El Piamonte tiene una aportación mundial a la dulcería del chocolate, su maridaje con la avellana. La gianduia ha conquistado el universo gastronómico. De cuanto se ha elaborado con esta conjunción, he aquí la golosina más conseguida. Logradísima...
Un producto sibarítico y con mucha enjundia, dirigido a un público muy especial, que busque sabores diferentes. Encontrará fruta, mucha fruta, que prevalece sobre el azúcar, el justo, muy matizado. Sobresale, como debe ser, con nitidez la bergamota, que proyecta acidez y amargor, sensaciones harto refrescantes que aparecen en perfecto equilibrio con la dulzura, contrapuntos que brindan una exquisita complejidad. La fruta está presente en trozos hermosos que permiten que la lengua la palpe y valore.
Lo mismo puede utilizarse en el desayuno que para dar un toque sofisticado a un plato.