Agencias:
El escándalo de la carne de caballo sigue creciendo en Europa. Inspectores de la República Checa han encontrado carne equina en las albóndigas vendidas en las tiendas de la multinacional Ikea, mientras que en España se ha detectado en el relleno de los canelos de la marca La Cocinera.
Las autoridades checas han confirmado que los paquetes de albóndigas congeladas que contenían caballo estaban hechas en Suecia y etiquetadas como de ternera y cerdo, y su destino eran las tiendas de la multinacional donde se ofrecen productos típicos del país escandinavo. En concreto, han frenado la comercialización de alrededor de 760 kilos de estas albóndigas fraudulentas.
Además, el país centroeuropeo también ha detectado carne de caballo en hamburguesas importadas de Polonia, a lo que hay que unir la encontrada en lasaña importada desde Italia y vendida en los supermercados Tesco la semana pasada.
Primer Caso de Producto Hecho en España
Mientras, en España, el Ministro de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, Miguel Arias Cañete, ha dicho este lunes que se ha detectado un primer caso de fraude por la presencia de carne de caballo en "canelones con relleno de carne" etiquetados como vacuno y que se ha informado del caso a las comunidades autónomas y empresas afectadas.
Fuentes del Ministerio consultadas por Europa Press precisaron que el positivo detectado corresponde a la marca La Cocinera, propiedad de la multinacional suiza Nestlé.
Nestlé ya se vio obligada la semana pasada a retirar tortellini y raviolis de carne de la marca Buitoni, a la venta en España e Italia, así como de la lasaña a la boloñesa Gourmand, producida en Francia y dirigida a la hostelería.
"Desde primeros de febrero venimos haciendo análisis en los puntos de consumo y una de las muestras ha dado resultado positivo, con restos de ADN de caballo", ha indicado en declaraciones a la prensa en Bruselas, en donde Arias Cañete discutirá con sus colegas europeos los últimos acontecimientos de esta crisis que afecta ya a varios países de la UE.
Arias Cañete ha evitado dar detalles sobre el origen de la muestra que ha dado positivo y se ha limitado a señalar que se trataba de "canelones con relleno de carne en la península ibérica" y que dicha prueba ha sido "tomada en Madrid". "Hemos informado ya a las Comunidades Autónomas, a las autoridades de consumo y a las empresas afectadas", ha añadido.
Un Programa Europeo Para Detectar el Fraude
Con este ejemplo, el ministro ha querido destacar que España "se ha anticipado" al plan europeo pactado por los 27 para realizar test con los que rastrear en todos los países de la UE rastros de ADN de caballo en los alimentos transformados y comercializados como vacuno. También deben realizar pruebas para detectar la eventual presencia de un analgésico de uso animal llamado fenilbutazona.
El programa de control lanzado a escala europea comenzará con las pruebas formalmente el próximo 1 de marzo, durante un periodo de un mes prorrogable dos meses más, con el objetivo de que los primeros resultados sean públicos el 15 de abril.
El Ministerio trabaja en coordinación con las Comunidades Autónomas para articular el procedimiento y que el trabajo sea "lo más eficaz posible", ha explicado Arias Cañete, que ha apuntado que España realiza pruebas similares desde principios de este mes.
Sobre la necesidad de revisar las normas europeas en materia de etiquetado, tal y como defiende con fuerza Francia, el ministro español se ha mostrado cauto, ya que considera que no es "necesario en este momento". "Lo que hace falta es hacerlas cumplir (las normas)", ha indicado a la prensa, para incidir en que existen reglas que regulan el etiquetado pero que hay que perseguir los casos de "fraude".
"Lo que hay que hacer ahora es hacer caer todo el peso de la ley sobre los que han infringido los procedimientos, no creo que se deba aprovechar la ocasión para hacer cambios de normas, cuando realmente la normativa comunitaria permite seguir la trazabilidad perfectamente y garantiza que los consumidores estén protegidos", ha zanjado.