Madrid: Álbora

  El antiguo Sula reconvertido en un renovado espacio gastronómico que cuenta con un nuevo equipo de cocina, al frente del cual esta David García y de sala, con profesionales tan cualificados como Jorge Dávila y José María Marrón. Manteniendo la estructura inicial del local, a su vez ha vivido pequeñas alteraciones, en aras de conseguir una mayor y mejor comercialización. Parece que el proyecto tiene un día a día más sólido y regular que en la primera fase, que conoció de distintos equipos y cualidades, con las vicisitudes correspondientes.
Lo primero que hay que destacar es que tanto en el bar como en el restaurante se come el mejor jamón del mundo; ni más, ni menos. No sólo porque uno de los propietarios del negocio sea Joselito, sino porque se envían piezas seleccionadas, únicas. Así cabe la posibilidad de disfrutar de distintas añadas, que llegan jamones de, asómbrese, siete años y 11 kilos de peso; repetimos: jamones de 11 kilos y siete años cuando lo habitual es de 24/30 meses y 7,5 kilos. Una experiencia inenarrable, sin parangón, que le permitirá conocer la importancia que tiene el tamaño del cochino en el manjarosidad final y cómo evoluciona cada pieza en el tiempo en función del peso y grasa.
Vivencia estelar a la que pueden sucederle motivadoras sensaciones que tengan por protagonista a la chacinería y a las carnes del ibérico: lomo, copa, chorizo, secreto, pluma, cabezada, solomillo, etc.
La cocina, de altas hechuras modernas, demuestra su profesionalidad en el tapeo. Magníficas croquetas de jamón, consumado carpaccio de presa ibérica con lascas de parmesano y piñones tostados, fenomenal brandada gratinada, portentosos pimientos del piquillo de La Catedral de Navarra con lascas de panceta ibérica, admirable tortilla de bacalao, unos morrocotudos chipirones en su tinta, una gustosísima hamburguesa de presa ibérica, una sabrosa y gelatinosa carrillera de vacuno guisada con crema de patatas…todo tiene categoría, más propia de restaurante, sito en el primer piso, que de taberna de lujo, en la planta baja.
Carta de vino a prueba de todos los caprichos y un buen surtido de vinos por copas.

Localidad: 28001 Madrid.
Dirección: Jorge Juan, 33
(+34) 917816197
Cierra: Domingos Tarde y Noche. Horario ininterrumpido de 12.00 a 24.00 horas.
Precio: 30/50 €




Zamburiñas, Añadas de Jamón, Rodaballo al Orujo de Hierbas y Naranjas Navel Lane Late

En el espacio de Rafa García Santos nos habla de zamburiñas, añadas de jamón, rodaballo al orujo de hierbas y naranjas navel lane late (17/02/2013)

 

 

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7,5

Lúa

Manuel Domínguez
País: España
Localidad: 28010 Madrid
Dirección: Eduardo Dato, 5
mapa
(+34) 913952853
Cierra: Domingos
Precio: 65/100 €
Precio menú degustación: 49 y 78 €


  • Mejillón en Costra de Pan y Tintas de Chipirón con Mezclum de Algas, Crema de Estas y Huevas de Pez Volador
  • Ensalada de Cigala, Foie Gras, Anguila ahumada y Berza Sobre Sopa Fría de Cítricos y Jengibre
  • Ensaladilla de Buey de Mar, Erizos y Langostinos con Mayonesa de Albariño y Huevas
  • Arroz Socarrat con Vieira, Camarones, Tirabeques y Alioli de Guisantes
  • Rape Sobre Tierra de Pan con Tomate, Crema de Ibéricos y Aire de Ajo Negro
  • Carrillera de Ternera con Reducción de Curry Verde y Setas Shitake
  • Ensalada de Pan y Chocolate con Coral de Frambuesas

  El antiguo Zaranda reconvertido en un restaurante boyante. El artífice, Manuel Domínguez, un hombre y un profesional hecho a sí mismo. Comenzó de joven como “pulpeiro”, yendo de feria en feria, para sacarse unas perras mientras estudiaba empresariales. Poco a poco aquella aptitud se fue convirtiendo en vocación y todo ello en realidad. Hoy es un chef autodidacta, que bebe en todas las fuentes y tendencias conocidas, pero al que se aprecia un estilo nada referencial. Sin ser un autor, marca la diferencia, tiene criterio y personalidad, en las disposiciones, en la puesta en escena…en los sabores. Sus construcciones son nobles, sustentados en los productos de su Galicia natural y generosas, con evidente carnaza en cada montaje, además de mesuradas: con una magnífica relación calidad-precio. Eso le ha hecho triunfar rápidamente; siendo uno de los restaurantes de alta cocina que mejor conecta con el público en la Capital.
Generosidad en el esfuerzo y talento se aprecia en el primer, bello y exquisito aperitivo: un mejillón sobre concha deshidratada de patata y tinta de chipirón que se dispone sobre una vajilla rocosa que acoge un mezclum de algas con su crema y huevas de pez volador. Una exquisita y humilde bocanada de mar. El irlandés de lentejas con espuma de boletus edulis es más prosaico, resulta un tanto más gris, si bien nadie le puede negar su ricura y efectividad. La ensalada de cigala, foie gras, anguila ahumada y erizos sobre sopa fría de cítricos y jengibre es una composición que satura el paladar dada la suma de protagonistas en escena, que se complementan bien, con una salsa vivaz y estimulante, que alegra muy mucho a tanta manjarosidad. Muy gustosa, dada la suma de mariscos, la “ensaladilla rusa”, enriquecida con buey de mar, langostinos y erizos, realzada por una mayonesa de albariño y coronada con huevas de pez volador. A lo dicho, el cliente agradece que en ningún caso se regatee materia prima; con independencia de que le haga más o menos tilín el plato. Comportamiento y constante gustosidad que por enésima vez se perciben en el arroz socarrat, riquísimo, enriquecido y adornado con medallones de vieiras crudos y calientes, camarones, tirabeques y un alioli de guisantes. La filosofía está clara ¿No?. El rape sobre tierra de tomate, crema de ibéricos y aire de ajo negro es una composición esencial e inmaculada que depara sabores tradicionales completamente renovados. La carrillera de ternera con reducción de curry verde y setas shitake brilló más por el tratamiento de la carne, muy gelatinosa y jugosa, también sabrosa, que por audacia de la salsa y guarnición, más exóticas en los títulos que motivadoras en las sensaciones. Y el postre, ensalada de pan y chocolate con coral de frambuesas, muy trabajado y gourmand, demuestra el fondo de cocina y el saber que hay detrás de todo lo que hace Manuel Domínguez; un valor emergente. Muy interesante. 



8,5

Bacalao a la Brasa con Caldo de Chipirones y Pochas con Callos del Mismo Pez a la Vizcaína



  • Bacalao a la Brasa con Caldo de Chipirones y Pochas con Callos del Mismo Pez a la Vizcaína

 David García es un chef vizcaíno, forjado durante 10 años en Martín Berasategui y Nerua, lo que habla bien a las claras de su nivel profesional y del conocimiento y la pasión que siente por el bacalao, que se ve refleja en las innumerables tapas y platos que trabaja en el bar y restaurante Albora: brandada gratinada, tortilla, purrusalda ahumada y, entre los platos principales, este se lleva la palma. En primer lugar por la calidad intrínseca del producto y por su docto tratamiento a la brasa, saliendo inmaculado, tornasolado y jugosísimo. Si el producto es estelar y sale en un punto 10,  los complementos responden al refinamiento y materialización de los restaurantes en los que se ha formado: un sibarítico  caldo de chipirón y unas pochas con callos del propio pez suculentizados con vizcaína. Con el valor añadido de su pasión por la tierra que le vio nacer y de su mayor estandarte gastronómico, el bacalao. Un campeón de esta y otras materias.

Para el bacalao:
Colocar el taco de bacalao sobre la rejilla cuidadosamente y situar esta encima del carbón durante 4 o 5 minutos máximos.

Para los callos:
Limpiar meticulosamente las tripas, después confitar durante 4 horas en aceite de oliva y 30 grs de dientes de ajo sin el germen, después cortar y racionar.

Para las pochas:
Cocinar las pochas al estilo tradicional y con sentido común.

Para la salsa vizcaína:

2.300 KG. cebolla blanca
2.300 KG. cebolla roja A
5 Dientes de ajo
15 Granos de pimienta negra
1 / 2 L.. de aceite de girasol
3 / 4 L aceite de la freidora
1 hueso de jamón B
Ramillete de perejil bridado y
40 pimientos choriceros

 

Elaboración

Juntar el “A” y poner a fuego suave hasta que quede todo bien dorado: unas 5 horas aproximadamente.
Rehidratar “B” por otra parte, hirviendo los ingredientes tres veces partiendo de agua fría.
Retirar el ramillete de perejil, justo antes de añadir el conjunto “B”; dejar rehogar todo junto
Retirar el hueso de jamón y pasar la salsa por la thermomix. Y luego por un chino muy fino.
Hervir y rectificar de sal, dándo el espesor deseado.

 

 

Caldo de Chipirón

400 grs de cebolleta en juliana rehogada
2,5 kgs de txipiron sin las tintas troceadas
1,3 litros de fumet reducido a 1 litro

Añadimos el txipiron a la cebolleta erogada y dejamos estofar tapado con papel albal, mojamos con el caldo y cocemos 20 minutos, pasamos por un fino presionando, clarificando e3l caldo obtenido solamente con claras (por 250 grs de caldo una clara). Ponemos a punto.

Fumet de pescado
Ingredientes:
2 cucharadas soperas de aceite de oliva extra virgen
1 chalota picada en rodaja finas
1 cebolla mediana picada en rodajas finas
1 kg de restos, cabezas y espinas de pescado fino (sin las branquias) en trozos de 3 cm
• Lavar bien y trocear para que pierdan toda traza de sangre las espinas
Sal gorda
6 c/s de vino blanco 50 grs
½ verde de puerro.

Procedimiento:
1- Sudar en aceite la cebolla, la chalota y el verde de puerro en rodajas finas (5 minutos). Una vez tiernas, adjuntar los restos del pescado y las espinas. Subir el fuego y sudar otros 15 minutos removiendo de vez en cuando.
2- Sazonar ligeramente. Introducir el vino y hervir unos 15 segundos para quitar la acidez. Verter 1 litro de agua y el bouquet garni. Dejar hervir unos 20 minutos a fuego lento.
3- Retirar del fuego y dejar reposar durante 10 minutos.
4- Colar por trapo este fumet.

MONTAJE

Colocar en el centro del plato hondo una cucharada de las pochas mezclada con los callos y una cucharada de salsa vizcaína, a continuación el bacalao encima de las pochas y las laminas de bacalao que resbalen entre si, si no mierda. Añadir el caldo de txipiron cubriendo el fondo del plato (y cuidado con la cantidad del caldo que no están los tiempos como para despistarse.

Bacalao a la Brasa con Caldo de Chipirones y Pochas con Callos del Mismo Pez a la Vizcaína
Restaurante: Álbora
País: España
Localidad: 28001 Madrid.
Dirección: Jorge Juan, 33
mapa
(+34) 917816197
Cierra: Domingos noche
Precio: 26 €


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Bacalao a la Brasa con Caldo de Chipirones y Pochas con Callos del Mismo Pez a la Vizcaína

Bacalao a la Brasa con Caldo de Chipirones y Pochas con Callos del Mismo Pez  a
Álbora
Cocinero: David García
País: España
Localidad: 28001 Madrid.
Dirección: Jorge Juan, 33
(+34) 917816197

David García, es un chef vizcaíno, forjado durante 10 años en Martín Berasategui y Nerua, lo que habla bien a las claras de su nivel profesional y del conocimiento y pasión que siente por el bacalao, que se ve reflejado en las innumerables tapas y platos que trabaja: brandada gratinada, tortilla, purrusalda ahumada y, entre los platos principales, este se lleva la palma. En primer lugar por la calidad intrínseca del producto y por su docto tratamiento a la brasa, saliendo inmaculado, tornasolado y jugosísimo. Si el producto es estelar y sale en un punto 10 los complementos responden al refinamiento y materialización de los restaurantes en los que se ha forjado. Con el valor añadido de su pasión por la tierra que le vio nacer y de su mayor estandarte gastronómico. Un campeón de esta y otras materias.



La Receta



 Para el bacalao:
Colocar el taco de bacalao sobre la rejilla cuidadosamente y situar esta encima del carbón durante 4 o 5 minutos máximos.

Para los callos:
Limpiar meticulosamente las tripas, después confitar durante 4 horas en aceite de oliva y 30 grs de dientes de ajo sin el germen, después cortar y racionar.

Para las pochas:
Cocinar las pochas al estilo tradicional y con sentido común.

Para la salsa vizcaína:

2.300 KG. cebolla blanca
2.300 KG. cebolla roja A
5 Dientes de ajo
15 Granos de pimienta negra
1 / 2 L.. de aceite de girasol
3 / 4 L aceite de la freidora
1 hueso de jamón B
Ramillete de perejil bridado y
40 pimientos choriceros

 

Elaboración

Juntar el “A” y poner a fuego suave hasta que quede todo bien dorado: unas 5 horas aproximadamente.
Rehidratar “B” por otra parte, hirviendo los ingredientes tres veces partiendo de agua fría.
Retirar el ramillete de perejil, justo antes de añadir el conjunto “B”; dejar rehogar todo junto
Retirar el hueso de jamón y pasar la salsa por la thermomix. Y luego por un chino muy fino.
Hervir y rectificar de sal, dándo el espesor deseado.

 

 

Caldo de Chipirón

400 grs de cebolleta en juliana rehogada
2,5 kgs de txipiron sin las tintas troceadas
1,3 litros de fumet reducido a 1 litro

Añadimos el txipiron a la cebolleta rehogada y dejamos estofar tapado con papel albal, mojamos con el caldo y cocemos 20 minutos, pasamos por un fino presionando, clarificando el caldo obtenido solamente con claras (por 250 grs de caldo una clara). Ponemos a punto.

Fumet de pescado
Ingredientes:
2 cucharadas soperas de aceite de oliva extra virgen
1 chalota picada en rodaja finas
1 cebolla mediana picada en rodajas finas
1 kg de restos, cabezas y espinas de pescado fino (sin las branquias) en trozos de 3 cm
• Lavar bien y trocear para que pierdan toda traza de sangre las espinas
Sal gorda
6 c/s de vino blanco 50 grs
½ verde de puerro.

Procedimiento:
1- Sudar en aceite la cebolla, la chalota y el verde de puerro en rodajas finas (5 minutos). Una vez tiernas, adjuntar los restos del pescado y las espinas. Subir el fuego y sudar otros 15 minutos removiendo de vez en cuando.
2- Sazonar ligeramente. Introducir el vino y hervir unos 15 segundos para quitar la acidez. Verter 1 litro de agua y el bouquet garni. Dejar hervir unos 20 minutos a fuego lento.
3- Retirar del fuego y dejar reposar durante 10 minutos.
4- Colar por trapo este fumet.

MONTAJE

Colocar en el centro del plato hondo una cucharada de las pochas mezclada con los callos y una cucharada de salsa vizcaína, a continuación el bacalao encima de las pochas y las laminas de bacalao que resbalen entre si, si no mierda. Añadir el caldo de txipiron cubriendo el fondo del plato (y cuidado con la cantidad del caldo que no están los tiempos como para despistarse).



8

Mermeladas de Naranja y Clementina Lola


MARÍA DOLORES COLOMAR MOLL

País: España
Localidad: 46400 Cullera (Valencia)
Dirección: Antonio Renart,5.
(+34) 961720067
Precio: € el frasco de 300 gramos


  Esta empresa, famosa por sus naranjas valencianas, ha comenzado a elaborar otros productos, como sus mermeladas, en verdad caseras, de naranja y mandarina, o sus cocas levantinas,  de almendras y  de pasas, nueces y dátiles.
Entre las mermeladas, las dos muy nobles y con un mismo estilo, en el que impera la fruta. Sabores puros, a navelina y clementina, que reproduce sensaciones muy frescas, con marcado carices cítricos, ácidos y amargos, sobre un dulzor muy atenuado. La fruta manda y el azúcar aparece muy, muy rebajado. Por tanto, muy natural y de fácil comer.



8

Mermeladas de Naranja y Clementina Lola


MARÍA DOLORES COLOMAR MOLL

País: España
Localidad: 46400 Cullera (Valencia)
Dirección: Antonio Renart,5.
(+34) 961720067
Precio: € el frasco de 300 gramos


  Esta impresa, famosa por sus naranjas valencianas, ha comenzado a elaborar otros productos, como sus mermeladas, en verdad caseras, de naranja y mandarina, o sus cocas levantinas, la de almendras y la de pasas, nueces y dátiles.
Entre las mermeladas, las dos muy nobles y con un mismo estilo, en los que impera la fruta. Sabores puros, a navelina y clementina, que reproduce sensaciones muy frescas, con marcado carices cítricos, ácidos y amargos, sobre un dulzor muy atenuado. La fruta manda y el azúcar aparece muy, muy rebajado. Por tanto, muy natural y de fácil comer.



8,5

Coca de Pasas, Nueces y Dátiles Lola


MARÍA DOLORES COLOMAR MOLL

País: España
Localidad: 46400 Cullera (Valencia)
Dirección: Antonio Renart, 5.
(+34) 961720067
Precio: 2,2 € 2 Cocas de 200 g. cada una.


  Esta empresa famosa por sus naranjas valencianas ha comenzado a elaborar otros productos, como sus mermeladas caseras de naranja y clementina, o sus cocas levantinas, la de almendras y la de pasas, nueces y dátiles. Probablemente la primera, sustentada en el fruto seco estelar del Mediterráneo español, sea más refinada; sin embargo, en esta ocasión, nos quedamos con la segunda, más golosa, más sabrosa, más compleja…saciadora. No puede ser más gratificante en su profundidad y densidad refinadas hasta lo indecible. Tierna y crujiente a la vez. 
Cada coca tiene un diámetro aproximado de 19 cm y un peso aproximado de 200 g. Se envían en paquetes de dos unidades, de la misma clase o una de cada.



7,5

Álbora

David García
País: España
Localidad: 28001 Madrid.
Dirección: Jorge Juan, 33
mapa
(+34) 917816197
Cierra: Domingos Tarde y Noche. Horario ininterrumpido de 12.00 a 24.00 horas.
Precio: 70/100 €


  • Bacalao con Caldo de Chipirón, Pochas con los Callos y Vizcaína
  • Tartar de Mujol con Helado de Manzana y Crema de Pepino al Curry
  • Cardo Crudo y Caliente con Licuado de Vainas y Trufa
  • Tomate Asado Relleno de Chipirones en su Tinta con Risotto
  • Huevo a Baja Temperatura con Jugo de Trufa Negra y Migas Crujientes
  • Lengua de Ternera a Baja Temperatura con Crujiente de Morcilla y Piñones y Crema de Apio-Nabo
  • Manos de Cerdo Deshuesadas y Rellenas de Cebolleta y Trufa con Brotes de Ajo
  • Esferas de Chocolate Caliente con Helado de Té Verde.
  • Torrija, tipo Brioche, con Helado de Plátano y Canela

El antiguo Sula reconvertido en un renovado espacio gastronómico que cuenta con un nuevo equipo de cocina, al frente del cual esta David García y de sala, con profesionales tan cualificados como Jorge Dávila y José María Marrón. Manteniendo la estructura inicial del local, a su vez ha vivido pequeñas alteraciones, en aras de conseguir una mayor y mejor comercialización. Parece que el proyecto tiene un día a día más sólido y regular que en la primera fase, que conoció de distintos equipos y cualidades, con las vicisitudes correspondientes. 
Lo primero que hay que destacar es que tanto en el bar como en el restaurante se come el mejor jamón del mundo; ni más, ni menos. No sólo porque uno de los propietarios del negocio sea Joselito, sino porque se envían piezas seleccionadas, únicas. Así cabe la posibilidad de disfrutar de distintas añadas, que llegan jamones de, asómbrese, siete años y 11 kilos de peso; repetimos: jamones de 11 kilos y siete años cuando lo habitual es de 24/30 meses y 7,5 kilos. Una experiencia inenarrable, sin parangón, que le permitirá conocer la importancia que tiene el tamaño del cochino en el manjarosidad final y cómo evoluciona cada pieza en el tiempo en función del peso y grasa.
Vivencia estelar a la que pueden sucederle motivadoras sensaciones que tengan por protagonista a la chacinería y a las carnes del ibérico: lomo, copa, chorizo, secreto, pluma, cabezada, solomillo, etc.
Si esto es en sí mismo vital, la incorporación de David García, chef vizcaíno que ha pasado una década en Martín Berasategui y Nerua, ha aportado una solidez culinaria determinante para el proyecto. Platos altamente profesionales sustentados en magníficas materias primas y aderezados con cierta impronta. Siempre muy asequibles; ya que buscan conectar con todos los públicos. Modernos pero centrados en la perfección, en la satisfacción palatal por encima de las elucubraciones mentales. Valga como testimonio el tartar de mújol, radiante de frescor, inmaculabilidad plena, con el mínimo aderezo, sabiendo nítidamente a pescado, que se viste de gala en los complementos, divertidos, un helado de manzana, de corte Martín Berasategui, que es quién mejor los hace en la restauración y una crema de pepino perfumada con curry. Naturalidad 10 y un nivel estelar. Esas constantes vuelve a testimoniarse en una composición de sabores intemporales materializada con similar virtuosismo: huevo a baja temperatura con jugo y juliana de trufa y unas impecables migas crujientes. En su esencialidad, en su clasicismo, no puede estar mejor plasmado y con mayor gusto. Con algo más de arrojo el cardo rizado, crudo y caliente, crujiente, pulcro, con licuado de vainas, en verdad una composición verde, dietética, magnificada con trufa negra. El chef, repetimos, bilbaíno él, domina el bacalao con el magisterio que en aquella tierra sabe hacerse. Fórmulas como la brandada gratinada, la purrusalda ahumada, el lomo al carbón con crema de verduras de invierno y caldo de atún o, sobre todo, el trozo a la brasa con electrizante caldo de chipirones, pochas con callos del pescado y un toque de vizcaína, marcan la diferencia. No puede estar el pescado más jugoso, más tornasolado, más puro, ni tener unos adornos más estimulantes en su exquisitez. También solemne el capítulo de carnes: memorables las carrilleras de cerdo ibérico glaseadas con mollejas de pato, hinojo y manzana; suculentísimas las manos de cerdo deshuesadas y rellenas de cebolleta trufada con brotes de ajos y con una técnica impecable la lengua de ternera a baja temperatura con morcilla crujiente y piñones, además de una sibarítica crema de apio-nabo.
Los postres tienen el saber hacer de Martín Berasategui. Un ejemplo académico eredado del maestro: torrija, tipo brioche, esponjosa y sabrosísima, caramelizada, saciadora en su refinamiento, con helado de plátano y canela. Más gula sabia: esferas de chocolate caliente con helado de té verde.
Por lo demás, suma atención con sobriedad en la sala, en un trato personalizado con lo que busca cada el cliente.



Mibu, Una Sóla Mesa

Alberto Díez. El Mundo

El restaurante Mibu es único en el mundo. Solo tiene una mesa. Una única mesa para ocho personas en poco más de 20 metros cuadrados a la que únicamente tienen acceso habitualmente sus 300 socios. Hiroyoshi Ishida lleva cocinando toda su vida. Es budista y se inspira en la meditación y la naturaleza para sus creaciones. El matrimonio Hishida gestiona el restaurante más exclusivo e inaccesible del planeta.

Mibu es Hiroyoshi Hishida y Tomiko Hishida. Mibu es Tomiko e Hiroyoshi. Mibu es el culto a la excelencia, una oda al virtuosismo más Japonés, una ópera gastronómica, una experiencia fuera de serie, una auténtica oda, un Haiku a la perfección desde una infatigable óptica Kaizen -la perfección no existe pero todo es perfectible, principio rector e impulsor de las decenas de milagros japoneses en los últimos siglos-, pero, ante todo y sobre todo, Mibu es el mayor embajador del Japón tradicional, un obsesivo explorador de la belleza, el más ferviente defensor a ultranza de los valores ancestrales de una cultura que fascina y fascinará a cualquier amante del detalle y el buen gusto. Yo estuve allí.
El día en Mibu empieza a las 4.00 a.m en el mercado de Tsukiji contemplando la mayor lonja del mundo. Desde tiempos remotos, el japonés ha sido un pueblo ictiófago. Las cifras hablan por sí mismas: 3.000 toneladas de mercancía al día y 450 tipos de productos marinos, algunos reconocibles, como el famoso atún rojo, el pulpo o las anguilas, y otros irreconocibles para un occidental. A esa misma hora es cuando Hiroyoshi Hishida se levanta y empieza sus dos horas de diaria meditación y donde a través de esta milenaria técnica consigue identificar combinaciones imposibles en forma de recetas de cocina tradicional Kaiseki, originaria de Kyoto.

Llego con mi amable traductora lingüística e imprescindible intérprete cultural y organoléptica, al minúsculo restaurante de los Hishida, sito en el elegante y comercial barrio de Ginza, en una calle angosta y estrecha y cuyo exterior no deja entrever las sorpresas que nos aguardan. Me recibe Tomiko. Me hace quitar los zapatos y rápidamente noto un fuerte olor a incienso y las notas de un cantante de ópera que amenizará toda la velada. El almuerzo será compartido con siete damas de la alta aristocracia tokyota y, a su vez, socias del exclusivo Club Mibu. El único lenguaje que nos une es el de la mejor gastronomía y el amor por el Japón tradicional.
Tomiko me explica con respeto reverencial en qué está basada la cena de ese trimestre y todos los detalles cosmológicos y artísticos que iban a guiar el efímero menú que Hishida ha compuesto para sus privilegiados y únicos 300 comensales en el mundo que pueden acceder al mismo durante esta estación: un menú típico kaiseki nos espera: platos en progresión de olores y sabores, también de simbolismos en cada una de sus creaciones... Yuzu (un sabor entre la lima y la mandarina), pez globo (un pez venenoso para quien no sabe tratarlo), sashimi de langostino, sopa dashi con tubérculos japoneses y habas de soja... Y arroz. Sin más. Sólo arroz cocido que nos lo presentan en una hoja de loto y que parece nacer del interior de una burbuja de agua. Todo sencillo, todo fácil. Y, por supuesto, nada de carne.
El menú de Mibu es consecuencia de valores profundos como el apego por los espacios vacíos, fruto de la depuración de todo lo superfluo."La gran diferencia entre un europeo e Ishida es que el primero puede cocinar con las manos, con los sentidos, con el cerebro e incluso con el cariño, pero nunca con el alma como lo hace él", Ferran Adrià dixit.
La experiencia de Mibu es fiel reflejo de las edades de Japón, de la dicotomía entre modernidad y tradición, entre el futurismo de Tokyo y la tradición de la sede imperial Nara, donde los ciervos aún vagan en libertad. Esa diatriba preocupa profundamente a Hiroyoshi que no tiene descendencia directa y teme que se pierdan esos valores únicos de la cultura y gastronomía tradicional japonesa. Aunque a mi humilde juicio, el legado de Hiroyoshi está a salvo, ya que es universal y sus herederos son todos los grandes chefs vanguardistas que ha inspirado y emocionado: entre ellos, muchos de los grandes cocineros de España, que han hecho de nuestro país, la primera potencia gastronómica a nivel mundial.
Al día siguiente del milagro Mibu, los Ishida me invitan a meditar (la meditación, punto culminante de la sabiduría oriental, es ver tu vida en posición de testigo) a su templo ZEN de Tokoji, en el barrio de Toshima-ku, en Sugamo. Posteriormente estuvimos dialogando sobre la cultura tradicional de Japón y sobre su inagotable y maravillosa relación con la gastronomía
¿Por qué Mibu es tan valioso? ¿Qué le hace único? Ha sabido conservar su característica más preciada: la escasez. Son precisamente la escasez y la tradición los atributos que mejor explican la esencia y el alma de Mibu.
¿Y además de Mibu? Otras experiencias gastronómicas en Tokio son comer tempura en Kondo, fugu en Yamamoto, comida Shojin en Daigo; y, en cuanto a shushi y por este orden: Mizutani, Saito, Jiro o Harutaka; para ser víctimas de la comida tradicional no hay que olvidarse de Kanda, Seisoka, Toyoda, Suetomi o Tetsuan. Y en Kyoto, Kikunoi y Kitcho que son maravillosos, sin dejar a un lado también Nakahigashi, Kinsuitei, Hyotei o Chihana. Ninguno de ellos es Mibu, pero todos son Japón.
Y es que en Japón es fácil caer en el 'síndrome de Stendhal', la enfermedad psicosomática derivada de una sobredosis de belleza y placer, con una degustación matutina del sushi más fresco del mundo en la lonja de pescadores de Tsukiji, con un baño en sus fascinantes Onsen. Zen en los jardines de Kioto. O comer ternera de Kobe en Kobe y también ternera de Ozaki. Ver un combate de sumo en la escuela de los campeones; y visitar la isla de Hokkaido, donde viven los Aimus, Meoto Iwa, en la costa de Futami; el tren imperial, el Castillo de Nagoya, el monte Fuji, el Hanami; y por supuesto intentar dormir en los inaccesibles Ryokanes de Kyoto algunos de ellos reservados a jefes de Estado, acceder a las cerradísimas escuelas demaikos (aspirantes a Geisha) y deleitarse, con su actuación de Shamizen y baile de los abanicos mientras cantan poemas de antigua casa de Té. ....
Me despido citando a Hesse: "La belleza no hace feliz al que la posee, sino a quien puede admirarla". Y al Dr.Lair Ribeiro: "La vida no se mide por el número de veces que respiras, sino por los momentos en los que pierdes el aliento."
MIBU. Edotsune Bldg., 2F. 3-2-12, Ginza, Tokio.