El Cordero: Judío, Musulmán y Cristiano

 La tarde, lluviosa, invita a la lectura; más que a buscar una novedad, a un reencuentro con uno de esos viejos amigos que siempre está listo para hacernos compañía en nuestra biblioteca; me acerco a ella, y casi cae por sí misma en mis manos esa joya que es La Cocina Cristiana de Occidente, de don Álvaro Cunqueiro. Perfecto. La edición es la de Tusquets, en la colección Los cinco sentidos, de 1981, el año en el que murió el maestro mindoniense... y 'nació' Caius Apicius.
Me fijo en la ilustración de la portada: un corderillo. Bueno; al fin y al cabo, el cordero es un animal muy relacionado con el cristianismo; así como la paloma es la representación clásica del Espíritu Santo, la referencia al cordero para referirse a Jesucristo es habitual. Palomas y corderos, después de todo, eran los animales que protagonizaban la mayoría de los sacrificios en la religión judía. Hasta aquí, todo coherente.
Pero la duda me entra a la hora de identificar esa cocina que describe e imagina Cunqueiro, la cocina cristiana occidental, con el cordero. Bien, es cierto que hablamos del cordero pascual, quetradicionalmente se ponía en la mesa el domingo de Pascua; pero el cordero está mucho más relacionado con las otras dos religiones del Libro, las de los semitas.
Semita viene de Sem, y Sem era el segundo hijo de Noé. De él proceden, según la Biblia, los pueblos semitas. Hoy, el mal uso de la palabra en la expresión "antisemitismo" (incluyendo en ese mal uso al mismísimo Diccionario de la RAE) hace que identifiquemos "semita" con "judío" o "israelita", hijo de Israel (Jacob); pero son tan semitas como ellos los descendientes de Ismael, hijo de Abraham y Agar, los ismaelitas, que son los árabes.
Y para árabes y hebreos, el cordero es mucho más que un símbolo. El cordero está presente en las mayores celebraciones de las religiones musulmana y judía, la llamada precisamente Fiesta del Cordero, o fiesta del sacrificio (Eid al-Ahda) para los primeros, la cena de la Pascua (Pésaj) para los segundos. Normal que así sea. Moisés y Mahoma vetaron a sus fieles la carne de cerdo. Y en el área de expansión de ambas religiones, de ambas culturas (el Próximo Oriente, Asia Central, el Norte de África...) no abundan los pastos que necesita el ganado vacuno, de modo que, en lo que a cuadrúpedos se refiere, hay que atenerse al cordero y al cabrito. Eso sí, hay alguna preparación espléndida, como el tajin magrebí, que, como tantos otros platos, toma su nombre del recipiente en el que se prepara.
En Europa se come cordero. Y hay excelentes corderos en el hemisferio austral, tanto en el Cono Sur como en Australia o Nueva Zelanda. Pero la carne sobre la que se edificó la Europa cristiana no fue la de cordero, sino la de cerdo. La civilización occidental está asentada sobre montañas de tocino. Y no hará falta recordar que, en la España de los Austrias, comer cerdo era la forma más sencilla de mostrar limpieza de sangre y que se era cristiano viejo.
No sólo los europeos. Los chinos, salvo en sus regiones occidentales, en las que hay no pocos musulmanes, son grandes consumidores de cerdo; claro que ya se ha dicho que los chinos se comen todo lo que tanga patas, menos las sillas. Pero el cerdo agridulce es uno de los platos chinos más conocidos por ahí adelante.
Otros pueblos que aprecian y comen cerdo son los del Pacífico, sean de la Melanesia, la Micronesia o la Polinesia; cuando Cook (o Bligh) anduvieron por allí (siglo XVIII), los reyes de las islas que visitaban les obsequiaban con suculentos asados de cochinillo...
Pero en Europa conviven pacíficamente cerdo y cordero. No estoy seguro de que, como dicen los "buenistas", la Córdoba de Abderramán III fuera un paraíso en el que vivían en paz y armonía musulmanes, judíos y cristianos; de lo que no me cabe la menor duda es de la convivencia gastronómica de cerdo y cordero, en sus formas de tostón y lechazo, en la vilipendiada Castilla que a mí me gusta seguir llamando "la Vieja". Esa en la que, según el pintor asturiano Darío de Regoyos, "nada es comestible en el paisaje de Castilla". Está claro que el artista de Ribadesella no disfrutó de un asado en Sepúlveda, Peñafiel, Campaspero, Aranda, Turégano, Torrecaballero, Arévalo, Burgos, Segovia y tantas otras localidades con buenos hornos de asar.
Eso sí: cordero asado, en horno de leña sabiamente utilizado. La gran cocina del cordero hay que buscarla fuera, donde consumen animales de más edad y peso, como esos maravillosos corderos de "pré-salé" que pastan frente al Mont Saint-Michel. Pero por aquí gusta el corderito lechal, churro, manchego, segureño o aragonés (el ternasco), y a lo que se come por ahí adelante, en países semitas o en el resto de Europa, le llamamos "borrego" y le acusamos de saber a lana o, como decía Camba en plan despectivo, "a traje inglés", como si vestirse en Saville Row estuviera al alcance de cualquiera y los corderos británicos no tuvieran, gastronómicamente hablando, merecedores del tratamiento de excelencia.



Ostras con Escabeche de Perdiz Azafranado

Ostras con Escabeche de Perdiz Azafranado
Las Rejas
Cocinero: Manolo de la Osa
País: España
Localidad: 16660 Las Pedroñeras
Dirección: Borreros, 49
(+34) 967161089

Manolo de la Osa siempre se ha caracterizado por su sumo talento y siempre ha sabido aunar diferencia con autenticidad y memoria histórica. Autenticidad, la ostra no puede mostrarse más pura, incluso el aire contribuye a potenciar el sabor mollar. Lo demás, pretende y consigue marcar la diferencia, una diferencia que se trasluce en el virtuosismo de elementos clásicos, con un toque estelar, cuando se define un escabeche de perdiz azafranado, el paisaje y el mar y montaña, en salsa, como factores históricos que inciden mágicamente en el marisco. Las hierbas contribuyen al aroma, frescor, diversidad y escenificación. Si las ostras siempre fueron un intemporal de Las Rejas, ahora lo hacen con un acento manchego, como nunca antes habían tenido.



La Receta



Ingredientes:
8 ostras con su caldo
Escabeche de perdiz
Azafrán
Setas
Aromáticos ( perifollo,menta,hinojo)
alioli
pimienta de Sechuán

Elaboración:

Hacemos un escabeche de perdiz de forma tradicional con azafrán.
Hacemos un alioli suave
Abrimos las ostras y reservamos el jugo.
Setas confitadas en aceite de oliva virgen
Con el jugo de las ostras se hace un aire de ostra

Ponemos en un plato una cucharadita de alioli, colocamos la ostra con un poquito de pimienta de Sechuan, añadimos por encima el escabeche azafranado, el aire del jugo de ostra y las setas confitadas. Ponemos perifollo, hinojo y menta.

 

 

 



6,5

Casona del Judio Bistró

Sergio Bastard
País: España
Localidad: 39012 Santander (Cantabria).
Dirección: Repuente, 20 A 
mapa
(+34) 942342726
Cierra: Domingo Noche, Lunes y Martes
Precio: 25/40 €
Precio menú degustación: 28 €


  • Ensaladilla Rusa
  • Ensaladilla Rusa con Espuma de Mayonesa y Crujientes de Verduras. Así se nos presentó.
  • Pan de Cristal con Tomate y Anchoas en Salazón de Cantabria
  • Alcachofas Fritas con Huevo Frito Fluído
  • Bacalao al Pil Pil
  • Tarta de Manzana

 Para que no haya dudas de quién esta al frente de la cocina de este restaurante. Sergio Bastard es uno de los cocineros con más talento y buen gusto del panorama nacional que carece del sentido común. Su idealismo, su ambición le han llevado a innumerables proyectos fallitos. Nunca se fijo en los deseos del cliente, siempre desarrollo una cocina de varguardia ciertamente minoritaria. Ahora ha asumido el reto de salvarse. Para ello, a la vez que ha iniciadoo en abril de 2013 su comedor gastronómico (Ver Casona del Judio Gastronómico), en el que plasma su vocación artística, ha afrontado en este atractivo establecimiento, la difícil tarea de compaginar el elitismo con unos comedores dedicados a Bodas y Eventos y un bistrot,  al que aquí nos referimos. Este marcha triunfalmente. No puede ser de otra manera. Por 28 € 4 entrantes fijadas por la casa, el plato principal de libre elección, así como el postre. Resultado...una ganga. Un chollo por ambiente, esfuerzo de cocina y servicio y por resultados. Cierto es que hay de todo y para todos los gustos. Pero lo que no se puede negar es la cocina tradicional que se ofrece renovada en las formas y, en muchos casos, en el fondo, no puede estar mejor realizada en consonancia con lo que se paga. Claro que si hubiese una brigada interminable podrian garantizarse una y otra vez los resultados. Pero dentro de lo posible, no se puede pedir más.
Valga como ejemplo el bacalao al pil pil. La salsa es propia de un cocinero de alto vuelos. Conceptualmente impecable: refinada en el sabor y
y muy emulsionada, con un perfecto equilibrio entre el aceite y el caldo del bacalao, sin que predomine ninguno de los dos y una consistencia muy montada, consecuencia de unos precisos golpes de barilla. Su delicadeza no quiere decir que se prodigue en el plato; vicio hasta decir basta. El punto de jugosidad del pescado esta a su vez notable.
Tiene fama la ensaladilla rusa, a la que ha contribuido José Carlos Capel, que en El Viajero de El Pais la eligio entre las 10 Mejores de España. No sé si lo es gustativamente, pero evidencia grandes meritos: las patatas, la zanahoria y la judias verdes, no se entremezclan, todos los sabores estan nitidos, a lo que contrubuye la mayonesa, que corona fundamentalmente el plato y tiene la textura de una espuma, a la que contribuye el sifón. Tiene un poco de atún, quizás algo más le vendría bién, asi como crujientes de verduras que aportan  belleza y sustituyen al pan. En resumen, una versión alta cocina de tan popular plato, que ha ganado en pureza, liviandad y estética.
Todo es conocido si bien visto por un joven inconformista que aporta informalidad y un toque diferente. El concepto y el fondo de cocina aparecen en el delicado y franco pan de cristal con tomate y anchoas en salazón de Cantabria, en las exquisitas alcachofas fritas con huevo frito con la yema fluida, en las  simpatigas y gulescas  mini hamburguesas de waygu con sus patatas en bolsa, en los ricos buñuelos cremosos de bacalao, en la liviana y pletorica ensalada de  mozzarella con tomate asado y olivada negra,  en los informales y suculento chips de patatas, parmesano y aceite de trufa y hasta en los postres, con el tiramisú y la tarta de manzana como estrellas.

A lo dicho, una cocina erudita con aires juveniles y un toque de gracia a precios de saldo. 

 

 

 

 

 

 



6

Los Peñucas

Hnos. Peña
País: España
Localidad: 39009 Santander (Cantabria)
Dirección: Barrio Pesquero. Marqués de la Ensenada, 32,
mapa
(+34) 942229445
Cierra: Jueves, Navidades y Enero
Precio: 25/40 €
Precio menú degustación: realmente 14,5 € el menú del día €


  • Rabas
  • Mejillones con Salsa Roja
  • Centollo Cocido y Su Cuerpo Preparado
  • Buey de Mar Cocido y su Cuerpo Perfumado con Vino
  • Sardinas a la Brasa
  • Paella de Mariscos Melosa al Carbón

   Toda una institución en la cocina marinera cantábra, cuya andadura se remonta a 1.960. Es fiel a sus origenes y ubicación en el popular Barrio Pesquero. Todo, pues, resulta muy sencillo y auténtico. Productos notables, recetas costumbristas, hechuras que gustan a todos, raciones abundantes y
precios comedidos. En su estilo...cumple todas las espectativas.
   Desde un punto de vista gastronómico, lo único que cabe pedirle es que reduzca un poco las cocciones, que sin ser excesivas, pueden resaltar más la jugosidad. Siempre cabe demandarlo al camarero...que seguro se lo transmitira al chef, que denota mucho oficio y tacto. Ciertamente, es un gran profesional de la tradición.
   Las rabas son de las mejorcitas de la ciudad. Tersas, aunque pudieran estar más, inmaculadas, preservando su sabor, con apenas harina y fritas en freidora con un aceite limpio y bien escurridas. Rozan el sobresaliente. Obligadas si son dos o tres, o más los comensales; un aperitivo magnífico. La comida no debe ser pretensiosa sino en sintonía con el paisaje y el paisanaje. Los mejillones gallegos, sin ser los más grandes, tienen un buen tamaño; pudieran y debieran estár un poco menos cocidos. Lo agradece la salsa roja, que asume su oceanidad, aunque lo que prima es la suculencia refinada que aportan el tomate, los pimientos probablemente choriceros y la pimienta de cayena. Tiene carácter, insinua el picante, pero resulta aterciopelada en su intensidad y esta muy bien acabada en textura. Parece de alta escuela en su identidad popular. En el caso del buey de mar y del centollo se puede decir lo mismo. Las cocciones siempre están hechas para el gusto mayoritario; coinciden con el 90% de la clientela. El cuerpo está muy bien trabajado, ligado y con un toque enriquecedor a vino, que en nada disminuye la naturalidad del marisco. Las sardinas, que se hacen igual que las paellas, a la puerta del establecimientpo, sobre parrillas de carbón de encina, responden a esa manjarosidad humilde y canalla que  siempre les ha caracterizado. Según la temporada, más o menos grasas, en verano pletóricas. Y la paella refrenda la filosofía de la casa: rebosante de mariscos, con aromás rústicos, curiosamente melosa, sabrosa pero preserva la identidar del arroz, porque el fondo es muy limpio. Qué puede ser  al dente, por supuesto, pero lo mismo se puede decir del 99,99% de las que se hacen en  España, incluidaas las del Levante. Y magnífica la tarta de manzana y crema pastelera, que siendo gulesca, vuelve a saber mantener la identidar de la fruta, que, para mayor gloria, se masca, se masca y paladea.
   En su estilo, no se le puede pedir más. A la agenda del movil. De vez en cuando conviene deleitarse reviviendo nuestros origenes. 

 



Ajo Negro de Las Pedroñeras y Tortilla de Anchoas del Bar Bergara, de San Sebastián

En el espacio de Rafa García Santos nos habla del ajo negro de Las Pedroñeras y de la tortilla de anchoas del Bar Bergara, de San Sebastián (17/03/2013)

 

 

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Fuera Gorros: el 'Sinsombrerismo' Manda en la Cocina

Llevamos una temporada que no ganamos para sustos: a la presencia no declarada de carne de caballo en diversos platos preparados o de carne caducada en salchichas hay que sumarle el hallazgo del cadáver de un ratón en una lata de judías verdes y, como broche de oro, la intoxicación alimentaria de los clientes del presunto mejor restaurante del mundo. Quedémonos con esto último. No es, por desgracia, infrecuente que se produzcan estos incidentes en la restauración pública. Sí lo es, en cambio, que reciban la atención de los medios. La cosa solo suele trascender si se trata de restaurantes famosos (ahora es el 'Noma' danés, hace no tantos años fue el 'Fat Duck' británico) cuyos chefs son, precisamente, muy amigos de aparecer en los medios... aunque no por estos motivos.
Hay montones de posibles causas de intoxicación en el restaurante, desde el uso de productos cuyas condiciones no se conocen muy bien hasta técnicas de cocción (bajas temperaturas, cocciones brevísimas) que, en caso de que los alimentos contengan bacterias que puedan causar gastroenteritis, lo único que les hacen son... cosquillas. No las eliminan: las potencian. Pero me temo que la causa más común de estos problemas es algo tan sencillo como la falta de higiene. Higiene. Limpieza. Algo que se da por supuesto en un restaurante, o en alguien que manipula alimentos destinados al consumo humano. No deja de ser paradójico que si usted visita una fábrica de conservas le embutan en plástico de la cabeza a los pies, y hasta le hagan pisar sobre una alfombrilla empapada de desinfectante, mientras que en las cocinas cada cual anda a su aire.
Estos días, con la noticia del 'Noma', se han publicado fotografías del personal en plena faena, en la cocina. Llama la atención. No se ven guantes, ni gorros de cocinero; sí, en cambio, cabellos largos. Parece que los nuevos genios de los fogones entienden que una cocina es un photocall. Y no. No se trata de estar guapos, sino de ser (y parecer, que diría Julio César) limpios.
El gorro de cocina (la "toque blanche", en francés) no es un capricho. Y es mucho más que una tradición. No hay acuerdo sobre su origen, que seguramente data de tiempos medievales (hay referencias a tocados para el personal culinario ya en la corte papal de Aviñón, en el siglo XIV). De todos modos, la mayoría de los autores señalan al gran cocinero francés Marie-Antoine Carème (no les confunda el nombre: era un varón) como responsable de su afianzamiento.
Se cuenta que en una ocasión, cuando Carème dirigía las cocinas del príncipe de Talleyrand, este convidó a cenar al zar Alejandro I. El autócrata de todas las Rusias, complacido por el menú, quiso pasar a la cocina, y así lo hizo. Allí se encontró con un ciudadano -Carème- que no se destocó ante su presencia, como era obligación. Indignado, preguntó: "¿Quién es este insolente?". Talleyrand contestó: "La cocina, Sire". Digamos que Carème fue, más adelante, jefe de las cocinas del zar en San Petersburgo.
El gorro de cocinero tiene su misión: evitar la caída de cabellos a la comida. Hoy se han sustituido los tradicionales, en forma de seta y artesanales, por los industriales, abiertos por su parte superior. Esa apertura, y su altura, facilitan una mayor oxigenación del cuero cabelludo en un lugar, la cocina, donde tradicionalmente hacía mucho calor. Como curiosidad, digamos que la tradición quiere que cada gorro tenga cien tablas o pliegues, que simbolizarían las cien formas que hay (dicen) de cocinar un huevo...
Gorro de cocinero. Y blanco. Los cocineros, en cocina, como los tenistas en Wimbledon: de blanco, que es el color que no disimula nada. Manos lavadas como las del personal de quirófano, uñas cortas y (ni que decir tiene) impolutas... Ahora se lleva, en cocina también, el "sinsombrerismo"; muchos chefs se cubren con un pañuelo negro, al estilo pirata. No me parece muy estético, pero es algo.

Pañuelo negro... Hablábamos de gorros blancos, de chaquetillas blancas, y hoy abundan los cocineros que han hecho del negro su uniforme: visten de negro en la cocina y, cuando se ponen "de paisano", se ponen camisa negra. Curioso, cuando menos.
En fin que nuestros chefs mediáticos reivindican el derecho a fabricarse su propia imagen, y han decidido prescindir del atavío tradicional de la profesión: gorros fuera, entonces. Me parece bien, si es su gusto, que se destoquen para la tradicional "vuelta al ruedo" (a la sala, quiero decir) que suelen dar al final del servicio para recibir los parabienes de los comensales. Pero, maestros de los fogones, dejen que seamos nosotros quienes nos descubramos ante su arte



Ysios Reserva 06


BODEGAS YSIOS

Tipo: Tinto
País: España
Zona: La Rioja
Localidad: 01300 Laguardia (Alava).
Dirección: Camino de La Hoya, s/n
(+34)945600640
Año de fundación: 2001
Producción (botellas): 300.000 botellas
Hectáreas y ubicación: Ysios Reserva y Edición Limitada
Marcas: 75 en tres fincas: Carravacas, Valhondo y Larraz
Precio: 19,5 €


 Un vino sobrio y efectivo, en el que sobresale la satisfacción que produce, sin que destaque, nada más ni nada menos, que la notable elaboración que le distingue. Aromas frescos y frutales, que evoca a moras y ciruelas, muy francos, salpicados de notas especiadas, configurando un conjunto complejo y alegre.
En boca resulta fino, aterciopelado, armónico, predominando la fruta con un fondo de madera, evolucionando muy bien, creciendo hasta aparecer dulzura, acidez, amargor, tanicidad, expresiones todas muy compensadas. Gusto fácil y grato; muy bien acabado. Responde plenamente al estilo que le viene distinguiendo.
100% tempranillo. Estuvo en barricas de robles francés, americano y húngaro durante 14 meses.

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8,75

Ysios Reserva Edición Limitada 07


BODEGAS YSIOS

Tipo: Tinto
País: España
Zona: La Rioja
Localidad: 01300 Laguardia (Alava)
Dirección: Camino de La Hoya, s/n
(+34)945600640
Año de fundación: 2001
Producción (botellas): 300.000 botellas.
Hectáreas y ubicación: 75 en tres fincas: Carravacas, Valhondo y Larraz
Marcas: Ysios Reserva y Edición Limitada
Precio: 50 €


 Ysios Reserva Edición Limitada 2007 ha sido incluido en el ranking de los 100 mejores vinos del año 2013 que ha elaborado la Asociación Mundial de Periodistas y Escritores de Vinos y Licores, (WAWWJ). Recientemente la revista Wine Spectator le otorgaba 93 puntos. También aparece en la Guía Peñín 2013 con una calificación de 94 puntos. Además ha obtenido sendas medallas de oro en el Concours Mondial du Bruxelles 2012 y en el Challenge International du Vin 2012.
Un vino suave, elegante y conjuntado, en el que llama la atención la satisfacción que produce. Aromas frutales, frescos, que evoca a frambuesas y grosella, muy francos, salpicados de otros derivados de la crianza, con notas a torrefacto y especias, con evidente carácter mineral, configurando un conjunto complejo y alegre.En boca resulta fino, aterciopelado, armónico, predominando la fruta con un fondo de madera, evolucionando muy bien, creciendo hasta aparecer dulzura, acidez, amargor, tanicidad, expresiones todas muy sutiles y compensadas.
100% Tempranillo procedente de la parcela más antigua que tiene la bodega, con cepas de más de 80 años. Estuvo durante 16 meses en barricas nuevas (75%) de robles francés (85%) y americano (15%). Selección de 5.000 botellas.

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Con las Manos en la Masa

 Ya estará alguno pensando, mira éste ya está liado con la Política cuando esta web es de gastronomía. Bien es cierto que hace tiempo que no me da por escribir. Entre lo de Urdangarín (¿les conté que fue propietario de un restaurante?); el Bar-Cenas (curioso nombre, ¿no?); mi Presidenta la Cospe explicando el despido del anterior a lo Groucho Marx; la encantadora Carmen Martínez Bordíu que se viene pa Parla… Pues, qué quieren que les diga. Es que las noticias de gastronomía, como que, están en un segundo plano, ¿no lo creen así?

La noticia de actualidad en Toledo no es otro asesinato, ni las toneladas de droga encontradas en una nave de Yeles ; ni el secuestro expres del hijo de un millonario chino retenido en un piso de Illescas; ni que la concejala de los Yébenes (no se pierdan las perdices del restaurante Casa Apelio si les invitan a alguna cacería por la zona) deja la política por la televisión. La noticia, el notición, que diría alguno, es que el otro hijo de mi madre se “desvía” a la tele. Él sabrá; ya es mayorcito. Yo, mientras me llene el chiringuito… chitón. Recordaba al hilo de esto último la difícil conjugación que se produce al emulsionar gastronomía y caja tonta. Ha habido tantos y tantos programas de más o menos éxito que han desfilado por pantalla catódica: aquel “Con las manos en la masa” (no confundir con los titulares de los Telediarios) en el que Elena Santonja nos deleitaba trayendo a cocinar a famosos al plató al ritmo de aquella apetitosa canción de Vainica doble y Sabina que te abría el apetito “… Lacón con grelos, bacalao al Pil-pil y un poquito…”. Siete años –siete- duró el programa hasta que fue sustituido por “El menú de cada día”  en el que oficiaba un joven Karlos Arguiñano. ¡Cuánto le deben los hogares españoles a este Cocinero!: si Karlos una semana utilizaba, pongamos, en una de sus recetas el romanesco, por poner un ejemplo; los fruteros de toda España entraban en histeria colectiva para encontrar la verdura de las pelotas. Recuerdo a un frutero de mi pueblo ciscándose en los muertos del de Beasain porque no había oído hablar de ella en su vida y todas las marujas se la demandaban. Karlos era, salvando las distancias, creador de tendencias como Robert Parker lo es con el vino: los cultivadores de perejil deberían erigir una estatua del popular cocinero a la entrada de sus campos en prueba de agradecimiento. Otro “programa” que me viene a la cabeza es “La cocina del infierno” una especie de camarote de los Hermanos Marx en el que embaucaron a dos pedazo de cocineros como son Sergi Arola y Mario Sandoval esperando que alguno de ellos despedazara a “La Rey” o arrancara la lengua al realizador del programa al más puro estilo Expreso de Medianoche. ¡Vaya tela!

Un didáctico José Andrés – el mejor embajador de España en el extranjero sin necesidad de viajar a Botswana- con interesantes personajes –muchos de ellos cocineros- que se acercaban a su programa Vamos a cocinar: recuerdo a mis amigos Sacha Hormaechea y a Juanjo Tasquita a la limón con el asturiano. O, al recién aterrizado en el microondas televisivo, Chicote, que hace que mis nenas y yo tengamos que abandonar la cena a la mitad para ver el programa del carabanchelero. Que tipo más grande Alberto desde El mar de Alborán al lado del Maestro Ignacio Muguruza hasta el NODO con el que nos trajo el stilo “New York” a Madrid con servicios de más de más de 200 cubiertos a la carta, ojo. Los programas extranjeros; viniéndome a la memoria el de la medio toledana Gwyneth Paltrow, Spain… on the road again, actriz que por lo visto es… ¡vegetariana!; que viene a ser como iniciar al jugador del Real Madrid, Di María, en el mundo de Sumo japonés. Paro un par de líneas para descojonarme.

  Sin desperdicio el recorrido universal con el que nos deleita Anthony Bourdain en No reservations. ¡Qué pena que Hemingway y el de Nueva York naciesen en distintas épocas!  O, el de un animal televisivo mezcla de Homer Simpson y Obelix – ahora no recuerdo el nombre del “programita”- haciendo apuestas a que se come en una hora una olla de vaca con habas o una hamburguesa XXXXL como Paul Newman huevos en la Leyenda del indomable, un desperdicio de programa casi tan nefasto como la última peli de mi paisano Almodovar, Los amantes pasajeros: si van no olviden pedir la hoja de reclamaciones a la salida. En fin, que el otro día intenté ver la tele, y después de varios minutos, me di cuenta, que podría estar leyendo un libro.



Foie Gras con Algas Reposado sobre una Cuajada de Raifort, Caldo de Soja Fermentada y Sal de Avellanas

Foie Gras con Algas Reposado sobre una Cuajada de Raifort, Caldo de Soja Ferment
Martín Berasategui
Cocinero: Martín Berasategui
País: España
Localidad: 20160 Lasarte-Oria (Guipúzcoa)
Dirección: Loidi, 4
(+34) 943366471

Martín se inspira en las cocinas orientales. Es posible que sea una receta occidental de foie gras vestida de todos los atrezzos japoneses, tailandeses, chinos...vaya usted a saber. En cualquier caso, una entremezcla, una fusión de culturas, que da una raza exótica en el plato, exótica para los occidentales y exótica para los orientales, que gusta a unos y otros, porque aporta diferencias asumibles sin romper con lo mejor e incontrovertible de unas y otras tradiciones, eso sí, renovadas.



La Receta



 FOIE GRAS ASADO:

Cortar el foie-gras crudo en porciones de 120 grs. En una sartén con abundante aceite de girasol caliente freírlo hasta que adquiere un ligero color dorado.
Dejar atemperar por espacio mínimo de 30 minutos.
Acabar en horno a 140 ºC durante 6-8 minutos.
Comprobar el punto de cocción, cortar, espolvorear con el alga nori muy picada y seca y sazonar con unos tropezones de avellanas a la sal.

CALDO DE AVE, LEMON GRAS Y JENGIBRE:

2 kgrs. carcasas pichón en trozos.
1,5 kgrs. rabo vaca cortado en trozos.
1,3 kgrs. papada cerdo fresca.
200 grs. zanahoria en trozos.
50 grs. dientes ajo.
2 kgrs. cebolla en trozos.
400 grs. salsa soja.
5 litros caldo día.
1 litro caldo colado.
50 grs. clara huevo a punto de nieve.

Dorar ligeramente en una sartén con un poco de aceite las carcasas de pichón y el rabo de vaca por separado.
Echar en la cubeta de cocción en horno junto con el resto de los ingredientes.
Colocar la tapa de silicona y cocer en horno seco durante 24 horas a una temperatura de 90 ºC.
Retirar del horno y colar.
Dejar en el abatidor que enfríe para poder quitar toda la grasa superficial.
Una vez bien desgrasado procedemos a clarificar.

CLARIFICAR EL CALDO:

Templar sin calentar el caldo y añadirle la clara de huevo batida.
Mezclar bien con una varilla y colocar a fuego muy suave por espacio de 40 minutos sin que llegue al punto de ebullición.
Cuando vemos que el caldo está clarificado abrir la capa de clara en un costado para poder ir extrayendo el caldo clarificado.
Probar de sabor rectificando en lo que haga falta. Reducir, pellizco de sal, etc….
Reservar en el frigorífico.

INFUSIÓN DEL CALDO:

300 grs. caldo a punto.
15 grs. lemon gras.
5 grs. jengibre.

Para el servicio hervir los 300 grs. de caldo y añadir el lemon gras y el jengibre.
Dejar 5 minutos en infusión, colar y listo.

ESPÁRRAGOS TRIGUEROS:
Espárragos trigueros gordos.
Almíbar TPT.

Pelar los trigueros y cortarlos en la máquina al nº 1,5. Cortar en bastoncitos.
A la hora del pase aliñar con una cucharada de almíbar TPT.

TOFU DE RAIFORT:

125 grs. leche.
1 gr. Agar-agar.
½ hoja gelatina.
50 grs. nata.
50 grs. raifort.
Pizca sal.

En un cazo hervir la leche con el agar-agar durante 30 segundos.
Retirar y añadir la gelatina hidratada. Remover para deshacer bien y añadir ahora la nata y el raifort.
Mezclar bien, poner punto de sal y dejar 2 minutos que tome sabor.
Colar por un fino sin apretar en exceso para que no pase la pulpa y echar en una bandeja para que cuaje en el frigorífico.
 

SAL DE AVELLANAS:

250 grs. avellanas peladas.
17 grs. clara de huevo.
17 grs. clara de huevo de nuevo.
1,2 grs. flor de sal.
75 grs. azúcar.
20 grs. agua.
5 grs. aceite oliva virgen.
3 grs. sal.

Mezclar las avellanas con 17 grs. clara de huevo y hornear a 150 ºC durante 14 minutos.
Tener mezclada en un bol los 1,2 grs. flor de sal y los otros 17 grs. de clara.
Una vez templadas las avellanas mezclar ambos y hornear nuevamente 14 minutos a 150 ºC. Dejar templar.
Caramelizar el azúcar con el agua, añadir las avellanas, mezclar bien y añadir justo al sacar el aceite de oliva y la sal.
Estirar y dejar enfriar.

EXTRACTO DE PONZU:

360 grs. salsa soja.
135 grs. mirin.
45 grs. sake.
45 grs. soja Tamari.
30 grs. bonito seco.
2 rodajas naranja.
180 grs. ponzu dai dai.
45 grs. vinagre arroz

Mezclar todos los ingredientes y dejarlos macerar en cámara durante 6 horas.
Colar y ahora por cada 250 grs. de salsa ponzu añadir 3 grs. xantana y 12 gotas de colorante negro.
Colocar en una bandeja y meter en la máquina de vacío para extraer las burbujas de aire.
Echar en un biberón y listo.

MONTAJE:

En un plato hondo colocar un manojito de tallos triguero aliñado con TPT y alrededor unos daditos de cuajada junto con unos puntos de extracto de ponzu.

Reposar el foie encima y acabar con el espárrago laminado y aliñado y los brotes y flores.
Servir el caldo muy caliente en una jarrita aparte.