En extremo aromático y a la vez de una extraordinaria delicadeza, como es característico en los aceites sicilianos, con recuerdos nítidos herbáceos y de hojas de tomate, que reproducen sensaciones vegetales muy frescas y seductoras. En boca se explaya, y de qué manera, la fruta, con tonos ácidos y, sobre todos, amargos, expresados con mucha sutileza. Le distinguen la elegancia, el equilibrio y la redondez, si bien se atisba el picante. El retrogusto reproduce la aceituna, la alcachofa y el tomate, mostrando viveza y complejidad.

15.000 botellas
 

Presenta forma de media esfera recubierta de ceniza que esconde una pasta blanca radiante. Posee aromas netos a leche de cabra, así como a avellana y madera. Ofrece un sabor caprino puro, inmaculado, de enorme concentración, así como una extraordinaria densidad gustativa y táctil, también untuosidad. Se paladea y funde la nobleza con suma exquisitez. Tiene una curación en bodega de mes y medio.

Cibèle es una sociedad de 25 agricultores que cultivan 390 ha. de lentejas verdes de Berry, protegidas por el Label Rouge.

Fuera de serie en su genero. Tras la cocción, que a fuego medio-alto siempre resulta homogénea, mantienen plenamente su identidad sápida y táctil, como si fuese un arroz cocido al dente sin impregnación del caldo en que ha hervido. Textura tersa, consistente, muy igual; conservándose enteras, sin romperse. No se aprecia el hollejo ni ninguna harinosidad. Sabor exquisito, suculento dentro de la idiosincrasia de una legumbre, con neto cariz mineral y una mínima astringencia.

Esta famosa empresa dedicada al foie gras y demás productos del pato y la oca ofrece esta legendaria receta regional como plato preparado, que a tenor de los conceptos tradicionales, y si exceptuamos las limitaciones que conlleva hacer un pescado en conserva, merecería el sobresaliente.

Nos encontramos ante un guiso noble actualizado. La lamprea mantiene plenamente su grasa, su gelatinosidad y hasta su jugosidad, con un sabor pleno y auténtico, en suma, salvaje. La salsa delata técnica y refinamiento. Densa y estirada a la vez, con un cuerpo homogéneo, propia de un estofado; se aprecian en el paladar el vino y las verduras, con un perfecto equilibrio sápido, que se entremezcla con el pescado; refinada en su clasicismo. Y presenta un tercer aliciente: una impecable guarnición de puerros, melosos, que se funden como mantequilla en boca.