Tanto en nariz como en boca un vino intenso, sustancioso, evolutivo, estructurado, compacto...en el que se aprecia la enorme calidad de la materia prima y una consumada elaboración, habiendo dispuesto todos los medios técnicos y materiales para obtener lo mejor.
A destacar el papel protagonista de la cabernet sauvignon, que se deja notar, y mucho. Sensaciones a confitura de fruta negra un tanto amarga, tambien a mineralidad, algo herbáceo, así como a regaliz, con un fondo ilustrador de especias y torrefactos. En su paso por boca demuestra una perfecta simbiosis de potencia y carácter con elegancia y conjunción. Tanicidad dúctil.
A su enorme singularidad contribuyen el viñedo; el coupage - 40% tempranillo, 10% mazuelo, 10% garnacha y 40% cabernet sauvignon -; las maderas en que se cría - 22 meses en robles ruso y francés de Seguin Moreau - y el concepto en que se fundamenta, refinado en su sustanciosidad. En cristal desde enero de 2008. 9.000 botellas.