Un vino que sorprende -y hasta impresiona- por su acabado. Sedoso, aterciopelado, conjuntado, armónico… extremadamente bien terminado. Aromas de bayas negras, minerales, torrefactos y especias, harto complejo. En boca imperan los amargos, hay ciruelas, almendras, tostados y, también, tanicidad, aportando un una sensaciones muy agradables de frescor y sequedad.
80% Tempranillo, 15% Graciano y 5% Mazuelo. Fermentación maloláctica en roble francés y americano. 20 meses de crianza. 25.000 botellas.