El Piamonte tiene una aportación mundial a la dulcería del chocolate, su maridaje con la avellana. La gianduia ha conquistado el universo gastronómico. De cuanto se ha elaborado con esta conjunción, he aquí la golosina más conseguida. Logradísima...
Hacienda con 25 ha. de terreno propias que hace el proceso integral de hortalizas y frutas, desde su cultivo a su elaboración en conserva. En este caso tan solo 5.000 kilos de pequeñas cebollas, de tamaño bastante uniforme, que primero, son escaldadas en vinagre y vino, luego son pasadas por una brasa de gas para darle color y cierto toque rústico, y terminan por ser conservadas en aceite, que es como se presentan. Llama poderosamente la atención su textura, crujiente y tierna a la vez, con un corte limpio. Sabor inmaculado, muy natural, con una sutil sensación de acidez, que bien podríamos calificar de aromatizadas, con la untuosidad y gusto que aporta el aceite de oliva.