El Piamonte tiene una aportación mundial a la dulcería del chocolate, su maridaje con la avellana. La gianduia ha conquistado el universo gastronómico. De cuanto se ha elaborado con esta conjunción, he aquí la golosina más conseguida. Logradísima...
Esta mostaza es un regaló de Jacques Decoret, como si nos dijera: “es mi preferida”. Con esta tarjeta de presentación, le prestamos toda la atención debida. No en vano es la más famosa de Francia, si de artesanía gastronómica hablamos. Fue creada en 1989 por Claude Maenner inspirándose en antigua documentación de la región sobre el producto en cuestión. Emplea las variedades brassica nigra y brassica juncea, procedentes de Canadá, que mezcla con vinagre, vino de St. Pourçain, agua y sal.
Los granos explotan en boca, como huevas de caviar, llenándola de aroma a mostaza. Resulta ardiente, propagándose en boca como un fuego gustativo, que se propaga a la nariz, en la que se instala, saturándola de las fragancias características. Un manjar en sí mismo, que no necesita de justificantes para disfrutar de ella.