesoros del Delta del Po, y con ella, una vez más, aparecen lo que podrían considerarse maridajes heréticos, pues se presenta enrollada dentro de un pato azulón, junto con piñones y espinacas, o bien con una suprema de pato al horno con puntarelle (una variedad de chicoria romana) y un fondo de nísperos silvestres. Se suele repetir el principio por el que, extrañamente, el último ingrediente es “primum inter pares”.

Con los quesos, lo que cuesta es elegirlos y decidirse a la hora de combinarlos con mostarde y mermeladas de un artesano local muy pequeño y difícil de encontrar.
Entre los postres seguimos encontrando una cocina que explora caminos verdaderamente nuevos, como por ejemplo un cacao con aceite y sal de Cervia (un importante yacimiento de la zona, en el noreste italiano) o una crepe de algarroba con nísperos y salsa de chocolate blanco al romero. Aunque parezca mentira, estos cuatro ingredientes combinan de maravilla, incluso el romero, normalmente relegado a los asados.

He aquí la prueba de cómo, con capacidad e imaginación, se pueden conciliar terruño, tradición y técnica. Y todo ello, como ya hemos dicho, combinado con una bodega con mil propuestas originales y divertidas.



7,5

La Réserve de Nice

Jouni Tormanen
Jouni Tormanen
País: Francia
Localidad: 06000 Niza
Dirección: 60, boulevard Franck Pilatte
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(+33) 0497081480
Cierra: Domingo, lunes, agosto y navidades
Precio: 90/120 €
Precio menú degustación: 90 €


  • Calamares con ensalada
  • Calamares con ensalada
  • Cigalas con naranja y esparragos
  • Cigalas con naranja y esparragos

Encima mismo del Mediterráneo domina una vista incomparable sobre la costa y Niza. Desde su inauguración, a principios de marzo de 2007, está siempre abarrotado, tanto el restaurante gastronómico como el bistrot, sito en el piso de abajo, en el que se come estupendamente a tenor de lo que se paga. Cuenta además con un fenomenal bar en el que se sirven unos cócteles impresionantes. Se ha convertido en el local hostelero más de moda de la ciudad visitado por un público muy diverso.
La cocina está pensada para complacer a cualquier tipo de paladar. Se sustenta en géneros magníficos, repetimos, materias primas estelares a las que se aplica cocciones impecables, siendo los complementos doctórales y refinados. Valga como testimonio el abreboca, una crema de guisantes, dulce y fina, a la pimienta y al tomillo con costrones de pan; plato que no tiene otra cosa que una perfecta expresión de la legumbre con los toques mágicos de los aromas citados. En similar línea se encuentra la pasta de Gragnano, selecta y muy bien ejecutada, al dente, que se dispone con trufa negra, rucola y alcachofas en tres posturas: los tallos al limón y los corazones cocidos y fritos; vamos, que no tiene discusión. Memorables por naturalidad sápida y por consistencia, salen tersos, dignos de ser masticados, los calamares a la plancha, levemente aromatizados con ajo, que se disponen sobre una multicolor ensalada de hortalizas y hierbas aromaticas; de atracón. Sin lugar a dudas, la gran especialidad de la casa. Las cigalas, hermosas, simplemente salteadas, se presentan con unos espárragos verdes a la plancha, con naranja confitada y con dos salsas: una maltaise y otra en la que la fruta se muestra exultante en su ser. El pichón, rechoncho, refrenda el esmero con que se compra y el respeto que se tiene al producto; sale en dos atinadísimas cocciones: la pechuga roja tras su estancia en cocotte y las patas confitadas, dispuesto todo ello con adornos tan sencillos como gratificantes: noquis a la plancha, guisantes, zanahoria, berza, etc. Y la tarta de chocolate fundente es de una insuperable delicadeza gustativa y táctil; podría sofisticarse más, seguro, pero nunca ganaría en exquisitez.
En definitiva, estamos ante una cocina verdadera, sin grandes elocuencias, que brilla en lo principal, demostrando en todo momento honestidad, rigor, profesionalidad, saber hacer... Expresa la cultura y la sensibilidad de dos grandes personajes, el joven cocinero Jouni Tormanen y su socio, Giuseppe Serena, que ha tenido el talento para diseñar con sumo gusto y esmero un negocio nacido para el éxito.



8,5

Mirazur

Mauro Colagreco
Mauro Colagreco
País: Francia
Localidad: 06550 Mentone
Dirección: 30, Avenue Aristide Briand
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(+33) 0492418686
Cierra: Lunes, martes y noviembre
Precio: 70/120 €
Precio menú degustación: 80/100 €


  • Carpaccio de hongos con quinoa, huevas de caracol y rúcula
  • Carpaccio de hongos con quinoa, huevas de caracol y rúcula
  • Calabacines del jardín con caldo de veduras asadas
  • Calabacines del jardín con caldo de veduras asadas
  • Espárrago blanco asado con badiana
  • Espárrago blanco asado con badiana
  • Gamba gigante de San Remo con calabacín y pisto
  • Gamba gigante de San Remo con calabacín y pisto
  • Esperma de atún con copos de remolacha
  • Esperma de atún con copos de remolacha
  • Carrilleras de cerdo
  • Carrilleras de cerdo

Mauro Colagreco es un personaje fascinante que hace de la fantasía una pasión vital. Por su mente corren, galopan, vuelan las ideas. Una y mil ocurrencias que se expresan chispeantes en el plato. Nada es común, nada es conocido, hasta nada es previsible. Su torrencial inspiración le convierte en un chef sorprendente. En cada construcción aspira a epatar; y lo logra con harta frecuencia. Asombrarse y asombrar se han convertido en una norma de vida, en el leit motiv de su trabajo. Ha idealizado la imaginación. Juega a disponer los elementos, los sabores, las texturas, los olores, los colores con audacia. Estamos, y tanto que estamos, ante un autor que trabaja el arte con humildad y de manera libérrima. Se atreve con todo. Y claro está, con esas miras, sus propuestas, extraordinariamente originales, no pueden dejar indiferente a nadie. Estamos ante uno de los jóvenes cocineros con más talento del mundo.
En el 2008 ha iniciado una nueva etapa llamada a perdurar en el tiempo. Ha convertido lo vegetal en el eje de su obra. Cocina campestre que se explaya con suma naturalidad. Sabores inmaculados en disposiciones intelectuales y complejas. Hortalizas, hierbas, flores, algas...una exquisita sensibilidad verde. Ahí están omnipresentes articulando propuestas inéditas. Ecología gastronómica que nos depara un arco iris sensorial. El buen gusto, la liviandad, el cromatismo...en un mensaje tan antiguo como el mundo y tan nuevo como la mentalidad que transite el artista.
Para que no haya dudas de la capacidad inventiva de Mauro: 26 platos con suma identidad y en esa susodicha filosofía en el último año. Con independencia que la opción más interesante siempre estará en el “menú carta blanca”, convendrá interesarse por la sencilla, pura, expresiva, atractiva y muy mediterránea ensalada de tomates nadando en su jugo con pimientos, diferentes albahacas y azafrán ¡Qué sutileza!. El carpaccio de hongos con quinoa, huevas de caracol, rúcola, aquilea en milhojas... representa una magnánima expresión artística de la naturaleza. Otro relumbrón: los excepcionales calabacines del jardín del chef, en verdad manjarosos, apenas calientes para resaltar sus virtudes naturales, que aparecen en medio de un exquisito caldo de verduras asadas y se acompañan con zarzaparrilla, nueces tiernas y caracoles de mar (buccinos). El espárrago blanco asado con badiana, crema de avellanas, absenta, fresas y flores es otro viaje paradisíaco por la huerta terrenal. Las tripas de bacalao, cuya gelatinosidad evanescia en boca sin ninguna resistencia, gustaba del realce de unos trozos de tomate, una emulsión del mismo fruto y un toque picante que aportaba sabrosura a la consistencia del pescado, que eso son las tripas. Otro momento memorable, de gran impacto natural y ambiental: la gamba gigante de San Remo con calabacines, pistou, salsa de limón y más flores. El esperma de atún con levístico, copos de remolacha y harissa (especie picante de Marruecos) es una provocación ante la que conviene dejarse seducir. Y las carrilleras de cerdo, suculentas, fundentes con patatas rate chafadas, cebolleta, rábano blanco y rúcula tienen ese saber hacer y ese toque que distingue a los seres privilegiados; y Colagreco lo es.
Es harto probable, casi seguro, que Mauro abra a medio plazo un nuevo restaurante. Esperamos a la consolidación del nuevo proyecto para aumentar su calificación.



8

De Schone Van Boskoop

Wouter Keersmaeckers
Wouter Keersmaeckers
País: Bélgica
Localidad: 2530 Boechout
Dirección: Appelkantstraat
mapa
(+32) 034541931
Cierra: Domingo y lunes
Precio: 120/140 €
Precio menú degustación: 85 - 115 €


  • Vástago de lúpulo con tartar de vieiras
  • Vástago de lúpulo con tartar de vieiras
  • Morilla rellena de cerdo
  • Morilla rellena de cerdo

Wouter Keersmaeckers es uno de los valores más pujantes de la alta cocina moderna belga. Un chef que ama apasionadamente el producto y que cocina siempre en función de sacarle el mayor partido posible. Un perfeccionista de las cocciones que persigue potenciar la naturalidad sápida de los componentes y preservar las texturas características de cada elemento. Sus salsas y guarniciones más que epatar buscan satisfacer elegantemente ofreciendo sabores conocidos y armónicos. Su originalidad se deriva del trabajo concienzudo y metódico. Nos encontramos, pues, ante una culinaria sólida, con mucho carácter, lucida, inteligente, que concretiza muy bien las construcciones, que resuelve magníficamente... y un tanto autodidacta.
Un primer ejemplo de inmaculabilidad, liviandad y esencialidad lo encontramos en los vástagos de lúpulo con tartar de vieiras, casi crudas y en trozos grandes para apreciar mejor la calidad intrínseca del marisco, sobre exquisita y audaz emulsión de aceite de oliva impregnada de cerveza rubia, más unas hojas por encima de perifollo que aportan un tono dulce al leve amargor general. Parecido criterio y características se aprecian en el cangrejo real con clamorosa espuma de mantequilla a las algas que refuerza el carácter marino de tan majestuoso bocado, contando con el apetitoso adorno de unas acelgas chinas. La cigala con salsifíes graseados, trufa blanca y crema de parmesano alardea de honorabilidad y precisión. Espectacular, por tamaño y suculencia, la colmenilla erecta rellena de una suculenta farsa de cerdo, foie gras y trufa, que se alza sobre un riquísimo consomé de ave y setas en el que nada una brunoise de zanahoria y pencas de acelgas al dente. El pichón, rechoncho, sangrante, manjaroso, se sitúa en medio de un irresistible jardín en el que se aprecian habas repeladas, topinambo, lechuga romana y trufas negras. La salchicha con trufa y puré de col blanca es un autentico primor en su elementalidad. Genial la ensalada de Dams Mokke que contiene endibias, canónigos, alubias blancas, lentejas...todo ello napado con queso fundido y recubierto de trufa blanca, un postre salado que impacta y sacia. Y tres veces piña refrenda el saber hacer de un profesional que domina a las mil maravillas el arte culinario.
Las tres preparaciones de ternera con vinagre y alcaparras: mollejas, lengua y sesos y las ostras holandesas, entre las que sobresalen las que se juntan con cigalas y algas (shuka wakame), proporcionan a su vez mucha, muchísima satisfacción.



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L'air du Temps

Sang-Hoon Degeimbre
Sang-Hoon Degeimbre
País: Bélgica
Localidad: B-5310 Noville-sur-Méhaigne
Dirección: Chaussée de Louvain, 181
mapa
(+32) 081813048
Cierra: Domingo y lunes
Precio: 80/110 €
Precio menú degustación: 70 €


  • Sushi desestructurado
  • Sushi desestructurado
  • Bolas de yogur
  • Bolas de yogur

Cocina, la del coreano Sang-Hoon Degeimbre, que ensambla de manera harto interesante las culturas culinarias francesa y oriental impregnandolas de identidad propia. Tan particular proyecto, sustentado en la disciplina y el rigor personal y profesional, le ha posibilitado acceder al cuadro de honor de la restauración belga, lugar en el que le sitúa la prensa más avanzada del país, colegas tan reputados como Pieter Van Doveresn, Willem Asaert y Jan Scheidtweiler. A ello ha contribuido decisivamente la filosofia del chef, que queda reflejada en el nombre del restaurante, de evidente cariz evolutivo. Un contemporaneismo muy juicioso que conjuga a las mil maravillas erudición y fantasia. Construcciones muy trabajadas, bien resueltas técnicamente, que proyectan sabores originales, delicados y armónicos. Sorprende sapidamente sin estridencias. Brinda, no se sabria definir con exactituz, si un exotismo refinado, o un refinado exotismo. Ese exquisito sentido del gusto que posee lo traslada a las composiciones, muy cromaticas, coloristas, con atractivas formas. En definitiva nos encontramos ante una eminente culinaria de autor de cuerpo occidental y rasgos orientales.
La interminable retahíla de “mises en bouche” y “mignardises” habla bien a las claras del esfuerzo que se practica y de las metas que se marca el chef. Sin lugar a dudas, el apartado más brillante de la carta son los postres, merecedores, y tanto que sí, del sobresaliente, calificación reservada a contados establecimientos. Por tanto, platos dulces de talla universal que responden a los conceptos y técnicas más vanguardiastas: esferificaciones, nitrogeno líquido, etc. Sobresalen, deslumbran la cryomerengue del conocidísimo caramelo “cuberdom”, el sorbete dulce de aceite de oliva en papel de caramelo, el suflé de albaricoque y, apoteósico, las bolas (esferificaciones) de yogur con sopa de mango y piña, exquisita y refrescante composición inspirada en la imagen de los huevos fritos invirtiendo los colores
Tres platos que todo gourmet debe probar y repetir. El primero, la “kiwitre”, una maravillosa ostra, carnosa, rebosante de oceanidad, dispuesta sobre un lecho de brunoise de kiwi, que aparece rodeada por una dulce crema de coco adornada con unas pinceladas de tinta de sepia. Clariventisima la desintegración que se efectua del shushi de atun rojo, que se ofrece con caviar belga y mayonesa de “ras el hanout”, a la manera de una ensalada engalanada y enriquecida con infinitos contrastes. De una nobleza impactante el pichon de Waret, gordo, sangrante, mantequilloso, manjaroso…que gusta de una placentera cama de couscous de alcachofas al limón verde, de un jugo de haba tonka y del estimulo de las especias.