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Casona del Judío Gastronómico

Sergio Bastard
País: España
Localidad: 39012 Santander (Cantabria).
Dirección: Repuente, 20 A 
mapa
(+34) 942342726
Cierra: Domingos Noche, Lunes y Todas las Noches, salvo Viernes y Sabados. De junio a setiembre también abre las noches de martes, miércoles y jueves.
Precio: Menús degustación más vinos e impuestos, y otros caprichos. €
Precio menú degustación: 78 Y 82 €


  • Deshojando la Alcachofa
  • Remolacha a Baja Temperatura, Acedera Marina, Regaliz y Hoja de Remolacha en Salmuera
  • Tomate Pasificado, Hierba del Rocío, Reducción de Tomate y Aceite de Enebro
  • Sardina Ahumada, Ligero PX y Acelga Marina
  • Chicharro en Salmuera con Aceite de Nuez Moscada, Arándanos y Vergolaga
  • Cigala Ahumada, Infusión de Hoja de Higuera, Amaranto con Mantequilla Noissete y Espinacas en Salmuera Tostadas
  • Bacalao a Baja Temperatura, Alga Parásita, Bígaros y Jugo de Roca
  • Cabello de Ángel, Cacao, Cafe, Clavo, Pipa de Calabaza, Acedera Marina y Romero
  • Un Paseo por el Whisky

     Casona del Judio es un espacio en el que cohabitan un bistrot triunfal, un salón de celebraciones y un pequeño y monumental espacio dedicado a la cocina de vanguardía, en el que interactua Sergio Bastard, montando los platos y conversando con los clientes. Con los dos primeros el chef obtiene los recursos que le posibilitan plasmar su idealismo culinario y su vocación artística. Y en el comedor gastronómico ofrece propuestas en verdad creativas, comprometidas en muchos casos, ya que no se corta un pelo. Construcciones fundamentalmente vegetales muy originales. Transmiten una manera muy personal de concebir y del gusto, con combinaciones siempre inéditas. Siempre articulaciones experimentales harto complejas. Esta es una gastronomía para Juan Antonio Duyos; posiblemente el único gourmet que pueda comprenderla y gustarle en Cantabria. Para Duyos y para Rafael García Santos, que ve en el quehacer de Sergio un estilo y una obra experimental crecientemente madura, lo que le lleva a ir accediendo a los primeros puestos de la cocina española. Aptitud, inspiración y capacidad de trabajo le sobran. Asi como talento y sensibilidad, sápida y estética; basta echar un vistazo a las fotos para apreciar sus dones.
Dada la fórmula de reserva previa limitada a un grupo hay que sugetarse a un menú degustación fijado por el chef que puede concertarse. Existen unos platos, más o menos fijos, que entran y salen según temporada y mercado. Vamos con algunos de ellos. No puede ser más rompedor y más logrado la sardina ahumada, que se sirve en tetera, nadando en un ligero pedro ximénez, adornado con una hoja de acelga marina deshidratada. Sabores marinos, salados, humo, dulces...siempre en escena; un juego de sensaciones sorprendentes en perfecto equilibrio. No hay referencias. El tomate pasificado con hierba del rocio, aceite de enebro y flores de romero (Ver Grandes Platos) es una propuesta esencial que potencia la quintaesencia del ingrediente principal. Gran concentración gustativa salpicada del tomate con un toque salino, otro balsámico, un tercero floral...siempre matices destinados a paladares muy curiosos. Hay que repetirlo: Sergio Bastard, a sus 32 años, ha logrado personalizar un estilo, que se aprecia sobremanera en el concepto y el tratamiento que aplica a las verduras, en particular y a los vegetales, en general. Valga como ejemplo, otro más, la remolacha a baja temperatura , cocinada pero con sensación a semicruda, salpicada genialmente con regaliz, adornada con acedera marina y lubricada con grasa de cerdo (Ver Grandes Platos); una construccion inmaculada, liviana, rebosante de contrapuntos naturales y, a la vez, muy técnica, que busca impresionar al paladar y a los ojos, dado el cromatismo sápido y visual que brinda. Para que no quede ninguna duda de la filosofía, de su naturalismo radical aderezado de toques mágicos: lomo de chicharro, potenciado por una salmuera, que acentúa sabores y preserva la identidad y jugosidad del pescado, con arándanos, rabanito, verdolaga y aceite, excitante, de nuez moscada (Remitimos, una vez más, a Platos del Año). Otro testimonio ciertamente audaz lo tenemos en los guisantes de primavera con alga codium, pistilata y flor de caléndula. Así se suceden una y otra vez hortalizas, algas, legumbres, hierbas, flores,... en composiciones esclarecidas y, en algunos casos, discutibles, por excesivamente vegetarianas o por carecer de la fuerza gustativa que el común de los paladares demanda. Es una filosofía omnipresente. ¡Qué de decir del monumento a la alcachofa! Seguramente uno de los mejores platos con esta hortaliza como protagonista Absoluta y total. Unos corazones cocidos a baja temperatura y con un mínimo matiz ahumado, algo en lo que insiste hasta la saciedad el artísta, engalanados con unas láminas chips del mismo protagonista y un arrope de quinoa, como sublime y audaz potenciador, más un jugo de carico. ¿Quién da más con menos?. La creatividad hay que calificarla de ilimitada; lo que volvio a manifestarse en una yema de huevo congelada y descongelada, que ofrece una nueva textura, nadando en un apetitoso caldo de cocido, ahíto de pipas tostadas y trigo sarraceno, primero, deshidratado y, después, suflado, todo ello cubierto por hojas de acedera verde.
     Cuando le mete carnaza al “verde”, como en la cigala, otra vez tenuemente ahumada, con espinacas en salmuera, amaranto en mantequilla noisette e infusión de hojas de higuera, además de huevas del propio marisco (Ver Grandes Platos), la polemica no puede ser otra que la derivada del grado de proclividad mental o no a lo desconocido que se tenga. En este caso, en medio del bosque se encuentra una cigala, eso sí, ahumada, para reforzar la identidad campestre de la composición. Como siempre, infinidad de sensaciones, tantas y tan sutiles, que parecen volatizarse: acidez, dulzor, amargor, salado, tostado…y la cigala se impone victoriosa sobre esas apreciaciones. Se cambian las tornas en el bacalao a baja temperatura, perfecta cocción, con incrustaciones en sus carnes de alga parasita, bigaros y jugo de cebolla y pescados de roca; en este caso no tienen tanto protagonismo como el pescado y el mar, actor principal con los complementos como valores sumados. Nada no puede sorprender y, en este caso, por su carácter gourmand, tendencia que no se prodiga en el espiritu de Sergio Bastard. Estamos hablando del Canelón de berza y morcilla de año con extracto de berza y suero de mantequilla...un “cocido”, por aquello de la inspiración, que no es un cocido, que se pone al final del ágape, dada su contundencia.
     Sensacional fue el cabello de Ángel con bizcocho de cacao, acedera marina, pipa de cidra y aceite de clavo (Ver Plato del Año); un grandioso exponente del “vegetarianismo” goloso. No menos sensacional, no menos deslumbrante, hemos de catalogar el segundo postre, titulado: un paseo por el whisky, en el que cuenta con la colaboración de un pastelero francés de primerísimo orden, Antoine Latry, en el que de mutuo acuerdo compaginan poéticamente un candy de whisky, una steusel de trigo tostado, una quenelle de helado de leche, unas gotas de de whisky con aromas a turba, oxalis, piel de leche y semillas de laurel en ralladura.La Ostia.
     Para los apasionados del Arte y Ensayo Culinario.

 

 



Piñonada

Piñonada
Las Rejas
Cocinero: Manolo de la Osa
País: España
Localidad: 16660 Las Pedroñeras
Dirección: Borreros, 49
(+34) 967161089

Manolo de la Osa no ha sido nunca, salvo en alguna que otra excepción, un cocinero “cremoso”. La suya, a imagen y semejanza de su persona, es de mascar, de morder con realces nada envolventes. Un erudito y talentoso COCINERO DE PUEBLO, al pan, pan y al vino vino en el plato, dotado de un paladar privilegiado. Aquí conceptualmente parece un chef francés, refinadísimo hasta decir basta en sabores y texturas. La línea estructural del plato es una crema de piñones con incrustaciones netas, plenas de estos, reforzada sutilmente con queso. ¡Qué delicadeza! Luego guiños chispeantes colocados por encima en su justa medida y hasta con algún motivo suntuoso: lunares de gel de albahaca, nips de cacao y café, dados de mango y amareto, trufa laminada, una tira de salvia, una escama de sal y flores: salvia, romero, almendro.
Merece una Cuchara de Oro y Brillantes.



La Receta



Ingredientes para la Piñonada:

Leche
Piñones
Flor de Almendro
Crema de queso
Iota
Sal
Azúcar
Aceite de trufa
Piña
Jengibre
Nata montada

Elaboración:

Hidratamos piñones en leche 48 horas aproximadamente con flores de almendro. Una vez hidratados, los trituramos y colamos, obteniendo leche de piñones. Esta leche de piñones la texturizamos con Iota y la potenciamos con un poco de crema de queso. Reservamos la mezcla.
Por otro lado secamos piñones hidratados en papel secante y una vez secos los mezclamos con la mezcla anteriormente realizada de forma que la crema con textura de yogourth envuelva los piñones y la proporción de crema y piñones esté equilibrada.
Una vez equilibrada la mezcla ponemos a punto de sal, azúcar, aceite de trufa y refrescamos con piña y jengibre, ingredientes que añadimos lo más tarde posible para evitar su oxidación y un poco de nata semi-montada.

 

Ingredientes para el Gel de albahaca:

Albahaca
Agua mineral
Sal
Azúcar
Xantana
Colorante verde

Elaboración:

Hacemos un licuado de albahaca y ponemos a punto de sal y azúcar, texturizamos con Xantana y añadimos unas gotas de colorante verde si fuera necesario. Metemos en un biberón para facilitar el emplatado.

 

Ingredientes para la gelatina de amareto:

Amareto
Cola de pescado

Elaboración:

Eliminamos el alcohol del amareto poniéndolo en un cazo al fuego, una vez eliminado añadimos colas de pescado en la proporción de 4/5 colas por litro. Reservamos en frío y una vez frío realizamos dados.

 

Otros ingredientes:

Nips de cacao
Café picado
Dados de mango y amareto
Trufa laminada
Salvia
Flor de salvia
Piña rallada
Escama de sal
Flor de almendro
Flor de romero

 

Emplatado:

Disponemos la piñonada en la base del plato realizando un trazo alargado. A ambos lados del trazo de la piñonada haremos 2 y 2 puntos de gel de albahaca. Colocamos nips de cacao y café por encima de la piñonada, los dados de mango y amareto, la trufa laminada, una tira de salvia, una escama de sal y las flores correspondientes ( salvia, romero, almendro). Por último a la hora del pase rallaremos con microplane un poco de piña congelada.



Civet de Liebre

Civet de Liebre
Las Rejas
Cocinero: Manolo de la Osa
País: España
Localidad: 16660 Las Pedroñeras
Dirección: Borreros, 49
(+34) 967161089

Manolo de la Osa ha exaltado siempre los productos de su tierra y les ha dado lustre transformado el costumbrismo culinario. En esa línea, el protagonista en este caso es la caza, en concreto la liebre, que tan presente ha estado en su obra y una receta histórica, el civet. Ha hecho del guiso una revolución. ¿Cómo? Pasando de un estofado largo a una carne cruda, muy cruda, tan solo marinada y perfumada, encubierta con una salsa típica originalizada con remolacha. La guarnición, exuberante, no es otra cosa que una renovación de otro clásico, las frutas, a las que aportan toques mágicos, procedentes de distintas culturas. La memoria esta ahí, muy presente y los estímulos innovadores, también.



La Receta



Ingredientes:

2 lomos de liebre
Remolacha cocida
500 gr de remolacha licuada
Frambuesas
Cerezas
Confitura de membrillo
Cebolla confitada
Naranja confitada
Ciruelas pasas
Algas
½ litro de vino tinto reducido
20 dl de oloroso
20 dl de oporto
Miel de brezo
Soja
Salvia
Romero
Ajedrea
Sal

Elaboración:

1. Macerar en el frigorífico los lomos de liebre con miel, soja y aromáticos durante una semana envasados al vacío. Sacar y secar. Cortar en láminas finas.
2. Cortar láminas de remolacha cocida.
3. Estofar ciruelas con vino tinto y especias.
4. Rellenar las frambuesas con confitura de membrillo y naranja confitada.
5. Confitar cebolla y triturar.
6. Cortar cerezas por la mitad; deshuesar.
7. Hacer dados de remolacha encurtida
8. Desalar las algas y macerarlas con hierbas.
9. Licuar remolacha y mezclar con la reducción de vinos aromatizados con especias.

Presentación: Colocar láminas muy finas de lomo de liebre en el plato. Poner al lado las frambuesas, cerezas, ciruelas, cebolla confitada, remolacha encurtida, láminas de remolacha, algas y adornar con aromáticos. Para finalizar salsear con el civet de remolacha con vinos.



7

Ríos

Eneko Madinabeitia
País: España
Localidad: 31570 San Adrián (Navarra).
Dirección: Celso Muerza, 18
mapa
(+34) 948696068
Cierra: Domingos
Precio: 25/80 €
Precio menú degustación: 17,5 y 60 €


  • Sopa de Tomate Especiada con Mozzarella y Helado de Aceitunas, Además de Puré de Estas y Alcaparras
  • Pimientos del Cristal Asados a la Leña con Yema, Aceite y Ajos
  • Panache de Verduras
  • Papada de Cerdo con Borraja y Consomé de Pochas y Verduras
  • Merluza Melosa con Consome de Algas y Ñoquis de Sepia
  • Bacalao a la LLama con sus Callos, Caldo de Vigilia y Ajo Negro
  • Pechuga de Pichón a la Brasa con Echalotes Glaseadas al Regaliz, Berenjena Asada y Romero.

 Un negocio hostelero integral que ofrece hotel, bar y restaurante, un restaurante polivalente, con varios espaciós: bodas y banquetes, menús del día, cocina gastronómica de alto nivel. Se juega, en consonancia con lo que suele ser habitual en estos tiempos, a todo, es lo que posibilita que sobrevivan los proyectos. Un día laborable: el 70% de los clientes, fundamentalmente empresarios de la zona, con una importante industria alimentaria, comen un selecto menú del día a 17.5 €. El 29% se inclinan por platos tradicionales y un 1% optan por el menú degustación o los platos distinguidos con cierta embergadura y creatividad. Esta es la realidad económica y social que asola España por muchos, muchos años.
El chef asume que tiene que hacer viable la empresa y eso le hace tener mucha clientela. Lo que le permite desarrollar un proyecto gastronómico que luce y brilla tanto en los platos tradicionales actualizados como en las composiciones más personales y con mayor empaque.
Los pimientos del cristal asados a la leña y servidos en tiras se les da lustre con el diseño: unas pincelada de yema como salsa, otras de aceite y la presencia del ajo, en crudo, perfumando y confitado, un diente para morder, además de un rico costróncito. No deja de ser un plato tradicional que se decora con garbo. El panache de verduras, ciertamente bueno, es el de toda la vida, nada más ni nada menos que renovado en las cocciones, al dente, sin ser excesivamente al dente y preservando la inmaculabilidad de cada uno de los componentes: alcachofas, cardo, borrajas, espárragos, guisantes, judías verdes...convence a conservadores y renovadores. Y así se suceden otros muchos bocados típicos, como las chuletillas de cordero al sarmiento, convencionales, acordes con el paisaje y el paisanaje, bastante por encima de la guarnición, unas patatas fritas y unos pimientos del Patrón, mejorables intrínsecamente.
Eneko Madinabeitia da lo mejor de sí en los platos de alta cocina evolutiva en los que diseña buscando la satisfacción gustativa por encima del arte. Fantastica la refrescante y estimulante sopa de tomate especiada, rebosante de sabor y aromas, que luce sencillos y magníficos complementos mediterranéos: mozzarella, helado de aceitunas verde, puré de tapenade y alcaparras. Refrenda lo dicho otra articulación de cuchara, más gulesca en esta ocasión: papada de cerdo ibérico, marcada por fuera y gelatinosa en todo lo demás, a la que se le aporta la grandiosidad culinaria navarra: una juliana de borraja como guarnición integrada que nada en un puré estirado como salsa, que sabe y tiene pochas y que transmite a su vez el gusto de las verduras que acompañan a la “alubia tierna” en su cocción. Fabuloso. Es en este tipo de sosegadas creaciones inspiradas en la memoria histórica en las que el jovén chef, de 31 años, se muestra especialmente inspirado, como en el bacalao a la llama, impecable cocción moderna, con sus callos, un caldo de vigilia y el llamativo toque de unos ajos negros, que tanto se llevan en estos tiempos. Incluso en fórmulas más cosmopolitas y arriesgadas hay grandes aciertos. Es difícil señalar el mejor plato, pero bien pudiera haber sito la merluza, con una jugosidad insuperable, igual que inmaculabilidad, plena, reforzada por un colosal consomé de algas, exquisito en su oceanidad, con un curioso motivo: unos ñoquis de sepia. No tan meritoria, ni conceptual ni palatalmente, pero mereciendo la notabilidad, la pechuga de pichón, de carnes rosadas y tostadas, con sus jugos, echalotes glaseadas al regaliz y berenjena asada, con la presencia de una rama de romero.
Cuando se juega fuerte no siempre se cumplen las expectativas. Fórmulas como los moluscos (ostra, berberecho y mejillón) con crema suave de borraja, nabo y tiras de manzana verde, o la paletilla de cordero a baja temperatura con café, leche, azucar y caramelo de maíz fueron las menos pensadas y equilibradas de una comida de un joven cocinero que es ya una realidad con enorme futuro. No se puede dar más para su edad y en las circunstancias que concurren. Toda una revelación.
Por lo demás, el restaurante está muy bien vestido y el personal no puede ser más llano y simpatico; muy en consonancia con la zona. Es fiel a sí y al territorio, con miras muy amplias.



Abril, Tiempo de Espárragos... y de Protegerse del Sol

Decir abril es decir espárragos, y es momento de saborear ese tesoro gastronómico que ha crecido lejos de la luz para conservar su palidez de miradas curiosas. En 1926, la californiana Anita Loos obtuvo un notable éxito editorial con su novela Los caballeros las prefieren rubias, llevada años después, en 1953, al cine con el mismo título, con la dirección de Howard Hawks y el protagonismo de una Marilyn Monroe en la cima de su carrera. Los caballeros las prefieren rubias, pero, como la propia Loos escribió en 1928, se casan con las morenas. Pero los caballeros se casan con las morenas también tuvo secuela cinematográfica, con Jane Russell al frente del reparto. No logró tanto éxito como la primera: tal vez faltaba Marilyn. Pero ahí quedó la sentencia de Loos, su consejo a las chicas de entonces.
Caigamos en el tópico, y adjudiquemos a las rubias una piel clara, y a las morenas una tez más oscura. Hoy se lleva esto último: hay una auténtica psicosis del bronceado, ya no sólo en verano, sino en cualquier época del año.
Eso en nuestro mundo, claro. Váyanle a una china, o a una india, a decirle que tome el sol para ponerse morena. Le dirá que las únicas que tienen la tez bronceada son aquellas mujeres que trabajan en el campo, bajo el sol, y que de lo que se trata es de distinguirse, así que cuanto más blancas, mejor.
Lo mismo pasaba en Europa hasta al menos el siglo XX: lo elegante era tener una tez de porcelana, que ya estaban morenas las campesinas. Así que las damitas con aspiraciones se protegían del sol (sombreros, sombrillas... que, si se fijan, son dos palabras que proceden de la misma raíz: sombra) y, en caso de apuro, llegaban a beber vinagre en la creencia de que su ingesta mantenía esa palidez casi enfermiza que se deseaba.
Protegerse del sol... Vayamos a nuestro terreno, porque estamos ya en abril, mes glorioso desde el punto de vista gastronómico, y aparecen los espárragos. Ya saben: "Los de abril para mí, los de mayo para el amo, los de junio para ninguno". Decir abril es decir espárragos, y viceversa.
Espárragos blancos, claro, pese al auge de los verdes en los últimos años. Los espárragos blancos lo son porque se evita a toda costa que les dé el sol, tapándolos con tierra. Crecen lejos de la luz solar, y no desarrollan la clorofila como sus congéneres que sí dan la cara. Algo similar a lo que se hace con las endibias (las blancas), esa amarga ensalada invento belga.
Una cosa sobre los verdes. Aunque les llamen casi siempre "trigueros" será raro que lo sean; lo normal es que se trate de ejemplares cultivados. A mí me gustan, sobre todo, fritos, cuando son pequeños; esos espárragos son, a estas alturas, uno de mis mejores recuerdos de las celebraciones en el viejo "Jockey", que fue una de las máximas glorias gastronómicas madrileñas.

Pero si hablamos de espárragos, hablamos de espárragos blancos. Y, en general, cocidos y acompañados de alguna salsa. Ya sé que hay otras formas de cocinarlos, pero no me apetece desperdiciar unos espárragos de abril en una crema: para eso me valen perfectamente los de conserva.
Cocineros del nivel de Koldo Rodero, en Pamplona, Francis Paniego, en Ezcaray, o Ricardo Gil, en Tudela (la del Ebro, lo que no quita que haya espárragos maravillosos en Tudela de Duero) me han sorprendido con magníficas versiones. Pero, en casa, les recomiendo la sencillez. Hombre, no tanta sencillez como para ponerlos en las eternas "dos salsas". Cuézanlos con cuidado, atados en manojos del mismo tamaño, pelados desde la base de las puntas hacia abajo y con las propias puntas fuera del agua. Sírvanlos tibios: ganan muchísimo. Para mí, como mejor están es, sencillamente, así, con un hilo de buen aceite virgen sobre ellos.
Si quieren ilustrarlos, pónganles encima una yema escalfada, aún temblorosa. La salsa holandesa les va bien, se entienden con la mantequilla, pero no olviden que es una salsa frágil. No se compliquen la vida: para un mes que tenemos espárragos naturales,disfrútenlos de la forma más sencilla y directa.
Si, pese a todo, insisten ustedes en una vinagreta, ojo con el vinagre, que se puede "comer" literalmente a los espárragos. Yo no usaría nunca un balsámico, pero la verdad es que un balsámico de verdad, no una de las imitaciones baratas que proliferan en tiendas y restaurantes, es un lujo que no vale para cualquier cosa y hay que usar con muchísima parsimonia.
Les va mejor un vinagre de moscatel, o incluso de Pedro Ximénez; hoy día no hay problema, la oferta de vinagres es muy amplia. Pero, no sé, esa acidez me tapa un poco ese amargor elegante que aprecio en el espárrago.
Pues eso: estamos en abril y, además de las "aguas mil", cosa que no depende de nosotros y que este año, desde luego, no han esperado al mes clásico, es el mes de los espárragos. No dejen que se vayan sin hacerles los debidos honores en su mesa: son, aunque llueva, uno de los mejores dones de la primavera.



Cigala Ahumada, Hoja de Higuera, Mantequilla Noisette y Espinaca en Salmuera.

Cigala Ahumada, Hoja de Higuera, Mantequilla Noisette y Espinaca en Salmuera.
Casona del Judio Gastronómico
Cocinero: Sergio Bastard
País: España
Localidad: 39012 Santander (Cantabria)
Dirección: Repuente, 20
(+34) 942342726

Sergio Bastard ha hecho de la cocina verde un dogma de profesión. Hojas conocidas y desconocidas, naturales y desnaturalizadas, son el eje de su obra. En este caso, en medio del bosque se encuentra una cigala, eso sí, ahumada, para reforzar la identidad campestre del plato. Como siempre, infinidad de matices, tantos y tan sutiles, que parecen volatizarse: acidez, dulzor, amargor, salado, tostado…y la cigala se impone victoriosa sobre esas sensaciones.



La Receta



Para la infusión de hoja de higuera.

Ingredientes:
100 gr de nata
3 hojas de higuera
4 gr de Kuzu.

Elaboración:
Infusionar la nata con las hojas de higuera durante 24 horas.
Disolver el Kuzu y llevar a 75ºC.

Para la cigala ahumada.

Ingredientes:
1 cigala.
C/s de sal en escama.

Elaboración:
Marcar en sartén y pincelar con la infusión de hoja de higuera, finalmente ahumar.

Para el amaranto a la mantequilla noisette.

Ingredientes:
20 gr de Amaranto.
10 gr de mantequilla noisette.

Elaboración:
Cocer el amaranto durante 8´, saltear el amaranto con la mantequilla.

Para la espinaca en salmuera.

Ingredientes:
3 hojas de espinaca.
C/s de sal.
C/s de agua.

Hacer una salmuera, e introducir las espinacas durante 24 horas.
Secar y tostar.

 Cigala ahumada al momento justa de cocción, pincelada con una leche de hoja de higuera, el aroma de la avellana se lo doy a través de una mantequilla punto avellana para dotar de una grasa al plato, rabanito rallado pero mezclado con su propia agua para aportar un ligero toque picante y ligeramente ácido, y las hojas de espinacas primero con un tratamiento en sal muera y luego tostadas.



Quique Dacosta: Un Número Uno Mundial, Bacalao, Torrijas y Oro Bailen, Primero de España.

En el espacio de Rafa García Santos nos habla de Quique Dacosta: un número uno mundial, bacalao, torrijas y Oro Bailen, primero de España (31/03/2013)

 

 

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Tomate Pasificado, Hierba del Rocío, Aceite de Enebro, Jugo de Tomate y Flor de Romero.

Tomate Pasificado, Hierba del Rocío, Aceite de Enebro, Jugo de Tomate y Flor de
Casona del Judío Gastronómico
Cocinero: Sergio Bastard
País: España
Localidad: 39012 Santander (Cantabria)
Dirección: Repuente, 20
(+34) 942342726

La idea de que ha partido el chef es tan sencilla como lúcida. Así la expresa Sergio Bastard: “Si fuera de temporada encontrásemos un tomate en una mata, este se habría ido pasificando, de tan manera que el gusto se hubiera concentrado, con lo que aparecerían sabores dulces, algún tono ácido y habría cambiado su textura, por la pérdida de su agua. Por otro lado, estamos en un momento en donde por las mañanas predomina la hierba escarchada y lo escenificamos a través de la hierba del rocío, que aporta la textura, el agua que se ha perdido y el punto salino. Luego lo complementamos con un jugo concentrado de tomate asado, para reforzar aún más, un aceite de enebro que evoca sabores atomatados y algún balsámico y, finalmente, un toque floral a través de la flor del romero”.
Tan idílica y bucólica estampa gastronómica tiene su máximo esplendor en la esencialidad del tomate y en su quinaesencia gustativa.



La Receta



Para el tomate Pasificado.

Ingredientes:

4 tomates,

C/s Almíbar al 30%.

Elaboración:

Pelamos los tomates, le damos un baño de almíbar durante 2´, asamos a 180º C durante 15´ y, finalmente,  deshidratamos durante 6 horas a 35º C.

 

Para el aceite de enebro.

Ingredientes:

100 gr de aceite de oliva.

20 gr de enebro.

Elaboración:

Juntar ambos ingredientes, envasar al vacío y dejar en cámara durante 3dias.

 

Para el jugo de tomate asado.

Ingredientes:

10 tomates.

2gr de aceite de oliva.

Elaboración:

Pincelamos los tomates con el aceite y asamos en la brasa, cubrimos con film una vez asado, recogemos el jugo y lo reducimos.

Presentación.

Tomate pasificado,  sobre hierba del rocío,  aceite de enebro,  jugo de tomate y flor de romero.

 

 

 



Bacalao al Pil Pil

Bacalao al Pil Pil
Casona del Judío Bistró
Cocinero: Sergio Bastard
País: España
Localidad: 39012 Santander (Cantabria)
Dirección: Repuente, 20
(+34) 942342726

Un bacalao al pil pil propio de un cocinero de altos vuelos. Tanto la cocción del pescado como la salsa son conceptualmente avanzadas en correspondencia con la personalidad profesional de Sergio Bastard. Una y otra se hacen por separado juntándolas en el momento de emplatar. La primera, a baja temperatura, impecable, saliendo jugosísimo el lomo, con las láminas tornasoladas y nítidas de sabor. La segunda, con el saber hacer de quien ha trabajado en grandes restaurantes vizcaínos y quien domina el aceite; no en vano este chef ha ganado el Premio Internacional de Recetas con Aceite de Oliva Virgen Extra “Jaén, Paraíso Interior”. El resultado es un sabor en verdad refinado, con un perfecto equilibrio entre el aceite y el caldo de las pieles, sin que predomine ninguno de los dos y con una textura muy montada, un tanto “aérea”, derivada de “airearlo” con varilla.



La Receta



 Para el Agua de Bacalao.

Ingredientes:
0,5 kg de Pieles de Bacalao.
1 litro de agua

Elaboración:
Llevaremos a 85º y tenemos 30´; colaremos y reservamos.

Para el Pil Pil.

Ingredientes:
C/s de agua de bacalao.
C/s de aceite de oliva.

Elaboración:
Con la ayuda de una varilla iremos emulsionando el agua de bacalao con aceite de oliva virgen extra.

Para el bacalao.

Ingredientes:
1 lomo de bacalao.
C/s de aceite de oliva virgen extra.

Elaboración:
Envasamos al vacío el bacalao con un poco de aceite de oliva y lo trabajamos a 65º 7 minutos.

Montaje:

Una vez acabado el bacalao, abrimos la bolsa de vacío y recuperamos el jugo ligeramente salino del bacalao que se lo añadiremos a una proporción del pil pil, aportando mayor untuosidad y salinidad.



8,5

Bacalao al Pil Pil



 Un bacalao al pil pil propio de un cocinero de altos vuelos. Tanto la cocción del pescado como la salsa son conceptualmente avanzadas en correspondencia con la personalidad profesional de Sergio Bastard. Una y otra se hacen por separado juntándolas en el momento de emplatar. La primera, a baja temperatura, impecable, saliendo jugosísimo el lomo, con las láminas tornasoladas y nítidas de sabor. La segunda, con el saber hacer de quien ha trabajado en grandes restaurantes vizcaínos y quien domina el aceite; no en vano este chef ha ganado el Premio Internacional de Recetas con Aceite de Oliva Virgen Extra “Jaén, Paraíso Interior”. El resultado es un sabor en verdad refinado, con un perfecto equilibrio entre el aceite y el caldo de las pieles, sin que predomine ninguno de los dos y con una textura muy montada, un tanto “aérea”, derivada de su montaje con varilla.

Para el Agua de Bacalao.

Ingredientes:
0,5 kg de Pieles de Bacalao.
1 litro de agua

Elaboración:
Llevaremos a 85º y tenemos 30´; colaremos y reservamos.

Para el Pil Pil.

Ingredientes:
C/s de agua de bacalao.
C/s de aceite de oliva.

Elaboración:
Con la ayuda de una varilla iremos emulsionando el agua de bacalao con aceite de oliva virgen extra.

Para el bacalao.

Ingredientes:
1 lomo de bacalao.
C/s de aceite de oliva virgen extra.

Elaboración:
Envasamos al vacío el bacalao con un poco de aceite de oliva y lo trabajamos a 65º 7 minutos.

Montaje:

Una vez acabado el bacalao, abrimos la bolsa de vacío y recuperamos el jugo ligeramente salino del bacalao que se lo añadiremos a una proporción del pil pil, aportando mayor untuosidad y salinidad.
 

Sergio Bastard
Restaurante: Casona del Judío Bistró
País: España
Localidad: 39012 Santander (Cantabria)
Dirección: Repuente, 20
(+34) 942342726
Cierra: Domindos Noche, Lunes y Martes
Precio: 16


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