El Piamonte tiene una aportación mundial a la dulcería del chocolate, su maridaje con la avellana. La gianduia ha conquistado el universo gastronómico. De cuanto se ha elaborado con esta conjunción, he aquí la golosina más conseguida. Logradísima...
Francesc Collell es un visionario al que su idealismo ha llevado a recorrer el mundo en busca de encontrar en sus orígenes las mejores especias y facilitárselas a los cocineros y gourmets en exultante naturalidad. Vainilla de Taha´s, canela de Sri Lanka, nuez moscada de Maluku, azafrán de Kashmir, pimientas de la India y páprika de Hungría.
Esta última es un pimentón diferente del que se ofrece en España. Tiene dos versiones: sin ahumar y ahumado. En este caso es un tanto más suave que el la Vera, con evidente presencia del roble galés, que le aporta un carácter atemperado. Ahumado leve que se manifiesta algo más en el olfato que en el paladar. En este prevalece el sabor a pimiento, exclusivamente a carne de pimiento dulce, repetimos, a carne de pimiento dulce, sin apenas acidez, sin astringencia. Su delicadeza es tal que ni pica y apenas llega a insinuar que caliente la boca. Las palabras que identifican a este condimento, por lo general rústico, son refinado y redondo.
Se ofrece también sin ahumar, costando algo más barato.