El Piamonte tiene una aportación mundial a la dulcería del chocolate, su maridaje con la avellana. La gianduia ha conquistado el universo gastronómico. De cuanto se ha elaborado con esta conjunción, he aquí la golosina más conseguida. Logradísima...
Impresionan las formas y el color: manojitos verdes y granates con diversas configuraciones ya que intervienen hasta bastantes variedades que en momentos concretos pueden cambiar: hojas de mostaza read giant y golden streaks, mini berros, mini canónigos, hoja de albahaca morada, mini diente de león, mini acelga roja y bulls blood. Esta multiplicidad posibilita un arco iris gastronómico: sabores ácidos, amargos, verdosos, picantes... Texturas crujientes, carnosas, jugosas (sabia)...Se palpa y paladea el campo, el jardín, la naturaleza...rebosando fragancias, vida, frescor, riqueza de matices. En definitiva, un asombroso cóctel vegetal que fundamenta una ensalada o que facilita un exquisito bouquet para completar una receta. Tiene una caducidad de una semana.