El Piamonte tiene una aportación mundial a la dulcería del chocolate, su maridaje con la avellana. La gianduia ha conquistado el universo gastronómico. De cuanto se ha elaborado con esta conjunción, he aquí la golosina más conseguida. Logradísima...
Un producto ciertamente novedoso y perfecto fruto de una idea clarividente magistralmente plasmada. Se trata de una pieza entera de presa de cerdo ibérico adobada con pimentón, ajo y orégano, además de salada, que se ofrece con una curación de un mes, lo que facilita una textura tierna y un sabor más fresco y natural, dado el escaso secado y suave aderezo. Por tanto, bastante jugosa y tierna. Aparece muy veteada de grasa. Ha de cortarse en trasversal en láminas finas y servirse a temperatura ambiente. Se comercializa al vacío en piezas de entre 350 y 500 gramos con una caducidad de seis meses.