Responde a las mil maravillas a la identidad de un reserva de Rioja, ciertamente, actualizado. Aromas maduros de bayas negras impregnados con suavidad de madera, aparecen cueros y notas balsámicas. En el paladar se reproducen esas mismas sensaciones, a las que hay que añadir acidez, acidez y, además, amargor, tonicidad y calidez, caracteres expresados con suma mesura. Auna frescor y madurez, madurez y frescor. En su composición predomina la Tempranillo, que se completa en las siguientes proporciones: 10% Mazuelo, 10% Cabernet Sauvignon y 5% Garnacha. Experimentó una crianza de 23 meses en barricas de roble francés, ruso y americano, nuevas o seminuevas. Pasó a botella en enero de 2008. 308.649 botellas y 5.000 mágnum.