El Piamonte tiene una aportación mundial a la dulcería del chocolate, su maridaje con la avellana. La gianduia ha conquistado el universo gastronómico. De cuanto se ha elaborado con esta conjunción, he aquí la golosina más conseguida. Logradísima...
Cuatro características marcan la diferencia en los chocolates de Pierre Hermé, un profesional fuera de serie. En primer lugar la nobleza de las materias primas que trabaja. En segundo término, las técnicas que emplea para sacar el mayor partido posible al cacao. Un tercer mérito radica en el refinamiento gustativo que proyecta. Y un último elemento a destacar es su capacidad creativa, que le permite proyectar sabores novedosos, exóticos, siempre exquisitos.
Lo mejor es decantarse por el surtido, que se comercializa en diferentes tamaños, y así poder elegir posteriormente en consonancia con los gustos personales. Independientemente de estos, incluso de mayores o menores logros, siempre queda patente el talento y el virtuosismo de este artista de la pastelería. Ahí están Mogador con el frescor de la fruta de la pasión, Balthasar con el perfume de la canela, Lou con el carácter del jengibre, Ispahán con las fragancias de las rosas y lichis e Intense con la pureza del chocolate... gollerías sin parangón en el mundo del bombón.