Arroz con bogavante azul
El arroz con bogavante ha sido una de las grandes milongas de las arrocerías españolas. Aparecía en cualquier restaurante con mínimas aspiraciones. Costaba encontrar una paella, pero era ineludible encontrarse con el “fantástico” arroz con bogavante. La razón, obviamente, está en el precio. Esos arroces mediocres no se cocinaban con bogavantes del Mediterráneo, ni gallegos, ni escoceses, sino con ejemplares canadienses cobrados, eso sí, a precio de producto nacional. Esos platos, que se cobraban a precios astronómicos, se cocinaban con frecuencia en el mismo fondo que servía para el arroz a banda o la fideuá, pero a un precio tres veces mayor. Por suerte la crisis ha moderado esos desmanes. Antes y ahora, Apicius resulta una excepción. Aquí el arroz de bogavante se cocina con una materia que justifica el precio y con un fondo que de verdad sabe al susodicho crustáceo. Antes estaba en carta, ahora se cocina sólo por encargo. Los restaurantes no se llenan como antes y Enrique Medina, que es un cocinero sincero, no está por la labor de congelar un bicho que vale una fortuna. Así que sólo lo compra por encargo, o en las fechas señaladas en las que el restaurante llena. Enrique compra bogavante gallego (el del Mediterráneo es un mito que casi nadie ha visto). Separa las cabezas y las patas y las sofríe junto con una bresa de cebolla, puerro y zanahoria, tomate, ajo, laurel y pimentón. Cuando está bien sofrito añade vino blanco y deja reducir por completo, hasta que se seca. Entonces añade un fumet blanco y, cuando ha roto a hervir, lo retira del fuego, lo tapa con un paño y deja infusionar hasta que se enfríe. Entonces colará el caldo y lo pasará por un chino sin triturar las cabezas ni las patas, una práctica nefasta que proporciona caldos muy potentes pero poco finos. Una vez en la paella, se prepara un buen sofrito, se añade el arroz para darle unas breves vueltas y, enseguida, el fumet. Transcurridos diez minutos de cocción, Enrique deja caer encima las colas del bogavante, previamente marcadas en una sartén y pasa el caldero al horno durante cinco minutos. Ya con el arroz casi cocido, la paella vuelve al fuego para recibir el último golpe de calor que provocará el ansiado socarrat. El resultado es un arroz riquísimo, con un reconocible sabor a bogavante y con las colas jugosas y firmes en su exacto punto de cocción.
Enrique Medina
Restaurant: Apicius
Country: España
City: 46021 Valencia
(+34) 963936301info@restaurante-apicius.com Closed: Sábado a mediodía y domingo
Price: 27 € la ración
|
Arroz al horno
Pese a las últimas urbanizaciones, Altea sigue siendo una joya mediterránea, una población de casitas blancas y callejas que se empinan sobre un altozano que divisa el mar. Pues allá arriba, en una antigua casa por la que se accedía a una capilla “la capella” y antaño dedicada a la venta de aves de corral y pan, se decidió Florencio Cano, en 1995, a montar un restaurante. Lo hizo con su esposa, Olatz y su hermana, Vicenta María, en la cocina. Y aunque Altea sea marinera, Cano proviene de familia de carniceros y la Capella, además, contaba con un horno moruno, así que no fue extraño que incorporase a su carta el arroz al horno familiar, un arroz que en las casas valencianas se prepara con los restos del puchero o cocido festivo.
Ocurrió que el nuevo vecindario centroeuropeo de Altea se cansó del horno moruno y hubo que clausurarlo, pero el equipo de la Capella decidió seguir adelante. Instalaron un moderno horno sin humos, buscaron un proveedor -artesano- de cazuelas de barro en un pueblo de Zamora, morcillas especiadas en Alcoy...hasta convertir su arroz al horno en una estrella rutilante.
Todos los días preparan caldo de puchero para su uso en el arroz, pero lo han suavizado, potenciando la presencia de verduras y minimizando la de grasas animales. Una vez listo se puede empezar: primero se cortan dos patatas medianas (para cuatro personas) y dos tomates en rodajas de un centímetro de grosor, se fríe todo en aceite de oliva y se aparta. En el mismo aceite, sofreír costillitas de cerdo (cuatro por comensal), a fuego muy suave, hasta que prácticamente queden confitadas; retirar las costillas y freír las morcillas apenas. Poner entonces la cazuela de barro al fuego y, cuando esté bien caliente, añadir la carne y sofreír el arroz –senia, de la Fallera–; con el aceite sobrante, agregar unas cucharadas de salsa de paella (una por persona), volver a mezclar y tirar el caldo bien caliente (doble cantidad que de arroz). Incorporar los garbanzos, ya cocidos, poner en el centro una cabeza de ajo entera y sofrita, salar, añadir la morcilla y cubrir con la patata y el tomate. Cuando el caldo esté hirviendo se mete en el horno a 200º. Cocer 20 minutos, hasta que se seque. Las claves están en la salsa secreta (se doran tres ñoras y se trituran junto a tres dientes de ajo, cuatro tomates y perejil) y en las costillitas confitadas. Este arroz, antaño contundente y graso, se vuelve aquí sabrosísimo y aromático. Y los alemanes se vuelven locos comiendo cazuela tras cazuela.
Vicenta, Olatz y Florencio Cano
Restaurant: La Capella
Country: España
City: 03590 Altea (Alicante)
(+34) 966880484info@lacapella–altea.com Closed: Miércoles (en julio y agosto sólo al mediodía). Última semana de septiembre, la primera quincena de noviembre y la segunda de febrero
Price: 11,70 € la ración
|
Paella valenciana de pollo y conejo
La paella, el gran icono de la gastronomía valenciana, es también el plato más maltratado por la restauración levantina. Si preguntas a un valenciano por un restaurante donde comer una buena paella, probablemente ponga cara de circunstancias y, después de meditar un rato, te diga ¡En mi casa los domingos¡ Es cierto, cuesta mucho encontrar un restaurante donde cocinen una buena paella. Parpalló reproduce fielmente la paella valenciana del fin de semana, ésa que cocina el padre de familia pavoneándose alrededor del fuego ceremonial. Porque en Valencia, la paella la cocinan los hombres, un detalle más del machismo valenciano. El fuego y el caldero son los protagonistas indiscutibles de la mañana del domingo y el hombre, que entre semana no cocina nunca, se calza el delantal para asumir parte de ese protagonismo. Conviene advertir que, pese a lo que pueda decir algún fundamentalista del arroz, no existe una única receta de la paella. Estamos ante un plato popular cuyos ingredientes básicos son el pollo y el conejo, escoltados por otros productos que varían de pueblo a pueblo. En algunos utilizan garrofón, en otros también un poco de pimiento, en muchos lugares una puntita de ajo durante el sofrito. Ésta de Barx (un precioso pueblo cercano a Gandía) se acompaña de unas sabrosas pelotas de magro y ternera. La verdura tiene aquí mucha importancia y cambia con las estaciones, como siempre ocurrió en la gastronomía tradicional: en verano judías, garrofón y alubias de los campos cercanos y en otoño, a partir de la fiesta del Pilar, habas tiernas y alcachofas. Es frecuente que esta paella de invierno quede oscura e incluso con cierta tonalidad verdosa por el concurso de las alcachofas. El restaurante (en realidad un bar-restaurante) es modesto, popular y bullicioso. Su oferta es extremadamente corta porque, como dice su propietaria, Julia Donet, “aquí todo el mundo pide lo mismo”, es decir, paella, empanadillas (de pisto, espinacas o cebolla) y ensalada”. Sin embargo, pese al ruido del comedor, la cortísima carta de vinos y la ausencia de alternativas al arroz, este sencillo restaurante está llamado a convertirse en lugar de visita obligada para quienes peregrinan en busca de la buena paella valenciana.
Mari Carmen y Julia Donet
Restaurant: Parpalló
Country: España
City: 46758 La Drova (Valencia)
(+34) 962807229Closed: Miércoles y por la noche
Price: 12 € la ración
|
Arroz negro
Trepidante y enloquecida, Benidorm es la capital turística de Europa, la ciudad con más camas hoteleras del continente, por detrás de Londres y París. Durante lustros ha sido, además, ocupada por legiones inglesas ávidas de alubias y jacket potatoes, o por grandes masas de turistas castellanos conformes con una de chopitos y otra de calamares. Pero Benidorm guarda su alma de pueblo de pescadores y tiene a un paso la lonja de Villajoyosa, por mucho que la mayoría de sus restaurantes no se enteren y compren marisco gallego no se sabe dónde.
Las cosas gastronómicas en Benidorm están cambiando y mucho, con jóvenes lanzados a romper con la tradición del menú de baratillo, jóvenes restauradores que hacen camino en nuevos locales como el Art a la Cuina, el Belvedere o el Kataria... aunque todos ellos deberían mirarse en el espejo de un pimpollo abulense, Serafín Jiménez, que hace más de veinte años se puso a lidiar con su esposa –María Catalina Fuster, de Alfas del Pi– en el paseo marítimo de la playa de Poniente, pegaditos al mar y dándole nombre al restaurante del edificio que los acoge, el donostiarra monte Ulia, porque Benidorm, para quien no lo sepa, también se llena de vascos.
En este Ulia benidormí se cuida el producto, marinero por excelencia y de siempre se hacen los mejores arroces de la zona, pero de largo. Durante años Serafín puso en carta dos o tres –de almejas, alcachofas y rape, un histórico–, pero de un tiempo a esta parte se ha tirado al monte, nunca mejor dicho y propone más de una veintena, incluyendo la recuperación del arroz de caldero.
De los nuevos, en esta casa se borda el arroz negro, que no tiene nada que ver con su primo hermano encebollado de Girona que tanto adoraba Josep Pla. El negro del Ulia es un arroz sapidísimo gracias a la frescura de su producto y a la tinta del calamar.
Suculento, es un arroz seco que se inicia con el clásico fumé de pescado hecho a base de morralla, galeras, cangrejos y ñora al que se añade una picada de ajo y perejil. En la paella se sofríen, en aceite de oliva, calamarcitos y sepionet con un tomate troceado y el arroz, senia. Se le añade un poco de tinta, el caldo hasta los clavos de la paella y, en 18 minutos a fuego fuerte, ya tenemos el arroz, en apariencia sencillo, pero profundo de aroma y sabor.
Serafín Jiménez
Restaurant: Ulia
Country: España
City: 03502 Benidorm (Alicante)
(+34) 966804059resulia@hotmail.com Closed: Domingo por la noche y lunes
Price: 16,50 € la ración
|