El Piamonte tiene una aportación mundial a la dulcería del chocolate, su maridaje con la avellana. La gianduia ha conquistado el universo gastronómico. De cuanto se ha elaborado con esta conjunción, he aquí la golosina más conseguida. Logradísima...
La comarca salmantina de la Armuña es la única en España que posee una Denominación Específica para sus lentejas, lo que significa una distinción de calidad y de peculiaridad. Entre las empresas acogidas a ella brilla hasta deslumbrar Montes –número uno en calidad de legumbres castellanas y probablemente del país-, que en lo que concierne a las lentejas comercializa anualmente unos 80.000 kilos. Hemos escogido la calidad extra para la cata, que es la mejor.
En crudo lucen un verde algo tostado, hermosas. Tras la cocción toman una tonalidad amarronada verdosa. Entre sus cualidades merecen destacar que no se deshacen ni pierden el hollejo, aunque se pase un poco el punto de cocción. Proporcionan un caldo claro, ligado y sabroso. En boca se muestran finas y de buen gusto. La textura es uniforme y carnosa, pasando la piel desapercibida. Como curiosidad su alto rendimiento, dando por un kilo de peso una vez hecha, alcanzan entre 2.600 y 2.700 gramos, lo que suponen una diferencia a su favor de unos 350 gramos sobre otras lentejas.