Un vino de autor; singular. Irradia intensidad y carácter, exuberante en todas sus manifestaciones, rozando el exceso.  Profunda nariz, con mucha fruta negra, que se muestra en plena sazón. En boca ratifica la sustanciosidad, creciendo, evolucionando, haciéndose grande, inundando el paladar. Se aprecian taninos dulces, descarnados amargos, torrefactos y otros matices menos concretables... un vino de gran empaque , en verdad opulento y, sobre todo, diferente., con impronta.
Tinta fina en su totalidad. 18 meses de crianza en barricas principalmente de  robles francés. Embotellado en setiembre  de 2011. 48.000 botellas.

Sin alardes de ningún tipo, recreándose en la perfección sobria, merece el sobresaliente. Integrado y compacto en su ser. Nobleza, estructura, sustanciosidad, conjunción, acabado... no necesita más, ni se le puede pedir más.
Una admirable expresión aromática, con la fruta negra como estrella, con una tenue presencia de la madera, de gran calidad, sin que sobresalgan otros matices. En boca refrenda la fruta, tiene vitalidad y frescor, la tanicidad se manifiesta con utilidad, resultando en todo momento refinado y armónico. De gran clase.
100% % Tempranillo. Permaneció 14 meses en barricas nuevas de roble Allier. Embotellado en agosto de 2008. 9.250 botellas.

Un vino maduro sumamente delicado y conjuntado, del que se ha hecho una extraordinaria selección y una tirada muy reducida. Como es habitual en la bodega, impera la terminación sobre los atributos altisonantes. Resalta sencilla y llanamente la calidad. Aromas de bayas negras en plena sazón sobre un fondo de madera. En boca se reproducen las mismas sensaciones, tras las que se sienten, muy atenuadas, la vinosidad, la acidez, el amargor y la tanicidad, insistimos, con enorme sutilidad.
95% Tinta Fina y 5% Cabernet Sauvignon. Acabado el proceso de fermentación permanecio 17 meses en tinos de madera, 23 meses en barricas nuevas, 10 meses en barricas envinadas y 20 meses en tinos de gran capacidad.

 Da un paso más adelante, accediendo a una puntuación nunca hasta ahora alcanzada, lo que le sitúa en la cúspide de los vinos españoles. Como es norma en la casa, conjuga refinamiento y sustancialidad, desarrollando la complejidad. Tiene además una marcada identidad a la que contribuye la presencia del graciano, que alcanza un 30%, marcando al tempranillo, 70%.
Intensos, francos y complejos aromas que se identifican con frutas negras confitadas, quizás licores de ciruelas y moras, impregnados de fragancias de bosque, regaliz, cacao, tostados y especias. En su paso por el paladar, en verdad que llena la boca, se aprecia almendra, turrón, por aquello de dulzor y amargor, como si fuese un turrón de almendras y frutas negras, con una leve acidez, constatando armonía, enorme concentración sápida y un apreciable cuerpo.
Hizo la fermentación maloláctica en barricas nuevas de roble de Tronçais hechas en la propia toneladeria de Muga, con una permanencia de 18 meses. En cristal desde finales de mayo de 2011. 5.000 botellas.