El Piamonte tiene una aportación mundial a la dulcería del chocolate, su maridaje con la avellana. La gianduia ha conquistado el universo gastronómico. De cuanto se ha elaborado con esta conjunción, he aquí la golosina más conseguida. Logradísima...
Más de siglo y medio de gloriosa historia, hasta el punto de que nos encontramos ante uno de los mejorcitos productos del país y el indiscutible número uno del mundo en su género. Entre este salchichón y los demás, excepción hecha de A. Bofill, que es del mismo propietario, don Pablo Arboix, existe una diferencia abismal; salchichón que supera en calidad absoluta y en placer que brinda al 95% de los lomos y jamones. Incluso se puede aseverar que no se llega a conocer lo que es verdaderamente el salchichón hasta probar el que fabrica esta artesanal y gloriosa casa, o su hermana.
Rezuma nobleza. Magro y sólo magro, con apenas lunares de grasa. Pleno, exuberante de sabor ¡Qué carnosidad! Muy armónico en las sensaciones. Un prolongado retrogusto, muy intenso, con un toque matizadamente alegre de pimienta. Un embutido elaborado a conciencia; auténtico. Con empaque y refinado a más no poder. Se compone de lomos, jamones y pancetas de cerdo, salpimentados, embutidos en intestino de cerdo y curado idóneamente entre 7 y 11 meses. Se comercializa en piezas que van de 1.300 a 2.000 g.