El Piamonte tiene una aportación mundial a la dulcería del chocolate, su maridaje con la avellana. La gianduia ha conquistado el universo gastronómico. De cuanto se ha elaborado con esta conjunción, he aquí la golosina más conseguida. Logradísima...
Unos espárragos descomunales, por tamaño, intermedio, sin excesivo grosor, lo que le hace más finos gustativamente y de una textura más mantequillosa; por pelado, meticuloso y quitándoles buena parte del tallo; por cocción, sin estar al dente mantienen su rigidez y por sabor, muy natural, ligeramente amargo, con notas minerales, terrosos, sin que se note el cítrico, tan común en estas conservas, del que carecen para mayor gloria. A lo dicho, nunca unos espárragos en conserva mantuvieron una identidad tan próxima a los frescos y se manifestaron tan exquisitos.
Este formato se comercializa con el diseño que tenia la empresa hace 50 años y alardean del máximo frescor. Se fabrican a las 10.00 del mismo día que se ha recolectado.