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La Stúa de Michil


Cremoso de gulash con filete de salvelino, pan crujiente, setas y guindilla conf
Arturo Spicocchi
País: Italia
Localidad: 39033 Corvara. Alto Badia
Dirección: Strada Col Alt, 105
(+39) 0471831000
Cierra: Lunes y mediodías. De finales de marzo a mediados de junio y de finales de septiembre a principios de diciembre
Precio: 90/140 €
Precio menú degustación: 80 €


Un restaurante mágico, muy particular, que refleja la lucidez y enorme personalidad de Michil Costa, autor de un complejo hostelero maravilloso, que alberga el mejor ambiente de la zona. La decoración, el trato... todo tiene impronta. La bodega, que hay que visitar, es única: un espectáculo súperoriginal con efectos especiales.

La cocina corre a cargo de Arturo Spicocchi. Un chef de formación clásica refrescada en estancias en restaurantes tan innovadores como El Poblet y La Terraza del Casino. Predominan los sabores intensos, la sustanciosidad, la contundencia y el carácter son propios de una gastronomia de montaña. Sus platos tienen encanto, hacen gala de una esmerada técnica y resultan muy gratificantes.

El cremoso de gulasch con vieira, hongos y pan negro crocante es una fórmula impecable y sabrosísima tan sólo ligeramente eclipsada por la calidad del marisco: mediocre. La tarta de queso de cabra no puede salir más delicada y etérea, completándose el plato con una hierba de las montañas guisada y con una chicoria de Treviso tardía a la plancha. La panceta tiene ser y estar: suculenta, fundente, con una guarnición de diversos pimientos tan sencilla como consumada. Los raviolis de calabaza con ragú de carrilleras de ternera y lascas de parmesano es la enésima demostración de contundencia sápida y efectividad. ¡Qué rico! Exclama una y otra vez el comensal. Otras muchas preparaciones de pasta se ofrecen y bordan, igual que sucede con los risottos, el de castañas y trufa negra resulta verdaderamente especial, prevaleciendo el gusto dulce de la castaña. Sabores enfrentados, complejos y muy estimulantes encontramos en el de calabaza, jengibre, chocolate y naranja. Muy académicas y acabadas las carnes, con una duda irresoluble, es difícil situar a una por encima de otra: crepineta de rabo de vaca con puré de topinambo, lombarda, setas, etc., o silla de cabrito a la “carrube” con manzana.

Entre los platos consagrados por el tiempo y la clientela se encuentran la lasañeta de foie gras con puré de calabaza y salsa de trufas y el cordero con puré de manzana, apionabo y crema de queso fresco.

Amplia carta de postres. Cabe destacar la ricota dulce en dos maneras, con un equilibrio de dulzura y acidez logradísimo y la mousse de chocolate y aceite de oliva con sorbete de licci y pesto dulce.