El Piamonte tiene una aportación mundial a la dulcería del chocolate, su maridaje con la avellana. La gianduia ha conquistado el universo gastronómico. De cuanto se ha elaborado con esta conjunción, he aquí la golosina más conseguida. Logradísima...
Pequeñas cebolletas de la variedad borettane que preservan en gran medida la identidad táctil y en buena la sápida tras su conservación en vinagre balsámico de Módena rebajado con agua, azúcar y sal. Consistencia al dente, crujientes y carnosas. Prevalece el sabor del vinagre, que se expresa de manera atenuada, sin ninguna agresividad, brindando una sensación agridulce moderada, equilibrada y placentera, que refresca e incita a la gula.
Se pueden comer tal cual o aderezadas con unas gotas de aceite de oliva virgen extra como aperitivo o guarnición, por ejemplo, de carnes.