Bodegas Bilbaínas, S.A.
Si La Vicalanda supuso una renovación y un salto cualitativo dentro de esta legendaria bodega, esta nueva etiqueta incide en esa filosofía, profundizando en conceptos, uvas y medios de elaboración. Así, hizo la fermentación maloláctica en barricas nuevas de roble francés, donde permaneció durante 15 meses; no fue sometido a estabilización ni filtración alguna; el tempranillo (75%) y el graciano (25%), de 26 años y de una limitada producción por hectárea, proceden del viñedo que le da nombre, y hasta la cantidad se ha establecido en función de la selección: 20.000 botellas.
Da lo mejor de sí en nariz, donde muestra enorme vida y complejidad: moras, casis, violetas, vainilla, canela y toffee. En boca ratifica fruta y floralidad, así como mineralidad, acidez, taninos, calidez, cuerpo, untuosidad,... y también frescor, exultancia, elegancia y armonía.