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Naranjas Navel Powell Tollupol


JOAQUÍN LLUSAR Y CIA, S.A.

País: España
Localidad: 46510 Quartell (Valencia)
Dirección: Pol. Ind. La Foia, Calle 10, s/n
(+34)962610300
Precio:


 Las naranjas de Tollupol aquí seleccionadas son de la variedad Navel Powell, cuya aparición se conoció en Australia debido a una mutación espontanea. Las que selecciona y comercializa esta firma proceden de distintas zonas, el 80% de Huelva, el 10% de Murcia y el 10% de Valencia. Su temporada en el mercado se circunscribe a abril y mayo, es por tanto tardía, comenzándose a recolectar por el sur. El fruto tiene una forma que va de achatada a ovoide, siempre con ombligo y con una piel muy fina y adherencia moderada a la pulpa. Escasa zona blanca y sin apenas pepitas, proporcionando mucho zumo neto, de gran madurez, con bajo contenido ácido y elevado en azúcares. En verdad dulce y refrescante.



La desconcertante lista de los mejores restaurantes del mundo

Había sido una gran noche para la cocina española y, sin embargo, compartíamos sentimientos agridulces.

A la salida de la gala The World´s 50 best  los españoles nos concentramos  para disfrutar de una cena informal como correspondía al momento. En las mesas sonrisas, caras de resignación y muchas conjeturas. Poco antes, a la salida, me había tropezado con Eneko Atxa, uno de los triunfadores. Contento pero afectado me espetó al verme: “Es la primera vez que asisto, no sé cómo funciona esto pero los resultados me parecen muy raros”. Cierto, todos esperábamos otra cosa.

Rene Redzepi en el escenario agradeciendo a su equipo su ayuda. Alrededor de las 22,30 h. supimos que el Celler de Can Roca no repetía la privilegiada posición del año 2013 y que el número 1 lo volvía a ostentar René Redzepi con su conocido Noma. El centro de gravedad de la alta cocina mundial abandonaba el Mediterráneo para volver a los países nórdicos.  En el camino, desde el puesto 50 hasta el vértice de la pirámide fuimos conociendo el nuevo listado, en muchos aspectos absurdo y más desgarrador que nunca.

Para muchos cocineros los descalabros han sido importantes. Heston Blumental con su otrora famoso The Fat Duck acentúa su caída desde el puesto 33 al 47; la estrella  italiana Massimiliano Alajmo de Le Calandre, pasa del 27 al 46; el conocido flamenco Peter Goossens propietario de Hof Van Cleve, se desploma del 25 al 45 y nuestro querido Quique Dacosta – tremenda decepción – se desliza del 26 al 41 justo cuando se encuentra en su mejor momento. 

En la monumental sala del Guildhall habíamos escuchado más calificaciones de castigo. El conocido norteamericano Daniel Bouloud del restaurante neoyorquino Daniel pasa del 29 al 40; el risueño tres estrellas francés Pascal Barbot  se desliza del 23 al 38; el prestigioso Joël Robuchon del 25 al 31; el gran Thomas Keller con su famoso Per Se del 11 al 30; Le Chateaubriand de Iñaki Azpitarte del 18 al 27; el gran Alain Passard, con su inenarrable L´Arpege, para mí el mejor tres estrellas de Paris, cae del 16 al 25; el magnífico restaurante sueco Frantzén, de Björn Frantzen pierde 11 puestos del 12 al 23, el espectacular restaurante vienés Steirereck de Heinz Reitbauer, pasa del 9 al 16 y Andoni Aduriz con su conocido Mugaritz – otra decepción para los españoles – pierde dos puestos y cae del 4 al 6.

Escabechina entre las grandes estrellas de la que no se han librado los cocineros latinoamericanos. El mexicano Enrique Olvera resbala del 17 al 20, Gastón Acurio pasa del 14 al 18 y Alex Atala, que no asistió a la gala (las malas lenguas afirman que por desacuerdos con los resultados anteriores), vuelve a perder un puesto, del 6 al 7.

Por supuesto, ha habido notables ascensos de restaurantes de Asia, África, Europa y Latinoamérica.  Uno de los más llamativos el de Eneko Atxa que con su Azurmendi irrumpe de golpe en el puesto 26 y gana el premio al mejor restaurante sostenible. Otro, el de Virgilio Martínez con su restaurante Central (Lima) que asciende del 50 al 15. Resultan notables las subidas del vizcaíno Bittor Arguinzoniz con su asador Etxebarri que salta del 44 al 34, y la de Martin Berasategui que abandona el 64 para alcanzar al 35. Aparece por vez primera David Muñoz con su famoso Diverxo en el puesto 94, al que se augura un rápido ascenso, mientras que Albert Adrià remonta con Tickets desde el 77 al 57 y coloca por primera vez a 41º en el 74. El caso de Arzak, que conserva el dorsal del octavo puesto por cuarto año consecutivo tiene un mérito imponderable. Me ahorro publicar los listados completos que andan en todas partes Los 50 mejores Gastroactitud. 

En mi opinión, pierden el tiempo los que intentan encontrar sentido a los resultados. Este año la lista, que cada edición se consolida como un ente amorfo, se ha mostrado más errática, desconcertante y absurda que nunca. Imposible saber qué tendencias han valorado los 900 miembros del jurado y los motivos que justifican cada una de las posiciones. Se trata de un tobogán que humilla y descoloca a los mismos que la elaboran. Que cada uno saque las conclusiones que quiera. Al salir de Ibérica Andoni me dijo tranquilo, llevo 9 años entre los 10 primeros del mundo, ojalá siga estando el año próximo para concluir una década.   

Termino resumiendo la posición de nuestro país en pocas cifras. España ha situado otra vez tres restaurantes (cocineros) entre los 8 primeros del mundo. Podemos presumir de tener 7 restaurantes entre los 50, y 10 entre la élite de los 100 grandes.

Ni Francia, ni Italia, ni los países nórdicos, ni Japón, ni Estados Unidos, ningún otro país puede presentar un balance semejante. Como decía ayer en twitter, nos sobran motivos para sentirnos orgullosos.



En Zaldiaran, Francis Paniego "El Portal del Echaurren" Visionó el Paisaje y la Autenticidad y Homenajeó a la Casqueria

     Francis Paniego lo tiene claro, su festín degustación aúna creatividad e identidad territorial, proyectando sus sentimientos y su inspiración en los productos locales y en las referencias gustativas de la región. Enarbola con orgullo la bandera de La Rioja, de la que Echarren es su mayor estandarte culinario en la historia, a la que impregna de espíritu de futuro. Sabores amables, armónicos, conocidos...vestidos con novedoras formas de alta confección. Uno recuerda esto y aquello...pero queda sorprendido por el diseño que escenifica el chef, que hasta se divierte con pequeñas travesuras, con trapantojos, como sucede en el primer aperitivo, unas aceitunas en aceite de oliva virgen que no son aceitunas, que en realidad son un pasta cremosa negra, muy agradable y dicharachera, teñida con tinta de chipirón para dar el pego, con la forma de las olivas, que esconde sabores tipicos de la calle del Laurel de Logroño, que recuerdan a anchoas, pimiento verde, queso...multiples referencias típicas. Magía y literatura a la que recurre Francis para sorprender al público, que tiene que estar muy atento, para identificar lo que hay en el plato. Porque cuando anuncia "Pan de Humo, Ceniza y un Trozo de Tondeluna" aparece un canapé de “mantequilla” de cabra, de una quesería de Ezcaray, coronada generosamente con trufa negra rayada. Enraiza con el viejo abreboca de la suntuosa restauración francesa que redefine con sabiduria propia.
    Francis homenajea a su madre, Marísa Sánchez, Guisandera Mayor del Reino, asumiendo su mayor ícono, las croquetas, una excepcional obra de arte. Algo que no debe dejar de hacer nunca. Como nunca un gourmet debe dejar de comer, y unas cuantas, dadas sus cualidades: una costra crujiente y frágil da paso a una sutil bechamel, batida eternamente, aligerada y enriquecida con caldo de pollo, que aparece magnificada con manifiestos tropiezos de jamón. ¡Qué delicadas! ¡Qué sabrosas a la vez! De Campeonato Mundial.
     Cambiamos de tercio. “Hierba Fresca, o Comerse una Pradera de Alta Montaña” es un plato técno, al más puro estilo Adrià, en que proyecta, al más puró estilo Bras, los sabores compastres y lácteos que Francis identifica con la tierra que le vió nacer. Retomamos una filosofía más neta, más palpable, con la inmaculada cigala, una pieza monumental, troceada y justo caliente, jugosa a más no poder, con un huerto de minivegetales y sermillas intercalado, además de recuerdos a ajoblanco, que en nada afecta al marisco, con los que el comensal puede jugar a su gusto; ahora pongo remolacha tras el bocado de cigala, luego alcachofa...más tarde mojo en la salsa. Un protsgonista principal estelar y pureza...pureza al antojo de cada cual. “Asaduras. ¿Asadurillas de Cordero, Gazpacho Riojano o Mole Poblano?”. Detrás de este ambiguo e insinuante título múltiples despojos de casquería convertidos en un paté rústico, ciertamente visceral, harto condimentado, que se acompaña de una yema, líquida y caliente, y que se adorna con una teja con incrustaciones de sésamo, que hace de corteza para mojar el huevo y cargar la pasta. No puede reproducir recuerdos más primarios y ancestrales aunque se vista para la ocasión. Insistimos que se incita constántemente a la fantasia de quién se sienta a la mesa, que no puede sospechar que se va a encontrar detras de “El Pez de Río Que Soñaba con el Mar”. Un cubo frío de trucha, cruda y marinada, con algas y vegetales, todo rejuntado, como una ensalada o una ensaladilla verde, más un manojo de berros y una delicada salsa con notas ácidas y acuosas, muy refrescantes. Esencial la merluza, que tantos éxitos a dado al chef, asada, perfecta de punto, dispuesta sobre una estirada y refinada crema de patatas levemente aromatizada con vainilla. Colosal, por producto, punto y realces y, en verdad, académica. Esencialidad y academicismo que volvieron a quedar de manifiesto en el seso de cordero, cocido emulando la textura de un foie gras, que se laca con un sustancioso y concentrado caldo de ave. Un pecado para quien guste de la casqueria pura y dura...sin grandes atrezzos. Otra minudencia, muy audaz, unos callos, pero no hechos con tripa, ni pata ni morros como complementos, sino con piel de cerdo. Sabor de siempre y una textura extrema que pringa de gelatinosidad los morros, que se instala en ellos y no se desprende. Cuchara cochina para saturar a Gargantua y Pantagruel en un mano a mano. Unos callos ibéricos que enloqueceran a los locos de los callos a la madrileña. Y concluyó la fiesta en Zaldiaran con otro alarde de humanidad: queso, aceite, naranja y helado de calabaza, además de chocolate, frutos rojos...una orgia bien atemperada, magnificamente resuelta, en consonancia con la sensatez y madurez que distingue a Francis Paniego.

 

 

  • "Las Semilla, Los Minivegetales y la Cigala"
  • "Aceitunas que no son Aceitunas"
  • "Pan de humo, Ceniza y un Trozo de Tondeluna"
  • "Croquetas, Que le Quitamos a Mi Madre"
  • "Hierba Fresca o Comerse un Pradera de Alta Montaña"
  • "Asaduras. ¿Asadurillas de Cordero, Gazpacho Riojano o Mole Poblano?"
  • "El Pez de Río Que Soñaba con el Mar"
  • "Merluza Asada Sobre un Pil Pil de Patata con Leve Toque de Vainilla"
  • "Sesos de Cordero Lacados a Modo de Foie Gras"
  • "Callos de Piel de Cerdo"
  • Queso, Aceite, Naranja y Helado de Calabaza


La Tucho, La Vasca, Els Tinars, Casa Urola y Nuchas.

En el espacio de Rafa García Santos nos habla sobre La Tucho, La Vasca, Els Tinars, Casa Urola y Nuchas. (20/04/2014)

 

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La Tucho, La Vasca, Els Tinars, Casa Urola y Nuchas.


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La Tucho

País: España
Localidad: 39012 Santander (Cantabria)
Dirección: Corbán, 12.
mapa
(+34) 942336177
Cierra: Domingos Noche y Lunes
Precio: 30/40 €


  • Percebes
  • Navajas o Morgueras Abierta en Sartén
  • Jamón Joselito
  • Rabas
  • Merluza Rebozada
  • Rape al Horno
  • Chipirones o Maganos Encebollados
  • Jargo o Muxarra al Horno con Patatas
  • Ventresca con Tomate y Patatas
  • Crema de Limón

     Situado frente al seminario de Corbán, a las afueras de Santander, comenzó su andadura en 1956, cuando el matrimonio formado por Antonio Gómez y Juana Soto (La Tucho) abren las puertas de una tienda de ultramarinos con casa de comidas. Hoy lo regenta su heredera Gema, junto a su marido e hijas. Son famosos desde el inicio sus aperitivos, hasta el punto de que los días de fiesta es casi imposible acceder a la barra, en la que triunfan sus rabas, así soleras de blanco y vermuts. Dispone a su vez para el mismo de varias mesas en una agradable terraza.
     El restaurante cuenta con varios comedores, muy concurridos, en los que se impone la reserva. El secreto es elemental: unos productos notables, hechos como a la gente le gusta, servidos en raciones pantagruélicas y cobrados muy razonablemente. Vamos,  que la relación calidad-cantidad-precio es imbatible. Todo resulta muy sencillo, campechano, afable…también el trato.
     Atentos a lo comido y cobrado. 5 comensales pagamos 196 €. Compartimos unos extraordinarios caracolillos o bígaros, superfrescos, recién cocidos, pletóricos de sabor marino. Siguió una ración de navajas abiertas en sartén, de tamaño medio, tersas, apenas aderezadas con unas gotas de aceite, que lubricaban sus carnes sin afectar a su naturalidad. A continuación, 300 gramos de percebes, que cotizaban a 70 € el kilo. Un buen tamaño, recién pescados, muy jugosos, exultante de oceanidad…ciertamente manjarosos para su tarifa en carta. Picamos una ensaladilla rusa, estaba buena, sin que sea una de las especialidades de la casa. Repetimos, buena, aunque lo más especial era la presentación, más coqueta de lo que suele ser habitual. Las rabas de magano, que congregan a cientos y cientos de personas cada fin de semana, hemos de calificarlas de notables. Calamar grande congelado, salen tersas pero podían y hasta debían estar algo más consistentes; nosotros las preferimos más atléticas. Poca harina, rápida y fugaz fritura, ni un aroma a fritanga, ni una gota de aceite…y, como todo, un plato rebosante. Otra opción que ha contribuido al éxito del restaurante es la merluza frita: notable, como siempre, calidad del producto, magnífico rebozado y un punto de hechura muy al gusto de todos. Dos raciones bastan y sobran para cinco. Tal es así que el jargo o muxarra al horno con un refinado refrito, para tres, más una montaña de ricas patatas no pudo ser ni medio terminado por los cinco asistentes.                                                                    En verano los chipirones encebollados, sin limpiar los interiores y la ventresca de bonito con patatas y tomate son evidentes  testimonios del populismo costumbrista de la casa.
     Postres muy agradables en una óptica glotona. La tarta de queso y frutos rojos esta satisfactoria, eso sí, densa; la agridulce mousse de limón, en verdad cremosa, con barquillos incluidos, es de una facilidad incontrovertible y, la estrella, llegada desde celebérrima pastelería de Torrelavega, es la Milhojas; de campeonato. Todo esto: 40 € por persona, más dos botellas de Muga Crianza 2009. “Un chollo”.
     Qué se cuida muy mucho la materia prima se puede constatar en las anchoas artesanas de la casa, en el jamón ibérico de Joselito, el las cigalas y nécoras y en casi  todos los pescados, salvajes y hermosos: lenguados, rodaballos, machotes, pasados por la plancha o asados al horno convencionalmente.
     Cumple sobradamente con todas las expectativas que despierta.



A tal televisión, tal cocina

 La última moda, según sus partidarios, o plaga, para los que no lo son, de las televisiones "generalistas" o "comerciales" es llenar la parrilla con programas presuntamente culinarios, que no gastronómicos. No hay cadena que no tenga su cocinero de cámara, nunca mejor dicho, ni su concurso de cocineros o aspirantes a serlo.

Bueno, la televisión, como afirma mi querido José María Iñigo, es ante todo un medio de entretenimiento. Antes pensábamos que era un medio de información y formación, pero ya vemos que no: Iñigo tiene razón. Y parece que a la gente le entretiene ver como determinados ciudadanos vestidos de blanco (o de negro) elaboran diversos platos ante la cámara.

Uno, en estos casos, piensa en Quinto Horacio Flaco, poeta latino (siglo I antes de Cristo), hijo de un liberto y protegido por su amigo Cayo Mecenas, amigo a su vez de Augusto. Horacio escribió versos excelentes, y expuso su pensamiento en ellos. Al comienzo del tercer libro de sus "Carmina" (las "Odas") dejó una de sus expresiones más conocidas: "Odi profanum vulgus, et arceo", que significa "odio al vulgo ignorante, y me alejo de él".

Es una solución, desde luego. La más cómoda. La menos cómoda es tratar de conseguir que el "vulgus" sea lo menos "profanum" posible. Eso, que cuesta trabajo, puede hacerse bien, o sea, enseñando, y puede hacerse mal, esto es, vulgarizando. Bajando el listón, como se dice ahora. Y la mayoría de los programas a los que aludíamos son eso: vulgarizaciones.

Vulgarizar, dice el Diccionario, es "hacer vulgar o común algo". La palabra "vulgar" tiene, aunque no lo diga el DRAE, un innegable sentido peyorativo: nadie elogia a nadie diciendo de él que es vulgar. O sea, que lo de vulgarizar no es tan bueno.

Y hay cosas que no se pueden vulgarizar. La alta cocina, por ejemplo. Si se vulgariza, deja de ser alta y casi de ser cocina. Entendámonos. Una cosa es hacer la comida, cosa al alcance de todos, y otra cosa es cocinar, cosa que está reservada a unos cuantos. No diré que la cocina sea el octavo arte, pero sí que en ella hay, entre otras cosas, arte. Y el número de artistas no es, afortunadamente, infinito.

Se nota en esos programas. Dejo aparte al gran Arguiñano, excelente comunicador que, además, enseña a hacer platos asequibles y "ricos-ricos". Alguno más hay, pero pocos; en general, van más en plan "miren lo que sé hacer", es decir, más circo que escuela. Lo de antes: el circo entretiene, la escuela enseña (o debería hacerlo).

Un programa de estos, y no digamos los concursos en los que los participantes demuestran semana a semana que son capaces de someterse a auténticas vejaciones con tal de tener sus minutos de lo que ellos creen que es gloria, tiene que ver con la gastronomía lo mismo que un libro de recetas de la última famosilla con las obras de Julio Camba, Néstor Luján, Álvaro Cunqueiro, Josep Pla. Vamos, como la canción del verano y el Yesterday de Paul McCartney, por no meternos en profundidades mozartianas.

La gastronomía ha sido siempre el patito feo de la tele, pese a los intentos dignos de todo encomio de pioneras como Maruja Callaved o, después, Elena Santonja. Se la ha confundido con los recetarios. Y la gastronomía es mucho más. Me imagino que Apicio, que es apenas posterior a Horacio, no fue un autor popular, en el sentido que hoy le damos a esa palabra; sus recetas estaban bastante lejos de lo que un romano de la plebe podía permitirse, y hasta comprender.

La alta cocina no se enseña en un programa de media hora, ni de tres horas. Puede enseñarse, como hace Arguiñano, a hacer mejor la comida de cada día, a disfrutar cocinando, yendo al mercado. Creando afición, en dos palabras.

Lo otro, harta. Ya saben aquello de que lo poco agrada y lo mucho enfada. Hay excepciones: algunos programas del canal especializado, algo de Oliver, cuyo manoseo de la comida me espanta, pero que tiene las ideas muy claras y comunica muy bien; la cocina lógica de Sergio Fernández (no lo confundan: es el Sergio de Canal Cocina). Me pareció didáctica y muy buena la serie Un país para comérselo de Juan Echanove e Imanol Arias. Pero la verdad es que cuando llega la hora de uno de estos multitudinarios programas con la cocina como motivo que tanto abundan ahora, mis dedos accionan automáticamente el mando a distancia.

Claro que, como decían los clásicos, "primum vivere, deinde philosophari", o sea, en traducción libre, primero vivir, después hacer filosofía. Así que es posible que lo primero sea hacer la comida, para luego pensar en ello y ascender de cocinillas a gastrónomo. Puede ser. Pero ni para ser un gourmet hay que ser cocinero ni todo el que se pone frente al fogón es un gourmet. Ojalá lo fuera. Otro gallo, menos presumido y más afinado, nos cantaría.

En fin, volviendo al principio: yo preferiría menos programas "culinarios" y más teatro. ¿O es que el buen teatro, además de formar, no entretiene?

Abr 13 23:25

El Tinars, Mirador de Ulia y El Portal del Echaurren.(10/04/2014)

 

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El Tinars, Mirador de Ulia y El Portal del Echaurren.


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La Vasca

Iñigo Ruíz
País: España
Localidad: 09200 Miranda de Ebro (Burgos).
Dirección: Olmo, 3
mapa
(+34) 947 311301
Cierra: Domingos Noche, Lunes (Excepto Fiestas o Vísperas de Fiesta), 3 Semanas en Julio Navidades.
Precio: 30/45 €


  • Revuelto de Perrechicos
  • Alcachofas con Almejas
  • Mollejas de Lechazo Salteadas con Ajos
  • Bacalao a la Riojana
  • Lechazo Asado
  • Callos con Pata
  • Leche Frita

 Una cocina tradicional hoy desaparecida que antaño practicaban las señoras. Típica, casera, con enorme sensibilidad…que brinda una enorme satisfacción. Un producto extraordinario hecho con intuición y un innato buen gusto. Todos los conceptos y técnicas son primarios…a más no poder, pero se impone la nobleza del producto y la autenticidad sápida. Al margen de méritos culinarios…depara inmenso placer.
Actualmente dirige el establecimiento Iñigo Ruíz, el único hombre entre una decena de mujeres que se ocupan de la perolas y la sala, heredero fidedigno del espíritu de sus abuelos, Manuel Ruíz y Ángela Bilbao, que fundaran el negocio en 1926. Ella, “La Vasca”, guisaba como los ángeles en sintonía con Nicolasa Pradera “Casa Nicolasa” o las Hermanas Eguileor “El Amparo”. Sigue en la misma sintonía…actualizada un poquito. Pero que quede claro…que dudamos que quede un restaurante que refleje tan bien aquella vieja y entrañable cocina.
Un ejemplo de lo dicho es el revuelto de perretxikos. Unas setas exultantes de aroma y sabor, apenas salteadas, a las que se les tira un huevo sin batir, se le da dos vueltas y sale rebosante de fragancias y gusto a setas recién recolectadas. No se bate el huevo, es un revoltijo, sale jugoso pero no cremoso…ahora está irresistible. Esta es la tónica general, que vuelve a evidenciarse en las alcachofas, pasadas de cocción, desnaturalizadas, pero que se ofrecen con unas colosales almejas desconchadas, tan solo abiertas, crudas y calientes, que resultan una maravillosa paradoja. Un elemental y, a la vez, primoroso puré de alcachofas y almejas, debajo de hortalizas y marisco, contribuye a magnificar el resultado. Insistimos, todo es simple pero efectivo: mollejas de lechazo salteadas don ajos picaditos. Convencional a más no poder, como todo, pero muy gratificante el bacalao, sabroso, con una cocción tradicional, ciertamente impregnado, napado por la salsa de tomate y los pimientos. Para sopear y dejar como una patena el plato. El lechazo está bien, pero no compite por ser una celebridad en la región. Otra cosa son los callos…tan caseros como elegantes; no tienen otro mérito que su aterciopelada suculencia. ¡Estupendos! Y así se suceden secuencias y secuencias hasta llegar a una temblorosa leche frita, con la consistencia de un colosal tocino de cielo, con la ricura de un una canela impregnada proverbialmente. Si estas “parvularias” se hubiesen doctorado en Harvard serían más importantes que muchos afamados cocineros. Poseen un don milagroso que convierte cualquier condumio en un bocado apetitosísimo. La mejor cocina de la abuela, la mejor cocina de pueblo. 

Para mayor atractivo, los precios son una ganga, lo que contribuye a que siempre esté lleno. 

Es muy difícil de calificar, pues hay muchos platos insignificantes en la carta, así como la puesta en escena, de vieja casa de comidas. Anuncia próxima reforma.  Que quede claro: extraordinaria satisfación y una nota insignificante para lo recibido.



7,5

Tortilla de Patatas, Bar Txiki



 Paco Rubio y Rosa Romo llegaron a Vitoria, procedentes del valle cordobés de Los Pedroches, a principios de los setenta. Se dedicaron desde un inicio a la hostelería y allá por 1981 abrieron Txiki, en la calle Sancho El Sabio.  Gracias a la diligencia y simpatía de él, que se ocupaba de la barra y a la buena mano que tenía ella para las tortillas, acabaron convirtiéndolo en un prospero negocio familiar y en un “legendario bar de barrio”, famoso en la ciudad por su especialidad. En su andadura fueron incorporando a sus hijos, Raúl y Marta, que aportaron nuevas miras. En 2015 abrieron un moderno local ubicado en lo que fuera la Plaza de Abastos, hoy convertida en un Centro Comercial Gastronómico de indudable interés y clamoroso éxito. Tanto, que en 2019 vendieron, tras 38 años, la casa original y centraron todo su esfuerzo en este moderno gastrobar.

Si antaño se formaban colas para celebrar la bondad de sus tortillas, ahora estamos ante una TORTILLERIA en el sentido estricto de la palabra, dada la oferta y venta, más de una docena de variantes y miles de pinchos.  Tortilla de patatas con cebolla; con pimientos; con bacalao; con champis y jamón; con jamón y pimiento; con chistorra; rellena de morcilla; rellena de York y queso; de txaka; de bonito, York, queso y mayonesa; torti-pizza de bacón y queso, etc. Si hay que elegir una, sin lugar a duda, la estrella es LA TORTILLA DE SIEMPRE DEL TXIKI, sin cebolla y caliente, recién salida de la sartén.

Ni que decir tiene que aquí los huevos y las patatas salen por miles, con varias cocineras en todo momento. También se vende por encargo.

Entre las particularidades de la Tortilla de Siempre del Txiki,  destaca sobremanera que la patata está un tanto frita, a veces algo tostada. A su vez llama la atención su jugosidad, se muestra babosa, exultante de huevo cremoso, sin excesos. Otra virtud es su textura temblorosa...muy viva, con una altura y un diámetro medio, lo que incide en el control y la instantaneidad. Nada aceitosa, por tres razones: utilizan girasol, la fritura rápida hasta casi “dorar” las patatas, lo que evita que chupen aceite y, al final, justo al momento de montar, se escurren y se echan bien calientes a los huevos batidos; e inmediatamente se vierten a la sartén, entre treinta y cuarenta segundos por cada lado bastan y sobran para darle un color dorado y lograr la cremosidad deseada. 5 patatas medianas por 8 huevos, uno por pincho, configuran la pieza. Sabrosa, honesta, auténtica...convincente a más no poder. Cumple sobradamente todas las expectativas y de ahí que tenga tanto y tanto reconocimiento.

Marta Rubio y Raúl Rubio
Restaurante: Bar y Tortillería Txiki
País: España
Localidad: 01004 Vitoria-Gasteiz (Alava)
Dirección: Mercado de Abastos. Jesús Guridi, s/n
mapa
(+34) 945 12 21 22
Cierra: Domingos
Precio: 2 y 11 €


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Abr 07 23:47

Casa del Judío, Els Tinars, Licor de los Picos, Falcon Crest, La huerta, etc.(03/04/2014)

 

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Casa del Judío, Els Tinars, Licor de los Picos, Falcon Crest, La huerta, etc.