Un chardonnay de cepas con más de cincuenta años ubicadas en terrenos clasificados como “Grand Cru” que llama la atención por su enorme personalidad. Aromas exuberantes y variados, con una primera sensación frutal, evidentemente cítrica, también a manzana “grand smich”, a la que sigue otra de madera, muy tenue, ya que fue vinificado en roble, lo que potencia su complejidad. Además de muy aromático, traslada la fruta al paladar, donde se muestra muy fresco, con una acidez nada agresiva, muy elegante y armónico, muy evolutivo, creciendo, desarrollándose, tomándolo con sutilidad y, en todo momento, mostrándose chispeante. Quizás carezca del cuerpo que requiere un producto excepcional, si bien tal como es, acentúa su fácil paso por boca, sin dejar de tener por ello considerable identidad. Delicado y singular dentro de un carácter tan evidente como llevadero.