El Piamonte tiene una aportación mundial a la dulcería del chocolate, su maridaje con la avellana. La gianduia ha conquistado el universo gastronómico. De cuanto se ha elaborado con esta conjunción, he aquí la golosina más conseguida. Logradísima...
La mantequilla de Soria, lo que se conoce como tal, es una mantequilla de repostería, que en un principio, probablemente, se utilizaba en ella y que ha acabado comercializándose como dulce final. Generalmente este es el destino de quienes la adquieren. Se trata de una mantequilla “montada” enriquecida con un jarabe (azúcar disuelta en agua). Valga la metáfora: un “chantilly” de mantequilla. Quién más se ha destacado en su elaboración – netamente artesanal – y en su comercialización es esta tienda-cafetería, que goza de gran reputación en la provincia.
La textura está muy conseguida, delicada, “etérea”... muy sutil. Al paladar se entremezclan el sabor característico de la mantequilla con el del azúcar; sustanciosa y, sobre todo, golosa. Facilísima...Incita al pecado.
Se comercializa, además de en las cajas reseñadas, en otras de 320 g. y 420 g, así como en latas de 300 y 400 gramos.