7

Arroces, Apicius



  • Arroz con bogavante azul
  • Arroz con bogavante azul

El arroz con bogavante ha sido una de las grandes milongas de las arrocerías españolas. Aparecía en cualquier restaurante con mínimas aspiraciones. Costaba encontrar una paella, pero era ineludible encontrarse con el “fantástico” arroz con bogavante. La razón, obviamente, está en el precio. Esos arroces mediocres no se cocinaban con bogavantes del Mediterráneo, ni gallegos, ni escoceses, sino con ejemplares canadienses cobrados, eso sí, a precio de producto nacional. Esos platos, que se cobraban a precios astronómicos, se cocinaban con frecuencia en el mismo fondo que servía para el arroz a banda o la fideuá, pero a un precio tres veces mayor. Por suerte la crisis ha moderado esos desmanes. Antes y ahora, Apicius resulta una excepción. Aquí el arroz de bogavante se cocina con una materia que justifica el precio y con un fondo que de verdad sabe al susodicho crustáceo. Antes estaba en carta, ahora se cocina sólo por encargo. Los restaurantes no se llenan como antes y Enrique Medina, que es un cocinero sincero, no está por la labor de congelar un bicho que vale una fortuna. Así que sólo lo compra por encargo, o en las fechas señaladas en las que el restaurante llena. Enrique compra bogavante gallego (el del Mediterráneo es un mito que casi nadie ha visto). Separa las cabezas y las patas y las sofríe junto con una bresa de cebolla, puerro y zanahoria, tomate, ajo, laurel y pimentón. Cuando está bien sofrito añade vino blanco y deja reducir por completo, hasta que se seca. Entonces añade un fumet blanco y, cuando ha roto a hervir, lo retira del fuego, lo tapa con un paño y deja infusionar hasta que se enfríe. Entonces colará el caldo y lo pasará por un chino sin triturar las cabezas ni las patas, una práctica nefasta que proporciona caldos muy potentes pero poco finos. Una vez en la paella, se prepara un buen sofrito, se añade el arroz para darle unas breves vueltas y, enseguida, el fumet. Transcurridos diez minutos de cocción, Enrique deja caer encima las colas del bogavante, previamente marcadas en una sartén y pasa el caldero al horno durante cinco minutos. Ya con el arroz casi cocido, la paella vuelve al fuego para recibir el último golpe de calor que provocará el ansiado socarrat. El resultado es un arroz riquísimo, con un reconocible sabor a bogavante y con las colas jugosas y firmes en su exacto punto de cocción.

Enrique Medina
Restaurant: Apicius
Country: España
City: 46021 Valencia
Address: Eolo, 7
mapa
(+34) 963936301
Closed: Sábado a mediodía y domingo
Price: 27 € la ración


Enrique Medina
Tags:


7,5

Arroces, La Capella



  • Arroz al horno
  • Arroz al horno

Pese a las últimas urbanizaciones, Altea sigue siendo una joya mediterránea, una población de casitas blancas y callejas que se empinan sobre un altozano que divisa el mar. Pues allá arriba, en una antigua casa por la que se accedía a una capilla “la capella” y antaño dedicada a la venta de aves de corral y pan, se decidió Florencio Cano, en 1995, a montar un restaurante. Lo hizo con su esposa, Olatz y su hermana, Vicenta María, en la cocina. Y aunque Altea sea marinera, Cano proviene de familia de carniceros y la Capella, además, contaba con un horno moruno, así que no fue extraño que incorporase a su carta el arroz al horno familiar, un arroz que en las casas valencianas se prepara con los restos del puchero o cocido festivo.
Ocurrió que el nuevo vecindario centroeuropeo de Altea se cansó del horno moruno y hubo que clausurarlo, pero el equipo de la Capella decidió seguir adelante. Instalaron un moderno horno sin humos, buscaron un proveedor -artesano- de cazuelas de barro en un pueblo de Zamora, morcillas especiadas en Alcoy...hasta convertir su arroz al horno en una estrella rutilante.
Todos los días preparan caldo de puchero para su uso en el arroz, pero lo han suavizado, potenciando la presencia de verduras y minimizando la de grasas animales. Una vez listo se puede empezar: primero se cortan dos patatas medianas (para cuatro personas) y dos tomates en rodajas de un centímetro de grosor, se fríe todo en aceite de oliva y se aparta. En el mismo aceite, sofreír costillitas de cerdo (cuatro por comensal), a fuego muy suave, hasta que prácticamente queden confitadas; retirar las costillas y freír las morcillas apenas. Poner entonces la cazuela de barro al fuego y, cuando esté bien caliente, añadir la carne y sofreír el arroz –senia, de la Fallera–; con el aceite sobrante, agregar unas cucharadas de salsa de paella (una por persona), volver a mezclar y tirar el caldo bien caliente (doble cantidad que de arroz). Incorporar los garbanzos, ya cocidos, poner en el centro una cabeza de ajo entera y sofrita, salar, añadir la morcilla y cubrir con la patata y el tomate. Cuando el caldo esté hirviendo se mete en el horno a 200º. Cocer 20 minutos, hasta que se seque. Las claves están en la salsa secreta (se doran tres ñoras y se trituran junto a tres dientes de ajo, cuatro tomates y perejil) y en las costillitas confitadas. Este arroz, antaño contundente y graso, se vuelve aquí sabrosísimo y aromático. Y los alemanes se vuelven locos comiendo cazuela tras cazuela.

Vicenta, Olatz y Florencio Cano
Restaurant: La Capella
Country: España
City: 03590 Altea (Alicante)
Address: San Pablo, 1
mapa
(+34) 966880484
Closed: Miércoles (en julio y agosto sólo al mediodía). Última semana de septiembre, la primera quincena de noviembre y la segunda de febrero
Price: 11,70 € la ración


Vicenta, Olatz y Florencio Cano
Tags:
Dec 09 16:58
Con Matías y Xavier Gorrotxategui en el Templo de la Carne Asada
             Del Frontón de Tolosa nos vamos del brazo de Roberto Ruiz a Casa Julián (Santa Clara 6, Tolosa), a por uno de sus apoteósicos chuletones de buey. Ese animal de mirada nostálgica que, después de probarlo aquí, nos parece haber nacido para darse a la parrilla en este Templo de la Carne Asada que es Casa Julián. El mejor sitio para que el hombre se reconcilie definitivamente con su memoria histórica, con aquel cazador que fue, es este asador al que se accede por la puerta de un almacén y se recibe al comensal en un hall lleno de sabor y de cajas apiladas.
             En Casa Julián oficia desde hace tres décadas Matías Gorrotxategui, el mejor asador de chuletas y chuletones del mundo. Además de por la calidad de las carnes que sirve, la crítica especializada afirma que nadie alcanza en el asado la perfección de Matías Gorrotxategui. Una afirmación que debe hacerse actualmente con permiso de su hijo, Xavier Gorrotxategui. El digno hijo de su padre, que como poco asa tan bien como su progenitor.
           La historia de Casa Julián, al igual que la del gusto por los grandes chuletones de buey a la brasa, está ligada a la de la mecanización del campo. Como nos relata el propio Matías Gorrotxategui:  
 
— El buey estaba antes para labrar la tierra, cuando los tractores llegaron para hacer los trabajos rurales los bueyes estaban en el caserío sin hacer nada y comiendo. Entonces estaban gordos. Hubo una persona que se dio cuenta de que podía ser muy bueno. Hicieron la prueba y vieron que la carne de buey es mucho mejor que la de ternera, mucho más sabrosa; y que la textura se puede mejorar con días de curación y de buen sacrificio.

 

De esta manera tan trágica, se entiende que para el buey, se instauró en las cartas y restaurantes de nuestra geografía culinaria una de las verdades más incontrovertibles del gusto. El plato que nunca falta, el que pone de acuerdo a todos los paladares, del mismo modo que Mozart a todos los oídos: el chuletón de buey a la parrilla. Como decíamos arriba, este año Matías ha cumplido 30 como asador. Aunque este no era su negocio de restauración originario, como recuerda:

— Yo tenía un bar al lado del Ambulatorio de Tolosa, cuando Julián Rivas se quería jubilar iba a mi bar y me decía tú tienes que coger Casa Julián para convertirte en el mejor asador de chuletones del mundo.

Está escrito con tinta invisible en algún renglón de nuestro código genético que todos nacemos asadores. Aun así, el mejor asador de chuletones del mundo tuvo antes un periodo de aprendizaje de un año con el inolvidable parrillero, el citado Julián Rivas.

 
—Yo le decía, pero Julián si yo no tengo ni idea de asar carne. «Ya te enseñaré yo», me decía. Y así fue. Luego, con un amigo, mi socio desde que empecé, el médico Juan Villar, vinimos aquí, hicimos el contrato con Julián de manera que él estuviese un año conmigo como mínimo enseñándome. Julián Rivas, el fundador de esta casa, fue mi profesor.

 

— ¿Y cuántas chuletas lleva usted asadas en todo este tiempo?

 

— Igual llevo ya hechas más de trescientas mil chuletas.
 
                                                                     Chuletones de buey
 
 
Y no hay sino que creerle, a juzgar por el modo estajanovista con el que lo hemos visto trabajar en Alicante en el XII Congreso de Lo Mejor de la Gastronomía, a él y a su hijo Xavier, que en estos momentos deposita junto a la parrilla una bandeja de chuletas.
 
— En Alicante hemos asado trescientas chuletas diarias.
 
Xavi acaba de colocar las chuletas al fuego. Mientras, Matías me explica las características que hacen diferente a la parrilla de Casa Julián:
 
— Esta parrilla no se parece a ninguna otra, ya que está tapiada por ambos lados y cubierta por arriba. De este modo puede concentrar una gran temperatura. Luego está abierta por debajo, con lo que se ventila mucho, se logra así un fuego muy vivo. La corriente de aire hace subir las llamas hasta que churruscan levemente las chuletas, que así se impregnan directamente de todos los aromas de la hoguera. La gente dice que el hueco ese para el aire afea el horno, pero un horno no tiene que ser bonito, sino cumplir su función.
 
Mientras que Matías zanja de este modo tan efectivo el debate histórico entre el diseño y la funcionalidad, Xavi Gorrotxategui ha comenzado a salar las chuletas que acaba de poner al fuego. Cubrir siempre la cara que no mira a la llama con sal marina gruesa es a juicio del crítico gastronómico Rafael García Santos, otra de las grandes genialidades que ha aportado a la gastronomía Matías Gorrotxategui, y que también aplica su hijo.
 

— Sí. Una vez que se ha hecho por un lado, se le da la vuelta a la pieza sobre el hierro y se la vuelve a cubrir totalmente con granos de sal gruesa.

— Matías, ¿cuánto tarda en asarse una de estos chuletones de buey?

— Eso depende del grosor de la carne, de lo vivo que esté el fuego. Por lo general, puede estar completamente asada entre 18 y 20 minutos.

— ¿Y después, Matías?

—Sacamos las chuletas, le quitamos la sal que hubiera quedado, se le recorta completamente la grasa y troceamos. El hueso lo servimos por separado a quien lo desee.

Matías y Xavier Gorrotxategui

Xavi es el encargado en este momento de realizar esta operación, ya que su padre se dispone a atender a los medios de comunicación. Esta noche tiene cenando en su casa nada menos que a Pepa Fernández con el equipo de No es un día cualquiera, que realiza su programa en directo desde el Museo de Marionetas de Tolosa, el Topic.
En una mesa cercana, un señor con una gorra negra, me parece que de Prada, que no ha parado de hacer anotaciones durante toda la comida, acaba de pedir su tercera fuente de pimientos confitados. Mira a la mesa donde están sentados los periodistas de Radio Nacional de España y brinda por Pepa Fernández y sus colaboradores. Después, le pide a Gorrotxategi padre la receta de los pimientos confitados para un libro de cocina vasca que está escribiendo. Debe ser tal el respeto y admiración de Matías Gorrotxategui por su maestro Julián Rivas, que no ha querido tocar nada de como le fue entregado el asador. Su nuevo propietario conserva Casa Julián como un museo nacional. El escritor también ha reparado en ello:
 
— Matías eres la hostia. Es que no has movido una caja de como te dejó Julián el local hace treinta años.
 
Alubias de Roberto de primero; chuletones de buey asados por Matías y Xavi, de segundo; y de postre: queso de Idiazábal de Ricardo Remiro; tejas y cigarrillos de la Confitería Gorrotxategi. La Gastronomía de Tolosa: a mí la vida que me la como.

                                                                                                                               

                                                                                             Fernando Sánchez
                                                                       Tolosa, 19 de noviembre de 2010
 

 



8

Arroces, Parpalló



  • Paella valenciana de pollo y conejo
  • Paella valenciana de pollo y conejo

La paella, el gran icono de la gastronomía valenciana, es también el plato más maltratado por la restauración levantina. Si preguntas a un valenciano por un restaurante donde comer una buena paella, probablemente ponga cara de circunstancias y, después de meditar un rato, te diga ¡En mi casa los domingos¡ Es cierto, cuesta mucho encontrar un restaurante donde cocinen una buena paella. Parpalló reproduce fielmente la paella valenciana del fin de semana, ésa que cocina el padre de familia pavoneándose alrededor del fuego ceremonial. Porque en Valencia, la paella la cocinan los hombres, un detalle más del machismo valenciano. El fuego y el caldero son los protagonistas indiscutibles de la mañana del domingo y el hombre, que entre semana no cocina nunca, se calza el delantal para asumir parte de ese protagonismo. Conviene advertir que, pese a lo que pueda decir algún fundamentalista del arroz, no existe una única receta de la paella. Estamos ante un plato popular cuyos ingredientes básicos son el pollo y el conejo, escoltados por otros productos que varían de pueblo a pueblo. En algunos utilizan garrofón, en otros también un poco de pimiento, en muchos lugares una puntita de ajo durante el sofrito. Ésta de Barx (un precioso pueblo cercano a Gandía) se acompaña de unas sabrosas pelotas de magro y ternera. La verdura tiene aquí mucha importancia y cambia con las estaciones, como siempre ocurrió en la gastronomía tradicional: en verano judías, garrofón y alubias de los campos cercanos y en otoño, a partir de la fiesta del Pilar, habas tiernas y alcachofas. Es frecuente que esta paella de invierno quede oscura e incluso con cierta tonalidad verdosa por el concurso de las alcachofas. El restaurante (en realidad un bar-restaurante) es modesto, popular y bullicioso. Su oferta es extremadamente corta porque, como dice su propietaria, Julia Donet, “aquí todo el mundo pide lo mismo”, es decir, paella, empanadillas (de pisto, espinacas o cebolla) y ensalada”. Sin embargo, pese al ruido del comedor, la cortísima carta de vinos y la ausencia de alternativas al arroz, este sencillo restaurante está llamado a convertirse en lugar de visita obligada para quienes peregrinan en busca de la buena paella valenciana.

 

 

 

Mari Carmen y Julia Donet
Restaurant: Parpalló
Country: España
City: 46758 La Drova (Valencia)
Address: Avda. Luis Pericot, 50
mapa
(+34) 962807229
Closed: Miércoles y por la noche
Price: 12 € la ración


Mari Carmen y Julia Donet
Tags:


7

Arroces,Ulia



  • Arroz negro
  • Arroz negro

Trepidante y enloquecida, Benidorm es la capital turística de Europa, la ciudad con más camas hoteleras del continente, por detrás de Londres y París. Durante lustros ha sido, además, ocupada por legiones inglesas ávidas de alubias y jacket potatoes, o por grandes masas de turistas castellanos conformes con una de chopitos y otra de calamares. Pero Benidorm guarda su alma de pueblo de pescadores y tiene a un paso la lonja de Villajoyosa, por mucho que la mayoría de sus restaurantes no se enteren y compren marisco gallego no se sabe dónde.
Las cosas gastronómicas en Benidorm están cambiando y mucho, con jóvenes lanzados a romper con la tradición del menú de baratillo, jóvenes restauradores que hacen camino en nuevos locales como el Art a la Cuina, el Belvedere o el Kataria... aunque todos ellos deberían mirarse en el espejo de un pimpollo abulense, Serafín Jiménez, que hace más de veinte años se puso a lidiar con su esposa –María Catalina Fuster, de Alfas del Pi– en el paseo marítimo de la playa de Poniente, pegaditos al mar y dándole nombre al restaurante del edificio que los acoge, el donostiarra monte Ulia, porque Benidorm, para quien no lo sepa, también se llena de vascos.
En este Ulia benidormí se cuida el producto, marinero por excelencia y de siempre se hacen los mejores arroces de la zona, pero de largo. Durante años Serafín puso en carta dos o tres –de almejas, alcachofas y rape, un histórico–, pero de un tiempo a esta parte se ha tirado al monte, nunca mejor dicho y propone más de una veintena, incluyendo la recuperación del arroz de caldero.
De los nuevos, en esta casa se borda el arroz negro, que no tiene nada que ver con su primo hermano encebollado de Girona que tanto adoraba Josep Pla. El negro del Ulia es un arroz sapidísimo gracias a la frescura de su producto y a la tinta del calamar.
Suculento, es un arroz seco que se inicia con el clásico fumé de pescado hecho a base de morralla, galeras, cangrejos y ñora al que se añade una picada de ajo y perejil. En la paella se sofríen, en aceite de oliva, calamarcitos y sepionet con un tomate troceado y el arroz, senia. Se le añade un poco de tinta, el caldo hasta los clavos de la paella y, en 18 minutos a fuego fuerte, ya tenemos el arroz, en apariencia sencillo, pero profundo de aroma y sabor.

 

 

Serafín Jiménez
Restaurant: Ulia
Country: España
City: 03502 Benidorm (Alicante)
Address: Avda. Vicente Llorca Alós 15, edificio Ulia
mapa
(+34) 966804059
Closed: Domingo por la noche y lunes
Price: 16,50 € la ración


Serafín Jiménez
Tags:


8

Arroces, Casa Manolo



  • Arroz de pulpo y nabo
  • Arroz de pulpo y nabo

El pulpo es un producto identitario para la comarca de La Safor, aquí siempre se cocinaron estos grandes cefalópodos de muy diversas maneras. Una de ellas era rellena de arroz, introduciendo los granos crudos y algunos otros ingredientes en el interior de su cabeza para, luego, cocerlos en un caldo. El resultado era un plato de sabor contundente, donde el grano de arroz quedaba absolutamente machacado. Ocurre siempre que intentamos rellenar productos con arroz porque perdemos el control sobre la cocción del grano. Manolo y Juan Carlos recuperan ese sabor del guiso de pulpo en una receta más acorde con los tiempos actuales. El plato empieza en la subasta (como aquí llaman a la lonja de pescado). Aquí compra
Manolo pulpos de dos o tres kilos, porque más grandes aquí no se pescan y más pequeños no son útiles para generar estos caldos subiditos de sabor. El animal no se cocina fresco, sino que pasará por el obligado letargo del frío. Es necesario congelar el pulpo para que pierda dureza y se ablande. Una vez descongelado, Juan Carlos (que es quien cocina en esta casa) separa las patas y las cuece en agua con un poco de laurel y pimienta en grano. En otra olla sofríe unas galeras y unos cangrejos con un poco de tomate, cebolla, zanahoria y puerro, a lo que añade las cabezas del pulpo. La cocción de este fumet es ligera, no más de media hora. El pulpo es contundente y un fondo demasiado fuerte puede acabar apestando el plato. Para la cocción final Juan Carlos utiliza otro recipiente: un perol de hierro fundido donde sofríe un poco de ajo, cebolla, tomate y unas hebras de azafrán. A ese sofrito le añade unos dados de nabo y, enseguida, el caldo preparado anteriormente. Aplica un fuego intenso para que rompa a hervir y añade el arroz, que ha de ser, necesariamente, bomba. El perol de hierro es un recipiente con gran inercia térmica y sólo el bomba puede resistir en su interior las esperas habituales. En el último momento se añaden las patas, que cocieron en laurel y pimienta, cortadas en rodajitas de medio centímetro de grosor. El resultado es un arroz de sabor intenso, profundo y persistente. Un arroz de invierno, de esos que gustan en los pueblos marineros pero que no siempre agradan a la gente remilgada de la ciudad. Un arroz con personalidad y terruño.

 

 

Manolo Alonso
Restaurant: Casa Manolo
Country: España
City: 46710 Playa de Daimuz (Valencia)
Address: Paseo Marítimo, 5
mapa
(+34) 962818568
Closed: Noches de domingo a jueves de noviembre a abril
Price: 15 € la ración


Manolo Alonso
Tags:


7

Arroces, Ximo Sáez



  • Arroz meloso de pato con canela
  • Arroz meloso de pato con canela

Ximo Sáez se ha convertido en un buen recurso para comer un arroz en el centro de Valencia. Algo que, aunque parezca mentira, no abunda demasiado. Es el sitio de moda para los hombres de negocios que reciben a ese cliente foráneo que quiere probar los arroces valencianos. Lo tiene todo. Es elegante, está bien servido, es céntrico y sus arroces son buenos y nunca fallan. Es decir, que con él siempre quedas bien. Los arroces de Ximo son, como toda su cocina, sencillos y sabrosos. Cocina de siempre, sin complicaciones innecesarias y con la materia prima por bandera. Aquí hay arroces secos, melosos y caldosos, pero los mejores son, sin duda, los melosos, que Sáez prepara siempre en cazuela de barro. Ése tipo de recipiente se utilizó tradicionalmente para cocer al horno y poco más, pero él los pone a la llama, como si de un olla se tratara y allí, con un fuego mínimo para no romper el barro, cocina este fantástico arroz de pato y canela. Puede sorprender la combinación de canela y arroz, pero es algo bastante tradicional por estas tierras. En las comarcas de La Safor y La Marina siempre fue habitual poner un punto de canela en los arroces al horno, una más de las mil influencias árabes que dominan nuestra cocina. Para empezar la elaboración de este gran plato, Ximo sofríe lentamente una morcilla de cebolla, de ésas que tienen su punto de orégano y sus semillas de hinojo, aromática y persistente. Pero no nos asustemos, porque su sabor quedará muy matizado por el resto de ingredientes. Junto a ella se sofríen unos ajos tiernos que otorgarán una melosidad exagerada al arroz. Cuando esa morcilla empieza a deshacerse, se añade un poco de tomate y, más tarde, una pizca de pimentón, para mojar de inmediato con un fondo preparado con carcasas de pato. En cuanto rompe a hervir, se añade el arroz y, unos minutos antes del final, pato confitado y desmigado. Confitar el pato es siempre un acierto cuando lo queremos cocinar en un arroz. Queda más jugoso, más meloso y más fino que si se incorpora cocido o frito. El plato podía quedar así, pero Ximo lo adorna con un crujiente de piel de pato que fríe en su propia grasa, como se hacía antaño en Las Landas, cuando, después de cebar los patos, se celebraba la matanza.

Ximo Sáez
Restaurant: Ximo Sáez
Country: España
City: 46005 Valencia
Address: Avda. Jacinto Benavente, 9
mapa
(+34) 963810114
Closed: Domingo
Price: 20,60 € la ración


Ximo Sáez
Tags:


7

Arroces,Casa Corro



  • Arroz con Costra
  • Arroz con Costra

 

Las hermanas Berna, Araceli y Teresa, tienen un restaurante popular en el que cocinan una brigada de viejas cocineras, que desarrollan una culinaria maternal, aquella que todos tenemos en la memoria, aquella que comimos en nuestra tierna niñez. Condumios sencillos y recios sustentados en la honorabilidad de los productos, en la entrega, en no mirar el tiempo y en el don innato del buen gusto. Las pelotas con garbanzos y caldo del cocido son celebérrimas en todo el sur de Alicante llenando todos los días el restaurante de gentes que acuden a ahitarse de este suculento condumio. En la misma dirección otro plato pantagruélico, este arroz con costra, copioso y suculento a más no poder, en la que a la gramínea se le da sustancia con pollo, embutido y huevo.
Las hermanas Berna, Araceli y Teresa, emplean los siguientes ingredientes: ½ kilo de arroz; 1/4 kilo de embutido (blanco y longaniza), 3/4 de kilo de pollo, 12 huevos, 2 cucharadas tomate frito, azafrán, 2,5 dls. de aceite y sal.

Vamos a groso modo con la elaboración:

En una sartén con el aceite fríen el pollo troceado y salado, después lo cubren tres dedos por encima con agua, agregan un poco de salsa de tomate, azafrán y sal. Dejar hervir veinte minutos. Aparte, en otra sartén fríen el embutido en entero dos minutos y desgrasan. Pasan el pollo troceado a una cazuela de barro con el caldo de cocción; se pone al fuego y se deja hervir. Ya borboteando alegremente, agregan el arroz, rectifican de sal y dejan quince minutos. Pasados, cuando ya esté con poco caldo, se añade el embutido partido en rodajas y, a continuación, los huevos batidos. Previamente calientan el horno a 180º y meten el perol cuando alcance esa temperatura, lo cierran y lo bajan a 100º, dejando que se cree la costra.
 

 

Araceli y Teresa Berná
Restaurant: Casa Corro
Country: España
City: 03300 Orihuela
Address: Doctor García Rogel, 23
mapa
(+34) 965302963
Closed: Lunes y del 15 de agosto al 1 de septiembre
Price: 8


Arroz con Costra
Tags:


7

Pastel de Erizos Santa Teresa


Pastel de Erizos Santa Teresa
Yemas de Santa Teresa, S.A.

Country: España
City: 28290 Las Rozas (Madrid)
Address: Chile, 10. Edif. Madrid 92
916369260
Price: 13,50 €.


 

Es el mismo pastel de pescado de esta marca, el pastel tradicional, que aúna merluza y cabracho, enriquecido notoriamente con erizos de mar (27%), marisco que dada su fuerza trasmite extraordinario gusto, bastante más acentuado que el de pescado. Muy conseguido el sabor de conjunto, en verdad equilibrado, suculento a la vez que refinado, donde las verduras y la nata juegan el papel que deben de tener, secundario. La textura es sutil, etérea, con un fondo en el que se termina por mascar los elementos marinos. No es fácil superarlo en la cocina hogareña.
Servir a temperaturas que plazcan, si bien lo mejor es caliente, justo caliente.

 

Tags:


8,5

Alubias de Tolosa, Frontón



  • Alubias de Tolosa
  • Alubias de Tolosa

Es el plato más refinado y liviano de alubias negras de Tolosa. A ello contribuyen, por una parte, la erudición e inconformismo coquinario de Roberto Ruiz Aguinaga, cocinero del Frontón tolosarra y, por otra, su pasión por el tema, que le ha llevado a sembrar en las proximidades de la citada villa judías, experimentando variedades y procedimientos. Obtiene 650 kilos propios, adquiriendo 900 más a otros productores, para completar las necesidades anuales del restaurante.
Vamos con la fórmula mágica. Antes de guisarlas no las pone en remojo, salvo en verano, por aquello de que ya se han secado mucho y en ese caso durante tan sólo una hora, aprovechando el caldo para guisarlas. Se colocan en una cazuela con un poco de cebolla picada - 75 gramos por kilo de alubias - y se cubren tres dedos con agua, además de un chorretón de aceite de oliva virgen extra. Se sitúan a fuego vivo, que se baja al mínimo en el momento en que surjan los borbotones, que luego han de ser casi inexistentes, prolongándose largamente hasta que estén tiernas. De necesitar algo más líquido, se agrega. Se salan faltando quince minutos, debiendo quedar enteras y con un caldo ligado pero en absoluto espeso ¡Qué delicioso consomé! Se acompañan de una berza de viva tonalidad verde, a la que se le dispensa un tratamiento revolucionario. Una vez picada, se mete en una bolsa de plástico, que se congela a -18º durante 15 minutos. Pasados, se tiene en el frigorífico hasta el momento del servicio; que se calienta en bolsas al vapor. Queda absolutamente crocante y con un sabor supernatural, mínimamente impregnado de aroma a ajo, pues se doran ligeramente una o dos láminas por ración en un poco de aceite, que lubrica la verdura. También de unos pedazos de morcilla. Embutido al que se le dispensa a su vez un tratamiento de alta cocina. Lo adquiere en la carnicería Viuda de Olano (943880778), en Beasain. Se introduce entera la morcilla en una bolsa de vacío y se hace al horno, a 80 grados, durante 30 minutos. Otro motivo típico redefinido. Del gordo tocino cocido largamente hasta en el potaje, que quedaba fundente, ideal para untar con pan, hemos pasado a unos finos rectángulos procedentes de cerdos ibéricos de Guijuelo, cortados con el grosor de una loncha de jamón, que tan solo se entibian en una bandeja caliente. Y unas guindillas de Ibarra encurtidas ponen un elemento de ortodoxia al tradicional cocido vasco. Todos estos exquisitos motivos se disponen bellamente en una fuente de diseño, mientras que las alubias negras llegan independientes, en un plato hondo, alardeando de naturalidad, dietética, esbeltez, mantecosidad...y ricura.
 

Roberto Ruiz Aguinaga
Restaurant: Frontón. De Tolosa.
Country: España
City: 20400 Tolosa (Gipuzkoa)
Address: San Francisco Ibiltokia, 4, 1
mapa
(+34) 943652941
Closed: Domingo noche y lunes
Price: 14 €


Roberto Ruiz Aguinaga
Tags: