El Piamonte tiene una aportación mundial a la dulcería del chocolate, su maridaje con la avellana. La gianduia ha conquistado el universo gastronómico. De cuanto se ha elaborado con esta conjunción, he aquí la golosina más conseguida. Logradísima...
En su palmarés, que lo dice todo, luce tres primeros premios en la Feria Nacional del Queso, años 1997, 1998 y 2.000, en Trujillo. No es para menos, los Hermanos Pajuelo, Ignacio y Santiago, el primero elabora las tortas y el segundo se ocupa del ganado, son dos militantes de la calidad, de la que dejan constancia en los 30.000 kilos que producen cada año, obtenidos de las 1.200 ovejas que poseen, que pastan fundamentalmente en el pueblo y zonas cercanas. Elaboran todo el año, siendo la curación de dos meses y medio.
Igual pinta que una torta del Casar o de La Serena. Curiosa sensación táctil, en la que la cremosidad inicial deja paso a una leve harinosidad, densa y, a la vez, volátil. Gusto muy definido a pura leche de oveja, refinado en su sustanciosidad, graso y con una permanente y sutil acidez. Insaciable.