El Piamonte tiene una aportación mundial a la dulcería del chocolate, su maridaje con la avellana. La gianduia ha conquistado el universo gastronómico. De cuanto se ha elaborado con esta conjunción, he aquí la golosina más conseguida. Logradísima...
No tiene absolutamente nada que ver con aquellos mal llamados «foie gras» de nuestra niñez, matahambrunas de media tarde. Este es un paté honesto, serio, artesanal, elaborado por una señora, Ángela García, que selecciona los cerdos ibéricos y que procede con mimo y muy naturalmente. Sabe nítida, inconfundiblemente a hígado de cochino (50%), alimentado con bellota, que se entremezcla con tocino (50%). Pureza gustativa y jugosidad que se ven salpicadas de suaves y enriquecedores toques de pimienta y nuez moscada, que junto a la sal y vino blanco configuran la receta, entrando finamente para marcar el retrogusto. Se presenta en picadillo. Se come fácil, resulta suculento y no ahíta.