Un vino suntuoso en el que se aprecian las bondades de la Cabernet Sauvignon, aunando sustanciosidad y refinamiento.
Posee una nariz complejísima en la que se aprecian las características de la citada variedad (95%) muchísimo más que las de la Tempranillo (5%). Depara sensaciones a fruta negra madura, evidentemente minerales, también aceituna negra, aceite, bacón ahumado crudo, especias y hierbas aromáticas; verdaderamente seductor. En boca resulta elegante, armónico, muy estructurado, intenso, denso, fresco, vivo... y mineral sobremanera. Tiene raza y clase. Un grandísimo vino.
La estancia en madera nueva francesa de Allier se prolongó por espacio de 18 meses. En cristal desde junio de 2007. 700 botellas.