Un vino sobrio y efectivo, en el que sobresale la satisfacción que produce, sin que destaque, nada más ni nada menos, que la notable elaboración que le distingue. Aromas frescos y frutales, que evoca a moras y ciruelas, muy francos, salpicados de notas especiadas, configurando un conjunto complejo y alegre.
En boca resulta fino, aterciopelado, armónico, predominando la fruta con un fondo de madera, evolucionando muy bien, creciendo hasta aparecer dulzura, acidez, amargor, tanicidad, expresiones todas muy compensadas. Gusto fácil y grato; muy bien acabado. Responde plenamente al estilo que le viene distinguiendo.
100% tempranillo. Estuvo en barricas de robles francés, americano y húngaro durante 14 meses.