8,5

Clos des Sens

Laurent Petit
Laurent Petit
País: France
Localidad: 74000 Annecy
Dirección: 13 rue Jean-Mermot
mapa
(+33) 0450230790
Cierra: Monday, Sunday night and Tuesday midday
Precio: 90/130 €
Precio menú degustación: 40, 90 €


  • Esféricos de guisante a la francesa
  • Esféricos de guisante a la francesa
  • Tarta fina de verduras sin pasta
  • Tarta fina de verduras sin pasta
  • Sencillamente cubo de buey de mar, sorbete de crustáceos
  • Sencillamente cubo de buey de mar, sorbete de crustáceos
  • Cangrejos de Léman con espárragos verdes
  • Cangrejos de Léman con espárragos verdes

Laurent Petit is a pure bred chef. He possesses the talent of an artist and the will and ambition of a champion. He has conviction and trusts his feelings, which he expresses without restraint. All of this places us before one of the most conceptually advanced chefs in France. We are fully in tune with his philosophy, which conveys thoughts, qualities and consistently fresh sensations—ever original, always attractive. A qualitative leap forward has been taken by this restaurant with the unmistakable definition of a personal style – one without references – based on cubic constructions that are visually impacting and surprising to the palate. A mark where in a single illustration, you have sensational raw ingredients matched with avant-garde ideas and techniques, putting alchemy before delicacy. This is cerebral fantasy at its best. The gelatins, spheres, liquid nitrogen… all made compatible with allure and historical recognition for the palate. There are neither mental nor flavorful eccentricities here. Balance and meticulousness stand above all else in the work: there was not a single error made in our most recent experience which was comprised of four appetizers, six dishes and three desserts. The reception was immense. The giant sphere of petit pois à la française, with the volume of an egg yolk and an aftertaste of smoked bacon is the first flash that urges abetment. Then on to three beauties: a white poached onion ice cream, a golden Reblochon cone and a crispy translucent potato with inserted parsley leaf sprinkled with paprika. The cuisine follows along the same lines. The thin crust-less vegetable tart: bell pepper, carrot, and zucchini rectangles over an eggplant base, with garlic flowers, marjoram and rosemary, with additional herbs and tapenade represents the ecological purity of nature. The foie gras terrine with “fera” (a fish from lake Leman), apple and tannin juice is one of the best versions of this succulent liver you will ever taste. The articulation of the crab has everything – brilliance, beauty, exquisiteness and exuberance. The meats are presented with vegetables and herbs, served with a sorbet concentrated of its juices as well as a cube of gelatinized consommé: hot soup and madness, powder made from its shell with bread, all cubically designed. The sea urchins perfumed with garlic confit are perfect in their simplicity. The sea bass, incredibly juicy, rose colored, 44º C at the center and further magnified by the nitrogenized olive oil, is an ode to immaculateness and the future. And the four services of suckling lamb with blackberries is yet another demonstration of nobility, strength, genius, chromatic majesty… a definitive proposal of admirable professionalism. Laurent Petit: more solid and talented than ever.



8,5

Château Cordeillan-Bages

Thierry Marx
Thierry Marx
País: France
Localidad: 33250 Pauillac
Dirección: 3, Place Camille Hostein
mapa
(+33) 0556592424
Cierra: Sábado y martes mediodía, lunes todo el día.
Precio: 95 €
Precio menú degustación: 95 €


  • Remolacha y pequeñas alubias, King Crab snacké
  • Remolacha y pequeñas alubias, King Crab snacké
  • Suflé caliente sin cocción con ostras y champagne
  • Suflé caliente sin cocción con ostras y champagne
  • Lenguado y berros con fruta de la pasión en suspensión y crujiente de parmesano
  • Lenguado y berros con fruta de la pasión en suspensión y crujiente de parmesano
  • Pichón al té con pastas frescas ahumadas
  • Pichón al té con pastas frescas ahumadas
  • Brioche crudo y leche en fermentación
  • Brioche crudo y leche en fermentación
  • Chocopic trufado y chocolate helado
  • Chocopic trufado y chocolate helado

Conmovedor Thierry Marx. No hay muchos chefs en Francia más importantes que este hombre hecho a sí mismo. Que después de sufrir los horrores de la guerra en el Líbano emprendió su vida como cocinero forjándose con Alain Chapel y Joël Robuchon, entre otros. Mamó de tan históricos maestros una aptitud obsesiva. Sus construcciones llaman la atención por una identidad diferenciada; muchas resultan harto personales. En su caso por el arte culinario de vanguardia. Cada una de sus propuestas rompe moldes: busca denodadamente sorprender, impactar, epatar... Imaginativa y estéticamente el chef merece el sobresaliente; sobresaliente que se hace extensible al improbó trabajo que encierran una tras otra todas las construcciones. Sofisticadas, rebuscadas, recargadas...hasta la desnaturalización. Se supedita la inmaculabilidad, la pureza, el gusto a la espectacularidad artística. Se imponen las impresiones intelectuales sobre las carnales. En consecuencia, una gastronomía dirigida a gourmets iconoclastas que vayan de cómplices ansiando nuevas perspectivas. Indudablemente Thierry las ofrece, ha logrado dictar un mensaje propio, diferenciado, distinto y distante...un estilo ampuloso con formas futuristas.
Thierry, una persona humilde, bondadosa, potenciadora, ha sabido dar a su entusiasta servicio un protagonismo diferenciado en sala. El logro radica en cómo sirven la nata y la mantequilla, en cómo presentan y cortan los panes – excepcionales –, en cómo perfuman con diferentes artilugios los platos en sala, en cómo presentan con atractiva solemnidad el sarmiento de cabernet sauvignon…
Hay genialidades. La más deslumbrantes, el revolucionario risotto de soja germinada sin rabos con crema líquida de mascarpone enriquecida con ostras y trufas. El tomate mi-cuit, con caviar y ostras y crema gelatinizada de éstas, dispuesto en hileras, por capas superpuestas en uno, dos y cuatro pisos, lo tiene todo: distinción, pureza, cromatismo y talento. Los muy arquitectónicos y placenteros espaguetis con mollejas de ternera, hongos y trufas. El filete de buey al sarmiento con patatas confitadas y jugo a la quintaesencia ratifican el doctorado de un chef admirable. Salvo estos cuatro legendarios platos toda la carta ha cambiado. La composición de foie gras caliente salteado sobre melocotones con una reducción de oporto constituye una audaz estructuración de sabores convencionales. Maravillosa la fórmula de remolacha, gelatinizada, cruda, etc, que se mezcla con alubias y king crab. El suflé caliente sin cocción, con ostra y caviar en su seno y crujiente de agua de mar se nos antoja una fórmula increíblemente virtual. Un juego: té verde, jengibre, guisantes, huevos bajo presión...el comensal pierde todas las referencias y debe dejarse seducir. Fortísima contraposición: lenguado con berros y fruta de la pasión, en diferentes hechuras, más un crujiente de parmesano. Otra arquitectura: rodaballo relleno de algas a baja temperatura con un milhojas de legumbres a la pimienta y mantequilla de algas. Y colosal el pichón al té con pastas (espaguetis y raviolis) ahumadas e hinojo.
Portentosos los postres; rebosan fantasía y atesoran virtuosidad. Mágico el exquisito y etéreo brioche crudo con leche en fermentación. Alucinante la remolacha confitada con frambuesas y crema de pimienta. Y suculento y en verdad crocante el choco pics con chocolate helado.



8,5

Château Cordeillan-Bages

Thierry Marx
País: France
Localidad: 33250 Pauillac
Dirección: 3, Place Camille Hostein
(+33) 0556592424
Cierra: Saturday and Tuesday lunchtime, and Monday all day.
Precio: 95 €
Precio menú degustación: 95 €


  • Beet and small beans with King Crab snacké
  • Beet and small beans with King Crab snacké
  • Sole with watercress and suspended passion fruit with crispy parmesan.
  • Sole with watercress and suspended passion fruit with crispy parmesan.
  • Raw brioche with fermented milk
  • Raw brioche with fermented milk
  • Raw brioche with fermented milk
  • Raw brioche with fermented milk

Thierry Marx is remarkable. There are few chefs in France who are more important than this autodidactic man. After suffering the horrors of the war in Lebanon he began his career training with Alain Chapel and Joël Robuchon, among others. From such historic teachers he has garnished an obsessive aptitude for his work. His constructions immediately call to your attention the different identity, many of which are truly personal creations. He makes a strong case for avant-garde culinary art.



7

Porto de Santa María

Porto de Santa María
Porto de Santa María
País: Portugal
Localidad: 2750-642 Cascais
Dirección: Estrada do Guincho
mapa
(+351) 214870240
Cierra: Nunca
Precio: 60/90 € €
Precio menú degustación: - €


  • Mariscada
  • Mariscada
  • Zarzuela de mariscos
  • Zarzuela de mariscos
  • Langosta a thermidor
  • Langosta a thermidor
  • Dorada a la sal
  • Dorada a la sal

Siempre abarrotado, y eso que es grande, de adinerados portugueses que van a comer mariscos y pescados apenas cocinados. Ahí radica su éxito, en la naturalidad, la sencillez, el producto sin ninguna complicación conceptual, técnica...de ningún tipo. En definitiva, una gastronomía elemental sustentada en la calidad de los géneros oceánicos que se tratan a tenor de criterios tradicionales ofreciendo siempre referencias convencionales. Nada tiene especial relevancia si bien cuanto se come resulta más que digno y en algunos casos hasta se distingue por su nobleza. La satisfacción prevalece con creces sobre los valores culinarios.
Mariscos y pescados se exponen exuberantemente en la sala e, incluso, los camareros pasan por las mesas con unos cestos mostrándolos a los comensales, que pican dada la bondad que aprecian. Montañas de cigalas, gambas, camarones, carabineros, langostas, bogavantes, langostinos, centollos, bueyes de mar, ostras, almejas, mejillones, etc, que reciben tratamientos simples: cocidos, plancha, al vapor y en algunos casos guisados en recetas populares. Es conveniente inclinarse por los frutos de mar que mejor pinta tengan y a ser posibles pescados en aguas próximas; igual procede con la retahíla de peces: lubina, salmonete, sargo, cherne, lenguado...que se hacen al horno, a la parrilla, a la sal, fritos en otros casos, siempre con maneras y puntos costumbristas. Por lo que es menester solicitar al camarero, e insistir en la petición, que gusta el pescado jugoso, bastante menos hecho de lo que se consume habitualmente en la zona, será la única manera de salir exitoso del empeño. Si se logra, la lubina y el sargo son extraordinarios, basta con que no se pasen. También merece especial atención el bacalao asado a la brasa, un lomo grande, que queda dorado y con una especie de costra muy sabrosa por el exterior, consecuencia de un fuego vivísimo, al que se realza con un refrito de ajo y se acompaña con unas manjarosas patatas asadas a la sal, además de huevo duro y aceitunas. Las gambas blancas denotan calidad y pasan por la plancha certeramente. Las cigalas son por volumen, frescor y cocción un verdadero primor. En fin, que si el comensal anda avispado puede comerse alguna que otra excelsitud marina en un punto aceptable.
Por lo demás, maravillosas vistas sobre el Atlántico, incluida terraza, ya que está situado sobre la playa de Guincho.



9

Ilario Vinciguerra

Ilario Vinciguerra
Ilario Vinciguerra
País: Italia
Localidad: 21013 Gallarate-Varese (Malpensa)
Dirección: Via Roma, 1
mapa
(+39) 0331791597
Cierra: Domingo noche y lunes.
Precio: 50/100 €
Precio menú degustación: 35 / 80 / 90 €


  • Tortello Rellenos de Crema de Queso de Cabra con Caviar y Jugo de Zanahorias Asadas
  • Ostra con Granizado de Pepino, Crema Agria y Jamón Crujiente de Lombardia
  • "Isla Que No Lo Es"
  • Espaguetis con Gambas Rojas, Frutas y Verduras
  • Raviolis Rellenos de Cerdo
  • Caprese 2012
  • Expresión de la Minestrone
  • Arroz, ajo, perejil y guindilla
  • Arroz, Ajo, Perejil y Guindilla
  • Bacalao con Aceite, Albahaca y Verduras Agridulces
  • Oro de Nápoles

  Ilario Vinciguerra, ganador del V Premio Internacional de Recetas con Aceite de Oliva Virgen Extra “Jaén, paraíso interior”, es un cocinero con vocación y dones. Aunque ejerce en el norte, esta casado con una piamontesa, Marika, con la que trabaja codo con codo, expresa con vehemencia el sentimiento de la cocina del sur de Italia, es oriundo de Nápoles, ciudad a la que ama pasionalmente. Ilario logra en sus construcciones, siempre talentosas y reflexivas, aunar temperamento con refinamiento. Sabores intensos con pureza sápida. Maravilla comprobar ese difícil equilibrio que plasma una y otra vez con independencia de los muchos o pocos ingredientes con los que juegue en el plato. Suculencia y copiosidad, siempre, siempre distinguidas, y veneración por la memoria histórica, en especial por un ingrediente, el tomate, omnipresente, que trabaja como nadie en el mundo. Pasional, intuitivo…ese es el Vinciguerra que a nosotros nos gusta, más que cuando diseña composiciones trufadas por delirios intelectuales y artísticos, que son muy buenos, que tienen su mérito, pero que no reflejan el ser del chef, su talento natural.
2011, con la nueva ubicación del restaurante, representó un salto cualitativo increíble en la carrera de Ilario, tanto por el marco, palaciego, un verdadero palacio, como por los conceptos, con una madurez intelectual asombrosa, que se manifiesta tanto en la manera de concebir y articular los platos como en los sabores, siempre elegantes y armónicos. Estamos ante una cocina aterciopelada con mucho diseño, tanto que salvo los postres, todas son nuevas propuestas. Que quede claro, Vinciguerra se ha convertido ya en uno de los mejorcitos cocineros de Italia, por eso merece el sobresaliente.
Primer fogonazo: cerezas rellenas de foie gras con pinceladas de su jugo. Para que el ánimo no decaiga una vieira apenas tocada, semicruda, inmaculada, con pocos y sencillos atrezzos, en forma de verduras, que ponían lencería traslucida y colorista a las seductoras carnes del marisco. ¡Qué delicadeza! ¡Qué ternura! ¡Qué autenticidad! La ostra con granizado de pepino, crema acida y crujiente de jamón de Lombardia es un doble salto mortal con el frescor marino y hortícolas como estrella. Una travesura de niño vehemente al más puro estilo Adrià: “La Isla Que No Lo Es”. Un juego con forma de algodón comestible de feria, que nos recuerda por tonalidades y algunos sabores, a una pizza, muy fantástica, eso sí, ya que engalanan el algodón: aceite, tomate, hierbas, cacahuetes, vinagre, etc. A su vez gloriosos los espaguetis artesanales con un toque de colatura de anchoas y escarola ligeramente ahumada, que salen al dente, puros, sabiendo a pasta, a exquisita pasta, impregnados, eso sí, de carácter, deparando, como es norma, enorme satisfacción. Hay que repetirlo hasta la saciedad: la pasta alcanza en esta casa momentos cumbres; es el caso los gulescos raviolis de cerdo. Fascinantes, sublimes, inexcusables los tortello cobijando en su seno una crema de leche de cabra y coronados con caviar sobre un jugo de zanahoria asada. Espectacular la versión de la Caprese: tomates rehidratados con espuma de mozzarella y ensalada de yerbas.

Genial por cocción del arroz, contrapuntos sápidos y técnicas de sazonamiento el risotto con espuma de ajo, aceite de perejil y polvo de guindilla; no se puede llamar más la atención reinventando sabores ancestrales. Ilario domina el bacalao, quizás por sus frecuentes viajes a España. Selecciona el producto y lo trata con sutilidad, potenciando los tonos tornasolados, con lo que e conllevan, en gusto y textura. En esta ocasión sale perfumado en aceite a la albahaca y con un jardín moderno, en el que todas las verduras lucen sus bondades y con sabores agridulces. La duda en las carnes puede plantearse entre solicitar la carrillera de ternera con berenjena y chocolate fundente o el cochinillo, crocante y mantequilloso, con escalope de hígado de oca y limón. No hay duda que en esta casa se sacia a un glotón. E inexcusable el Oro de Nápoles: una especie de yema áurea con sabor a delicada y etérea pastiera napolitana; como también merece el sobresaliente el baba, esponjosísimo.

 



7,5

Le Fantin Latour

Stéphane Froidevaux
Stéphane Froidevaux
País: Francia
Localidad: 38000 Grenoble
Dirección: 1, rue du Général de Beylié
mapa
(+33) 0476010097
Cierra: vacaciones variables. Abre de martes a viernes sólo por la noche, sábado todo el día. Cierra domingo y lunes
Precio: 60 / 90 €
Precio menú degustación: 59 / 74 / 95 €


  • Tostaditas de foie gras, tirabeques con albahaca y albaricoque
  • Tostaditas de foie gras, tirabeques con albahaca y albaricoque
  • Milhojas de fresitas del bosque con cardamomo
  • Milhojas de fresitas del bosque con cardamomo

Después de trabajar durante nueve años como segundo de Marc Veyrat, en 2005 Stéphane Froidevaux abrió su primer restaurante, el minúsculo L’Antidote en Monêtier-les-Bains, donde cosechó un éxito inmediato tanto de crítica como de público. En julio de 2007, con 34 años, por fin se instaló en un local a la altura de sus capacidades. El Fantin Latour, una finca señorial en pleno centro de Grenoble, es un restaurante elegante y espacioso desde el que Stéphane prosigue con la trayectoria que iniciara en su primer local.

Ojo al dato: al mediodía, el restaurante funciona como brasserie (con el nombre de 18.36) en la que se proponen varias fórmulas de menú para lunch que oscilan entre los 16 y los 20 euros. En cambio, por la noche Froidevaux propone su cocina estéticamente impactante donde la tradicional vajilla de platos blancos y redondos ha sido sustituida por platos de pizarra rectangulares que se adornan con maderas, flores, hojas y musgo. Froidevaux es capaz de pasar de los maridajes más suaves y delicados a los contrastes más fuertes sin renunciar al equilibrio armónico y creando menús que no dejan indiferente a nadie. Las líneas del “estilo Froidevaux” ya están trazadas, y ganarán en definición si Stéphane sabe jugar bien sus bazas.

Optamos por el menú Ascensions des cimes, de diez platos.
Tras el aperitivo, que nos sirven en el amplio jardín, pasamos a la mesa, donde empezamos con unas tostadas de foie gras de pato mi-cuit bajo una chiffonade de tirabeques con albahaca rematada por una rodaja de albaricoque en almíbar. El plato, servido sobre una losa de pizarra (como el resto del menú) y decorado con flores de montaña, evoca a la vista una pradera florida y está muy equilibrado. En el siguiente plato Froidevaux añade contrastes de temperatura y de textura al juego dulce-salado de la elaboración anterior en un coulis de pera con verduras crujientes y mousse de té verde que se presenta en dos versiones: dentro de un vaso a temperatura ambiente y como helado para comer con cuchara. Excelente. Proseguimos con un lomo de rape “vertical”, es decir, ensartado en un pincho, de hechura perfecta, recubierto con piel de limón cumbawa y granillo de almendras y acompañado de una crema de limón ahumada al enebro. Se trata de una receta muy lograda y original con unos sabores casi violentos que preparan perfectamente el paladar para el plato siguiente: un pez espada de inspiración provenzal servido encima de una piedra ardiente con aceitunas verdes y negras, alcaparras, caviar de berenjena, tomillo, salvia y romero acompañado por un helado y un zumo de ajenjo. Toda una explosión de sabores mediterráneos. Seguidamente pasamos a un soberbio bogavante a la plancha con salsa de naranja y artemisia tras el cual nos sirven un refrescante chupito de zumo de pimiento, melocotón y menta. El plato siguiente es una acertada y original interpretación del solomillo de ternera, que se presenta aromatizado con hierbas y granos de sésamo y empapado con una espuma de leche perfumada con reina de los prados –una flor de montaña de intensísimo olor– apoyado sobre una compota de grosella espinosa y una superposición de espinacas silvestres, amaranto y germinados. Terminamos con un must de la casa: el olorosísimo cordero de Sisteron servido en un envase con piñas, hierbas y piel de melón. Indispensable. Tras un surtido de quesos cuidadosamente seleccionados y servidos junto con un helado de flores nepeta y una mousse de higos y limón, degustamos como postre un milhojas de fresitas del bosque ligeramente perfumadas con cardamomo y una extraordinaria macedonia de frutas y hortalizas de temporada en infusión de hidromiel con diente de león y jazmín acompañada de un sorbete de frambuesa y una teja gigante.

He aquí, pues, el mejor restaurante de Grenoble, uno de los más interesantes de la región y uno de los más prometedores de Francia.



8,5

L'Arnsbourg

Jean-Georges Klein
Jean-Georges Klein
País: Francia
Localidad: 57230 Baerenthal
Dirección: 18 rue Untermuhlthal
mapa
(+33) 0387065085
Cierra: Martes, miércoles, dos semanas en setiembre y enero
Precio: 150/250 €
Precio menú degustación: 135 €


  • Carpaccio de atún
  • Carpaccio de atún
  • Esferas de aceitunas con clorofila de algas
  • Esferas de aceitunas con clorofila de algas
  • Lubina
  • Lubina
  • Pichón
  • Pichón

Sin lugar a dudas, tanto el restaurante como el hotel tienen el empaque de un tres
estrellas Michelín. La Familia Klein, con Jean-Georges a la cabeza, hace un esfuerzo improbó, sobrehumano, tanto en la escenificación como para que todo funcione al máximo nivel. Su querer hacer, su voluntad de ser, llegan al extremo de practicar una de las culinarias conceptual y técnicamente más evolucionadas de Francia. Cualquier técnica en candelero, esferificaciones, gelatinas, aires...la última máquina en el mercado, ahí están presentes condicionando las fórmulas que integran el “Menú Descubrimiento”, que a su vez brinda combinaciones sápidas novedosas, con contrastes muy interesantes. Siendo los propósitos sobresalientes, las resoluciones, siempre metódicas, siempre precisas, sin embargo, pese al mucho mérito que tienen, y claro que lo tienen, no conllevan la magia que exige esa calificación. Se quedan ahí, en la frontera, a un paso, un paso que está por dar.
El carpaccio de atún rojo marinado con almendras frescas, dados de gelatina de curry verde, helado de albaricoque, crujiente...es un plato natural, fresco, liviano, con matices, cromático... que testifica la intención que pone el chef en cada propuesta y el trabajo denodado que exige. Los noquis suflé de aceite de oliva y tinta de chipirón con clorofila de algas atesoran un dominio de las esferas asombroso y un compromiso con la originalidad sápida encomiabilísimo. Y para más, de una belleza galáctica. El lomo de lubina, jugosísimo, ahora bien, sin piel , lo que le resta sabrosura y diversidad táctil, se aromatiza con un aceite de menta y se le pone el contrapunto cremoso de un puré de haba tonka. El bogavante, apenas hecho, en su punto, inmaculado y terso, aparece dispuesto junto a un fondo de perlas de cebada, inspirado en un risotto y con un realce espumoso, aéreo, de kéfir. Antológico por calidad del producto y certera ejecución a la parrilla, además de por clarividencia en la esencialidad, el medallón de foie gras de pato adornado con gelatina de Amaretto, biscuit de café y mousse de huesos de ciruelas pasas. La pechuga de pichón brilla por su suculencia, ternura, jugos...verdaderamente manjarosa, estimulando y resultando efectivos los complementos: un jugo reducido de la ave, un puré de maíz y un pastel de remolacha. Y el capuchino de zanahoria y cardamomo, así como otros postres, llaman a sorprender al comensal, estando muy en consonancia con la filosofía de Jean-Georges Klein.
Por tanto, una culinaria de gran empaque, extraordinariamente laboriosa, evidentemente profesional, que mira al futuro y que pretende en todo momento marcar la diferencia. No cabe sino descubrirse ante la idealidad y el esfuerzo de un chef de talla universal.



9,5

Vendôme

Joachim Wissler
Joachim Wissler
País: Alemania
Localidad: 51429 Bergisch Gladbach-Bensberg
Dirección: Kadettenstrabe
mapa
(+49) 02204421941
Cierra: Lunes y martes
Precio: 220/400 €
Precio menú degustación: 150 / 190 / 245 €


  • Hojas crocantes de verduras
  • Hojas crocantes de verduras
  • Foie gras de oca
  • Foie gras de oca
  • Royal de buey de mar con crocante de foie gras y menta
  • Royal de buey de mar con crocante de foie gras y menta
  • Crema de pipas con caviar y remolacha
  • Crema de pipas con caviar y remolacha
  • Ostras con tuétano al pistacho y puré de cilantro
  • Ostras con tuétano al pistacho y puré de cilantro
  • Caballa con pistacho y pera
  • Caballa con pistacho y pera
  • Sesos de cordero con jugo de tomate y alcaparra
  • Sesos de cordero con jugo de tomate y alcaparra
  • Ciervo, pasas con cerezas ácidas y crema de nueces
  • Ciervo, pasas con cerezas ácidas y crema de nueces

Joachim Wissler es un cocinero que conmueve. Un seductor de paladares. Por bellos que sean sus platos, por bien construidos intelectualmente que se aprecien... hasta que no se prueban no se sabe qué hay detrás de ellos. Esconden caricias excitantes que sacian de placer. El comensal es conquistado por la primera verdad de la gastronomía. En Vendôme se siente el buen gusto, un gusto exquisito. Hasta tal punto que podemos y hasta debemos aseverar que muy pocos, mejor, poquísimos cocineros en este mundo nos han impresionado tanto como éste por poseer un don natural tan desarrollado. Estamos ante un GENIO DEL SABOR. Ante un genio del sabor y ante un sabio, un sabio que, a base de pensar y pensar y de imaginar e imaginar, eso sí sosegadamente, logra articular y consumar de manera perfecta. Un genio del sabor y un PERFECCIONISTA que consigue resultados magnánimos supeditando los efectos especiales a los resultados, a la excelencia.
Jürgen Dollase, el primer crítico de Alemania, nos lo dijo bien claro: “Es el mejor cocinero de mí país y el que tiene las ideas más avanzadas”. Fue en verdad preciso y hasta comedido: Wissler es un chef de talla universal, un fuera de serie. Un acrisolador del gusto. Un mago que, sin trucos, consigue siempre, absolutamente siempre, equilibrar los sabores. Hasta mezclas difíciles, que parecen imposibles, se muestran compensadas, compensadísimas. Y no es que busque asombrar jugando a rarezas; muy al contrario, es frío, cerebral, estudioso, técnico, trabajador, meticuloso, infalible... un virtuoso que proyecta sabores inmaculados y a la vez excitantes. Los matices, que están una y otra vez presentes, siempre se insinúan. Son toques en un conjunto sublime, sedoso. Y es que Joachim tiene el poder de dulcificar la acidez, de acidular la dulzura. Logra lo imposible: convertir el gusto en una matemática exacta.
Lar carta ofrece varios menús degustación que cambian en su totalidad cada año y algunos platos de cada uno de ellos en función de la estacionalidad. El aperitivo es un juego que exige de la complicidad. Bellísimas y fragilísimas hojas crocantes de verduras, inmaculadamente plasmadas, cuyos nombres debe acertar el comensal, no sin cierta dificultad por la deshidratación: zanahoria, coliflor, alga kombu, apio, remolacha y puerros, a cada una de las cuales acompaña un yogur distinto, por ejemplo, de queso. Delicadeza y precisión 10. Técnica Mercedes Benz en la royal; hebras de buey de mar y royal fría de sus hígados sobre ellas, crema de menta y guisantes y crujiente escultural de pan. No puede estar mejor y mejor acabado. El más sutil de los refinamientos corre cremosamente por la boca, con sabor a pipas, que contrasta táctil y gustativamente con un explosivo y marino caviar, interviniendo a su vez un adorno de remolacha y una tecnocrática cereza, en realidad una gelatina de remolacha rellena de ensaladilla, cuyo rabo es una acedera china. La estética y el lujo, cromatismo suntuosísimo, esa es la apariencia y el gusto que proporciona la yema de huevo líquida ilustrada con brunoise de jamón ibérico y tapioca, coronada por una fina gelée de trufa negra con juliana de ésta incrustada. Contrastes fuertes, geniales, aterciopelados inverosímilmente: ostra con tuétano, pistachos, ajo negro y puré de cilantro. El clasicismo palaciego rejuvenecido se da cita en el hueso de tuétano con gelatina de rabo, crema de morillas, espolvoreada microscópicamente con cebollino, morillas encima y flores, todo sobre una base de musgo. Memoria histórica trazada magistralmente, deparando infinito placer. Esencial y muy pura la caballa con crema y jugo de pistachos y dados de pera. Ni que decir tiene que las materias primas son siempre insuperables y los puntos de hechura igualmente insuperables: lomo de lenguado con su piel, terso y sabroso, con quisquillas, apenas calientes, láminas de espárrago y zanahoria y excitante realce de curry verde, realmente aromático, además de verduras. En similar grado de nobleza y precisión, aunque sin el toque exótico, sustituido en este caso por la profundidad sápida, se encuentra el salmonete, mariscoso y jugosísimo, con sus escamas crocantes en sopa de garbanzos, con su hígado, apio de monte y habas. Los sesos de cordero sobre un lecho de espinacas y alcaparras con jugo de tomate alardean de minimalismo y ejecución, mostrando un exquisito y armónico maridaje. Magnánima la paloma con jugo de trufa, crema de sésamo, excepcional canapé de sus interiores y ensalada.
Uno de los 10 mejores restaurantes del mundo, a lo que también contribuye la sala, dirigida por Miguel Calero y una de las 10 mejores cocinas que actualmente se puedan comer con la boca y el cerebro.



7,5

In de Wulf

Kobe Desramaults
Kobe Desramaults
País: Bélgica
Localidad: B-8951 Dranouter-Heuvelland
Dirección: Wulvestraat, 1
mapa
(+32) 057445567
Cierra: Lunes y martes
Precio: 80/140 €
Precio menú degustación: 65,75, 85, 95 €


  • Mejillones con algas, levístico y flores
  • Mejillones con algas, levístico y flores
  • Esferas de alubia de coco con jamon ibérico
  • Esferas de alubia de coco con jamon ibérico

Kobe Desramaults es el mayor valor emergente de la cocina belga. Tras su formación con el grandísimo cocinero holandes Sergio Herman volvió a los 23 años a la braseria materna, que era poco más que una casa de comidas, ubicada en plena campiña, alejada del mundanal ruido, a 40 kilómetros de Lille, la cual empezó a trasformar paulatinamente hasta haberla convertido en un entrañable restaurante rústico con indudable y creciente empaque. Creyendo en sí mismo, demostrando capacidad de aguante, perfilando una estrategia inteligente y haciendo gala de un rigor fuera de lo común, ha logrado en tres años un importante éxito de público y el reconocimiento de la prensa del Benelux, que ve en él un futuro número uno. Y todo hace pensar que así será, pues no se puede haber llegado tan alto en tan poco tiempo y a los 26 años.
Kobe tiene las ideas claras, está convencido de lo que quiere ser, se fija en los cocineros más interesantes, estudia las últimas técnicas, utiliza técnologia punta y, los que es vital, tiene capacidad de asimilar y mostrar un criterio propio. Está buscando un estilo, y sus platos de hecho dejan entrever un corte personal; expresan lucidez. Tanto gustativa como cromaticamente posee el don innato del buen gusto. Gusta de las complejidades sin escesivos recargamientos. Quizás pudiera y hasta debiera esencializar un poco las articulaciones; es cuestión de tiempo. La verdad es que no regatea esfuerzo ni elementos a la hora de construir sus composiciones; unas composiciones siempre imaginativas y bellas, hasta rutilantes. Curiosamente, una culinaria que mira tanto a la vanguardia, que está tan comprometida con el arte gastronómico, proyecta siempre, sin excepciones, gustos fáciles, asumibles, delicados, armonicos. No se permite contrastes excéntricos. Acorde con la sensillez y la capacidad reflexiva que caracteriza pretende convencer más que impactar.
El menú degustación es largísimo y, plato tras plato, mantiene una regularidad encomiable; lo que dice mucho del carácter y constancia del chef. Hay momentos brillantes como el foie gras de oro: una crema bañada en oro con perlas nitro de maíz. Inmaculadas y muy sureñas las anchoas marinadas en sal y semicrudas sobre una brunoise de tomate a su vez marinado con helado y arena de aceite de oliva. Los mejillones con algas, levístico, apio-nabo, manzana, flores y un caldo de profundo calado marino constituyen una exaltación de la naturaleza y la naturalidad. Antológicas las esferas cremosas de alubias de coco con jamón ibérico, caldo de cochino y ajo dorado, avellanas tiernas, quinoa crocante, arena de la legumbre... y un sinfín de matices expuestos con supina armonia. El salmonete con un risotto de cañaíllas refrenda el virtuosismo; igual que el pichón de Anjou perfectamente lacado con sirope de vinagre de cabernet sauvignon, de carnes en verdad jugosas y tiernas, que se adorna con dados de remolacha, cebollitas glaseadas y setas, entre otros detalles.
En fin, un joven con ímpetu, voluntad, ideas, clarividencia...llamado a distinguirse y distinguir a la gastronomía.



7,5

Brouwerskolkje

Moshik Roth
Moshik Roth
País: Holanda
Localidad: 2051 ED Overveen
Dirección: Brouwerskolkweg, 5
mapa
(+31) 0235240861
Cierra: Domingos y lunes
Precio: 85/135 €
Precio menú degustación: 65, 75, 85, 110 €


  • Foie gras con wakame y pomelo
  • Foie gras con wakame y pomelo
  • Pichon con pure de maiz, remolacha y quinoa
  • Pichon con pure de maiz, remolacha y quinoa

Roth Moshik es un niño grande que se encuentra feliz jugando con la tecnología culinaria. Máquinas y técnicas, las últimas, las más sofisticadas, llenan su vida. Las maneja como un monstruito la alquimia. Siempre investigando, siempre dándole vueltas a los inventos tecnológicos y de otros cocineros. Devora experimentos. En consecuencia, estamos ante una culinaria de laboratorio impregnada de un espíritu juguetón y un tanto revoltoso. Nada, absolutamente nada de lo que le sea servido es a priori previsible.
Moshik se muestra tan convencido y tan coherente que en la práctica sólo funciona con los menús degustación. Existe una pequeña carta de 10 platos para dar opciones, aunque a lo que incita la casa es a demandar el menú degustación, que se ofrece en cuatro, cinco y seis platos y, sobre todo, el menú innovativo, que comprende unas veinte degustaciones, al más puro estilo Adrià. Claro que Roth tiene su personalidad: está bien informado de por dónde van Ferran, Dacosta, Roca, Klein, Blumenthal, Achatz...todo ello lo estudia, lo selecciona, lo desarrolla, lo mezcla y desmezcla y termina por darle un aire particular.
Con solo probar el “Cryo” de huevos de caserío con toffee salino liofilizado, costrones y cebollino intuye lo que le espera. La excepcional cristalina de remolacha, casi inconsistente, apenas dulce, con crema de raifort reafirma la tendencia: sorprender. Emoción que se repite con los mini bocaditos de foie gras de oca con chartreuse emparedados con coco. La colección de macarrones salados virtual es una idea genial que puede superarse en la consecución de las texturas: saben a anguila ahumada con hierbas, vadovan con crema de queso y a tinta de chipirón con crema de champiñón. La pizza es un pequeño hojaldre con todos los elementos típicos de tan popular condumio coronados con una esfera gelificada de mozzarella. Maridajes insólitos como el buey de mar con arroz negro, limón verde, kéfir y manzana Granny Smith, que inciden en los contrastes y el frescor. El bogavante azul, crudo y caliente, con dominó de zanahoria espolvoreado con verbena y salsa espumosa de curry Colombo expresa la contundencia de la naturaleza: de el mar, las hierbas y las especias con extraordinario refinamiento. Memorable por manjarosidad intrínseca, desarrollo técnico y disposición de complementos el foie gras de oca con wakame, espuma de wakame, infusión de wakame, pomelo, gel de pomelo y pan rallado tostado. Y el pichón de Anjou a baja temperatura con su jugo natural, puré de maíz, remolacha, olivas con cerezas y quinoa cocida en un caldo concentrado de ave congrega exuberancia de sensaciones y modernidad a partir de una estructura clásica; colosal. En fin, para que seguir, estamos ante una culinaria experimental que hay que experimentar.