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Tortilla de Patatas, Homenaje al Restaurante El Manjar



  • Ganador del I Campeonato de España de Tortilla de Patatas celebrado en el Congreso lomejordelagastronomía.com.

  • Crispi ha hecho escuela en la Tortilla de Betanzos.

  • Heredero en cuarta generación de la fórmula de los fundadores de La Casilla; que llevó a una perfección histórica.

  • Antiguo restaurante El Manjar.

 

 

   Patatas fritas con abundante salsa de yema cremosa, emulsionada, todo ello envuelto en una «filloa dorada»; así podríamos definir esta tortilla, celestial homenaje a la patata gallega, al huevo de corral y, sobre todo, a una manera de entender la tortilla de patatas, la de Betanzos. Cuando se corta, brota un río áureo, insisto, cremoso, un tanto denso, que inunda la fuente de la mejor salsa que la naturaleza nos ha cocinado: la yema de gallinas de picoteo libre. José Manuel Crespo,  conocido  por «Crispi», es heredero en cuarta  generación de la más legendaria fórmula de tortilla que jamás haya existido, la del restaurante  La Casilla, que le enseñó su madre, Josefa Fraga, que aprendió a su vez de su madre, Elvira Rivero Valiño, hija de la célebre fundadora: María Valiño. Cuatro generaciones que han hecho historia.

 Vamos con LA RECETA QUE HA HECHO HISTORIA.

  Ingredientes para cuatro raciones:  800 g. de patatas Kennebec, preferentemente de cosecha propia, procedentes de la citada localidad; así como 16 huevos de gallina de corral también de Betanzos, además de abundante aceite de oliva virgen de 0,4 grados y sal. Más o menos: 4 huevos, por aquel entonces siempre de picoteo libre, por patata, también de una calidad excepcional, han hecho de esta tortilla una exaltación nunca igualada de la materia prima.

 Particularidades. Pelar las patatas. A cada una se le da un corte en dos a lo largo y tres a lo ancho, dos más que en cruz. Aún en entero y con esas incisiones, se procede a partirla con cortes de una profundidad de un milímetro, con lo que cada vez que pasamos el cuchillo sacamos 8 trocitos pequeños y del mencionado grosor.

 Freír vivamente en freidora, a 180/190 grados, cubiertas por el aceite de oliva, solo utilizado para hacer patatas. Cuando estén –sin sal– doradas, unos 4 minutos bastan y sobran para las citadas cantidades, sacar y  escurrir.

 Mientras, echar a un bol los huevos, salarlos y montarlos con un batidor eléctrico, hasta que queden esponjosos, hinchados.

 Incorporar las patatas escurridas al bol con los huevo esponjosos;  macerar 20 segundos, mientras se revuelve.

 Poner una sartén pequeña con un poco del aceite a fuego vivo.   Bien caliente, se quita la grasa, se baja el fuego a suave y en la sartén, casi humeante, se deposita la tortilla, que se hincha, infla, como un suflé.
Levemente sellada, se da la vuelta, se le hace un pequeño agujero en la parte superior cuajada para echar por él el huevo que se cayó al darle la vuelta y se deja sellar levemente por la inferior. Sucedido, se le dan dos, tres o cuatro vueltas más, siempre a fuego lento, jugando con él, siempre lento, para que la costra sea muy fina, de color uniforme y no se tueste.  

 Sale gorda ¡Verlo para creerlo! hinchada, inflada, bailando… y con una tonalidad homogénea aportada por el maíz que  alimentaba a las gallinas. Emplatar y dejar reposar, que se asiente el huevo y la patata. 

 

 

José Manuel Crespo
Restaurant: Homenaje al Restaurante El Manjar
Country: España
City: 15004 A Coruña
Address: Alfredo Vicenti, 29
mapa
(+34) 981142552
Closed: Cerrado
Price: 20 € la tortilla


José Manuel Crespo
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8,5

Callos, San Mamés



  • Callos San Mamés

Los callos a la madrileña han sido siempre una de las más profundas señas de identidad, el pabellón emblemático de esta veteranísima casa que dirige actualmente Jorge, hijo de Santi García, responsable de la altísima calidad de la cocina que sale de los fogones de lo que hasta no hace demasiado tiempo fue una de las clásicas tascas madrileñas de barrio, nada menos que en el de Cuatro Caminos; una vida de tasca que, por supuesto, imprime un carácter que permanece para siempre y hace que el local siga siendo, pese a la crecida afluencia de clientes, verdaderamente entrañable.
Los callos de San Mamés han tenido buenísima fama –merecida, desde luego- siempre. En realidad, no se falta a la verdad al decir que fueron precisamente sus magníficos callos los que cimentaron el prestigio de esta vieja taberna. Nunca faltan en su carta; Santi calcula que el ochenta por ciento de sus comensales piden, como picoteo o plato principal, callos, lo que hace que “trabaje” algo así como 25 kilos a la semana en invierno; en verano, claro, la demanda es menor. Y aquí sí que hay clientes, muchos clientes, que vienen justamente a comer callos; vale la pena. Y todavía se pueden pedir medias raciones en la barra, en una visita urgente.
La materia prima –callos de vaca de Colmenar Viejo– procede de una acreditada casquería del mercado de Maravillas. Tras el preceptivo y concienzudo proceso de lavado en múltiples aguas, se procede a someterlos a una cocción de no menos de tres horas y media. Son unos callos que no cargan la mano en el picante y sí en la suculencia, en la gustosidad, en la gelatinosidad, la untuosidad... en el carácter; justifican -y tanto que justifican- la visita, aunque de la cocina de Jorge salen otras muchas más cosas ricas muy bien hechas. En definitiva, tipismo, un condumio tabernario que proporciona inenarrable satisfacción.

Santiago García
Restaurant: San Mamés
Country: España
City: 28003 Madrid
Address: Bravo Murillo, 88
mapa
(+34) 915345065
Closed: Sábado noche, domingo, festivos, última semana de julio y tres primeras semanas de agosto
Price: 26 € la ración


Santiago García
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8,5

Callos, La Tasquita de Enfrente



  • Callos La Tasquita de Enfrente

Mucho ha cambiado la carta de «La Tasquita de Enfrente» desde que la inauguró, hace cuarenta y cinco años, el padre del actual propietario. Serafín López, conocido como «Gaona», nombre de un famoso torero mexicano que hizo furor en la época y dio su nombre a un lance con el capote, la ‘gaonera’, ya incluyó en la primitiva oferta los callos a la madrileña. Ha pasado mucho tiempo y hoy es su hijo Juanjo quien lleva el timón de esta casa, que se ha hecho un lugar de honor entre las mejores cocinas de Madrid; el estilo ha cambiado, sin duda, pero... ahí siguen los callos, que para muchos de sus devotos están entre los mejores de la capital del Reino, si no son, directamente, los mejores, aunque esto sea mucho decir.
Juanjo utiliza callos negros (librillo, estómago y panal), que lava escrupulosamente en agua fría acidulada con vinagre y limón. Luego, con el agua suficiente, les da un primer hervor, tira esa agua y los aclara. Vuelve a cubrirlos con agua en compañía de media pata y tres morros de ternera, una cebolla pinchada con clavos de especia, unos granos de pimienta negra, unas cuantas guindillas, huesos de jamón y unas puntas de jamón ibérico. Mantiene el conjunto a fuego medio durante, más o menos, cinco horas y media, agregando, una hora antes de que se cumpla ese plazo, chorizos y morcillas, en ambos casos asturianos. Mientras, prepara un sofrito con otra cebolla y panceta, añadiendo la pulpa de un pimiento choricero y pimentón dulce y picante en proporción de tres a uno. Una vez terminados el sofrito y los callos, mezcla ambos elementos y, tras comprobar el punto de sal, los somete a un hervor de alrededor de media hora. Es decidido partidario de trasladarlos al frigorífico en cuanto su temperatura lo autorice y dejarlos reposar allí unas cuantas horas antes de servirlos. Y el resultado son unos callos potentes, sinceros, con todo el sabor que uno espera de este visceral condumio madrileño, la gelatinosidad justa, ni mucha ni poca, con una sensación de plenitud de sabor en la boca, un sabor que se prolonga sopeando en el caldo como perfecta propina de un gran plato, fiel a sus raíces pero con carácter propio, un excelente exponente de lo que debería ser uno de los dos platos (el otro es el cocido) que mejor identifican a la cocina tradicional de Madrid. Perfectos con un chardonnay con algo de madera, o con el clásico tinto más joven que viejo.

Juanjo López
Restaurant: La Tasquita de Enfrente
Country: España
City: 28004 Madrid
Address: Ballesta, 6
mapa
(+34) 915325449
Closed: Domingo, lunes y agosto
Price: 18 € la ración


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8,5

Callos, El Landó



  • Callos El Landó

En el anodino, despersonalizado y nada brillante panorama gastronómico madrileño, hay pocas decisiones tan sabias y tan gratificantes como irse a poner morado de callos, plato emblemático que hace honor al dicho: de Madrid al Cielo. Si, además, en pura coherencia, añadimos que nos atraen las viejas tabernas, el ambiente castizo y los lugares con sabor –emplazada en Las Vistillas–, más razones para visitar esta casa. Callos de tasca, con aromas asturianos, de coge pan y moja, con ligero picantillo, encantadoramente canallas. Rústicos, suculentos, gulescos… auténticos. Deben comerse como plato fuerte, por dos razones: porque lo son y porque sólo un anoréxico podría privarse de zampar una cazuela. Merecen ser considerados entre los mejorcitos de Madrid, que en este caso es como decir del mundo.
Se encuentran en carta desde tiempo inmemorial, desde hace más de veinte años, con una demanda creciente, que ronda los 20 kilos por semana. Se compran en una casquería del madrileñísimo mercado de La Cebada, se lavan infinitamente, para ser sometidos a cinco horas de cocción a fuego muy lento, en la amigable compañía de los aditamentos clásicos y las especias de rigor, además de una guindilla roja durante la elaboración, que no en el refrito. Estos callos sí que calientan la boca y, al decir de Cervantes, son «despertadores de la corambre», sed que habremos de apagar alegremente.
Antes hemos de recalcar que Ángel González, personaje inteligente y simpático como pocos, hace de la simplicidad norma. Su mérito, marcar la diferencia en lo elemental, que lo humilde, lo más sencillo, la sin cocina, nos ofrezca placer impúdico. Una soberbia ensalada de tomate, un manjaroso jamón ibérico, las colosales gambas blancas a la plancha, unas coquinas con jugo de cuchara (así dio cuenta de él Martín Berasategui), unos logrados espárragos fritos y las archifamosas patatas con huevos estrellados a la manera de su cuñado Lucio son otros ases para jugar y ganar; y, siempre, callos. El lugar es castizo y el local está abarrotado de gentes que saben a lo que van y que ven cumplidas las expectativas.

Ángel González
Restaurant: El Landó
Country: España
City: 28005 Madrid
Address: Plaza de Gabriel Miró, 8
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(+34) 913667681
Closed: Domingos, Semana Santa y agosto
Price: 13,50 € la ración


Ángel González
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8,75

Corimbo I 09


Corimbo I 09
BODEGAS LA HORRA, S.L.

Type: Tinto
Country: España
Region: Burgos
City: 09311 La Horra (Burgos).
Address: Camino de Anguix, s/n
(+34)941303001.
Year established: 2009
Production (bottles): 100.000 botellas
Vineyard area: 45 en La Horra y Roa
Brands: Corimbo y Corimbo I
Price: Sobre 41 €


Es el tinto estrella de Roda  en Ribera del Duero, llamado a tener un éxito similar al que esta empresa ha optenido con sus vinos en La Rioja. En un principio… no se puede pedir más, un proyecto a largo plazo, el  saber hacer de una  enologia consagrada y, tambien,  la magnitud de la milésima. Estamos ante un vino voluminoso e intenso, largo y con carácter, que en ningún momento se muestra excesivo. Aúna potencia y refinamiento. En nariz prevalecen frutas negras, cereza y mora, sobre la madera, que depara sensaciones a chocolate y balsámicas.  En boca se muestra contundente en su elegancia y sobriedad; aparecen mineralizad, acidez, amargor y tanicidad que seguro se ira atenuando en un futuro próximo dada su juventud.
100% tempranillo. 16 meses de crianza en barricas de roble francés (80%) y americano (20%).  26.700 botellas.

 

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8

Culler de Pau

Javier Olleros
Javier Olleros
Country: España
City: 36980 O Grove (Pontevedra)
Address: Reboredo, 73
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(+34)986732275
Closed: Lunes noche, martes y mes de febrero
Price: 60/80 €
Tasting menu:: 55 €


  • Jurel con Jugo de Salazones y Semillas de Pimientos del Padrón. Fotos Vicugo.
  • Pulpo con Mayonesa de pimentón y Y Caldo de Vegetales de Mar y Tierra.
  • Crujiente de Arroz y Tinta con Ahumados y Berros
  • Encurtidos con Cogollo de Lechuga, Tomate Seco y Percebes
  • Huevos de Rodaballo
  • Rape Negro Con Mantequilla de Algas de Mar de Arbora
  • Lomo de Ternera Ecológica con Espárragos Blancos de Da Ulla y Ajos
  • Sopa de Trébol Bravo con Helado de Limón y Hierba Luisa
  • Apio con Zanahoria, Cítricos, Caramelo y Yogor
     Javier Olleros, gallego nacido en Lucerna, a donde sus padres emigraron décadas atrás, para luego retornar a su tierra natal y abrir negocios hosteleros, es un militante gallego con visión culinaria amplia y larga. En 2009 asumió riesgos e inauguró su vital: Culler de Pau (Cuchara de Palo), restaurante que representa un aventajamiento del paisaje. En su quehacer exalta constantemente los productos locales del mar y del campo, con independencia o en consumado emparejamiento. Siempre en nuevas conjunciones milimétricamente medidas con apariencias sencillas no exentas de complejidad. Reflejan su personalidad llana y asequible en la que se aprecian enriquecedores matices expuesto con sobriedad. Un mensaje que consigue calar en el comensal, que aplaude la diferencia y asequibilidad. La admiración surge de la consumación de ideas novedosas reflexivas y sabores harto conjuntados. Además, destila trasparencia, pasión, compromiso…que transmite al s comensal.
     Esfuerzo que quedó patente en los aperitivos. Unos excelentes trozos de pulpo, tersos y exultantes de sabor marino, que salen al centro de la mesa, para que el comensal los pinche y embadurne a su antojo con una suave mayonesa agallegada, por aquello de aparecer tintada y perfumada con pimentón. Marco la diferencia en lo más humano. Que volvió a quedar patente en una versión creativa del caldo gallego: un chupito ciertamente sibarítico y esbelto, al que bien podríamos definir como un “consomé” de vegetales, de mar y tierra, carnoso en naturalidad y liviandad. Un primor. Y concluyó el preámbulo con una exhibición de texturas y flores: canapé crujiente de arroz negro, por aquello de las tintas, que hacía de lecho de una juliana de pescados ahumados, berros, brotes y capuchina, además de una espuma.
     Refrescante y puramente reproducido el gusto de los encurtidos, en una atractiva salsa, que hacía de hilo conductor de una inédita “ensalada” de cogollos de lechuga y tomate seco, enriquecida con su majestad el percebe, en esa constante por integrar el paisaje gallego. Sabores familiares en formato desconocido.
     El título, huevo de rodaballo, intriga. El comensal empieza a elucubrar. Aparecen, a manera de yema huevas del pez, como si fuese un caviar en simisalazón, rodeadas por la yema, una espumosísima emulsión marina. Una visión del rodaballo muy original, minimalista…ciertamente impactante.
     La humildad hecha arte: un inmaculado lomo de jurel, magnificado por un prodigioso potenciador: un jugo de salazones con semillas de pimientos de Padrón. Un crujiente, unas flores…adornan una salsa merecedora de una cuchara de oro…que revaloriza el chicharrillo hasta superar la cotización del mejor besugo. ¡Viva la cocina!
     Otro ejemplo de claridad mental y esencialidad: dos trozos de rape negro, grandioso en sí, perfecto de punto, dispuestos sobre una mantequilla de algas, con unos guisantes lágrima, cocidos brevemente. Materia prima insuperable y, nada más, ni nada menos, que dos complementos excepcionales, a los que se preserva su esplendor intrínseco, como al pescado.
     Un lomo de ternera, absoluta y uniformemente rojo, en máximo estado de su ser, carne cruda y caliente, con un consomé, algún espárrago, ajo y frambuesa…certificaron por enésima vez el naturalismo contemporáneo con el que filosofa culinariamente Javier Olleros.
     “Ecología” que se trasladó a los postres: una vibrante sopa de trébol bravo con afrutado y herbáceo helado de limón y hierba luisa y una muy bien trabajada composición de apio, zanahoria, caramelo y yogur, que exhibe texturas y gustos diversos en logradísima conjunción.
     Una cocina que gusta, complace, tiene las ideas claras y no le sobra nada.