7,5

Sao Gabriel


Raviolis de guisantes y carabinero a la plancha
Jens Rittmeyer
País: Portugal
Localidad: 8135-106 Almancil
Dirección: Estrada de Vale do Lobo a Quinta do Lago, Km. 4
(+351) 289394521
Cierra: Lunes
Precio: 75/100 €
Precio menú degustación:


En pleno corazón del Algarve se encuentra este encantador restaurante al que concurre un selecto público internacional que demanda una culinaria cosmopolita. En este caso de neto corte alemán, de donde procede el chef, Jens Rittmeyer, salpicada de toques italianos, orientales... Hay que destacar, en primer lugar, su conocimiento; detrás de cada plato hay un gran estudio, se aprecia un considerable esfuerzo intelectual y práctico. Por lo general, en cada articulación intervienen bastantes elementos, lo que aporta complejidad, escenificación y ricura a la comida. Sabores variados e intensos en los que se entremezcla el academicismo con el exotismo en un estilo ecléctico. La técnica, muy en consonancia con el carácter germánico, es otra de las cualidades relevantes, que se manifiesta en cocciones metódicas e impecables, especialmente cuando se trabajan verduras y carnes, siempre selectas. En fin, una cocina seria, rigurosa, profesional, centroeuropea, que se presenta al mundo desde el saber histórico con renovados impulsos y vocación de agradar.

Jens tiene especial predilección por las sopas, con un apartado en la carta. La cremosa de espárragos blancos con pompas de espárragos verdes alardea de inmaculabilidad sápida y de altura culinaria. El consomé de hongos y codorniz posee rigor y potencia. Y los amantes de sensaciones explosivas no han de dejar de probar el brebaje de curry y hierba limón, calor y frescura en un mismo ser, desgarrador, de los que enciende pasiones. Los raviolis de crema de guisantes con carabinero, patatas troceadas y salsa de tomate con brunoise de chalotas muestran la generosidad que conlleva cada composición. Generosidad que se constata una y otra vez con el valor añadido de una extraordinaria gustosidad: pulpo con lengua de pato, crestas de gallo, buey de mar, pencas de apio, patatitas y un delicioso jugo de lechuga.

Los pescados se caracterizan por una cultura convencional: en los puntos de hechura, en los complementos, en los realces, y por presentarse sin pieles. Así se aprecia, por ejemplo, en los filetes de lenguado sobre espárragos blancos y verdes con salsa de almendras y trufa, o en el rodaballo sobre risotto de jengibre con espuma de anís estrellado. Mucho más interesante el apartado de carnes, del que sobresale el cordero asado con ravioli de batata relleno de la paletilla estofada a las hierbas, acompañado de alcachofas salteadas, tomate y sutil salsa de tomillo. Y también muy doctoral y muy consumado el pichón asado – la pechuga sangrante y la pata guisada y crocante – con habas y salsa de oporto.