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Alameda (Fuenmayor)

Esther Álvarez y Tomás Fernández
Esther Álvarez y Tomás Fernández
País: España
Localidad: 26360 Fuenmayor (La Rioja)
Dirección: Pza. Félix Azpilicueta, 1.
mapa
(+34) 941450044
Cierra: Las noches de domingo y lunes, así como agosto
Precio: 70/110 €


  • Alcachofas fritas con salsa marinera
  • Alcachofas Fritas con Salsa Marinera
  • Croqueta de Jamón Ibérico
  • Kokotxas confitadas
  • Kokotxas Confitadas
  • Callos y Morros a la Riojana
  • Patitas de cabrito
  • Patitas de Cabrito a la Riojana
  • Chuleta a la Brasa

  Absolutamente nada ha cambiado en esta mesa en los últimos años; y eso en los tiempos que corren para un restaurante de excepcional producto que lo ofrece de manera natural, sencilla e impecablemente, es mucho decir. Y si algo ha cambiado es a mejor.
Tomas Fernández ha encontrado su ser en el trabajo. Su pasión convertida en obsesión es comprar. Adquiriere al precio que fuere los mayores manjares. Luego ha logrado un método de asado, muy argumentado, con ciertas particularidades. Aún asumiendo que en gastronomía todas las verdades son relativas, este personaje tiene un mensaje incontrovertible, que se refrenda cada vez que se hinca el diente a uno de sus chuletones, entre los primerísimos del país por valor intrínseco y añadido, y de ahí su calificación sobresaliente, honor que le sitúa como “primus inter pares”. Valores que hace extensibles a los pescados a la brasa. El rodaballo muestra buen tamaño, muchas gelatinosidad y grasa, apreciable jugosidad y un buen aderezo. Lenguados y besugos tambien aseguran el festín.
Esther Álvarez es una guisandera de pro a la que le distinguen un proverbial paladar e infabilidad en los resultados. Es capaz de marcar la diferencia en la tradición popular; y darle un toque de distinción y renovación. Ahí estan sus croquetas de ibérico, sobresalientes por corteza, cremosidad y sabrosura. La primera, fina, frágil, crocante…Sutileza que se hace extensible a la bechamel, muy trabajada, increíblemente delicada y sincera, apreciándose con generosidad el jamón. Sus alcachofas fritas, solo el corazón, impecablemente peladas, en su punto de hechura, con una soberbia marinera salpicada de jamón no tienen parangón ni en La Rioja ni en Navarra. Memorablemente cremosas las pochas con zanahoria y pimiento verde. Colosal el bogavante tibio ¡Qué calidad! ¡Qué tersura!¡Qué bravío! magnificado por una exquisita vinagreta elustrada con la esencia de la cabeza del crustáceo y una brunoise de tomate y cebolla. Impecable el plato de kokotxas en dos versiones: rebozadas y confitadas, propuesta que induce al comensal a relamerse en la duda irresoluble. También merecen todos los honores los chipirones a la plancha que se acompañan de cebolla confitada y/o salsa negra. Sensibilidad que se constata por enésima vez en las excepcionales manitas de cabrito a la riojana, diminutas, tiernas, fundentes, exquisitas, realzada por una consumada salsa de tomate, choricero, chorizo, jamón, el caldo de cocción… que aúna esbeltez y suculencia. Vuelve a transmitir su pasión riojana en toda la casqueria, antológicos los callos y morros, las lechecillas, la asadurilla y los sesos de cordero rebozados con distintas setas de temporada. Y para terminar una leche frita única en el país.