El Piamonte tiene una aportación mundial a la dulcería del chocolate, su maridaje con la avellana. La gianduia ha conquistado el universo gastronómico. De cuanto se ha elaborado con esta conjunción, he aquí la golosina más conseguida. Logradísima...
Una de las morcillas más laureadas; ganadora de innumerables concursos en el País Vasco, los más prestigiosos y en varias ocasiones muchos de ellos.
Responde en sus caracteres a la típica morcilla guipuzcoana, fundamentalmente de cebolla (75%), completada con puerro, además de manteca de cerdo y sangre. Llama la atención por su finura, por su jugosidad y por su atenuada sensación grasa. En dos palabras, delicada y ligera para lo que es habitual. Atemperamiento que se hace extensible a su aroma, con matices de orégano y a su picor, que no llega a producirse, tan sólo se insinuá, apenas llega a calentar la boca, deparado por la pimienta de cayena. Por tanto muy civilizada en todas sus manifestaciones y muy compensada.