El Piamonte tiene una aportación mundial a la dulcería del chocolate, su maridaje con la avellana. La gianduia ha conquistado el universo gastronómico. De cuanto se ha elaborado con esta conjunción, he aquí la golosina más conseguida. Logradísima...
Queso tradicional zamorano en el que se aprecia la bondad de la leche cruda y una esmerada y larga curación: 12 meses. El artífice es Juan Uña, veterinario de la zona, que dispone de unas 1.000 cabezas propias y que controla otras 15.000 ovejas de pastores a los que presta sus servicios profesionales en la comarca. Con todo ello elabora unos 450.000 kilos de este producto, del que llaman la atención sobremanera tres cualidades: la potencia, la sustanciosidad y el equilibrio. Sabor neto y noble a leche de ovino sin que se aprecien otros matices. La acidez es tan sutil que apenas se capta y la potencia jamás deriva en picante. Pasta compacta, que presenta contadísimos ojos pequeños distribuidos de forma desigual, siendo la textura muy fina y el color amarillo blanquecino.
Se comercializa en piezas de 3 y 2 kilos y en cuñas de un octavo envasadas al vacío; siendo preferibles siempre los mayores tamaños, si bien las diferencias son mínimas.