7

Choco

Kisko García
Kisko García
País: España
Localidad: 14010 Córdoba
Dirección: Compositor Serrano Lucena, 14 (Barriada de la Fuensanta)
mapa
(+34) 957264863
Cierra: Domingo noche, lunes y segunda quincena de agosto
Precio: 50 / 60 €
Precio menú degustación: 43 €


  • Mazamorra líquida, cúrcuma y melón
  • Mazamorra líquida, cúrcuma y melón
  • Huevo pasado por agua al estilo de Villanueva
  • Huevo pasado por agua al estilo de Villanueva
  • Sardinas en vinagre, picadillo cordobés y pan cateto
  • Sardinas en vinagre, picadillo cordobés y pan cateto
  • Arroz ibérico de perol con panceta de la casa
  • Arroz ibérico de perol con panceta de la casa
  • Pargo con caldito montado de jamón y cebolleta fresca
  • Pargo con caldito montado de jamón y cebolleta fresca
  • Cabrito, membrillo de Puente Genil y yogur
  • Cabrito,membrillo de Puente Genil y yogur
  • Macedonia de frutas, yogur y Oporto
  • Macedonia de frutas, yogur y Oporto
En época de vacas flacas la supervivencia es el propósito que debe gobernar a todo restaurante de cocina contemporánea que se precie. Y en este sentido Kisko García, el inteligente chef de Choco, lo ha planteado con sensatez: un marco familiar donde la barra y la terraza del establecimiento adosado que regentan sus padres le permite subsistir; una carta posibilista manejada con acierto por el pequeño equipo que gobierna la cocina y un minimalismo bien entendido en la mayoría de los platos, que contrasta con el sentimiento tasquero de otros muy en consonancia con el popular barrio donde se ubica el restaurante.
Platos presentados con excelente gusto y a precios muy competitivos, con un menú degustación a 43 € que incluye tres aperitivos, dos entradas, el pescado, la carne y dos postres de auténtica categoría, además de detalles como el magnífico pan blanco o de frutos secos y orejones, el excelente aceite de arbequina Bassilippo y los típicos encurtidos de la casa con sabor a berenjena.
Entre las entradas destacan el sabroso huevo pasado por agua con chorizo al estilo de Villanueva, el pueblo que vio nacer al chef, la deliciosa mazamorra líquida (un equivalente al salmorejo pero sin tomate) con cúrcuma y melón y la más convencional ostra Gillardeau con emulsión de su agua y limón marroquí.
Luego, aparece la tasca más popular con una simpática torta de maíz con queso del Valle de los Pedroches, ricas sardinas marinadas en vinagre de bota vieja de Montilla con picadillo cordobés y pan cateto, potentes croquetas del puchero con asadillo de pimientos y, sobre todo, un espectacular arroz ibérico de perol con panceta curada encasa que rezuma autenticidad, tradición cordobesa y sabrosura. Además los pescados se sirven con ajustadísimos puntos de cocción, destacando la delicadeza del pargo con caldito montado de jamón y cebolleta fresca, la magnífica lubina con pan frito y choco como emblema del establecimiento y el perfecto bacalao confitado a 45º con sus callos cremados, espinacas fritas y aceituna negra. Entre las carnes hay que mecionar el buen cabrito con membrillo de Puente Genil y yogur y el sabroso steak tartare con aceite de arbequina y encurtidos.
Punto y aparte merece la armónica conjunción de sabores amargos y dulces de la estupenda macedonia de frutas, pomelo, yogur y Oporto que cierra el menú.
 

 



7

Alhambra

Javier Díaz Zalduendo
Javier Díaz Zalduendo
País: España
Localidad: 31002 Pamplona (Navarra)
Dirección: Bergamín, 7
mapa
(+34) 948245007
Cierra: Domingos, festivos y Semana Santa
Precio: 60/80 €
Precio menú degustación: 45 y 56 €


  • Pulpo con Blinis de Patata, Aceite de Pimentón Dulce y Pimienta de Sechuán
  • Pulpo con Blinis de Patata, Aceite de Pimentón Dulce y Pimienta de Sechuán
  • Menestra
  • Menestra
  • Vieira, Carabinero, Espinacas y Jugo de Marisco
  • Vieira, Carabinero, Espinacas y Jugo de Marisco
  • Borrajas con vainas
  • Borrajas con Vainas
  • Bacalao al pil pil
  • Bacalao al Pil Pil
  • Triángulo de Codillos de Cerdo Ibérico con Foie Planchado y Pequeño Bouquet de V
  • Triángulo de Codillos de Cerdo Ibérico con Foie Planchado y Pequeño Bouquet de Vegetales
  • Cremoso de Tarta de Queso, Polvo de Semillas Caramelizadas y Helado de Mango
  • Cremoso de Tarta de Queso, Polvo de Semillas Caramelizadas y Helado de Mango
Algunos rasgos del carácter navarro, su autenticidad, su nobleza… forman parte de esta cocina, que es fiel reflejo de su entorno y prolongación de la personalidad de sus propietarios, la familia Idoate, con Esther e Ignacio a la cabeza. Además Javier Díaz Zalduendo, el jefe de cocina, es capaz de plasmar con absoluta fidelidad todos esos rasgos y otros que él aporta, como el buen gusto, la elegancia… Así, desarrolla una cocina gratificante, muy gratificante, sabrosa, eficaz y que cala profundamente en su numerosísima clientela. Aquí se respira honestidad gastronómica por todos lados; todo está bien hecho, todo tiene memoria, todo está rico, riquísimo y, que no queden dudas, todo parte de la mejor materia prima.
Glorioso el surtido de pimientos del piquillo, rojos, verdes y entreverados, asados a la leña, ungidos con aceite de oliva virgen, que se ofrecen impolutos en compañía de unas traslúcidas lascas de tocino que emulan al mejor jamón Joselito; no pueden estar mejores. También es fantástico el pulpo con blinis de patata, aceite de pimentón dulce y pimienta de Sechuán. Como es lógico, la cuchipanda ha de incluir algún plato de verduras, que, por supuesto, variará según la temporada. Si es primavera, una menestra con espárragos y guisantes, alcachofas, habitas, vainas… todo ello coronado con una loncha de jamón deshidratado y articulado sobre una densa y delicada salsa que recuerda a la de toda la vida. Si es invierno, que sea cardo, borrajas… lo que dé la estación; el acierto es seguro. Como lo es también el milhojas de patata, foie gras y trufa con cigalita, exhibición de producto y de cocina solemne.
Los pescados, siguiendo la tónica, tienen en común la excelente materia prima y que, en general, se resuelven con fórmulas inspiradas en sabores clásicos muy inteligente y elegantemente actualizadas. Da igual si es rodaballo al horno con patatas y refrito, que lomo de merluza con melaza de vino tinto, vinagreta de mejillones y espárrago, que cualquier otro; impecables siempre. El festín requiere, necesariamente, sumergirse en los gulescos callos y morros, casquería de lujo. Por no hablar de las manos de cerdo, gelatinosas y crocantes, sabrosísima exaltación de texturas.
Hay otros primores de obligado cumplimiento: las distintas versiones de espárragos, las estivales pochas, el revuelto de trufas, el ajoarriero, el arroz con pichón o, quizá mejor, el pichón con arroz. En definitiva, una cocina humana con resultados sobrehumanos.
 

 



7,5

Alameda

Gorka Txapartegi
Gorka Txapartegi
País: España
Localidad: 20280 Hondarribia
Dirección: Minasoroeta, 1
mapa
(+34) 943642789
Cierra: Domingos noche, lunes, martes noche, Navidades y diez días junio
Precio: 70 / 100 €
Precio menú degustación: 35, 50 y 80 €


  • Vieira con puré de jengibre y porrusalda ahumada
  • Vieira con puré de jengibre y porrusalda ahumada
  • Atún marinado en agua de mar y cítricos con ensalada de pequeños brotes
  • Atún marinado en agua de mar y cítricos con ensalada de pequeños brotes
  • Huevo de caserío
  • Huevo de caserío
  • El chipirón con cebolla confitada y caldo de hierba limón
  • El chipirón con cebolla confitada y caldo de hierba limón
  • Infusion de tomate y bacalao con brotes
  • Infusion de tomate y bacalao con brotes
Gorka Txapartegi se reafirma plenamente en su filosofía y práctica. Reflexivo, sólido y maduro…un valor seguro. Nada pretender epatar, todo, absolutamente todo convence dado su nivel conceptual y desarrollo práctico. Sabores elegantes, armónicos, convincentes, conocidos. Incluso cuando se perfuma con jengibre una salsa, la base es de puré de patatas para identificar y atenuar. Si esto se dispone como soporte de una monumental vieira asada, vuelta y vuelta, inmaculada y jugosa a más no poder, todo arropado por una purrusalda suavemente ahumada, que vuelve a incidir en la cremosidad. Ese es el sino que distingue a todas las propuestas de este inteligente y comedido chef, como queda plasmado, una vez más, en la krabarroka con caldo de pescado al azafrán con papadas chafadas al pimentón y al aceite de oliva con una raya de arrope de barrica.
La casa siempre tiene sus favoritos, elementos que entren en la lonja local, fresquísimos, a los que Gorka trata con erudición y suma precisión: además de la krabarroka señalada los chipirones, el bonito, el atún, la merluza, el chicharro, las anchoas...que salen a los platos exultantes. Es el caso de los túnidos, que según calendario, uno u otro se visten de una excepcional salsa gelatinizada de cebolla y tomate, muy clásica en el sabor y vanguardista en la textura, gelatinizada con fécula de patata, que se acompaña de albahaca y juliana de naranja, entre otros elementos, para marcar matices en la definición. El chipirón, claro está que es de potera, simplemente caliente, es un manjar en sí mismo, por valor intrínseco y cocción, que se dispone sobre un arroz con verduras rodeada de una salsa de hierba limón, muy atemperada en su expresión aromática.
Tan perfecto como clásico en sus gustos, que no en las técnicas de tratamiento, el huevo termal, a baja temperatura, con dados de hongos, puré de patatas y un consomé ricamente perfumado con jugo de trufa. Reinvención de la tradición. Y en esa dirección, la papada de cerdo ibérico, suculenta y fundente a más no poder, que se dispone en medio de unas impecables pochas a la navarra con espárragos, shiso y hierbas. Y puestos a probar, ahí están esperando las ostras con manzana y limón licuado y la torrija caramelizada con limón confitado.
 

 



7,5

Andra Mari

Zuriñe García
Zuriñe García
País: España
Localidad: 48960 Galdakao (Vizcaya)
Dirección: B. Elexalde, 22
mapa
(+34) 944560005
Cierra: Domingos, Semana Santa y agosto
Precio: 60/80 €
Precio menú degustación: 38 y 59 €


  • Begiaundi con Crujiente de Arroz y Jugo de Zanahoria
  • Sardina marinada con sal, azúcar y piel de naranja.
  • Sardina Marinada Sobre Jugo de Pepino, Melón y Menta
  • Tomate confitado con caramelo de su jugo, migas y tapenade negra
  • Tomate Confitado con Caramelo de su Jugo, Migas y Tapenade Negra
  • Huevo Crujiente y Líquido con Hongos y Crema de Patata
  • Salmonete con surtido de algas y berberechos con su salsa verde
  • Salmonete con Surtido de Algas y Berberechos con su Salsa Verde
  • Cochinillo Confitado sobre Berza con Caldo de Garbanzos
  • Steack Tartar
  El restaurante de Roberto Asua, que inaugurara su padre Patxi en 1964, es toda una garantía histórica en la cocina vizcaína, esté quién este al frente de la cocina. Mira que han pasado por esta casa grandes chefs, entre otros, a bote pronto, recordamos a Aitor Elizegi, Mikel Olazabalaga, Eneko Atxa, Isidro Arribas, Beñat Ormaetxea y Andoni Arrieta, que actualmente colabora creando nuevos platos junto a la joven cocinera Zuriñe García, que hoy se ocupa del día a día. Y las materializaciones no pueden ser más admirables, dentro del nivel en que se desenvuelven.
En la carta hay un poco de todo: tradición y modernidad, evolución es la constante. Valga como testimonio el bonito apenas marinado, rosáceo, inmaculado y jugoso, que se acompaña de unas exquisitas migas de tomate, que evocan en alguna medida a un salmorejo con diminutos tropezones de pan, terminándose la composición con una delicada crema de cebolleta. Otra manera de proyectar los sabores típicos de una ensalada estival. Un segundo testimonio lo tenemos en la sardina, a su vez brevemente marinada con sal, azúcar y piel de naranja, que sale pulcra a más no poder, casi cruda y con un deje a salazón, que nada en un almíbar de pepino en el que aparecen dados de melón y trozos de menta. No puede mostrarse más natural y con tantos matices, sabiamente atemperados. Vamos con una tercera articulación sustentada en la humildad y con motivos alegres que para nada afectan al ingrediente principal: unos mejillones abiertos al vapor, desconchados y recubiertos de un velo de sus jugos y tomate, más trocitos de pomelo y un sorbete de Campari, tonos amargos como contrapunto de la oceanidad de los moluscos. Seguimos con la sencillez y la baratura: tomates confitados bañados por un caramelo de su jugo que se depositan sobre una base de migas enriquecidas con aceitunas y dispuestos junto a unas querelle de tapenade negra. Roberto Asua, que siempre desarrollo una política de contención en los precios, esta incidiendo más si cabe en ofrecer menús al alcance de todos los bolsillos, por lo que se trabajan materias primas nobles y baratas. Otra constatación la encontramos en la terrina de oreja de cerdo, cartilaginosa y carnosa, fundente, pues lleva partes magras situadas junto al apéndice, suculenta a más no poder, que se engalana con unos dados de un pastel de cebolla roja de Zalla confitada y yogur. Otro momento estelar lo depara la yema de huevo, crujiente por fuera, líquida por dentro, que pone luz y color a unos carnosos hongos y a una sutil crema de patata en verdad estirada y aterciopelada. Colosal el begiaundi, vuelta y vuelta a la plancha, poco más que marcado, terso, atlético, exultante, que aparece en dos trozos rellenos en medio de cebolla confitada, que se engalana genialmente con sibarítico jugo de zanahoria en el que nadan en contraposición táctil unos granos de arroz negro fritos y suflado. Máxima calidad, perfecto punto de cocción y emocionantes estímulos: salmonete con surtido de algas y berberechos con su salsa verde. Como siempre impecables los bacalaos, en este caso fue un Club Ranero ciertamente académico. El surtido, que además lleva pil pil y vizcaína, representa una grata obligación. Otra opción muy bien plasmada son los chipirones en su tinta, con una salsa descomunal,aterciopelada, en verdad   sibaritita. Y el cochinillo confitado a baja temperatura sobre berza y caldo de garbanzos rubrica la filosofía de la casa; memoria historica, un producto selecto y técnica.
Otras propuestastriunfadoras: el salteado de kokotxas de merluza con cigalitas sobre piperrada; la cigala asada con tuétano, su jugo y crema de coliflor; la merluza a la koxkera y el rape asado con salteado de pulpo, patata y pimentón.

 

 

 



8

Pepe Vieira Camiño da Serpe

Xosé T. Cannas
Xosé T. Cannas
País: España
Localidad: 36994 Raxó (Pontevedra)
Dirección: Camiño da Serpe, s/n
mapa
(+34) 986741378
Cierra: lunes y noches de domingo a jueves, salvo en verano, que cierra domingo noche y lunes
Precio: 55/90 €
Precio menú degustación: 53 y 73 €


  • Ostra con Gin Fizz
  • Solo centollo
  • Solo Centollo
  • Lascas de Lubina sobre Tosta de Pan de Trigo
  • Lascas de Lubina sobre Tosta de Pan de Trigo
  • Lomo de merluza de pincho rebozado
  • Lomo de Merluza de Pincho Rebozado
  • Lamprea guisada en tinto Sousón con piñones garrapiñados y rúcola
  • Lamprea Guisada en Tinto Sousón con Piñones Garrapiñados y Rúcola
  • Steak Tartar
  • Steak Tartar
  • Bola de cocido
  • Bola de Cocido

Desde el principio, cuando se instalaron en un pequeño local junto al mar de Sanxenxo, los hermanos Cannas, Xosé y Xoan, apostaron por ser una referencia en la cocina gallega actual. Lo han conseguido; también en la española. Hoy, en un restaurante que seguramente sea el más bello de Galicia, ubicado en pleno monte y mirando a la ría, desarrollan una línea bastante más reflexiva que bien recientemente. Es lógico, con la edad Xosé ha madurado y han madurado sus propuestas culinarias, más personales y eficaces, menos pretenciosas y espectaculares. Pepe busca mucho más la perfección evolutiva que el arte experimental. Ahí estamos, en el empaque, en la solidez, en la revolución amable, mejor, en una evolución tan inconformista como posibilista. Se ha comprendido que sin el público es imposible seguir avanzando.
Por eso en los picas y entrantes hay un poco de todo, amor al terruño, siempre reinventado y cosmopolitismo de vanguardia, interpretado con sensatez. Pan de maíz, cremoso de bacalao con pasas minimizadas y unas cuantas cucharadas, hasta cinco, de caldo gallego. Es evidente que el cocinero tiene buen gusto, sabores elegantes y contrastes armónicos. Exquisitez que se hace extensible al cromatismo y esencialidad con los que se articula. Una ostra, desconchada, desbarbada, cruda, coronada por un gin fizz espumoso, que le aporta el complemento cítrico sin que éste afecte al marisco, sin que le repercuta. El Bloody Mary de tomates madurados en rama con tartar de gambas y aliño de sus corales supuso otro alegrón, derivado de cómo saber estar en la moda y hacerlo con aplomo. Que el chef no necesita mucho mirarse al espejo queda patente en el “solo centollo”: manjarosas carnes cocidas y deshilachadas en forma de isla, rodeadas por la profundidad del caldo del caparazón, todo ello con una rebanada crujiente de pan hincada en el marisco; para que no quepa ninguna duda, nos encontramos ante una sopa, una sopa oceánica de talla mundial. No recordamos una tosta tan noble, inmaculada, liviana y bella: sobre una finísima capa de pan de trigo atrezzada con un sobrito de ajos y zanahoria unas hermosas lascas crudas de lubina, masticables ellas, adornadas y refrescadas con rúcola, diversos brotes y alguna que otra hierba. El único plato del festín al que se le pudieron poner pegas fue a la versión de la tortilla de gambas: camarones con las colas peladas y sus cabezas enteras que decoraban un revuelto en dos cocciones: una demasiado cuajada y otra cruda por encima. No estaba especialmente bueno, ni era fácil de comer por las cabezas, ni se integraban los elementos. No tiene mayor importancia. Volvieron la clarividencia y la consumación con el lomo de merluza de pincho rebozado en una sutil película de huevo salpicada de un “si es no” de ajo y perejil, con las carnes del pescado tornasoladas, dispuesto sobre una estiradísima y refinadísima mayonesa de lima. Toda una inspiración en la merluza rebozada. Más memoria histórica con dos audaces pinceladas: lamprea guisada en tinto Sousón con piñones garrapiñados y rúcola. Difícilmente comerá usted un steak tartar superior, natural a más no poder, cremoso, con un toque picante aportado por las mostazas, con queso Gouda viejo y pan de maíz; además de una presencia irresistible. Y de una audacia y una técnica proverbiales el cocido: una bola de patata que sorprende en su seno con las carnes y que aparece bañada por el caldo. Otra por favor. En pocas palabras: Xosé ha optado por la vertiente científica.
Capítulo aparte para la bodega, que refleja los conocimientos de Xoan Cannas, capaz de buscar magníficos vinos... sin dejarse llevar por la fama o moda de sus etiquetas y que ofrece a precios nada disuasorios.



7

AQ

Ana Ruiz
Ana Ruiz
País: España
Localidad: 43003 Tarragona
Dirección: Les coques, 7
mapa
(+34) 977215954
Cierra: Domingos y lunes
Precio: 60 / 90 €
Precio menú degustación: 45 €


  • Lata de berberechos con encurtidos
  • Lata de berberechos con encurtidos
  • Ostra con gin tonic y granizado de limón
  • Ostra con gin tonic y granizado de limón
  • Gamba de Tarragona con celeri y magret
  • Gamba de Tarragona con celeri y magret
  • Centollo con caviar de tomate
  • Centollo con caviar de tomate
  • Menestra de verduras con percebes y huevas
  • Menestra de verduras con percebes y huevas
  • Coulant de pulpo con patata, huevo y butifarra
  • Coulant de pulpo con patata, huevo y butifarra
  • Crema de foie con cítricos, maracuyá y jengibre
  • Crema de foie con cítricos, maracuyá y jengibre

Cuando alguien hace lo que cree que tiene que hacer, hay que aplaudirle. Y esto es lo que puede pensar el comensal que visita este atractivo restaurante; que Ana y Quintín hacen, exactamente, lo que creen que tienen que hacer. Algunos piden más vanguardia, otros, al contrario, menos modernidad. Lo que nadie podrá pedir es ni más coherencia ni más exquisitez. Todo lo que se propone, parte de la primera verdad de la gastronomía: el mejor producto posible; y, a partir de él, se construyen platos llenos de contemporaneidad, de sutiles contrastes, que colman de satisfacción a quien se deja -en una ciudad al parecer no muy partidaria de estos estilos culinarios- seducir por el buen gusto, por el buen dominio de la técnica y por la manera propia de los anfitriones de ver la gastronomía de su tierra.
Hay que decir que la carta cambia permanentemente, con lo que, lo que uno ha comido hoy, el mes que viene puede ya no estar en ella. En cualquier caso, hay un menú de degustación bautizado con el nombre de “Intocables”, con el que se hace un recorrido por las joyas de la casa. En él se le hinca el diente, por ejemplo, al delicado falso ravioli de gamba al ajillo, a la elegantísima crema de foie con cítricos, maracuyá y jengibre, o al sabrosísimo coulant de pulpo, patata, huevo y butifarra. Además, hay también otro menú de degustación que, bajo el nombre de “Novedades”, recoge, obviamente, las últimas creaciones de cada temporada. Éste, claro, se plantea más pensando en los visitantes asiduos y con él uno puede encontrarse con “fruslerías” como el inmaculado tartar de sardinas con mermelada de pimientos verdes y salmorejo, el suavemente ahumado salmón con encurtidos, o las sensacionales tripas de bacalao con jugo de escalibada y lentejas germinadas. Por otro lado, quien no quiera participar de ninguno de los anteriores menús podrá, o bien elaborar el suyo a base de medias raciones, o, en una fórmula más tradicional, elegir las raciones completas que desee. Si hay ocasión, es fantástica la menestra de verduras –impecable su cocción, como siempre- con percebes y huevas. También hay siempre, como es lógico, algún pescado -según el caso de ajustada o nula hechura- con diferentes planteamientos, como podría ser, en su momento, la ventresca de atún con cebolla caramelizada, tomate, queso de cabra y olivas. Sea como fuere, calidad en el producto, intensidad sápida, técnica y delicadeza no van a faltar…



Rafael García Santos

La Crítica Gastronómica (I)

Aunque de un tiempo a esta parte parece que cuando se habla de la crítica gastronómica y de su posible crisis, ésta parece estar basada, fundamentalmente, en una suerte de “enfrentamiento” entre el periodismo tradicional y las nuevas tecnologías, no debe considerarse que esto sea así. En realidad, a lo más, esto no es sino un problema, de mayor o menor envergadura según los casos, que se puede añadir al meollo de la cuestión.
Ciertamente, no se puede hablar de crisis en la crítica gastronómica si no se habla de la crisis en la gastronomía, o, mejor aún, de la crisis general.
Vayamos por partes ¿Está en crisis la Alta Cocina? En términos de calidad, evidentemente, no; ahora bien, en términos de mercado, de rentabilidad y, por qué no, sociológicamente, rotundamente sí. Hablamos de un artículo de lujo que tiene la demanda que tiene.
Por otro lado ¿Está en crisis el mercado de la información, la Prensa? Es evidente que cada vez se venden menos ejemplares. Ya no se habla tanto de ventas como de lectores. El periódico se lee, cada vez más, en los bares, hoteles, aviones… Así que, independientemente del aspecto meramente económico, también aquí se puede hablar de una crisis estructural.
Así pues, si aceptamos que está en crisis la Alta Cocina, si aceptamos que está en crisis la Prensa, hemos de aceptar que estamos ante un sector en crisis, más allá, incluso, de lo económico, de lo coyuntural.
¿Por qué en los últimos años han ido a menos las publicaciones gastronómicas? ¿Por qué las que no han desaparecido han tenido que cambiar? ¿Por qué las tiradas de libros, revistas, guías, etc., son cada vez menores? Simple y llanamente, porque la Alta Cocina interesa a muy poca gente; concretando, sólo a unos cuantos cocineros, a algunos productores y al reducido número de gourmets que hay en el mundo. O sea, que no hay clientela. Y no la hay porque la Alta Cocina vive lejos de la realidad social; es muy cara, tal vez alardea de excesiva intelectualidad, es ajena al interés del común de los consumidores… Y si continúa por el camino de lo elitista –camino por otra parte lógico- a la Prensa gastronómica no le queda sino un futuro testimonial, importante, eso es cierto, pero testimonial.
Sólo se podrá ampliar el mercado si se avanza en otro tipo de contenidos de carácter más popular y en otro tipo de formas que conecten más con el público. En este aspecto, quizá convendría fijarse en la Prensa deportiva y en la Amarilla como opciones a explorar.
Si nos fijamos en lo que se cuenta y en cómo se cuenta hoy en día lo que pasa en el mundo de la gastronomía, veremos que, salvo algunas tan poquísimas como honrosísimas excepciones, la crítica no existe. Todo son loas al cocinero del que se habla, al bodeguero del que se habla y, así sucesivamente. Y eso, cuando no son o el propio cocinero o el propio bodeguero quienes controlan directamente el “criterio del informador”.
¿Dónde ha quedado el idealismo? ¿Qué fue de la independencia? ¿Cuántos gozan de credibilidad? Seamos autocríticos. Parece que nos hemos establecido en un sistema de “sálvese quien pueda”, de “aprovechémonos cuanto más mejor”, en definitiva, se ha generalizado la doble moral.
 

  • Crítica Gastronómica
  • Crítica Gastronómica


9

Aponiente

Ángel León
Ángel León
País: España
Localidad: 11500 El Puerto de Santa María (Cádiz)
Dirección: Puerto Escondido, 6 (junto a la Ribera del Marisco)
mapa
(+34) 956851870
Cierra: Domingo y lunes a mediodía y del 31/11 a mediados de marzo
Precio: 90/130 €
Precio menú degustación: 80 y 115 €


  • Sopa de Ajo Marinera
  • Sopa de Ajo Marinera
  • Brandada de Descarte
  • Brandada de Descarte
  • Caballa en Adobo con Brochazo de Plancton y Espigas de Sésamo y Wasabi
  • Tortilla de Camarones
  • Choco con Papas
  • Choco con Papas
  • Sopa Yodada
  • Sopa Yodada
  • Regañá de sardinas ahumadas en hueso de aceitunas con piriñaca
  • Sardinas Ahumadas en Huesos de Aceitunas
  • Arroz Meloso de Plancton Marino Puro con Calamares y Alioli
  • Callos de Almadraba: Al Estilo Madrileño
  • Pastel de Medina Sidonia con helado de hierbas
  • Pastel de Medina Sidonia con helado de hierbas
  Angel León posee una vocación extrema y un talento excepcional, tanto sápido como intelectual. Es uno de los pocos cocineros que no está marcado por otros chefs y por tendencias de moda, aunque está muy al loro de cuanto se usa y abusa. Esta sabiendo dictar un mensaje propio que tiene al mar como absoluto Dios al que únicamente “ensombrece” su quehacer, en verdad deslumbrante. Su inspiración supera las magnanimidades marinas. Coge mariscos y pescados de segunda categoría, de tercera y hasta sin consideración gastronómica alguna, incluso sin cotización pecuniaria y los encumbra mágicamente hasta asombrar y, más aún, hasta hacer vibrar al comensal que no da crédito a tanto ingenio. Cualquier fondo marino, la mayor de las menudencias oceánicas…acaba convertida en un bocado artístico. Insistimos, mucho más importante que los ingredientes en escena, son la capacidad intelectual y la creatividad del cocinero. Un hombre que ama la naturaleza, que adora su tierra, que asume la historia, que no tiene fronteras mentales… que consigue trasmitirnos sensaciones inéditas explosivas. Siempre puras, siempre sencillas. Una culinaria esencial, muy esencial, muy humilde, muy natural, muy sabrosa…muy chispeante y harto convincente. Un alarde de técnica sin que estas adquieran mayor protagonismo que los pequeños manjares en escena transformados en grandiosos logros. Infinitas investigaciones como la microfiltración de caldos con algas diatomeas; el empleo de los huesos de aceituna como brasas para asar el pescado; el uso del plancton marino para aderezar construcciones o la confección de embutidos de lisa o albur (mújol). Pero si todo eso y mucho más hemos de considerarlo importante, lo crucial son las dotes artísticas de Ángel León y su exquisito sentido del gusto, capaces de “multiplicar los peces”. De hacer milagros…una y otra vez revalorizando infinitamente lo que la inmensa mayoría considera baratijas palatales.
Uno entre 100 ejemplos. Los archiconocidos embutidos del mar, cuyas bondades se pueden discutir, que en cualquier caso es obligado probar, ya que abren caminos, que seguro llegaran a perfeccionarse, dado el carácter del chef. De todos ellos sobresale la sobrasada.
La caballa en adobo escanea la filosofía: un pescado inmaculado, jugoso, crudo, perfumado levemente con aceite, vinagre, manzanilla, ajo, pimentón y orégano, se muestra vivo, vivísimo, puro, purísimo, tan solo con el toque oceánico que suponen los realces: un fondo de plancton, en forma de brochazo y salicornia. Y un guiño oriental, que para nada merma la personalidad de la receta, remata tan antológico plato: unas “espigas” de sésamo empanado en wasabi.
Más mundana, más gourmand, hemos de catalogar  la brandada de pescados de descarte, en la que se entremezclan los sabores, prevaleciendo el conjunto, en verdad resultón. Unos rulos crocantes de las pieles contribuyen al caracter informal del condumio. 
¡Qué decir de las celebérrimas sardinas ahumadas con huesos de aceitunas! Lo repetimos, exhaustiva reflexión para concretar el mensaje: un producto radiante, apenas tocado, que exhibe arrogante su identidad, al que se “cocina mínimamente” con un entrañable y genuino aroma andaluz y se acompaña de un pan de alto vuelos: una delicada masa crujiente aliñada con berenjenas. ¿Poquita cosa? No; una obra de arte.
Ángel León, dispuesto a inmolarse por la causa, se marca retos imposibles. Uno de ellos es hacer un queso marino. Recurre a la burrata, una burrata con sutiles dejes a sal, a plancton y a erizos de mar, que rompe en el menú degustación introduciendo un look, una densidad y un maridaje, ciertamente de ficción.
La tortilla de camarones adquiere una dimensión estratosférica. Aplicando conceptos y técnicas de alta cocina consigue una masa limpia y frágil y un marisco pulcrísimo apenas tocado por el fuego. No hay nada más que echarle un vistazo para deleitarse con su sutilidad.
Ya lo decía Miguel de Cervantes: “el hambre agudiza el ingenio”. Ostras que parecen…Plancton que es. El muy cachondo cocinero se come la carne y nos rellena la concha con oceanidades: pasta japonesa gyoza impregnada de plancton ¡Ostras Pedrín!
Ocurrencias que parecen chiquilladas. Olé tus huevos Ángel. Unos mejillones abiertos al vapor y albardados con tocino que se coronan con láminas de castañas nadan en una suculenta crema de patata y jamón, jamón-jamón, tintada con ajada. Esta es la sopa de ajos a la marinera. ¡Hay motivo! En palabras de Wyoming.
La sopa yodada tiene a las almejas de Carril como incontrovertible bocados, a los que dan fuerza una gelatina de mariscos, unas pinceladas de plancton, un gazpachuelo ilustrado con el caldo de las propias almejas y un merengue de tomate helado.
Raya sin espinas en su máximo ser con potenciación marina, una vez más plancton, y notas exóticas: temaki y ceviche. Un marinado antológico.
Pasión por la Andalucía más típica y racial que se expresa exacerbada y continuamente. Por ejemplo en los chocos con papas; otra manera de entender el guiso. Exquisita y culta. De señorito Jerezano.
Celebérrima osadía: arroz meloso de plancton marino puro con calamares y alioli. Ver Grandes Platos.
Populismo que conserva sus esencias aunque se vista de diseño. De diseño o con pinta canalla: es el caso del menudo de Almadraba. Toma como inspiración los callos a la madrileña, en realidad se trata de manos de cerdo y morro de ternera, que además de llevar muchos de los ingredientes de la receta genuina, cuenta con mojama, chorizo marino de la casa y, aquí no se tira nada, pieles de atún. Coge pan y moja. Empapúzate Manolo… no te arrepentirás.
La locura sigue con pescados cocinados con salsas y complementos cárnicos y postres que ofrecen toques marinos.
Ángel eres famoso por méritos sobrados. No sabemos si acabarás rico o pobre. De lo que estamos plenamente convencidos es que tu mundo andaluz va a gustar más, infinitamente más a un neoyorkino o un japonés que a tus conciudadanos.
 

 



7,5

Alejandro

Alejandro Sánchez
Alejandro Sánchez
País: España
Localidad: 04740 Roquetas de Mar (Almería)
Dirección: Avda. Antonio Machado, 32
mapa
(+34) 950322408
Cierra: Domingo noche, lunes completo, martes noche y primera quincena de noviembre
Precio: Solo menús degustación €
Precio menú degustación: exprés, del mar y gastronómico: 32, 44 y 65 respectivamente €


  • Ostra con cebiche de ruibarbo
  • Ostra con cebiche de ruibarbo
  • Foie de mar con zumo de cilantro
  • Foie de mar con zumo de cilantro
  • Sopa de patatas, tomate y volaores secos
  • Sopa de patatas, tomate y volaores secos
  • Sardinas marinadas, ajo blanco malagueño y uva
  • Sardinas marinadas, ajo blanco malagueño y uva
  • Espinacas esparragás con quisquillas
  • Espinacas esparragás con quisquillas
  • Gamba blanca al aroma de amontillado
  • Gamba blanca al aroma de amontillado
  • Pan de especias, sopa de jengibre y helado de canela y clavo
  • Pan de especias, sopa de jengibre y helado de canela y clavo
  • Flor del desierto
  • Flor del desierto
El infatigable Alejandro Sánchez se encuentra en plena forma. Por fin su bonito restaurante gastronómico frente al puerto deportivo de Roquetas de Mar ha alcanzado el reconocimiento de propios y extraños y, así mismo, la supervivencia está garantizada por el gran éxito popular de los dos locales de tapas y menús informales que el chef asesora. Pronto incluso se instalará una sucursal del restaurante en Hong Kong. Y aunque parezca imposible Alejandro Sánchez diariamente se encuentra al pie del cañón en el establecimiento madre, donde conectando tradición y modernidad ofrece los mejores productos del mercado, ya sean las estupendas primicias hortofrutícolas de la zona o el magnífico género de la vecina lonja de pescadores. Además esta temporada su cocina ha subido muchos enteros buscando la perfección, de forma que por sus deslumbrantes composiciones el restaurante Alejandro se ha convertido en el mejor del extremo oriental de Andalucía.
La exhibición comienza con una sorprendente sopa de patatas, tomate y volaores secos, en acertada combinación de la alta cocina clásica con los más acendrados sabores del terruño, y algunos guiños de fusión peruana, como el delicioso foie de mar con zumo de cilantro y la extraordinaria ostra con cebiche de ruibarbo. Luego siguen algunos platos tradicionales andaluces actualizados como las buenísimas sardinas marinadas con ajo blanco malagueño y uva y las magníficas espinacas esparragás con quisquillas, plato donde se enfrenta la suculencia grasa del marisco con el punto al dente de la verdura.
Y aunque los cohombros de mar (espardenyes) en ajo pollo con ajo negro y el canelón de trufa de verano con puntillitas salteadas dan suficientemente la talla, la explosión de producto y sabor se produce con las soberbias gambas blancas, prácticamente crudas, al aroma de amontillado; el espléndido salmonete de roca hecho sin trabajo con guiso de trigo yodado y agua de ostras y el impecable lomo de lisa con bullabesa almeriense. Un divertimiento final es el solomillo Wellington al revés, con la guarnición y el hojaldre a modo de farsa en el interior de un buen carpaccio de vacuno mayor.
Entre los postres dos memorables delicadezas, el chocolate recuerdos de México con atractivos tonos picantes y la sorprendente piedra del desierto como recreación gastronómica del cactus que decora las mesas del establecimiento en un inteligente ejercicio de paisajismo local.
 

 



8

Boroa

Javier García
Javier García
País: España
Localidad: 48340 Amorebieta (Vizcaya)
Dirección: Barrio de Boroa. Caserío Garay, 11
mapa
(+34) 946734747
Cierra: Domingos noche, del 29 de diciembre al 15 de enero y las tres primeras semanas de agosto
Precio: 45/90 €
Precio menú degustación: 30 y 58 €


  • Lomos de Salmonete Asados con Ajos Tiernos y Ñoquis de Patata a la Pimienta Negra de Rimbas
  • Texturas de Tomate con Suero de Queso Karranzana, Nube de Albahaca y Medallones de Bonito
  • Carpaccio de Vieiras con Guacamole y Wasabi en Gelatina de Tomate y Matices de Arbequina
  • Lomitos de anchoa, apenas marinados, dispuestos como un rulo relleno de un cremo
  • Lomitos de Anchoa, Apenas Marinados, Dispuestos como un Rulo Relleno de un Cremoso de Salazón con Borracho de Pan de Olivas y Hojas de Tomate y Sandía
  • Kokotxas de merluza al pilpil con almejas y guisantes
  • Kokotxas de Merluza al Pil Pil con Almejas y Guisantes
  • Chipirones con Arroz Cremoso y tofée de Calabaza y Vainilla
  • Bacalao al Pil Pil
  • Supremas de Pichón en Asado Breve y sus Muslito en Royal con Bizcocho de Cebolla y Maíz Crujiente
  Lo hemos dicho por activa y pasiva: estamos ante una casa que ha ido forjándose paulatinamente durante una década larga hasta haberse convertido en uno de los establecimientos más atractivos del país. Una culinaria inteligente, sólida, elegante, evolutiva, efectiva…que proporciona enorme satisfacción intelectual y carnal a todo los públicos, con independencia de gustos y edades. Siempre en progresión, siempre con garantía; dinamismo y perfección. Vamos, que cada año se come mejor y más interesantemente en este cuidado caserío que disfruta de un éxito de público envidiable. Hasta el punto que con Els Tinars y Tubal son los que gozan de más clientela entre los restaurantes notables de España.
Nunca comimos tan magníficamente en esta casa como en la última ocasión. Empezamos con las texturas de tomate: una esferificación amarilla, una crema verde y un pedazo más carnoso en rojo, dispuestos los tres como tomatitos sobre una nube de albahaca y con un suero de queso Karranzana en espuma. Adrià, Italia, Xavier Gartzia…una manera vanguardista y espectacular de interpretar una estival ensalada de tomate con bonito, ya que además llevaba dos medallones de este engañados al fuego. Seguimos con una vuelta al mundo absolutamente manjarosa y rebosante de contrastes: un carpaccio de vieiras, que tomaba forma de canelón, forrado en una gelatina traslucida de agua de tomate, que albergaba en su interior una morrocotuda crema de guacamole, “canelón” que se adorna con unas pecas de wasabi, unos ojitos de salsa balsámica y unos taquitos de arbequina. No puede estar más natural, ni más delicado, ni con tantos matices. Volvió el chef a alternar la inmaculabilidad plena, en esta ocasión los chipirones, genero 10 en hechura 10, con un montaje esplendoroso como guarnición: un timbal de tinta de chipirones que contenía en su seno un arroz cremoso enriquecido por un etéreo y altamente expresivo toffée de calabaza y vainilla, entre otros detalles. Esencialidad en máximo esplendor: los virtuosísimos lomos de salmonete asados en una salsa del propio pescado con su hígado ¡Qué sabor tan mariscado!, con ajos tiernos y unos ñoquis de patata a la pimienta negra de Bimbas. Sobresalientes. Esplendido el bacalao al pil pil, con una salsa de cuchara de oro. Y concluyo el festín, y tanto que festín, con la suprema de pechuga de pichón asada brevemente, que escupía jugos, mostraba una consistencia mantequillosa y un sabor pleno, que comparecía con los muslos en royal, exultante por la aportación de las entrañas, con un esponjoso bizcocho de cebolla y maíz crujiente, es la enésima constatación que la cocina no solo ha ganado en solidez, sino que sigue capitalizado técnicas y desarrollando ideas.
Vamos con los valores consagrados en el tiempo. El plato de mayor éxito comercial son los talentosos, técnicos, complejos y espectaculares bombones de foie gras perfumados con sauternes y salpicados de un picadillo de palomitas, unos sobre puré de manzana y otros sobre cortezas de chocolate con especias; de fábula. Le sigue en el “hit parede” el muy académico, conceptualmente hablando, huevo de caserío a baja temperatura forrado esculturalmente en un puré de patatas rotas reconstruido a la manera de una patata torneada y rellena que se adorna por alrededor con guisantitos, sisas y panceta glaseada, entre otros motivos. Ahí están los tantas veces vitoreados lomitos de anchoas, apenas marinados, dispuestos como un rulo relleno de un cremoso de salazón con borracho de pan de olivas y hojas de tomate y sandia; otra articulación con mucha enjundia que vuelve a reproducir memoria histórica. Qué decir de las kokotxas de merluza al pil pil con almejas y guisantes; propuesta que refrendan una vez más la majestuosidad del producto y su impecable tratamiento. Y así van sucediéndose fórmulas y fórmulas incontestables, como la molleja de ternera asada con hongos y yema de huevo empanada sobre frutos secos o la hamburguesa de chuletón de Berriz con cucurucho de patatas y crema de queso Karranzana.
Por lo demás, el caserío, un lujazo, sigue reformándose, ganando en perspectivas, luminosidad y detalles, lo que acrecenta el empaque. Un lugar idílico.
Asun Ibarrondo, en la sala y Xabier Gartzia en los fogones, pueden, mejor, seguro hacer que te sientes feliz.