Es el vinagre elegido por la mejor tienda gastronómica de Italia para comercializarlo con su nombre: Peck. Es también el gentil regalo que ocasionalmente hace la empresa de equipamientos de cocinas Angelo Po. Es tantas cosas.
Es el más excelso y el más digestivo de los caramelos. Su grandeza está en el equilibrio entre el dulzor, primera sensación que se aprecia, muy matizado, y la acidez, que aparece después, a su vez muy tenue. La integración de ambos gustos, que se configuran en un todo, expresándose en tiempos sucesivos, es otra de sus grandísimas virtudes. No se produce la discrepancia, la distancia entre la melosidad y lo agrio. En el paladar se aprecia gran densidad, enorme concentración, con recuerdos a pasa, cacao, café, tostados…de excepcional complejidad. La misma que atesora en nariz, profundo y persistente.
Se comercializa en otros dos envejecimientos de 12 y 50 años.