El Piamonte tiene una aportación mundial a la dulcería del chocolate, su maridaje con la avellana. La gianduia ha conquistado el universo gastronómico. De cuanto se ha elaborado con esta conjunción, he aquí la golosina más conseguida. Logradísima...
Un queso excepcional, tan bueno como el mejor que se haga en España, obra de un personaje, Francisco Buscallà, que en 1.981 decidió dedicarse a esto por «Amor a la naturaleza, a cuidar a los animales, a segar la hierba y a respirar aire puro». Este personaje, inteligente y ecológico, posee 110 cabras a las que mima como si fuesen sus hijas y echa el resto en cada uno de los 3.500 kilos de queso que elabora al año. Formato tanto rectangular como cilíndrico. Algo enmohecida la corteza y de una blancura radiante la pasta. Textura supercremosa. Aroma muy natural, a la leche con que está hecho. Sabor concentradísimo a leche de cabra, como si estuviera reducida, de una nitidez increíble y con una acidez considerable, cualidad común a casi todos los grandes quesos artesanos de este país. Refinado y muy intenso. Se vende en el caserío y en tiendas del norte de Lleida, así como en algunos restaurantes como El Castell, en La Seu d’Urgell.