Un cabernet sauvignon muy característico, plenamente racial, que se ha superado en refinamiento, dentro de su indudable potencia, que la posee y mucha, y se muestra más acabado que en anteriores milésimas. Más fruta que nunca, con una enorme concentración, que atesora una enorme sustanciosidad, que recuerda a las confituras, sobre todo de ciruelas, también al regaliz, con alguna nota tánica y amarga. Todo ello le da mucha ricura y variedad en nariz y boca, donde pese a la suave presencia de la madera sobresale claramente la uva.
Su permanencia en robles francés y americano ocupó 24 meses. En botella afina desde enero de 2000.