La Ética de Rafael Ansón y Algunos Cocineros

La cocina española está en manos de la pasta, no de la pasta al dente, sino de la pasta. Baste comprobar como el “lobby” auspiciado por Juan Mari Arzak y Rafael Ansón, Rafael Ansón y Juan Mari Arzak, Odón Elorza le podía haber dedicado una calle al unísono en San Sebastián, ambos son hijo de Donostia, ha llegado a cuajar el grupo de influencia y manipulación más poderoso que jamás hubiera imaginado. Los artífices son Arzak y Ansón, que en su telaraña han implicado a dos cocineros reputadísimo (no a los Roca, no Arginzoniz, no Dacosta, no a algunos otros que están en The Restaurant), a algunos críticos como Pau Arenos y José Carlos Capel (Salvo que se desdiga de su justificación de la lista, en cuanto luego se beneficia en imagen y económicamente través de los personajes que la inspiran) y de los gabinetes de prensa de Roser Torras y Ana Escobar, que trabajan al dictado de los intereses del “lobby”. Entre todos, cuecen y guisan la pasta a su gusto.
El Broker que lleva los intereses de muchos de estos y de tantos cocineros a los que representa, con los que hace negocios de una manera u otra, es Rafael Ansón. El amiguísimo de Arzak, los que mandan en el negocio, aunque quien haya quien se lleve más que los dos. Sobre quien es Rafael Ansón le pueden preguntar a cualquier cocinero, a cualquier productor, a Mesquita y a Zapatero, que permitió que este personaje del antiguo régimen gozase de todas las prebendas del anterior gobierno.
Ansón, cuando Arthur Lubow vino al congreso lomejordelagastronomia.com, celebrándose entonces en San Sebastián, informado por un cocinero del “lobby” de que iba hacer un reportaje para el The New York Times Magazine, me pidió que el día siguiente de terminar, hiciésemos un acto de exaltación de los productos españoles en Madrid, donde tenía que volver el periodista estadounidense para embarcar a su país. Convocó en Príncipe de Viana a conocidos profesionales y a toda la prensa madrileña. Ideó una cata de jamones en la que puso a Joselito, a Sánchez Romero Carvajal y a un Jamón de Extremadura, del que el llevaba la imagen. Los jamones de Joselito y Sánchez Romero Carvajal no sabremos si habían sido comprados en el rastro o planchados, o metidos en el congelador. Salio lo que se proponía. Luego hizo una cata de que vino iba con el jamón. Eran varios los que estaban en concurso. Entre ellos un tinto, que recuerdo que era un Alión y un fino, vinos de Jerez a los que ha llevado la imagen durante muchos años. Tras la votación y en un receso le pregunte al maître cual fue el resultado y me dio la votación: el vino que mejor iva con el jamón era el tinto de Ribera del Duero que estaba representado por Alión. Cuando Rafael Ansón da el veredicto, proclama al fino. Con la misma tranquilidad que señala a Elena Arzak mejor cocinera que a Carme Ruscalleda o la madre, o el padre que la parió.
Rafael, aprendiste muy mucho en aquellos años setenta que dirigiste TVE.

 



Entre dos Fuegos: Subijana También Tiene Algo que Decir. ¿Hay qué Permanecer Callados?

Anónimo

BORJA OLAIZOLA |Las Provincias

 «Participé en la votación dos años y luego lo dejé porque me pareció una patraña»
No importa que se hable mal de mí, lo importante es que se hable». El dicho parece cortado a la medida de la lista de los cien mejores restaurantes del mundo que desde hace una década elabora la revista británica 'Restaurant'. El ranking, que es conocido también como la lista S. Pellegrino, en referencia a su patrocinador, una marca de agua perteneciente a una multinacional de la alimentación, suele generar tormentas de intensidad variable. Esta primavera, sin embargo, la borrasca ha adquirido dimensiones de tempestad y algunos de los chefs peor tratados por la selección, entre ellos Pedro Subijana o Martín Berasategui, la han tildado abiertamente de «patraña», «montaje» y «farsa».
El listado, cuya última edición se dio a conocer en Londres el pasado lunes, deja un reguero de perplejidad entre quienes están al margen de las intrigas que se cuecen tras los fogones. ¿Cómo es posible que un restaurante como el de Martín Berasategui, el chef español más laureado por la guía Michelin, pase de la noche a la mañana del puesto 29 al 67? ¿Cómo se explica que el Akelarre de Pedro Subijana, otra de las referencias inevitables de la alta gastronomía, ni siquiera aparezca en el ranking? «Los criterios de valoración de 'Restaurant' son diferentes a los de Michelin, pero eso no quiere decir que sean menos válidos», se defiende Rafael Ansón, responsable de la selección de 'Restaurant' en España y presidente de la Real Academia de Gastronomía. Ansón atribuye las furibundas críticas de los dos cocineros a una «rabieta» por el maltrato que reciben en la clasificación. «Entiendo que les moleste ser postergados pero eso no debería ser motivo para desacreditar una lista que ha puesto a nuestro país a la vanguardia de la gastronomía mundial», razona.
Las primeras ediciones de la selección de la revista británica fueron acogidas con indiferencia en España. El chiste era demasiado fácil -el tópico de la incompatibilidad entre los ingleses y la alta gastronomía no pierde vigencia- y la 'guerra' se dirimía lejos de los fogones patrios. Pero la repercusión de la clasificación fue creciendo debido a la irresistible atracción que ejercen las listas y a la resonancia del evento en los medios anglosajones, que marcan la agenda informativa del planeta. La concesión del galardón de mejor cocinero del mundo a Ferrán Adriá durante cinco años -2002, 2006, 2007, 2008 y 2009- hizo que el listado británico se colase por la puerta grande en las redacciones españolas y alcanzase una proyección casi similar a la de la guía Michelin, hasta entonces la referencia por antonomasia de la alta gastronomía.
La selección se realiza a través de un jurado compuesto por 857 votantes de más de una veintena de países en el que hay chefs, críticos gastronómicos y personalidades del mundo de la cocina. «A mí me llamaron para votar y lo hice dos años, la segunda vez ya a regañadientes», explica Pedro Subijana. «El sistema no me gustó porque da pie a la manipulación y al amiguismo, así que me desmarqué de lo que a todas luces es una patraña». Subijana, que ostenta la máxima calificación en la Michelin (tres estrellas), ocupó en 2011 el puesto 97 en la S. Pellegrino y en la última edición ha desaparecido de ella.
Igual de contundente resulta el juicio de Martín Berasategui, que ha caído en 2012 hasta el puesto 67. «Es una farsa, una lista montada en connivencia por cocineros que se deben a sus patrocinadores», denuncia. «Está amañada, es como si los futbolistas y los árbitros se reunieran para ver quién tiene que ganar el partido», remacha el cocinero donostiarra, consciente de que sus ataques le hacen retroceder en la clasificación. «Doy por buenos los puestos que he perdido si mis denuncias sirven para limpiar el mundo de la cocina de cara a las nuevas generaciones».
Las acusaciones son refutadas por Rafael Ansón, que califica de «inaudita» la actitud de los chefs. «Es imposible que haya una manipulación porque la votación está supervisada por un notario. Si creen que son mejores que los que ocupan los primeros puestos de la lista, que lo digan abiertamente y que dejen de perjudicar a sus compañeros».
Los cocineros favorecidos prefieren mantenerse al margen de la refriega. Ninguno de los tres españoles que están entre los diez primeros -Joan Roca, Andoni Luis Aduriz y Juan Mari Arzak- ha levantado la voz más allá de las lógicas palabras de satisfacción. Quizás la clave la dio el propio Ferrán Adrià, el cocinero más veces coronado por 'Restaurant', poco después de conocerse el último veredicto: «Igual no habría que hablar tanto de los mejores restaurantes del mundo, sino de los que señalan nuevos caminos, los que marcan tendencias».



Caius Apicius

The Restaurat: Una Lista para Discutir

Madrid, 1 may (EFE).- Cuenta el ‘Chronicon’ de Alberico delle Tre Fontane que la Sibila, cuando un soldado que marchaba a la batalla le preguntaba por la suerte que iba a correr, daba esta (nunca mejor dicho) sibilina respuesta: “ibis, redibis non morieris in bello”. O “non peribis”, que tanto monta. Era como no decir nada.
La cosa quedaba a la libre interpretación del interesado. Si ponía una coma antes del “non”, la traducción sería: “irás, volverás, no morirás en la guerra”; si la coma iba tras el “non”, era “irás, no volverás, morirás en la guerra”. A gusto del consumidor... pero la Sibila acertaba siempre.
No diré yo que las guías gastronómicas sean sibilinas. No. Pero sí que cada cual las interpreta como le parece, aplicándose ese refrán que afirma que cada cual habla de la feria según le va en ella. No creo que la recién publicada lista de la revista “The Restaurant” merezca la misma opinión a Joan Roca (segundo), Andoni Luis Aduriz (tercero) o Elena y Juan Mari Arzak (octavos) que a Martín Berasategui, que pasa del puesto vigésimo noveno al sexagésimo séptimo, o a Pedro Subijana, que sencillamente se cae de la lista de los cien mejores.
En esta lista, este año, hay algunas cosas curiosas. El tercer año de dominio danés con el ‘Noma’ de Redzepi parece haber tenido una de estas dos consecuencias, o ambas: que la cocina danesa ha mejorado muchísimo, o que el éxito de Redzepi la ha puesto de moda: nada menos que tres restaurantes de Copenhague figuran en la relación de los cien mejores del mundo. Por contra, los suecos pierden un representante, y se quedan en tres.
Como ocurre desde el año 2007, los dos países con más representantes son los Estados Unidos (14) y Francia (12), que van casi turnándose en el oro y la plata. El bronce, para el Reino Unido (8). Cuarta y quinta, España e Italia, con siete cada una... pero hay tres españoles por sólo un italiano entre los diez primeros.
No son muchas las ciudades que pueden presumir de tener más de un restaurante en esta lista. Hay dos en Dubai, Estocolmo, Lima, México DF, Moscú, San Sebastián (tomándonos la licencia de incluir Lasarte-Oria), Sao Paulo y Tokio. Tres hay en Sydney y, ya se ha dicho, Copenhague. Cuatro, en Hong-Kong y Singapur. Cinco, en Londres; siete, en París, y ocho, en Nueva York. Ninguno en Roma, Berlín o Madrid... Insisto: ponga usted la coma donde le parezca.
Para mí, si hay un triunfador claro es el brasileño Alex Atala, que sitúa en cuarto lugar, nada menos, su ‘DOM’ paulista. Ya el año pasado estaba entre los diez primeros. Entre el centenar de distinguidos, otros dos brasileños, otros tantos mexicanos y otro par limeño. Total, siete restaurantes latinoamericanos. En Oceanía (Australia) hay cuatro, por sólo dos en toda África (ambos en Sudáfrica) y hasta quince en Asia: dos en Dubai, seis en China (incluye Hong-Kong), cuatro en Singapur, dos en Japón, y uno tanto en Tailandia como en la India. Sólo dos japoneses... en el país en el que hay más estrellas en la Michelin que en el firmamento.
En fin, que cada uno pone la coma donde quiere. Hay quienes dudan mucho de la imparcialidad de la lista, y achacan a algún misterioso ‘lobby’ su manipulación. He de decir que yo participé hace algunos años en la votación, y nadie me hizo nunca ninguna sugerencia.
Pero hay gente, y disculpen que hoy tenga el día latino, que aplica a rajatabla eso de “excusatio non petita, accusatio manifesta”. Verán. Cada año, cuando se aproxima la fecha en la que se hace pública la lista, que ya es tan esperada como las estrellas Michelin, sale una serie de ciudadanos, cocineros o críticos, todos ellos jurados, que explican que no hay ninguna manipulación, que todo es limpio, que no hay acuerdos entre grupos... ¿Curarse en salud?
Porque, por supuesto, no hay, ni habrá, ninguna lista de los mejores, y no sólo en cocina, que obtenga la aprobación de todos. Véase, si no, la absurda lista de nuevas siete maravillas del mundo votada por los internautas. Pues, en cocina... las opiniones son infinitas. ¿Alguien piensa que la cocina de pura creación, de comunión con la naturaleza, de mera insinuación de sensaciones, de ingredientes nada habituales, como la de Redzepi o, más aun, la de Aduriz, está al alcance de todos? Y no me refiero a los bolsillos, que también, sino a los gustos, a la experiencia gastronómica... Para nada.
No vamos a comparar esta lista con la guía Michelin, porque son cosas muy distintas. Diré, solamente, que en mi opinión la lista de “The Restaurant” se dirige a un tipo de público muy minoritario, que gusta de la cocina de vanguardia y de vivir nuevas experiencias, mientras que la Michelin está más pegada a la realidad, a lo que la mayoría de la gente busca en un restaurante: satisfacción, placer. ¿Que ambas cosas son compatibles? Quizá. Será usted el que ponga la coma donde le apetezca.



Martín Berasategui Desacalifica al Incalificable Amigo de Arzal: Ansón

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La Receta



 Rafael Ansón, responsable de la Guía Repsol y The Restaurante, no ha estado eln me restaurante hace 12 años. Y sé que esto pueden decir otros grandes. 



¿Quién Está Tras La Manipulación de The Restaurant? Arzak y Ansón, Ansón y Arzak.

LA PODREDUMBRE INNOBLE

Ya sabemos que la gastronomía, como la vida misma, ha acabado por convertirse en una marmita de intereses, en España manipulada por el personaje más habilidoso que ha existido en el corte del bacalao, un DEMÓCRATA DE TODA LA VIDA, IGUAL QUE JUAN MARI ARZAK, Rafael Ansón. Ellos han logrado, desde tiempos, manipular la gastronomía de este país con mayor o menor eficacia, como otros se han hecho los amos y señores de Chicago. ¿Qué hacen los gobiernos con estos piratas? REGALARLES ELOGIOS Y DINEROS, REGALARLES el Basque Culinary, entre otras cosas, a ellos y a los de Mondragón vestidos de blanco, regalado por el muy esclarecido Zapatero, la Garmendia, seguramente para que "investiguen" y otros hoy desaparecidos como sus "obras", a algunos cocineros vascos, que tienen colocados a sus excedentes de personal, sus segundos o terceros, o colaboradores, (podemos dar todos los nombres de los que trabajan transferidos por Arzak, Akelarre, Mugaritz, etc,), curiosa convergencia asumida por quienes han estado en el poder.
Queridísimo Rajoy, queridísimos apasionados de la gastronomía, no os parece que España necesita un mínimo de rigor, una mínima ética. Políticos y ciudadanos, no terminemos relamiéndonos con una espuma de na...Esto es la mismísima nada que representa The Restaurant, aquí y en Francia, aquí y en Brasil, aquí y en México, aquí y en Estados Unidos, en todos los sitios la Gran Mentira, promovida por los cocineros que luego nos la venden en cada esquina envestidos de la enseña nacional. Es imperioso cambiar las estructuras...a ciertos personajes y a sus apoyos institucionales... están manchados, indigestos de intereses.

¿Qué restaurantes en este país tienen negocios con Rafael Anson y otros "críticos" que amparan la mentira?
¿Qué cocineros participan de esta farsa?
¿Os acordáis de la relación de Rafael Anson con Mesquida?
¿Qué periodistas y qué gabinetes de prensa propician este y otros montaje?
Así esta España, el Mundo y la Gastronomía.
Enhorabuena a Rene, a los Roca y a todos los que se merecen estar ahí arriba por meritos propios.