Bertoni, S.R.L.
Ya se sabe que el parmesano es uno de los mejorcitos quesos del mundo, honor al que tan sólo pueden acceder algún que otro gorgonzola, vacherin Mont d’Or suizo y gruyère.
Éste es una medalla de oro dentro de los Parmigiano-Reggiano. Podrá gustar más otro de mayor o menor edad, no lo discutimos, argumentos hay a favor y en contra de los distintos periodos de curación, pero éste de 36 meses se encuentra en su plenitud, alcanza el cenit. Resulta a la vez cremoso y cristalino, ofrece una simbiosis perfecta que se hace extensible al paladar, donde muestra vitalidad y poso. Sabor vivo, maduro, que denota una nobilísima materia prima, a leche de vacas que han rumiado frondosos prados, sustanciosa, muy concentrada, a la que se ha sabido sacar toda su esencia.
Esta misma empresa comercializa otras curaciones, 18 y 24 meses, que merecen a su vez el sobresaliente. Llegan en cuñas al vacío de diferentes pesos, según el importador: 200 g, 300 g, 500 g, 1.000 g, 4,5 kg (1/8 de pieza), 9 kg (1/4 de pieza) y 36 kg (pieza entera). El precio fluctúa de unos países a otros.