Banana Split

Al rico limón helado… ¿Cuál debe ser la próxima revolución? La de los postres. La de los postres y la del pan (ya cabalgaremos sobre el mundo de la harina). Gentes conscientes de la importancia de esta partida apuestan duro por una formación real y realista.



La tradición refinada de Maher

Es el restaurante donde como siempre cuando viajo al norte de España. A veces me he quedado a dormir en una de las habitaciones del pequeño y bien equipado hotelito de la misma propiedad. No hay ruidos. Se duerme, como en los tebeos antiguos, a pierna suelta. Zzzzzz…



La Sirena es un oasis de sensatez

Acabo de comer un sabroso potaje de garbanzos con costilla de cerdo, chorizo, espinacas, patatas y huevo duro (8’50 euros). Ha sido en la cervecería La Principal (Valencia). Antes, comer era esto, o en todo caso, costaba más caro cuando el restaurante practicaba la gastronomía de influencia francesa. Pero el producto casi siempre mandaba.



Quique Dacosta revoluciona el arroz

Es el primer gran libro que estudia científicamente, desde un punto de vista técnico y también culinario / gastronómico, el arroz. Lo firma Quique Dacosta (Jarandilla de la Vera, Cáceres, 1972), nuestro magnífico y coronado cocinero creativo.



Cocina burguesa en Castelló 9

El día estaba lluvioso y decidí comer en Castelló. Por tres motivos: el tiempo meteorológico (ya he dicho que llovía), la clásica decoración y el estilo de cocina, burgués y lamentablemente en desuso. Es muy desaconsejable meterse en un restaurante asiático y de diseño minimalista cuando llueve. Deprime.



Crónica de una dieta en albornoz

Los pájaros, gorriones, al parecer, entraban volando por las ventanas del hotel y comían las sobras del menú de adelgazamiento. No estaban gordos; lo que querían era engordar.
Sin pasar por la recepción, es decir, ahorrándose la factura final, picoteaban un poco del cóctel de langostinos con salsa de yogur a la menta, tortilla de acelgas con finas hierbas, chuleta de ternera en costra de setas, o rollo de lenguado a la florentina.



Amunt València

¿A quién no le gusta montarse un viaje más o menos organizado sabiendo dónde va a parar y dónde va a comer o cenar? Si este afán organizador lo trasladamos a la cocina nos encontramos con destinos más que evidentes. Tanto País Vasco como Cataluña son regiones que poseen mucho turismo gastronómico. Conozco a mucha gente que en cuanto puede se monta en un coche para disfrutar de Arzak, Akelarre, Martín Berasategui o Mugaritz, entre otros. Al igual que sucede en Cataluña para disfrutar de el Bulli, El Celler de Can Roca, Sant Pau o Gaig.



Paellas en las calle falleras

Una de las actividades más apasionantes de los falleros es cocinar cualquier cosa en la calle, al lado de su sede social o casal del barrio. A veces, incluso pueden compartir los guisos algunos invitados, aunque se sabe que la gran familia fallera suele ser reticente a la presencia de “intrusos” en su posesión. Pero, por cortesía y a veces a causa de la relevancia social del espontáneo –no es fallero de vocación, ni tiene carné josefino, ni siquiera es valenciano-, puede intervenir en la confección de una paella o fideuà, y también acceder al fruto del guiso.



¿Críticos o Cronistas?

Tras haber leído muchas de las controvertidas intervenciones espontáneas que se producen en lomejordelagastronomia.com quisiera estimular la reflexión de todos sobre la siguiente pregunta del millón. ¿Qué deben hacer cuantas personas se manifiestan sobre gastronomía en los medios de comunicación? ¿Elaborar crónicas informativas sin tomar partido alguno, o por el contrario, es conveniente que lo relatado se acompañe de la opinión personal del comentarista que, simplemente por emitirla, ya se ha convertido en crítico gastronómico?



La Prohibición del Oro Negro

Si ya en la última década del siglo XX el caviar se había convertido en un lujo al alcance de pocos, la prohibición en diciembre de 2005 por la CITES (Washington’ Convention on International Trade in Endangered Species of Wild Fauna and Flora, un organismo dependiente de la ONU) de todo el comercio internacional de caviar obtenido a partir de esturiones salvajes ha convertido esta delicadeza en algo casi inaccesible.