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Lechazos, El Pastor



  • Lechazo El Pastor

Rodolfo Sancha es un hombre muy sincero, de pura cepa, que nos da la clave para jamar un estupendo lechazo: «En Aranda, más o menos, todos utilizamos buen género y todos asamos parecido. Para asegurarse el festín es preciso llamar con antelación, hacer hincapié en la hora exacta en que se desea comer el lechazo y ser puntuales». Dicho lo cual, se impone reservar y precisar la comparecencia, para que el cuarto de cordero esté recién salido del horno, crujiente y jugoso.
Rodolfo, heredo de su padre,Julián Sancha, (el establecimiento, fundado allá por 1976), tras haber ejercido antes en Asados Sancha, en Sacramenia, pueblo famoso por este asado y por la bondad de la materia prima.

En esta casa ofician a los ojos de su nutrida clientela, en un horno de barro refractario, en bóveda, alimentado con leña de encina. A las piezas de cordero no les quitan la «tela». Se les unta levemente con manteca, se sazonan con sal fina, se depositan en cazuela de barro y se introducen en el horno. Pasada una hora y media, aproximadamente, se da vuelta al lechazo, se sala por el otro lado, se le rocía con un poco de agua y se tiene media hora más. Se saca y listo para hincarle el diente. Emplean los hermanos Sancha siempre piezas de entre 9 y 11 kilos en bruto, que quedan en 5,5 kilos y son de la raza churra, que adquieren a cuatro proveedores, seleccionando y seleccionando, además de los que abastece el propio padre, que dispone de un rebaño de 400 ovejas. La edad, unos 25 días.

El lechazo, fundamento de la comilona, hay que acompañarlo de un plato de lechuga, que se distingue por su carácter crujiente y por su carnosidad, vivita, de un frescor inusual. Y antes, unas rodajas de una morcilla especialmente buena, dada su jugosidad y poder aromático, con un toque de pimentón, capaz de calentar la boca sin llegar a incendiarla. Morcilla, lechazo con lechuga y un escogido queso de oveja castellano  darán rienda suelta a los mejores caldos de la Ribera del Duero, que aquí abundan y hacen más eufórica la estancia.

Rodolfo Sancha
Restaurant;: El Pastor
Pays: España
Localité: 09400 Aranda de Duero (Burgos)
Adresse: Plaza de la Virgencilla, 11
mapa
(+34) 947500428
Jours de fermeture: Martes noche
Prix à la carte: 38 € el cuarto


Rodolfo Sancha
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  • Lechazo El Ermitaño
  • Lechazo El Ermitaño

Un esforzado restaurante el que están construyendo los hermanos Pérez Alonso, Pedro Mario y Óscar Manuel. Cocina elaborada de corte moderno, sustentada en la memoria histórica de la zona. Productos y recetas castellanas inspiran una visión personal que marca la diferencia sin grandes alardes imaginativos.
Para constatar lo aseverado, nada como los canutillos de cecina de ciervo lubricados con dulce de membrillo y rellenos de foie gras semicocido, como el pastel de queso tierno de Benavente con lomos de anchoas en salazón y vinagreta de aceitunas negras, como las croquetas de picadillo de jabalí sobre crema de queso Valdeón, como la crema de sopa castellana con helado de tomate y galleta de jamón y como la suprema de bacalao tostado con manitas de lechazo guisadas y crujiente de panceta. A la espera de que pronto accedan al apartado de Los Mejores Cocineros, nos permitimos destacar su fenomenal lechazo, sin duda uno de los mejores de la región, que se ofrece tanto en ración como en cuarto. Los animales proceden de la Cooperativa de Palencia Colecho, son de raza churra, llevan el I.G.P, dando en báscula un peso de 5 kilos, a poco más. Se asan en horno panadero, al calor y aroma de encina, en cazuelas de barro tras quitarles el redaño. Antes de introducirlos en el horno, se tienen entre una y dos horas a temperatura ambiente, para que no estén fríos.
Se untan muy ligeramente con manteca de cerdo, que acentúa su brillo y homogeneidad en el dorado de la costra. Se salan, se depositan en el barro siempre con la piel hacia arriba –se hacen sin darles vuelta– y se tienen a unos 170 grados durante una hora y cuarto. Transcurrida, otra de las particularidades del procedimiento de Pedro Mario y Óscar Manuel consiste en que se rocía la cazuela –no el lechazo– con vino blanco perfumado con un puñado de laurel, ajo y perejil, tras lo cual se deja otra hora y cuarto y/o media más, hasta que termine de asarse y tostarse.

Pedro Mario Pérez Alonso
Restaurant;: El Ermitaño
Pays: España
Localité: 49600 Benavente (Zamora)
Adresse: N-630 Ctra. Benavente-León, km 1,200. Otra alternativa en viaje por autopista, salida Benavente sur 259, indicación primera rotonda, camino paralelo a la A-VI
mapa
(+34) 980632213
Jours de fermeture: Domingo noche, lunes y del 24/12 al 15/01
Prix à la carte: 18 y 36 € la ración y el cuarto respectivamente


Pedro Mario Pérez Alonso
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  • Lechazo Casa César
  • Lechazo Casa César

A 8 kilómetros de Burgos, en dirección a Santander, se encuentra Quintanadueñas, pueblo al que se llega tras abandonar la carretera general y tomar las indicaciones Sotragero y Villarmero, tardando ocho minutos en coche desde la capital. Los llenos son diarios, por tres motivos: lo típico del lugar, el ambiente de jolgorio que se respira en el establecimiento y la calidad del lechazo, sin lugar a dudas, uno de los grandes de Castilla. César Ortega cuenta con un proveedor exclusivo: Fernando Tajaduro, acreditado carnicero en Burgos y Tardajos, que le suministra lechazos de entre 5 y 6 kilos netos.
Emplea un inmenso horno de adobe, al que alimenta con encina. Utiliza cazuelas de Bereruela, muy hermosas y de un barro de especial calidad, que le confiere una particularidad relevante. Otra radica en el aliño o salsa, que consiste en un caldo en el que intervienen agua, limón, vinagre, manteca, ajo, perejil y jugo de trufa. También resulta curioso que el lechazo se coloque al revés, con la piel hacia abajo. Se mete a horno vivo, a unos 180 grados, al principio, para luego descender un tanto la temperatura, durante una hora y tres cuartos, aproximadamente. Se le da vuelta y se deja entre quince y treinta minutos más, hasta que se dore también por ese lado. El momento de salarlo es antes de meterlo al horno, ligeramente y justo al salir de él, otro poco. El cordero se asa con medio dedo de líquido en el fondo, mitad agua y mitad el caldo de marras. Según va evaporándose, se incorpora otro medio dedo, sin que nunca sobrepase esa cantidad, para que así asemos la vianda y no se cueza. Al momento de sacar, se reduce el caldo, que prueban siempre, para comprobar el sabor y el punto de salado.
Si está fuerte, vierten un poco de agua para suavizarlo y aligerarlo. Con esta salsa, empapan las carnes hasta que queden impregnadas. Curiosamente, nos encontramos ante un asado de lechazo con «salsa», lo que le confiere identidad, distinguiéndose de todos los de la zona. César Ortega es un hombre ingenioso y desinhibido, capaz de montar el show después de cada servicio. Cuando la parroquia se encuentra contenta, feliz, lo anima a que actúe.

César Ortega
Restaurant;: Casa César
Pays: España
Localité: 09197 Quintanadueñas (Burgos)
Adresse: Plaza Mayor, s/n
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(+34) 947292552
Jours de fermeture: Lunes y las 3 últimas semanas de agosto
Prix à la carte: 37 € el cuarto


César Ortega
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Casa Brigante



  • Lechazo Casa Brigante

Diego Peña y su mujer, Alicia Santamarina, inauguraron este asador en 2000 y rápidamente han conseguido un significativo éxito. Su secreto: ilusión, esfuerzo, honestidad y ciertas dotes tanto para guisar como para asar. Persiguen el producto selecto y le dan un trato esmerado, que responde a la idiosincrasia zonal refinada. Así su morcilla de Burgos se distingue por su atractivo y complejo aroma, por su jugosidad y untuosidad y por su impecable fritura, que ofrece dos texturas, exterior e interior, distintas y complementarias.
El chorizo en cazuela tiene una gran dignidad, tanto en cuanto a calidad intrínseca como a hechura, muy uniforme y precisa. Las chuletillas a la parrilla, en el horno de leña, merecen encendidos elogios, por su sabor y textura, también por su aroma rústico a encina, siendo de excepcional valor. Superiores, incluso, al lechazo asado, que también es obligado en cualquier francachela en esta casa, de la que se sale francamente satisfecho, ratificando sobradamente expectativas. Y el flan de café representa otro acierto pleno. Diego emplea lechazos churros de la zona de Lerma, con un peso, más o menos, de 5,5 kilos la pieza. Se despieza cada animal en cuartos, manteniendo la telilla exterior. En cada cazuela de barro se disponen dos cuartos. Las costillas se sitúan hacia arriba y se sazonan con sal. Se meten al horno, de barro refractario, a fuego fuerte, a unos 200 grados, cuando ha bajado la llama; es la brasa de encina.
Se tienen una media hora; transcurrida, se añade un poco de agua, medio dedo del fondo, dejando una hora, mientras cae la temperatura a 180 grados.
Pasada, se agrega un dedo de agua del fondo, se dan vuelta los dos cuartos y se tienen hasta que se doren ligeramente, de tonalidad rubia, siempre a 180 grados, lo que tarda en suceder unos treinta minutos. Se sacan, se retira la salsa, se deposita cada cuarto en una cazuela y se introducen a dorar, sin salsa, a fuego más vivo, unos10 minutos en llama. Al salir a la mesa se rocían con la salsa.

Diego Peña
Restaurant;: Casa Brigante
Pays: España
Localité: 09340 Lerma (Burgos)
Adresse: Plaza Mayor, 5
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(+34) 947170594
Jours de fermeture: Abre todos los mediodías del año. Cenas sólo para grupos, previa reserva. Vacaciones 15 días en noviembre y 15 días en marzo
Prix à la carte: 37 € el cuarto


Diego Peña
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7,5

Casa Azofra



Su lechazo es de los mejores de Castilla y León, tanto por la calidad intrínseca de los corderillos, procedentes de la región y preferentemente de la provincia de Burgos, como por el certero tratamiento que en el horno de adobe, a la entrada del establecimiento y ante los ojos de la clientela,  les dispensa Félix Gallo, maestro asador, iniciado en el arte allá por 1981, que no se cansa de repetir: «El secreto está en el animal; no con todos obtengo los mismos resultados». Tan sincera declaración habla bien a las claras de la honestidad de la casa, que se manifiesta a su vez en la morcilla de Burgos, en verdad honorable, que se presenta con la parte exterior crujiente y el interior uniforme y mantecosa, con un contraste de texturas brillante. También en las mollejas, sublimes en su sencillez, de las más consumadas en fritura que se puedan papear: frescas, tiernas, jugosas,  sabrosas y con una dorada y crocante vestimenta de pan rallado perfumada levemente con ajo y perejil que realza su manjarosidad, a la que acompañan unos pimientos morrones asados. Y qué decir de los riñones,  claro está que  de lechazo, asados a las ascuas, que sin llegar a un punto rosa, ahí ronda,  brillan por su excelencia y acertada terminación, dentro de un espíritu costumbrista, eso sí, actualizado.   Pero volvamos al lechazo, que sale desprendiendo aromas de leña de roble, a cuyo calor se asa durante aproximadamente dos horas, depositado en barro, salado y al vapor de un poco de agua, que humedece sus carnes mientras se hace, permaneciendo los primeros 90 minutos con el interior mirando al cielo, para rematar los 30 finales con la piel hacia arriba, que sale completamente dorada mientras el magro se funde en boca, procurando un complemento de opuestos, una vez más, táctiles y gustativos, estelar. A lo dicho, un asado que engrandece la fama de la región en la materia.
El restaurante de la familia Azofra  garantiza, a su vez, la chacinería, que lleva la rúbrica de Joselito, sea jamón o lomo. Muy trabajada la ensalada de pimientos morrones con fenomenales anchoas en aceite sobre lecho de lechugas con rabanillos y selecto aliño al gusto. El chorizo cocido testifica la constante honestidad, saliendo tierno  y con un sabor atemperado.  Y fenomenales, sin llegar a la bondad del lechazo, las chuletillas  con pimientos del piquillo y patatas fritas. ¡Ah! una  primera y última alegria, las tortas caseras de pan, de Ordóñez, procedentes de Tardajos, resultan excelentes.

Carlos Azofra
Restaurant;: Casa Azofra
Pays: España
Localité: 09001 Burgos
Adresse: C/ Juan de Austria, 22-24 (Hospital del Rey)
mapa
(+34) 947461050
Jours de fermeture: Domingo noche
Prix à la carte: 44 € el cuarto


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Asados Alonso



  • Lechazo Asados Alonso

Clara Alonso es una joven simpática, lista y con carácter, una castellana de pura cepa, que ha heredado de sus padres y abuelos el oficio de asadora. Posee una casa de comidas, casi inhóspita, pobretona, de echar para atrás, que ella llena siempre que abre, dada su gracia, honradez y rigor. No admite clientes si previamente no han concertado cita y hora exacta de comparecencia, haciéndoles firmar un contrato verbal al respecto, en el que la casa garantiza el punto perfecto del lechazo, siempre que los clientes cumplan puntualmente. Tanta meticulosidad le ha proporcionado celebridad entre los parroquianos y en la zona, en la que goza de un prestigio que ni soñado. Tanto es así, que Clara Alonso ha sido elegida por múltiples bodegas de la Ribera del Duero como su asadora, ocupándose de mandarles el cordero hecho para satisfacer a los visitantes.
Su estirpe y su inteligencia natural la han llevado a crear una técnica distinta a todas las aplicadas en Castilla. Emplea como máquina el horno de adobe y como energía el pino arbal. No desposee de la «tela» a los cuartos, que sazona con sal fina y deposita en cazuela de barro. Introduce el recipiente en el horno, a la vez que empieza a encender la leña; por tanto, en frío. Lo deja «guisar» pausadamente durante dos horas, aproximadamente. Transcurridas, da vuelta a la pieza, situando la «tela» hacia arriba, momento en que la unta, empleando un pincel, con un toque de manteca de cerdo, un sí es no, con el objeto de que ayude a churruscar la piel, manteniendo otras dos horas. En total el asado viene a prolongarse durante unas cuatro horas, pero hay que tener en cuenta que se comienza en frío y que va poco a poco. Otra curiosidad es la carencia total de agua, que no se incorpora en ningún momento ¡Ah!, al momento de darle vuelta, se lo vuelve a sazonar. Y antes de servir, preguntan al cliente si lo prefiere partido o si desea trincharlo él.
Clara desea a su parroquia ¡Buen apetito! En vez de ¡Buen provecho! Y es que nunca un provecho fue bueno, por eso aquí ni se recuerda ¡Buen apetito, que el lechazo está asegurado! Ensalada y Riberas del Duero de esos que llaman a brindar por la vida.

Clara Alonso
Restaurant;: Asados Alonso
Pays: España
Localité: 47300 Peñafiel (Valladolid)
Adresse: Derecha al Coso, 14
mapa
(+34) 983880834
Jours de fermeture: Abre los jueves, sábados, domingos y festivos
Prix à la carte: 38 € el cuarto


Clara Alonso
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7,5

Lechazos, La Matita



  • Lechazo La Matita

Los hermanos Martín, Primitivo en la sala y José en la cocina, han hecho triunfar este apacible restaurante que brinda unas relajantes vistas al jardín. Cocina típica y platos regionales modernizados. En las semanas centrales de noviembre celebra unas jornadas de la caza con gustos costumbristas renovados. Aunque caben distintas opciones, incluso unos atractivos menús del día y la casa, éste a 22 € (sopa castellana o judiones, cochinillo con ensalada y ponche, suele ser), de extraordinaria relación calidad-precio, siempre resulta certero, certerísimo, refugiarse en el lechazo, uno de los mejores de Castilla-León y darse, por aquello que estamos en Segovia, a los célebres judiones de La Granja, en verdad que cremosos y sabrosos, ilustrados de manera muy precisa con chorizo, morro y refrito de cebolla, ajo y pimentón, así como a la morcilla de Cantimpalos, de la firma Mendoza (921496314), de arroz con un apreciable porcentaje de cebolla, que hacen magistralmente con técnica harto particular: primero la doran exteriormente en sartén con aceite limpio y luego la meten al microondas un minuto para calentarla y que quede jugosa. Soberbia morcilla, espléndidos judiones y un magnífico lechazo, sólo sujeto a los avatares del fin de semana.
Corderito que abastecen dos proveedores: Cárnicas Sombría en Sacramenia y Cárnicas Rubén Sanz en Boceguillas. Emplean madera de roble para el asado. El procedimiento es ciertamente curioso. Ya a 170 grados el horno, introducen el cuarto en una bandeja de barro, con el interior del bicho mirando hacia arriba y la piel exterior reposando sobre el recipiente. Por supuesto que las carnes han de estar a temperatura ambiente, sin haberles quitado la telilla, saladas por el interior y con un dedo de agua en el fondo. Pasados 90 minutos, siempre sobre una temperatura aproximada de 170 grados, se da vuelta el cuarto, se unta con manteca por el exterior, por el lado de la piel, que ahora mira al cielo, se sala, se vierte un poco de agua y se tiene media hora más, hasta que se dore de manera homogénea. Trinchar, disfrutar y solicitar, en aras de lo mejor, la paletilla, siempre más jugosa que la pata.

José y Primitivo Martín
Restaurant;: La Matita
Pays: España
Localité: 40170 Collado Hermoso (Segovia)
Adresse: Ctra. Soria, km. 162
mapa
(+34) 921403077
Jours de fermeture: Siempre abierto
Prix à la carte: 35 € el cuarto


José y Primitivo Martín
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7,5

Lechazos, La Encina



  • Lechazo La Encina

Alberto Sánchez Pérez fue ganadero con su familia antes que maestro asador, vendiendo lechazos en Barcelona, Bilbao, Madrid y Palencia, mercados que tenían copados. Paralelamente, explotaba junto a su mujer, Ciri González, una cafetería, hasta que en 1989 decidieron montar este restaurante que se ha ganado justa fama en Palencia. Le sigue su hijo Alberto José Sánchez González, quien al respecto del restaurante señala: «Mi madre se ocupa de la cocina y yo del horno, especializándome en el lechazo porque para mí era lo más fácil, a lo que me había dedicado toda la vida, a comprar y vender, por mis manos han pasado millones de cabezas. Por supuesto que hay que tener una técnica de asado, pero lo primordial es la materia prima y yo de cordero sé algo. Personalmente soy el que los elige y no me importa pagar unos euros más. Proceden de los valles del Cerrato y la Esgueva y suelen tener marcada la I.G.P. Lechazo de Castilla y León. Esta tierra da un producto único al respecto; y más concretamente Palencia. El peso en canal es de entre 5 y 6 kilos. Los dejo dos o tres días desde que los matan hasta el momento de oficiarlos». Alberto es un enamorado de su horno de adobe, en el que asa unos 30 cuartos todos los mediodías. Si se desea para la noche es preciso encargarlo. Utiliza la leña que da nombre al restaurante: encina, secada un año. La cocción es a fuego lentísimo, durante unas 3 horas.
Se deposita el cuarto en cazuela de barro con las costillas mirando al techo; la intensidad del calor será mayor al principio, descendiendo según vaya haciéndose. Pasada una hora y media, se da la vuelta al lechazo y se tiene otro tanto. La vasija ha de contener siempre agua, echando dos dedos al principio y luego al dar la vuelta a la carne. Con la sal, procedemos de idéntica manera, se sazona antes de entrar junto a la leña y al cambiar de lado el cuarto. Se busca que tenga una leve impregnación de los aromas derivados del fuego, así como que la piel se muestre dorada, crujiente y las carnes, mantecosas, como si fuese de un guiso asado. Dele al 5 Jotas de Sánchez Romero Carvajal, a la ensalada, a la tortilla de patatas y, después del lechazo, al queso local Campos Góticos; todo ello de la máxima calidad.

Alberto Sánchez González
Restaurant;: La Encina
Pays: España
Localité: 34002 Palencia
Adresse: Casañé, 2
mapa
(+34) 979710936
Jours de fermeture: Domingo noche y primera quincena de agosto
Prix à la carte: 39,90 € el cuarto


Alberto Sánchez González
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7,5

Lechazos, El Figón de Recoletos



  • Lechazo El Figón de Recoletos

De los múltiples establecimientos que posee la empresa Asador de Aranda, éste es el que destaca sobremanera, habiéndose convertido en el templo del lechazo en la capital pucelana. A ello contribuye un equipo muy profesional, integrado por el director gerente, Pedro del Cura Olalla, el maître Rafael Twose y los maestros asadores Manolo Orcorica y Alberto Peña, burgaleses de Lerma y Quintalarralla, respectivamente, doctores en la materia. Su lechazo tiene muchos méritos, entre los que sobresale estar profundamente impregnado de las fragancias que aporta la leña de encina de un año de secado con la que se asa en el horno de ladrillo refractario. Ésta marcada impregnación rústica le aporta unos aromas y un saborcillo muy especial, que identificamos con la nobleza y autenticidad. Por lo demás, el corderillo sale a la mesa mostrando manjarosidad, ternura, jugosidad y costra crujiente; soberbio desde cualquier punto de vista.
Llenan el horno de tarteras de barro con el lechazo a las 11.30 horas, para que esté listo entre las 14.00 y las 14.45 horas. El tiempo de permanencia va de los 150 minutos a los 190, dependiendo de lo cerca o lejos que se encuentre de la leña y del grosor del bicho. Se sitúa con las costillas para arriba, se sazona con sal y se vierte agua hasta la altura de un dedo. Faltando veinte minutos, se le da la vuelta al cuarto, se sala por el otro lado, se acerca a fuego más vivo, para que se tueste la piel, que ha de salir crujiente. El servicio juega un papel trascendental, pues, según las necesidades, tiene que ir informando al maestro asador para que adelante o retrase, siempre dentro de lo posible, el asado y salida de los corderos. Al momento de sacar del horno, se vuelve a salar levemente, se le rocía con unas gotas de agua ligeramente alimonada y se trincha.
Emplean lechazos de entre 5 y 6 kilos en canal, sin cabeza ni asadura, por lo general con marchamo de la Denominación de Origen. Proceden de Palencia y Burgos, preferentemente de los valles de Esgueva, Cerrato y Cuco. Antes, tampoco caben dudas: el chorizo, la morcilla, los pimientos morrones recién asados y unos riñones a la brasa, realmente manjarosos.

Pedro del Cura Olalla
Restaurant;: El Figón de Recoletos
Pays: España
Localité: 47004 Valladolid
Adresse: Acera de Recoletos, 3
mapa
(+34) 983396043
Jours de fermeture: Domingos noche, los últimos 10 días de julio y los 10 primeros de agosto
Prix à la carte: 37 € el cuarto


Pedro del Cura Olalla
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8,5

Lechazos, Mannix



  • Lechazo Mannix

Marco Antonio García es un joven vivo, entusiasta, ambicioso, que se siente orgulloso de su quehacer, al que se ha dedicado su familia desde hace cinco generaciones. Pese a la fama de su establecimiento, no rehuyó presentarse al concurso regional de asadores de lechazo, que ganó con facilidad, demostrando que tiene escuela y posee un don muy especial para tan noble arte. Listo, vital, sensible, se enorgullece de cómo «trincha» el cuarto a mano, montando ante los comensales un espectáculo inenarrable, que demuestra la mantecosidad de las carnes, que se funden, deshacen, volatilizan masticadas por los ojos.
La parroquia se relame antes de empezar, porque comprueba que esa sensación interior de cremosidad contrasta con una textura opuesta en el exterior, churruscada si bien en absoluto nada seca, con una corteza crujiente y sabrosa, que da carácter a tan vaporosa chicha, exquisita y tierna a más no poder. El del Mannix es el lechazo castellano que más nos ha impresionado en el último año y de ahí su privilegiada situación en esta guía. Marco Antonio, desbordante de ímpetu, asevera: «Hay tres claves: la calidad de la materia prima, el punto de temperatura y la técnica. Yo aso de oído, tiene que oírse chi, chi, chi… Empleo corderos de entre 5 y 6 kilos, siempre de nuestra tierra, depositando el cuarto en una cazuela de barro, con la piel hacia abajo. Lo salo y le pongo un fondo de agua, únicamente para que produzca humedad, pero sin que prácticamente lo toque, pues lo coceríamos más que asarlo. Lo meto al horno de adobe y con encina, que al principio ha de estar a intensidad fuerte, a unos 200º C, hasta que se dore ligeramente, luego se baja la fuerza y se mantiene pausadamente. El tiempo es de dos horas. Se procede a darle vuelta, colocando la piel hacia arriba y lo dejo un cuarto de hora más, para que termine de hacerse por el otro lado».
Es imprescindible llamar y reservar, señalando la hora de asistencia y el número de personas. Entre semana, la comparecencia es mínima, dada la ubicación de Campaspero, a 15 kilómetros de Peñafiel, así como su tamaño. Consecuentemente, la perfección está asegurada. Los fines de semana el restaurante se masifica, corriendo más riesgos, como siempre sucede en este tipo de asadores castellanos. Pero Marco Antonio suele salir siempre airoso, por eso su fama. No se lo pierda.

Marco Antonio García
Restaurant;: Mannix
Pays: España
Localité: 47310 Campaspero (Valladolid)
Adresse: Felipe II, 30
mapa
(+34) 983698018
Jours de fermeture: Lunes
Prix à la carte: 35 € el cuarto


Marco Antonio García
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